Andrés Eduardo González escribió::cool: A ver Cartaphilus, deje su ponzoña y debata con argumentos. El otro, así esté equivocado, ha puesto los links respectivos para respaldar su argumento y tiene todo el derecho de hacerlo; tal vez él no haya comprendido bien la diferencia entre construir de nuevo y modernizar, rediseñar o fabricar desde cero, pero ha colocado sus argumentos de forma respetuosa; pero usted sólo responde con descalificaciones y no aporta nada, sólo aclara los tiempos de construcción y entregas de los F-1 a España y además lo hace con evidente ponzoña, es decir, su argumentación que es válida y certera la nubla con ataques innecesarios a otros.
El forista en cuestión se descalifica solo, su empeño en contradecir la realidad lo ridiculiza, y lo ha puesto a la altura del betún. Después de 3 o 4 mensajes creo que todavía no ha entendido lo de los Kfir, y sigue convencido que Colombia ha adquirido unidades fabricadas posteriormente a 1980, cosa imposible porque todos hemos visto en las últimas fotos que se trata de células de C7. Y aunque hubiesen sido C10 de morro alargado, igualmente son C7 reconstruidos a partir de C2.
Usted habla de colocar sus argumentos, pero el susodicho no ha sido capaz (porque es imposible) de poner una sola fuente que indique que en Israel se construyeron Kfir nuevos a partir de 1980, o que los Kfir C7 y C10 son aviones construidos ex profeso y no meras modificaciones de C2. Eso no es exponer argumentos, es negar la realidad sin sustento alguno, y la normativa del foro lo prohibe.
Y lo de la ponzoña... creo que no hay palabra más envenenada que la que porta el germen de la mentira, y el susodicho no es que mienta; es que, directamente, desconoce la verdad. A la par de mentiroso es, además, soberbio, porque es incapaz de reconocer que ha metido la pata hasta la axila, y que, en contra de lo que ha afirmado él una y otra vez, los F-1E españoles son aviones más jóvenes que los Kfir que ahora tiene Colombia, y que está ahora adquiriendo.
Al fin y al cabo, todos somos dueños de nuestras palabras y esclavos de nuestros silencios. Las palabras llenas de mentiras, y los silencios cuando se le da con la verdad en las narices nos muestra la catadura moral e intelectual del personaje. Por tanto, no hay mucho más que añadir.