Operación Merkur: el asalto de Creta
- Yorktown
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Algunos paracaidistas no tenian ni armas , sino que apenas tocar tierra debian ir rapidamente a buscar los suministros lanzados aparte , esto causo grandes perdidas de tiempo y sobre todo bajas a los Alemanes.
Ni agua. Creo que fue algo terrible, estuvieron casi un día combatiendo sin agua alguna. A ver si encuentro el libro y la parte donde lo leí...
Saludos.
We, the people...
¡Sois todos un puñado de socialistas!. (Von Mises)
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- Von Kleist
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Buenas Yorktown
No sé si lo leiste ahi, pero en el libro de Anthony Beevor sobre la Batalla de Creta se menciona ese episodio. Muchos de los paracaidistas no pudieron recoger sus contenedores de suministros, de modo que se vieron privados de agua durante todo un día, además de bastante calor.
Saludos
No sé si lo leiste ahi, pero en el libro de Anthony Beevor sobre la Batalla de Creta se menciona ese episodio. Muchos de los paracaidistas no pudieron recoger sus contenedores de suministros, de modo que se vieron privados de agua durante todo un día, además de bastante calor.
Saludos
- Von Kleist
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Maleme: 21 de mayo
Conforme a las instrucciones de Student, en la mañana del 21 de mayo, el batallón de reserva paracaidista fue lanzado en las inmediaciones de la Colina 107 de Maleme. Parte del batallón, sin embargo, fue a caer sobre las posiciones del 28º batallon neozelandés, siendo diezmados, aunque dos compañias completas pudieron aterrizar muy cerca de Maleme y enlazar con las fuerzas alemanas, ocupando de este modo la colina.
En vista de la situación, los jefes de batallón de la 5ª brigada neozelandesa discutieron sobre la posibilidad de lanzar un contraataque con las fuerzas de los batallones 21º y 23º, para reconquistar la colina 107, pero como no podían comunicarse con el jefe de la brigada, Hargest, finalmente no se atrevieron a ordenar dicho contraataque. Cuando Freyberg tuvo noticias, en la mañana del 21, acerca de que la posición de Maleme estaba bajo control alemán, se reunió en el CG divisionario con el jefe de la 2ª division Puttick, para estudiar con el la posibilidad de contraatacar, sin embargo, debido a la intensa acción de la Luftwaffe en apoyo de sus fuerzas de tierra, el contraataque debía aplazarse, como mínimo hasta el anochecer.
Puttick convino con Freyberg en que podrían usarse dos batallones en la operación: el 28º batallon maorí, que no había estado envuelto en la lucha del dia anterior, y el 20º batallón de la 4ª brigada que había estado en reserva. Además Freyberg ordenó que se le asignara a dicha fuerza un grupo de tanques ligeros y una batería de artilleria para apoyar el asalto de la infantería. Finalmente, el mando de la operación se le atribuyó al brigadier Hargest, que cursó las órdenes para que el contraataque comenzara a la una de la madrugada del 22 de mayo.
Conforme a las instrucciones de Student, en la mañana del 21 de mayo, el batallón de reserva paracaidista fue lanzado en las inmediaciones de la Colina 107 de Maleme. Parte del batallón, sin embargo, fue a caer sobre las posiciones del 28º batallon neozelandés, siendo diezmados, aunque dos compañias completas pudieron aterrizar muy cerca de Maleme y enlazar con las fuerzas alemanas, ocupando de este modo la colina.
En vista de la situación, los jefes de batallón de la 5ª brigada neozelandesa discutieron sobre la posibilidad de lanzar un contraataque con las fuerzas de los batallones 21º y 23º, para reconquistar la colina 107, pero como no podían comunicarse con el jefe de la brigada, Hargest, finalmente no se atrevieron a ordenar dicho contraataque. Cuando Freyberg tuvo noticias, en la mañana del 21, acerca de que la posición de Maleme estaba bajo control alemán, se reunió en el CG divisionario con el jefe de la 2ª division Puttick, para estudiar con el la posibilidad de contraatacar, sin embargo, debido a la intensa acción de la Luftwaffe en apoyo de sus fuerzas de tierra, el contraataque debía aplazarse, como mínimo hasta el anochecer.
