Brasil también quiere saber sobre las bases
EL GOBIERNO DE Brasil también demuestra su inquietud por los alcances del acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos. Su canciller, Celso Amorim, dijo que entiende la preocupación de Venezuela y que sería bueno que se les brinde información a "los vecinos".
Clara Isabel Vélez Rincón - Medellín | Publicado el 3 de agosto de 2009
La posible intermediación de Brasil en el episodio que enfrenta a Colombia y Venezuela por el acuerdo de cooperación militar con Estados Unidos, parece alejarse.
Las declaraciones del presidente Luis Inácio "Lula" da Silva, sobre la importancia de que se explique en Unasur el contenido del acuerdo, fueron ratificadas ayer por su canciller Celso Amorim, quien en declaraciones al diario Folha de Sao Paulo, señaló que es necesario que a los países vecinos se les brinde garantías sobre cómo serán usadas esas bases.
Es más, citó al escritor brasileño Millor Fernandes para explicar y justificar la posición de Chávez en este conflicto: "El hecho de que yo sea paranoico no significa que no sea perseguido".
No obstante, insistió en el reconocimiento de su gobierno a la soberanía colombiana y precisó que tiene derecho a hacer lo que quiera en su territorio. Pero al igual que "Lula", advirtió que una presencia militar fuerte de EE.UU. en el vecindario no deja de ser preocupante.
"Colombia es un país soberano y tiene derecho a hacer lo que quiera en su territorio, pero se trata de una presencia militar importante en el vecindario", afirmó Amorim.
Replantear la posición
Para el ex canciller Augusto Ramírez Ocampo, las declaraciones de Amorim demuestran que es necesario que el presidente Álvaro Uribe replantee su posición de no asistir a la reunión de la Unasur, en Quito.
"Lula ya no puede ser facilitador como en otras ocasiones, en las que tuvo mucho éxito. La declaración que dio con la presidenta Michelle Bachelet (de Chile) demuestra que están más cerca de la posición de Chávez (Hugo) que de Colombia", indicó Ramírez.
Ambos mandatarios propusieron el jueves que el encuentro de jefes de Estado de la Unasur, el 10 de agosto, también se convierta en un encuentro del Consejo de Seguridad de ese organismo al cual fueron convocados los ministros de Defensa.
A esto se suma la advertencia de Chávez sobre la importancia que se le dará al tema del convenio entre Colombia y EE.UU., en la cumbre del 10 de agosto, de la Unasur. Con tal fin ya comenzó a establecer contactos con varios jefes de Estado.
"Colombia es, lamentablemente, la cabecera de playa de la estrategia de contención yanqui en la América del Sur y, por supuesto, su base de operaciones. De hecho, estas nuevas bases militares constituyen un peligro real y concreto contra la soberanía y la estabilidad de la región suramericana", afirmó el mandatario en "Las líneas de Chávez", un artículo que publica cada domingo.
Por eso, Ramírez Ocampo cree que es necesario que Uribe vaya y cumpla un papel similar al que adelantó en la reunión del Grupo de Río, en República Dominicana, días después del ataque al campamento del vocero internacional de las Farc, Raúl Reyes, en Ecuador.
Visita de Fraser
La polémica podría incrementarse por la llegada a Colombia del jefe del Comando Sur de EE.UU. general Douglas Fraser, quien encabezará mañana un encuentro con comandantes de Fuerzas Militares de América Latina, en Cartagena.
El ex canciller colombiano recordó que esta reunión de militares se pactó de tiempo atrás, pero que igual va a generar ruido en el vecindario. "Habrá que ver los comandantes de qué países llegan, porque eso demostrará qué tan sola podría estar Colombia en este tema. Mirar también si llegan delegados de México y de qué países de Centroamérica".
Contexto
¿Cómo operarían las bases?
El convenio de cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos contemplaría el uso de las bases de la Fuerza Aérea en Apiay (Meta), Palanquero (Puerto Salgar, Cundinamarca) y Malambo (Atlántico); y la de la Armada Nacional, en bahía Málaga, Valle.
Según el comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla, el comandante de cada una de estas unidades militares permanecerá al mando de ellas. Con los estadounidenses se van a fijar las pautas de seguridad.
Frente a la información de inteligencia que en ellas se recoja, el presidente Álvaro Uribe insistió en que estará enfocada a la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Colombia no servirá de plataforma para atacar a terceros.
Un articulo de opinion
Chávez, Correa y Uribe
Hernando Gómez Buendía - Medellín | Publicado el 3 de agosto de 2009
Tener razones no es lo mismo que tener razón. En la pelea entre Colombia, Venezuela y Ecuador, cada gobierno tiene sus razones pero ninguno tiene la razón:
-Las razones de Uribe son claras y legítimas: los gobiernos de Chávez y Correa han ayudado al enemigo militar de Colombia; estos son actos de agresión que contradicen el derecho internacional y exigen una respuesta firme del país agredido.
