'Monstruo de Austria' admite sus crímenes
SANKT PÖLTEN [DPA]. Nadie se lo esperaba. En la tercera sesión del juicio contra Josef Fritzl, todos los presentes en la sala de los juzgados de Sankt Pölten aguardaban la declaración de la psicóloga forense, que debía ratificar si el acusado de violación, incesto y homicidio estaba en plena posesión de sus facultades. Y entonces, llegó la sorpresa: “Me declaro culpable de todos los cargos”, dijo con una voz apenas audible el hombre conocido como el “Monstruo de Austria”.
Luego de manifestar su inocencia en las dos sesiones anteriores ante el cargo de homicidio por omisión de ayuda, Fritzl (73) confesó ayer que dejó morir a su hijo Michael. La fiscalía lo acusó de impedir que el bebe recibiera tratamiento médico en abril de 1996 por temor a que se descubriera su terrible crimen. El pequeño murió apenas 66 horas después de nacer.
“¿Quizá lo dejó morir porque le resultaba más fácil deshacerse de su pequeño cuerpo?”, insistió la jueza Andrea Humer. “No”, respondió Fritzl, en voz todavía más baja. “No sé por qué no ayudé. Tenía la esperanza de que aguantara [...] Creía que el pequeño sobreviviría”. Entonces, la jueza le preguntó por su cambio de declaración. Y Fritzl, quien mantuvo cautiva a su hija Elisabeth durante 24 años en el sótano de su casa y con la que tuvo siete hijos producto de violaciones sistemáticas, respondió firmemente: “Ayer escuché sus declaraciones y me di cuenta de que me equivoqué”.
Con su declaración de culpabilidad, Josef Fritzl dejó a todos los participantes del proceso boquiabiertos. Incluso su abogado, Rudolf Mayer, ayer parecía algo más pálido que de costumbre. “No sabía nada”, dijo después. “Pero cuando escuché que tras ver el video (de su hija Elisabeth) pidió ayuda psiquiátrica, no me sorprendió”, acotó.
Sin embargo, puede que no lo conmocionaran solo las declaraciones de Elisabeth. Según el diario “Kurier”, la víctima estuvo presente el martes en la sala, escuchando el interrogatorio de su padre. Ni el tribunal ni la defensa lo han desmentido.
“Si una de las víctimas estuvo en la sala de juicio, creo que podría ser la causa de tanta conmoción”, opina también el abogado de Fritzl. La confesión de su cliente no estaba en modo alguno calculada. Y de ser declarado culpable de homicidio, podría ser condenado a cadena perpetua.
“No creo que haya pensado en las consecuencias”, dijo el abogado Mayer. “Ha sido una actuación emocional. Y de ser así, le hará bien, más allá de la sentencia”.
Finalmente, como colofón a una truculenta historia, Fritzl ofrecerá su versión de los hechos en una entrevista facilitada por la agencia de noticias Central European News (CEN).
La agencia ha contactado al abogado y se ha ofrecido a encontrar un comprador para la entrevista en prisión.
ANTECEDENTES
Otros casos vividos en Austria
Otro monstruo
El 22 de junio del 2004 condenan a cadena perpetua a Marc Dutroux, el “Monstruo de Charleroi”, acusado por el secuestro, violación y asesinato de cuatro chicas .
Pedófilo
El 5 de julio del 2006 es detenido Abdallah Ait Oud, pedófilo de 38 años, que estranguló y violó a dos niñas.
El Caso Kampusch
El 23 de agosto del 2006, tras ocho años de secuestro, Natascha Kampusch logra escapar de su raptor, Wolfgang Priklopil, quien la mantuvo oculta en un sótano. El raptor se suicidó horas después de que la joven se fugara.
DEL CONSULTOR
No tiene escala de valores *
El hecho de que haya aceptado los cargos que se le imputan, por haber mantenido durante 24 años secuestrada a su hija, con quien tuvo siete hijos, no significa que el austríaco Josef Fritzl esté arrepentido o sienta algún remordimiento. Esa actitud obedecería más a una estrategia de sus abogados. En situaciones judiciales como esta la conciencia de la persona desaparece y es sustituida por el talento del abogado.
Por lo que se ha podido observar, ese hombre no es un psicótico, en el sentido de que sufra de alguna esquizofrenia o paranoia, pero sí es una persona profundamente perturbada. Ello no es producto solo de su contexto social, sino también depende de su experiencia personal y toda la carga emocional que haya tenido.
Hay que precisar que si bien es cierto que Austria es un país desarrollado, no quiere decir que siempre haya sido así. Tiene una historia espantosa, que ha podido observar y vivir Fritzl durante su niñez y parte de su juventud. Recordemos que en esas etapas de su vida, Austria estuvo afectada por el nazismo, la guerra, la ocupación comunista y la postguerra.
También hemos observado que dicha persona no tiene una estructura de valores y su perversión es el uso de la sexualidad para el ataque y la provocación del dolor. Lo que ha hecho con su hija, él lo ve como una diversión, no una diversión sexual, sino de tortura.
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