Puttick convino con Freyberg en que podrían usarse dos batallones en la operación: el 28º batallon maorí, que no había estado envuelto en la lucha del dia anterior, y el 20º batallón de la 4ª brigada que había estado en reserva. Además Freyberg ordenó que se le asignara a dicha fuerza un grupo de tanques ligeros y una batería de artilleria para apoyar el asalto de la infantería. Finalmente, el mando de la operación se le atribuyó al brigadier Hargest, que cursó las órdenes para que el contraataque comenzara a la una de la madrugada del 22 de mayo.
- Von Kleist
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El fracaso de la invasión por Mar
Mientras tanto, siguiendo el plan de Merkur, la primera flotilla naval que transportaba la fuerza de invasión se aproximó a Creta para desembarcar a las tropas transportadas por mar. Gracias a ULTRA la flota británica sabía la ruta que iba a seguir el convoy del eje, de modo que poco antes de la medianoche del 21 la Mediterranean Fleet no tuvo dificultades para interceptar a los transportes enemigos que se aproximaban desde el norte.
En el curso del breve combate que siguió, la mayor parte de las gabarras y transportes del eje resultaron hundidos, lo cual obligó a la segunda flotilla que se aproximaba a Creta a dar media vuelta y regresar a Grecia. El intento de invasión por mar quedó de esta forma frustrado, aunque la intervención de la flota británica atrajo inmediatamente la atención de los aviones de la Luftwaffe, que el dia 22 lograron hundir dos cruceros y un destructor, además de dañar a dos acorazados británicos. Ante el acoso de los aviones alemanes, Cunningham no tuvo más remedio que ordenar la retirada de sus buques del Egeo, dejando definitivamente solas a las fuerzas de Freyberg en la defensa de Creta para lo que restaba de campaña.
Mientras tanto, siguiendo el plan de Merkur, la primera flotilla naval que transportaba la fuerza de invasión se aproximó a Creta para desembarcar a las tropas transportadas por mar. Gracias a ULTRA la flota británica sabía la ruta que iba a seguir el convoy del eje, de modo que poco antes de la medianoche del 21 la Mediterranean Fleet no tuvo dificultades para interceptar a los transportes enemigos que se aproximaban desde el norte.
En el curso del breve combate que siguió, la mayor parte de las gabarras y transportes del eje resultaron hundidos, lo cual obligó a la segunda flotilla que se aproximaba a Creta a dar media vuelta y regresar a Grecia. El intento de invasión por mar quedó de esta forma frustrado, aunque la intervención de la flota británica atrajo inmediatamente la atención de los aviones de la Luftwaffe, que el dia 22 lograron hundir dos cruceros y un destructor, además de dañar a dos acorazados británicos. Ante el acoso de los aviones alemanes, Cunningham no tuvo más remedio que ordenar la retirada de sus buques del Egeo, dejando definitivamente solas a las fuerzas de Freyberg en la defensa de Creta para lo que restaba de campaña.
- Von Kleist
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Contraataque en Maleme (22 de Mayo)
Al anochecer del 21 de mayo los dos batallones (20º y 28º) destinados a contraatacar en Maleme comenzaron a moverse hacía su zona de concentración en el Rio Plantanias, que iba a servir como punto de partida del contraataque. Debido a que se produjeron retrasos en el desplasamiento de las unidades a los puntos de concentración, la hora prevista de inicio tuvo que aplazarse de la 1.00 a las 3.30 de la madrugada del dia 22, lo cual dejaba muy poco margen de maniobra antes de que la luz del día volviese a permitir la acción de la aviación alemana. El resultado de este ataque fue bastante discreto.