-Las razones de Correa son claras y legítimas: Colombia violó la soberanía ecuatoriana invocando un pretexto inadmisible, no pide excusas y se empeña en lanzar cortinas de humo.
-Y Chávez, que antes no tenía, ahora sí tiene una razón legítima: aviones de un gobierno hostil a Venezuela usarán bases aéreas de Colombia para misiones fuera de su territorio (pues si no fuera así, Bogotá y Washington no tendrían por qué firmar un nuevo Acuerdo).
Lo malo de las razones anteriores es que cada una en efecto constituye un casus belli o un motivo suficiente para ir a la guerra de verdad: apoyo al enemigo militar para Colombia, violación de soberanía territorial para Ecuador, y alianza con el Estado que planea invadir para Venezuela. Tanto es así que Chávez y Correa hablan cada vez más de escenarios militares, mientras Uribe insiste en defender "intervenciones preventivas".
Pero la guerra no es una opción seria para ninguno de los tres gobiernos, y cada uno de ellos está encartado con la razón que tiene: Si no es la guerra quedan los discursos, los gestos desafiantes y las retaliaciones secundarias o indirectas que por lo mismo no resuelven el problema.
Los tres gobiernos tienen razón, pero ninguno de los tres la toma en serio. Por eso ninguno admite que sus actos sean respuestas a la agresión del otro, ninguno admite que sea hostil al otro, y no admite siquiera que exista una respuesta: aquí no hay vínculos con las Farc, no hay violaciones de soberanía, no hay bases norteamericanas. Hay un país que actúa en legítima defensa, y otro país que actúa en legítima defensa? y otro país que actúa en legítima defensa.
Y como nadie admite la verdad, las retaliaciones no van a dónde toca:
- Las ayudas clandestinas de Chávez o de Correa no cambian seriamente la ecuación militar en Colombia porque no pueden tener la escala suficiente. Y si se trata de cohetes o misiles, pues la guerrilla puede comprarlos en otras partes. En cambio la filtración de las ayudas a las Farc fortalece la imagen de Uribe y cimenta su alianza con el país que según Chávez va a invadir a Venezuela.
- El ataque a "Reyes" en el Ecuador no fue una represalia por las ayudas de Correa a la guerrilla, ni estos ataques "preventivos" servirían para que Correa deje de ayudarles: es todo lo contrario.
-Y el nuevo acuerdo militar con Washington no es una represalia por el apoyo de Chávez a las Farc, sino una pieza en la estrategia geopolítica de Estados Unidos en América Latina. Por eso Brasil y Chile, además de Bolivia, Ecuador y Venezuela, le están pidiendo cuentas al presidente Uribe.
Esas retaliaciones a medias o indirectas tienen pues un efecto contrario al que se busca. Colombia está logrando que las Farc ganen espacio en Ecuador y Venezuela, Chávez está logrando que Colombia les preste sus bases a los gringos y Correa está logrando que las Farc lo enreden más y más. Los tres presidentes están ayudando a aumentar la popularidad de sus adversarios, están inflamando los tres nacionalismos y están corriendo el riesgo de que algún incidente desemboque en la guerra de verdad.
Pero para fortuna de nuestros tres países no habrá guerra, si no es por accidente. Tampoco cabe la solución negociada, porque las tres razones no casan entre sí y nadie tiene el poderío suficiente para que el otro se resigne a ceder. Y todo eso nos lleva a concluir que el enredo entre los tres países no tiene solución distinta de esperar que sobrevenga el incidente trágico o que cada gobierno entierre discretamente sus razones y el tiempo se encargue de acabar de enterrarlas.
Otro de opinion
Intromisión indebida
EL COLOMBIANO - Medellín | Publicado el 3 de agosto de 2009
Sorprende la invitación que hacen los presidentes de Chile y Brasil, Michelle Bachelet y Luiz Inácio Lula da Silva, a los ministros de Defensa de Suramérica para que den su opinión, en la cumbre de Unasur del próximo 10 de agosto, sobre la conveniencia del acuerdo de cooperación y asistencia técnica en defensa y seguridad, que negocian Colombia y Estados Unidos.
Parecen desconocer el real alcance del convenio: la lucha global contra el terrorismo, a la que nadie, verdaderamente sensato, debería sustraerse y mucho menos oponerse.
No se trata de orquestar operaciones contra terceros países, como en forma equívoca pretenden hacerlo ver algunos. El insólito llamado es una indebida intervención en nuestros asuntos internos, así trate de disfrazarse bajo el amparo de frases diplomáticas: "La soberanía es intocable y a mí no me agrada nada una base estadounidense en la región, pero así como no quiero que Uribe se entrometa en mi Gobierno, prefiero no dar opiniones en las decisiones de Uribe", afirmó Lula.
Entonces: ¿en qué quedamos?
Dulce et decorum est pro patria mori, sed dulcius pro patria vivere, et dulcissimum pro patria bibere. Ergo, bibamus pro salute patriae.
Nací libre como el viento de las selvas antioqueñas, como el cóndor de los Andes que de monte en monte vuela.