Los Panzer alemanes: detrás del mito
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UN INCISO AÉREO
La Luftwaffe no fue ajena a los preparativos. Goering movilizó sus últimos recursos de transportes para apoyar a las PzDiv tanto con avituallamientos como con una operación paracaidista (que mencionaremos más adelante) Y concentró todos los aviones de combate disponibles para tratar de ganar la superioridad aérea local.
El Reichsmarshall aseguró a Hitler en octubre que tendría disponibles 2000 cazas a reacción para asestar un golpe letal a la aviación enemiga, destruyendo a sus aviones en tierra en una ofensiva por sorpresa: prudentemente, Hitler supuso que tan sólo habría un millar (¿quizás el mismo millar que no había aparecido sobre Normandía?) pero en una conferencia en Noviembre Skorzeni vio que la cifra ya se había reducido a 250 reactores. Al final apenas un centenar de cazas y cazabombarderos Me262 estarían operativos en el momento de iniciarse la ofensiva, pero daría lo mismo porque ningún avión alemán iba a intervenir en los combates: ecuánimemente, el mismo clima invernal que dejaría en tierra a los cazabombarderos impediría despegar a los pilotos alemanes hasta que ya fuera demasiado tarde.
La aviación, pese a todo, colaboró junto a la marina en otro aspecto, ya que buena parte de las divisiones de infantería cubrieron sus plantillas con personal de la Luftwaffe y la Kriegsmarine. El valor en combate de estos reemplazos era bastante dudoso, ya que se trataba de maquinistas, marineros, mecánicos de vuelo, administrativos… pero taparon muchos agujeros y al menos daban una cierta apariencia de fuerza.
Y hablando de todo un poco ¿Cuál era finalmente la fuerza que Alemania iba a concentrar frente a las Ardenas?
La Luftwaffe no fue ajena a los preparativos. Goering movilizó sus últimos recursos de transportes para apoyar a las PzDiv tanto con avituallamientos como con una operación paracaidista (que mencionaremos más adelante) Y concentró todos los aviones de combate disponibles para tratar de ganar la superioridad aérea local.
El Reichsmarshall aseguró a Hitler en octubre que tendría disponibles 2000 cazas a reacción para asestar un golpe letal a la aviación enemiga, destruyendo a sus aviones en tierra en una ofensiva por sorpresa: prudentemente, Hitler supuso que tan sólo habría un millar (¿quizás el mismo millar que no había aparecido sobre Normandía?) pero en una conferencia en Noviembre Skorzeni vio que la cifra ya se había reducido a 250 reactores. Al final apenas un centenar de cazas y cazabombarderos Me262 estarían operativos en el momento de iniciarse la ofensiva, pero daría lo mismo porque ningún avión alemán iba a intervenir en los combates: ecuánimemente, el mismo clima invernal que dejaría en tierra a los cazabombarderos impediría despegar a los pilotos alemanes hasta que ya fuera demasiado tarde.
La aviación, pese a todo, colaboró junto a la marina en otro aspecto, ya que buena parte de las divisiones de infantería cubrieron sus plantillas con personal de la Luftwaffe y la Kriegsmarine. El valor en combate de estos reemplazos era bastante dudoso, ya que se trataba de maquinistas, marineros, mecánicos de vuelo, administrativos… pero taparon muchos agujeros y al menos daban una cierta apariencia de fuerza.
Y hablando de todo un poco ¿Cuál era finalmente la fuerza que Alemania iba a concentrar frente a las Ardenas?
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japa escribió:Por no mencionar que mientras la MG es preciosa el BAR es más feo que darle a tu padre con un calcetín sudado.
Lo bonito de la MG-42 es su interior. Su simplicidad, sencillez y eficacia es soprendente. Es tan sencilla ... que no parece alemana.
Y el BAR también tiene su encanto, su aire retro. No olvidemos que es un diseño de la IGM (muy avanzado para su tiempo)
japa escribió:Preciamente la 50 cal tuvo uno de sus momentos carniceros en las Ardenas, en el formato de cuadruple montaje antiaéreo, que contra infantería era una verdadera picadora de salchichas
Por no comentar los B-25 que llegaban a acumular una decena de estos chisme en su morro.
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LOS MEDIOS
El plan de Hitler implicaba el empleo de tres ejércitos: el VI PzArm (a veces llamado VI SS PZArm), el V PzArm y el VII Ejército, dirigidos respectivamente por Dietrich, Von Manteuffel y Brandenburger.