El 28º batallón maorí quedó atascado en una lucha casa por casa contra las posiciones de los paracaidistas alemanes en el pueblo de Pirgos, quedando detenidos a kilómetro y medio del aeródromo. El ataque del 20º batallón resultó algo mejor, pues sus unidades de vanguardia lograron abrirse paso entre las defensas alemanas y llegaron al borde del campo de aviación, pero tuvieron que replegarse cuando al amanecer volvieron a entrar en acción los aviones de la Luftwaffe.
Pese a que durante la mañana del 22 se hicieron algunos intentos por reactivar el ataque contra Maleme, los nuevos asaltos, pésimamente coordinados por Hargest, que en todo momento se mantuvo alejado del campo de batalla, fracasaron ante la tenaz resistencia alemana. Con el fracaso del contraataque en Maleme, la última oportunidad para rechazar la invasión alemana y retener Creta se había definitivamente esfumado.
Al anochecer del 21 de mayo los dos batallones (20º y 28º) destinados a contraatacar en Maleme comenzaron a moverse hacía su zona de concentración en el Rio Plantanias, que iba a servir como punto de partida del contraataque. Debido a que se produjeron retrasos en el desplasamiento de las unidades a los puntos de concentración, la hora prevista de inicio tuvo que aplazarse de la 1.00 a las 3.30 de la madrugada del dia 22, lo cual dejaba muy poco margen de maniobra antes de que la luz del día volviese a permitir la acción de la aviación alemana. El resultado de este ataque fue bastante discreto.
El 28º batallón maorí quedó atascado en una lucha casa por casa contra las posiciones de los paracaidistas alemanes en el pueblo de Pirgos, quedando detenidos a kilómetro y medio del aeródromo. El ataque del 20º batallón resultó algo mejor, pues sus unidades de vanguardia lograron abrirse paso entre las defensas alemanas y llegaron al borde del campo de aviación, pero tuvieron que replegarse cuando al amanecer volvieron a entrar en acción los aviones de la Luftwaffe.
Pese a que durante la mañana del 22 se hicieron algunos intentos por reactivar el ataque contra Maleme, los nuevos asaltos, pésimamente coordinados por Hargest, que en todo momento se mantuvo alejado del campo de batalla, fracasaron ante la tenaz resistencia alemana. Con el fracaso del contraataque en Maleme, la última oportunidad para rechazar la invasión alemana y retener Creta se había definitivamente esfumado.
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La situación el 22 de Mayo
Al atardecer del 22 de mayo, en Maleme los alemanes estaban logrando inclinar la balanza de la batalla a su favor, pues la llegada de la 5ª división de Montaña iba a servir definitivamente para asegurar el perímetro del aerodromo y el desembarco de nuevos refuerzos. En Heraklion la situación seguía siendo crítica para los atacantes. Apenas 600 de los 2.000 paracadistas lanzados seguían en condiciones de combatir, y solo el apoyo directo de la Luftwaffe había salvado a lo que quedaba del regimiento de Brauer de la total aniquilación.
Mientras tanto, en el seno del alto mando alemán comenzaron a hacerse sentir las consecuencias de las dificultades en Creta. Student quiso volar a la isla y asumir el mando directo de la operación, pero Göring se lo prohibió, otorgandole el mando al general Ringel de la 5ª división de montaña.
Mientras tanto, Freyberg ya había sido informado de la destrucción del convoy marítimo, por lo que ya no tenía que preocuparse del desembarco anfibio. En vista de que la situación en Heraclion estaba controlada, trató desesperadamente de organizar un nuevo ataque para desalojar a los alemanes de Maleme. Sin embargo, la situación se estaba deterirando rápidamente, ya que en el Valle de la Prision los alemanes habían recibido refuerzos y estaban presionando fuertemente el frente de la 10ª brigada, que había comenzado a ceder.
Freyberg no tuvo más remedio que reconsiderar la situación en su conjunto. Dada la evolución de la batalla, no solo era imposible atacar Maleme, sino que se hacia necesario replegarse más hacia el este para restablecer el tamabalenate frente de sus brigadas. En la práctica, eso significaba abandonar definitivamente toda opción (por remota que fuera) de salvar Creta, pero se hacía necesario para evitar la destrucción de toda la 2ª division neozelandesa.
