RETOGENES escribió:Tampoco estoy de acuerdo con algunas afirmaciones de Jose Luis sobre la poca corrupción en el regimen Franquista. La corrupcion es directamente proporcional al nivel de regulación, a las posibilidades de no ser castigado y la miseria reinante.
En los primeros años del gobierno de Franco, se cumplen todos los requisitos para tener una corrupcion rampante como efectivamente existió, aunque a diferencia de ahora no salía en los telediarios.
El pequeño o gran enriquecimiento por prebendas politicas como licencias de importacion, cuotas de fabricacion en mercados regulados, y el famoso estraperlo estaba a la orden del día.
Cuentan por ahí, que un conocido empresario vasco de mediados del siglo pasado, creó un imperio siderurgico a partir de una pequeña fundición, estropeando adrede las coladas, ya que cuando salian fuera de especificación podía venderlas libremente como chatarra a un precio muy superior al del acero bueno que tenía un precio regulado por ley. Curioso ¿verdad?
En el año 1959 me contaba mi padre como se vendía a precio de oro un subproducto de chatarra de Zinc, porque no había abastecimiento.
A ver, que del tema de la corrupción, al menos servidor, sólo lo ha tratado en el aspecto circunscrito por el forista ernesto1967 a los "pelotazos" inmobiliarios, y que no se castigaban.
Haberlos, hubo (como las meigas), y se castigaban. El ejemplo que has puesto, de los casos de estraperlo, pues era habitual leer en la prensa de la época las multas que se imponían a determinados empresarios por casos de estraperlo (hasta el año 1980, el contrabando era una cuestión administrativa por mucho que se siguieran ante los Tribunales provinciales de contrabando, eran unidades administrativas de las Aduanas), pero como siempre (incluso ahora) son más grandes los beneficios obtenidos con las actividades ilegales que las multas que se impongan, y a los estraperlistas no les jorobaba el negocio: pagaban la multa y seguían con sus actividades.
RETOGENES escribió:Estas corruptelas son inevitables en sistemas hiperregulados y sin libertad de mercado.
Ahí has dado en el clavo: esas corruptelas eran generalizadas por el intervencionismo del Estado. Las cometía el campesino (propietario medio o pequeño), vendiendo fuera de precios regulados y fuera del control de la C.A.T. sus productos (hortalizas, leche, huevos productos de charcutería, etc), el empresario, con las cuotas de fabricación y las licencias de importación/exportación, el que hacía contrabando de tabaco, el que destilaba alcohol ilegalmente (el orujo casero gallego o el pacharan navarro casero), el que se apuntaba a viviendas de protección social (no confundir con protección oficial) que entonces edificaban el Ministerio u la Organización Sindical sin tener rentas bajas.
Vamos, que todo el mundo tenía sus pequeñas corruptelas. Y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Y lo malo es que esas pequeñas corruptelas se siguen produciendo en democracia, no con los mismos sistemas ni los mismos protagonistas, pero quien más quien menos tiene su chanchullos.
RETOGENES escribió:Sobre las recalificaciones de terrenos pues lo mismo. El sistema arbitrario de recalificaciones urbanisticas es mas o menos el mismo entonces que ahora. Mientras que las posibilidades de construir o no dependan de la opinion arbitraria de un ayuntamiento o Comunidad autonoma siempre habrá corrupción.
Desde mi punto de vita es peor ahora. Antes los constructores actuaban por la vía de los hechos consumados y luego estaba la corruptela de legalizar lo que no era legal de origen: empecé mi andadura profesional en una localidad vecina de Barcelona, Santa Coloma de Gramanet, ciudad-dormitorio construida en los años del desarrollo, y que antes hábía sido una pequeña localidad agrícola, siendo la viña su principal cultivo. Y la impresión que da la ciudad es que primero levantaron las casas y luego hicieron las calles, tal es el caos urbanístico. Es más, como muchos de los que compraron en esos años del desarrollismo lo hicieron mediante la financiación con letras de cambio hasta 20 años (era la modalidad financiera de la época, ya que la figura de la hipoteca -que existía desde hacía un siglo- no gozaba de la popularidad de hoy en día y la letra de cambio es un instrumento negociable que no tenía la mala fama que adquirió en las crisis pasadas), encontrándose que las constructoras ya habían desaparecido, y cuando empezabas los trámites para que se escriturase a su nombre, te encontrabas que en el Registro de la Propiedad seguía figurando una viña, ya que no se había registrado ni la venta, ni la obra nueva ni la división horizontal.
Todo eso hoy se ha corregido, pero la corrupción no ha desaparecido, sino que se ha trasladado de lugar: de las Comisiones Provinciales de Urbanismo franquistas a los Ayuntamientos y CCAA de la democracia, y ademàs se han incrementado exponencialmente por el número de "egipcios" que intervienen en el proceso. Y como, además, es una fuente de financiación de partidos políticos, no hay visos de que se ponga frento a ello.
Podríamos decir que se ha democratizado la corrupción.