El peso principal de la ofensiva recaía sobre el VI PzArm, que debía romper en el flanco norte, atravesar las Ardenas utilizando cinco rutas forestales (Rollbahn o pistas de rodada) y alcanzar el Mosa a la altura de Lieja. Una vez allí las PzDiv de Dietrich flanquearían la ciudad para evitar verse atascadas en una lucha callejera y girarían hacia el Noroeste, en paralelo al Canal Alberto, para alcanzar Amberes. Para asegurar la victoria el Führer había concentrado en este sector las unidades Waffen, a las que consideraba mucho más fiables en combate que las del Heer.
El V PzArm debía a su vez ampliar la brecha por el sur, atravesando los bosques por dos rutas diferentes para alcanzar el Mosa cerca de Giver. De este modo los alemanes dispondrían de suficiente espacio de maniobra para las fuerzas que seguirían a la penetración. Por su parte el VII Ejército debía desplegarse al sur del V PzArm, para proteger el flanco izquierdo germano contra la reacción del III Ejército americano.
Runstedt y Model consideraban que ese planteamiento era ilusorio, y presentaron una alternativa más modesta, conocida como el Golpe Menor, en comparación con la ofensiva prevista (el Golpe Mayor). Este proyecto dividía la operación en dos etapas: primero, los ejércitos de DIetrich y Manteuffel debían alcanzar el Mosa destruyendo al I Ejército Americano. Posteriormente, y una vez asegurada la región liberada, sería posible lanzar un segundo asalto hacia la costa para tomar Amberes. Hitler, como era se esperar, rechazó la propuesta, ya que el vuelco que necesitaba en el Oeste pasaba por la toma de Amberes y el cerco del II EJército Británico, luego todo debía hacerse en un sólo golpe. Hay que decir que en ese sentido no estaba desacertado, ya que la ventana de mal tiempo que protegería a los panzer de la aviación aliada no duraría demasiado, y era de suponer que una ofensiva hacia Amberes en enero o febrero sería aplastada casi en su comienzo. Así las cosas, el plan original siguió adelante y las tropas siguieron concentrándose de acuerdo a lo previsto.
Dado que la importancia de las misiones asignadas a las diferentes agrupaciones decrecía de norte a sur, el despliegue de las fuerza seguía la misma pauta, concentrando la mayor parte de los medios disponibles en el norte y dejando los sobrantes para la cobertura del flanco sur. A continuación repasaremos la estructura de los tres ejércitos implicados y los recursos a su disposición.
El plan de Hitler implicaba el empleo de tres ejércitos: el VI PzArm (a veces llamado VI SS PZArm), el V PzArm y el VII Ejército, dirigidos respectivamente por Dietrich, Von Manteuffel y Brandenburger.
El peso principal de la ofensiva recaía sobre el VI PzArm, que debía romper en el flanco norte, atravesar las Ardenas utilizando cinco rutas forestales (Rollbahn o pistas de rodada) y alcanzar el Mosa a la altura de Lieja. Una vez allí las PzDiv de Dietrich flanquearían la ciudad para evitar verse atascadas en una lucha callejera y girarían hacia el Noroeste, en paralelo al Canal Alberto, para alcanzar Amberes. Para asegurar la victoria el Führer había concentrado en este sector las unidades Waffen, a las que consideraba mucho más fiables en combate que las del Heer.
El V PzArm debía a su vez ampliar la brecha por el sur, atravesando los bosques por dos rutas diferentes para alcanzar el Mosa cerca de Giver. De este modo los alemanes dispondrían de suficiente espacio de maniobra para las fuerzas que seguirían a la penetración. Por su parte el VII Ejército debía desplegarse al sur del V PzArm, para proteger el flanco izquierdo germano contra la reacción del III Ejército americano.
Runstedt y Model consideraban que ese planteamiento era ilusorio, y presentaron una alternativa más modesta, conocida como el Golpe Menor, en comparación con la ofensiva prevista (el Golpe Mayor). Este proyecto dividía la operación en dos etapas: primero, los ejércitos de DIetrich y Manteuffel debían alcanzar el Mosa destruyendo al I Ejército Americano. Posteriormente, y una vez asegurada la región liberada, sería posible lanzar un segundo asalto hacia la costa para tomar Amberes. Hitler, como era se esperar, rechazó la propuesta, ya que el vuelco que necesitaba en el Oeste pasaba por la toma de Amberes y el cerco del II EJército Británico, luego todo debía hacerse en un sólo golpe. Hay que decir que en ese sentido no estaba desacertado, ya que la ventana de mal tiempo que protegería a los panzer de la aviación aliada no duraría demasiado, y era de suponer que una ofensiva hacia Amberes en enero o febrero sería aplastada casi en su comienzo. Así las cosas, el plan original siguió adelante y las tropas siguieron concentrándose de acuerdo a lo previsto.