Al atardecer del 22 de mayo, en Maleme los alemanes estaban logrando inclinar la balanza de la batalla a su favor, pues la llegada de la 5ª división de Montaña iba a servir definitivamente para asegurar el perímetro del aerodromo y el desembarco de nuevos refuerzos. En Heraklion la situación seguía siendo crítica para los atacantes. Apenas 600 de los 2.000 paracadistas lanzados seguían en condiciones de combatir, y solo el apoyo directo de la Luftwaffe había salvado a lo que quedaba del regimiento de Brauer de la total aniquilación.
Mientras tanto, en el seno del alto mando alemán comenzaron a hacerse sentir las consecuencias de las dificultades en Creta. Student quiso volar a la isla y asumir el mando directo de la operación, pero Göring se lo prohibió, otorgandole el mando al general Ringel de la 5ª división de montaña.
Mientras tanto, Freyberg ya había sido informado de la destrucción del convoy marítimo, por lo que ya no tenía que preocuparse del desembarco anfibio. En vista de que la situación en Heraclion estaba controlada, trató desesperadamente de organizar un nuevo ataque para desalojar a los alemanes de Maleme. Sin embargo, la situación se estaba deterirando rápidamente, ya que en el Valle de la Prision los alemanes habían recibido refuerzos y estaban presionando fuertemente el frente de la 10ª brigada, que había comenzado a ceder.
Freyberg no tuvo más remedio que reconsiderar la situación en su conjunto. Dada la evolución de la batalla, no solo era imposible atacar Maleme, sino que se hacia necesario replegarse más hacia el este para restablecer el tamabalenate frente de sus brigadas. En la práctica, eso significaba abandonar definitivamente toda opción (por remota que fuera) de salvar Creta, pero se hacía necesario para evitar la destrucción de toda la 2ª division neozelandesa.
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El final de la batalla de Creta (23-31 de mayo)
Con el repliegue ordenado por Freyberg en la tarde del 22 de mayo, la suerte de la batalla había quedado definitivamente echada. La marea de los refuerzos alemanes comenzó a afluir, ya sin dificultades, a Creta, mientras que las fuerzas británicas pasaron definitivamente a la defensiva. El 23 de mayo aterrizó en Creta el último regimiento de la 5ª division de montañan que no había desembarcado, e inmediatamente los alemanes lanzaron una ofensiva para empujar el frente enemigo hacia Suda. La tardía llegada de dos batallones de refuerzo enviados a ultima hora por Wavell a Creta ya no podía cambiar el signo de la batalla. Además, las fuerzas británicas, se estaban quedando sin suministros, pues la retirada de la Royal Navy del Egeo habia impedido su reaprovisionamiento.
El dia 24 Freyberg informó a Wavell que si no recibia apoyo aereo, su posición sería en breve insostenible. Wavell, ignorante de las verdaderas circusntacias existente en Creta, sugirió a Freyberg que se retirara a la parte oriental de la isla y tratara de llevar a cabo una resistencia prolongada, a lo que aquel contestó nuevamente que sin apoyo aereo, sus fuerzas estabas perdidas.
Mientras tanto, la situación militar seguia deteriorándose rápidamente para los defensores. El 25 un fuerte ataque alemán a cargo de la fresca 5ª división de montaña rompió el frente de Canea y estuvo a punto de capturar Galatas. Freyberg ordenó a sus generales de brigada resistir firmemente y ceder terreno solo de forma gradual, pero la descoordinación fue total: mientras algunas brigadas resistieron, otras efectuaron retiradas de modo que se entablaron una serie de confusas batallas individuales, mientras se perdía cualquier opción de efectuar una retirada organizada.
Wavell comprendió entonces que Creta estaba perdida y autorizó la evacuación de la isla el 27 de mayo. El dia 28, barcos de la Royal Navy comenzaron a evacuar a la guarnición de la isla desde Spakia y Heraclion. Entre el 29 y el 31 de mayo unos 11.000 hombres pudieron ser evacuados mientras la 5ª brigada neozelandesa y la 19ª brigada australiana realizaban acciones de retaguardia y mantenian a raya a las fuerzas perseguidoras de la 5ª división de montaña. En total, pudieron ser evacuados de Creta unos 17.000 hombres, hasta el 31 de mayo, fecha en que la Royal Navy acosada incesantemente por la Luftwaffe y los submarinos del Eje, suspendió definitivamente las tareas de evacuación. Las últimas tropas británicas que quedaron en tierra se rindieron a los alemanes, poniendo el punto y final a la batalla de Creta.
Con el repliegue ordenado por Freyberg en la tarde del 22 de mayo, la suerte de la batalla había quedado definitivamente echada. La marea de los refuerzos alemanes comenzó a afluir, ya sin dificultades, a Creta, mientras que las fuerzas británicas pasaron definitivamente a la defensiva. El 23 de mayo aterrizó en Creta el último regimiento de la 5ª division de montañan que no había desembarcado, e inmediatamente los alemanes lanzaron una ofensiva para empujar el frente enemigo hacia Suda. La tardía llegada de dos batallones de refuerzo enviados a ultima hora por Wavell a Creta ya no podía cambiar el signo de la batalla. Además, las fuerzas británicas, se estaban quedando sin suministros, pues la retirada de la Royal Navy del Egeo habia impedido su reaprovisionamiento.
El dia 24 Freyberg informó a Wavell que si no recibia apoyo aereo, su posición sería en breve insostenible. Wavell, ignorante de las verdaderas circusntacias existente en Creta, sugirió a Freyberg que se retirara a la parte oriental de la isla y tratara de llevar a cabo una resistencia prolongada, a lo que aquel contestó nuevamente que sin apoyo aereo, sus fuerzas estabas perdidas.
Mientras tanto, la situación militar seguia deteriorándose rápidamente para los defensores. El 25 un fuerte ataque alemán a cargo de la fresca 5ª división de montaña rompió el frente de Canea y estuvo a punto de capturar Galatas. Freyberg ordenó a sus generales de brigada resistir firmemente y ceder terreno solo de forma gradual, pero la descoordinación fue total: mientras algunas brigadas resistieron, otras efectuaron retiradas de modo que se entablaron una serie de confusas batallas individuales, mientras se perdía cualquier opción de efectuar una retirada organizada.
Wavell comprendió entonces que Creta estaba perdida y autorizó la evacuación de la isla el 27 de mayo. El dia 28, barcos de la Royal Navy comenzaron a evacuar a la guarnición de la isla desde Spakia y Heraclion. Entre el 29 y el 31 de mayo unos 11.000 hombres pudieron ser evacuados mientras la 5ª brigada neozelandesa y la 19ª brigada australiana realizaban acciones de retaguardia y mantenian a raya a las fuerzas perseguidoras de la 5ª división de montaña. En total, pudieron ser evacuados de Creta unos 17.000 hombres, hasta el 31 de mayo, fecha en que la Royal Navy acosada incesantemente por la Luftwaffe y los submarinos del Eje, suspendió definitivamente las tareas de evacuación. Las últimas tropas británicas que quedaron en tierra se rindieron a los alemanes, poniendo el punto y final a la batalla de Creta.
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Analisis y conclusiones (I): La perspectiva británica
Finalizada la batalla de Creta, muchas de las culpas por la derrota británica recayeron, como era de esperar, en Freyberg. Churchill pensaba que, dado que ULTRA había proporcionado todos los detalles del plan alemán, Freyberg estaba en una posición inmejorable para infligir una derrota importante a la Werhmacht. Esta atribución de responsabilidad a Freyberg ha sido tradicionalmente compartida por muchos historiadores (como por ejemplo, Beevor) que han achacado al general neozelandés la torpeza táctica y lentitud de reacción con la que se hizo frente al asalto alemán. Ahora bien, cabe preguntarse ¿es justa esta valoración?.