Dado que la importancia de las misiones asignadas a las diferentes agrupaciones decrecía de norte a sur, el despliegue de las fuerza seguía la misma pauta, concentrando la mayor parte de los medios disponibles en el norte y dejando los sobrantes para la cobertura del flanco sur. A continuación repasaremos la estructura de los tres ejércitos implicados y los recursos a su disposición.
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Si la ofensiva tenía éxito sería posible destruir entre 20 y 30 divisiones enemigas, un volumen de bajas que en el frente oriental no sería apreciable, pero resultaría catastrófico para los angloamericanos.
Unos datos sobre la calidad del infante américano:
- Sólo el 27.4% de los reclutas conseguían un nivel I o II en las pruebas de acceso.
- El 29% lograban el nivel III.
- Nada menos que el 43% lograba grados IV y V, lo cual reflejaba inteligencia baja y poca aptitud para el entrenamiento.
La comparación con otros departamentos es chocante. En el departamento de finanzas un 89.4% había logrado el nivel I/II, y en la policia militar un 35.3%.
La moral tampoco era muy alta porque los soldados se sentían abandonados y veian la infanteria como el retrete donde mandar todo lo deficiente. La unidad de un soldado llamado Charles Fenix no podía creer lo que ponía en un artículo de Star Stripes: a soldados con faltas de disciplina se les había ofrecido el envio a unidades de infanteria como sustituto de las penas. De 514 soldados enviados desde la USAAF se descubrió que 231 habían sufrido consejos militares (martial court).
El tamaño de las unidades de logística, marina y fuerza aérea también causaba sus problemas: de 5 millones de soldados sirviendo en las FFAA, sólo había 2 enfrentadose directamente al enemigo, y 300000 sirviendo en infanteria/caballeria en Europa del Norte. Incluso en 1944 se mantenían en Europa del norte 198 unidades AAA, cuando la Luftwaffe no pintaba nada. Una reducción a 146 batallones AAA hubiese liberado 38000 hombres, una cifra nada desdeñable.
Como dato interesante, la tasa de deserción 45.2/1000 en 1944, llegando a 63/1000 en Enero de 1945. A 1 de Enero de 1945 se estimaba que había unos 18000 desertores. "Los remplazos no eran satisfactorios, de hecho nunca lo fueron", llegó a decir el Lt Coronel Ware, de la 1° división de infanteria.
Datos sacados del libro de Max Hastings "Armageddon the battle for Germany 1944-45".
Veamos las cifras de personal en las FFAA americanas:
30 Junio 1945
Army 8,266,000 (Air Corps 2,282,000)
USMC 475,000
USN 3,381,000
VJ Day
Army 8,020,000 (Air Corp 2,253,000)
USMC 485,000 (125,000,116,000, 112,000 aviación)
USN 3,200,000 (Alistados 2,995,000)
Como se puede ver los requerimientos de la fuerza aérea y sobre todo Marina, son enormes. El Army era el patito feo, y se quedaba con los peores reclutas. Teniendo en cuenta el filtro por el que éstos pasaban, no es de extrañar que la infanteria tuviese un personal (y remplazos) de escasa calidad. Si los americanos hubiesen perdido 20 divisiones de golpe hubiera sido todo un problema el remplazarlos en un plazo breve.
Dietrich, Von Manteuffel y Brandenburger.
No deja de ser curioso que una formación como el 6° SS fuese puesto bajo el mando de Dietrich. El cual, según muchos, no debería de haber pasado de sargento. Y mientras otros oficiales como Von Kleist o Von Manstein retirados...
Los americanos que arrestaron a Dietrich lo definieron como "a rather battered barman". A ver quien lo puede traducir porque no encuentro una expresión similar en español.
Saludos.
- samurayito
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alejandro_ escribió: Los americanos que arrestaron a Dietrich lo definieron como "a rather battered barman". A ver quien lo puede traducir porque no encuentro una expresión similar en español.
Yo lo traduciria por "un camarero bastante cascado". Es decir, el tipico camarero gordo y cincuenton de las peliculas, que esta detras de la barra sirviendo cervezas, resabiado y cansado de la vida.