Por todo lo expuesto a lo largo de este hilo, personalmente creo que no es nada justo atribuirle la responsabilidad de la derrota a Freyberg. Analizando las circunstancias en que asumió el mando, tras una caótica retirada de Grecia, con unidades incompletas, amén de seriamente faltas de armamento, artilleria y equipo pesado, y con el CG de la división evacuado a Egipto, Freyberg tuvo que organizar la defensa de Creta en unas condiciones dificilísimas para cualquier comandante. Eso por no mencionar que la RAF fue incapaz de proporcionar el más mínimo apoyo aereo, dejando que la Luftwaffe campara a sus anchas sobre la isla, y que la Royal Navy vio seriamente restringidas sus operaciones debido al abrumador dominio aereo alemán.
Visto con perspectiva, el plan táctico de Freyberg era bastante razonable. Era necesario defender todas las zonas señaladas por ULTRA como objetivos, y así lo hizo, dejando una reserva para contraatacar inmediatamente donde fuera posible. Lo que no podía hacer Freyberg con las fuerzas de que disponía era cubrir TODAS las posibles zonas de lanzamiento o desembarco. En realidad los errores tácticos más graves no fueron responsabilidad de Freyberg sino de comandantes locales. La decisión del coronel Andrew, por ejemplo, de retirar a su batallón la colina 107 de Maleme en un momento crítico de la batalla prácticamente le sirvió a los alemanes la victoria en bandeja de plata.
Pero sobre todo, si hubo un culpable de los errores tácticos cometidos durante la batalla ese fue el Brigadier Hargest, jefe de la 5ª brigada, que se limitó a dirigir la batalla desde su CG, y cuya muy deficiente actuación y lentitud de reacción al no coordinar los contraataques del 21 de mayo contra Maleme ni prestar la atención debida a dicho sector –absolutamente crítico- propició que los alemanes consolidaran su posición en el aeródromo, lo que supuso en denitiva la derrota de la CREFORCE.
Tampoco el jefe de la 2ª division Neozelandesa, Puttick (al que Freyberg había cedido el mando al asumir la jefatura de la CREFORCE) estuvo a la altura de las circunstancias: ni supo coordinar la acción de sus generales de brigada, ni controlar la actuación de estos (especialmente la del inepto Hargest) en la fase crítica de la batalla. Si de algo puede culparse a Freyberg es de no haber sabido controlar más de cerca de sus subordinados, pues en más de un momento su supervisión directa (por ejemplo, en Maleme) podría haber cambiado la suerte de la batalla.
En descargo de Freyberg, no obstante, también debe hacerse constar que las comunicaciones entre los distintos Cuarteles Generales funcionaron realmente mal durante toda la batalla: apenas habia equipos de radio disponible, y las lineas de telefono quedaban cortadas frecuentemente por la acción enemiga, de modo que la labor de coordinación entre las distintas unidades tuvo que llevarse a cabo con frecuencia mediante señales visuales y mensajeros a pie, lo cual hizo que Freyberg perdiera el contacto con sus unidades de vanguardia durante largos periodos de la batalla.
En resumidas cuentas a Freyberg le cayó un auténtico "marrón" cuando asumió el mando de la defensa de Creta. En unas circunstancias extremadamente adversas, realizó una labor eficiente para organizar las defensas de la isla, y fueron los errores de sus suborbidanos, mucho más que los propios, los que causaron la derrota de la CREFORCE. Bajo mi punto de vista, Freyberg no fue el gran culpable de la derrota en Creta.
Finalizada la batalla de Creta, muchas de las culpas por la derrota británica recayeron, como era de esperar, en Freyberg. Churchill pensaba que, dado que ULTRA había proporcionado todos los detalles del plan alemán, Freyberg estaba en una posición inmejorable para infligir una derrota importante a la Werhmacht. Esta atribución de responsabilidad a Freyberg ha sido tradicionalmente compartida por muchos historiadores (como por ejemplo, Beevor) que han achacado al general neozelandés la torpeza táctica y lentitud de reacción con la que se hizo frente al asalto alemán. Ahora bien, cabe preguntarse ¿es justa esta valoración?.
Por todo lo expuesto a lo largo de este hilo, personalmente creo que no es nada justo atribuirle la responsabilidad de la derrota a Freyberg. Analizando las circunstancias en que asumió el mando, tras una caótica retirada de Grecia, con unidades incompletas, amén de seriamente faltas de armamento, artilleria y equipo pesado, y con el CG de la división evacuado a Egipto, Freyberg tuvo que organizar la defensa de Creta en unas condiciones dificilísimas para cualquier comandante. Eso por no mencionar que la RAF fue incapaz de proporcionar el más mínimo apoyo aereo, dejando que la Luftwaffe campara a sus anchas sobre la isla, y que la Royal Navy vio seriamente restringidas sus operaciones debido al abrumador dominio aereo alemán.
Visto con perspectiva, el plan táctico de Freyberg era bastante razonable. Era necesario defender todas las zonas señaladas por ULTRA como objetivos, y así lo hizo, dejando una reserva para contraatacar inmediatamente donde fuera posible. Lo que no podía hacer Freyberg con las fuerzas de que disponía era cubrir TODAS las posibles zonas de lanzamiento o desembarco. En realidad los errores tácticos más graves no fueron responsabilidad de Freyberg sino de comandantes locales. La decisión del coronel Andrew, por ejemplo, de retirar a su batallón la colina 107 de Maleme en un momento crítico de la batalla prácticamente le sirvió a los alemanes la victoria en bandeja de plata.
Pero sobre todo, si hubo un culpable de los errores tácticos cometidos durante la batalla ese fue el Brigadier Hargest, jefe de la 5ª brigada, que se limitó a dirigir la batalla desde su CG, y cuya muy deficiente actuación y lentitud de reacción al no coordinar los contraataques del 21 de mayo contra Maleme ni prestar la atención debida a dicho sector –absolutamente crítico- propició que los alemanes consolidaran su posición en el aeródromo, lo que supuso en denitiva la derrota de la CREFORCE.
Tampoco el jefe de la 2ª division Neozelandesa, Puttick (al que Freyberg había cedido el mando al asumir la jefatura de la CREFORCE) estuvo a la altura de las circunstancias: ni supo coordinar la acción de sus generales de brigada, ni controlar la actuación de estos (especialmente la del inepto Hargest) en la fase crítica de la batalla. Si de algo puede culparse a Freyberg es de no haber sabido controlar más de cerca de sus subordinados, pues en más de un momento su supervisión directa (por ejemplo, en Maleme) podría haber cambiado la suerte de la batalla.
En descargo de Freyberg, no obstante, también debe hacerse constar que las comunicaciones entre los distintos Cuarteles Generales funcionaron realmente mal durante toda la batalla: apenas habia equipos de radio disponible, y las lineas de telefono quedaban cortadas frecuentemente por la acción enemiga, de modo que la labor de coordinación entre las distintas unidades tuvo que llevarse a cabo con frecuencia mediante señales visuales y mensajeros a pie, lo cual hizo que Freyberg perdiera el contacto con sus unidades de vanguardia durante largos periodos de la batalla.
En resumidas cuentas a Freyberg le cayó un auténtico "marrón" cuando asumió el mando de la defensa de Creta. En unas circunstancias extremadamente adversas, realizó una labor eficiente para organizar las defensas de la isla, y fueron los errores de sus suborbidanos, mucho más que los propios, los que causaron la derrota de la CREFORCE. Bajo mi punto de vista, Freyberg no fue el gran culpable de la derrota en Creta.
Última edición por Von Kleist el 04 Jun 2009, 18:12, editado 1 vez en total.
- Von Kleist
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Algunas fotos de los protagonistas
El Brigadier Hargest, de la 5ª Brigada Nz, gran culpable de la derrota
El general Puttick, jefe de la 2ª Division Nz, cuya discreta actuación en Creta fue otra de las causas de la derrota:
El general Freyberg, cuya labor como jefe de la CREFORCE fue extensamente cuestionada después de la derrota:
El Brigadier Hargest, de la 5ª Brigada Nz, gran culpable de la derrota
El general Puttick, jefe de la 2ª Division Nz, cuya discreta actuación en Creta fue otra de las causas de la derrota:
El general Freyberg, cuya labor como jefe de la CREFORCE fue extensamente cuestionada después de la derrota:
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Estoy rehojeando el libro de Beevor y no encuentro el tema, te acuerdas donde y que unidad fue la de los problemas con el agua Von Kleist?
Me suena Maleme.
Desde luego revisitando las tribulaciones individuales que cuenta...aquello fue una locura y un cúmulo de despropósitos por ambos bandos importante.
Os cuento una anecdota en mi linea de excentricidad y british style
En la villa del general Freyberg reinaba una atmósfera de tranquila indeferencia hasta que Monty Woodhouse apareció a las ocho para entregar un mensaje. El general le propuso que se quedara a desayunar.
"No fue un desayuno suntuoso -recuerda Woodhouse-, pero si mucho mejor de lo que probaba hace tiempo". Mientras comían "levantó la vista y vió el cielo azul pobaldo de aviones alemanes...El general continuó desayunando tranquilamente. ¿Que debía hacer yo?. Interrumpirle me pareció descortés, por no decir un acto rayando la insubordinación".
Cuando Woodhouse hizó por fin acopio para intervenir, Freyberg levantó la cabeza y gruño, y después consultó su reloj.: " Perfectamente puntuales!! -apostilló- Manifestó una leve sorpresa por la puntualidad germánica y luego volvió al desayuno".
Saludos.
Me suena Maleme.
Desde luego revisitando las tribulaciones individuales que cuenta...aquello fue una locura y un cúmulo de despropósitos por ambos bandos importante.
Os cuento una anecdota en mi linea de excentricidad y british style
En la villa del general Freyberg reinaba una atmósfera de tranquila indeferencia hasta que Monty Woodhouse apareció a las ocho para entregar un mensaje. El general le propuso que se quedara a desayunar.
"No fue un desayuno suntuoso -recuerda Woodhouse-, pero si mucho mejor de lo que probaba hace tiempo". Mientras comían "levantó la vista y vió el cielo azul pobaldo de aviones alemanes...El general continuó desayunando tranquilamente. ¿Que debía hacer yo?. Interrumpirle me pareció descortés, por no decir un acto rayando la insubordinación".
Cuando Woodhouse hizó por fin acopio para intervenir, Freyberg levantó la cabeza y gruño, y después consultó su reloj.: " Perfectamente puntuales!! -apostilló- Manifestó una leve sorpresa por la puntualidad germánica y luego volvió al desayuno".
Saludos.
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jajajaja
Cuando Woodhouse hizó por fin acopio para intervenir, Freyberg levantó la cabeza y gruño, y después consultó su reloj.: " Perfectamente puntuales!! -apostilló- Manifestó una leve sorpresa por la puntualidad germánica y luego volvió al desayuno".
tocate los huevos viva la imcompetencia con galones
porcierto yo opino que hubiese sido de mal gusto el haber sido impuntual
y estos personajes estirados tenian a su cargo miles de personas
me parece vomitivo
Cuando Woodhouse hizó por fin acopio para intervenir, Freyberg levantó la cabeza y gruño, y después consultó su reloj.: " Perfectamente puntuales!! -apostilló- Manifestó una leve sorpresa por la puntualidad germánica y luego volvió al desayuno".
tocate los huevos viva la imcompetencia con galones
porcierto yo opino que hubiese sido de mal gusto el haber sido impuntual
y estos personajes estirados tenian a su cargo miles de personas
me parece vomitivo
- Von Kleist
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