No creo que haya quedado claro si se referian al aspecto fisico o a su actitud en general. Ademas, esto debio ser cuando lo capturaron, con toda la desmoralizacion de la derrota a cuestas.
Esta por ver, pero un Manstein, retirado, o el propio Hausser, que tambien era de las Waffen-SS, parecen mejores candidatos para mandar un ejercito.
Aunque peor meparece el famoso "pasotismo" de Rundstedt durante la ofensiva.
Saludos
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El Golpe Mayor y el Golpe Menor. Publicado por Osprey
VI PZARM
El VI Ejército Acorazado, desplegado en la meseta de Eiffel, entre Schleiden y Stadlkyll, estaba al mando del Oberstgruppenführer Sepp Dietrich. Pese a no haber recibido una formación militar tradicional, el general SS no era el torpe incompetente que algunos autores han reflejado, y a esas alturas de la guerra los generales del Heer le tenían en bastante estima (su relación con Rommel, por ejemplo, fue bastante buena). Sin embargo si bien era un excelente subordinado no era un hombre adecuado para mandar un agrupación de nivel ejército, ya que no tenía ni la preparación profesional para gestionar ese volumen de tropas ni el nivel de iniciativa suficiente para adaptarse a las circunstancias. Hay que decir que en ese sentido, era la elección lógica para Hitler, ya que el Führer esperaba que sus órdenes se cumplieran al pie de la letra, y aunque Dietrich era sumamente crítico con las directrices del OKW, haría todo lo que estuviera en su mano para ejecutarlas.
Las fuerzas bajo sus órdenes estaban a su vez divididas en tres cuerpos de ejército: dos en primera línea y uno en reserva.
LXVII CUERPO
La agrupación dirigida por el general Hitzfeld cubría el flanco derecho de Dietrich, y su misión era evitar que un contraataque del II Ejército Británico cortara la penetración del VI PzArm desde el norte. Para ello debía desplegarse desde Monschau, atravesando Eupen y Soumagne hasta alcanzar el Mosa, al norte de Lieja. Una misión que quedaba muy lejos de sus posibilidades.
Mientras que las divisiones Waffen recibieron todo el apoyo posible de cara a la ofensiva, las dos divisiones de volksgrenadier del LXVII (272ª y 326ª) estaban en un estado lamentable, sin llegar a cubrir el 70% de sus efectivos, y con el único apoyo acorazado de una compañía de Hetzer con una docena de cazacarros. Para paliar esta situación Hitzfield solicitó que la 3ª PzDiv le fuera asignada como refuerzo, pero esta unidad fue trasladada al comienzo de las operaciones y dejó a las VGDiv abandonadas a sus propias (y escasas) fuerzas.
Las rutas del ISS PzKorp (A a E) y, al norte, la ruta del LXVII Cuerpo, mapa publicado por Osprey
I SS PZKORP
Esta formación, al mando del general Priess, era la más poderosa del frente, aunque el II SS PzKorp, en reserva, tenía más medios pesados. La misión asignada a Priess era romper el frente en un sector relativamente estrecho, entre Rocherat y Manderfeld. La ruptura estaba a cargo de la infantería y las columnas acorazadas se lanzarían por el boquete para avanzar por los bosques a través de cuatro rutas diferentes, y llegar al Mosa entre Huy y Lieja. La fuerza acorazada estaba constituida por las dos divisiones favoritas de Hitler, la Liebstandarte y la HitlerJugend.
El flanco septentrional estaba asignado a la HitlerJugend. Los reemplazos recibidos en los últimos tiempos ya no eran la élite de la juventud nazi, pero la moral estaba alta. El PzReg disponía de 38 Pz V y 39 Pz IV, el PzJgAbt fue incrementado hasta disponer de 12 JgPz V y 17 JgPz IV, y se añadieron dos compañías de StuG con ocho vehículos: un total de 114 vehículos acorazados.
La HJ se dividió en dos KG, Muller y Kühmann. El primero recorrería las RollBahn A y B, que partían respectivamente de Rocherat y Krinkelt, y debía reunirse en los alreredores de Lieja con el LXVII Cuerpo. Esta formación incluía un PzGrAbt con camiones, el PzJgAbt reforzado, el batallón de ingenieros y un regimiento de artillería, incluida una compañía de StuG. El KG Kühmann, con el PzAbt al completo, el otro PzGrAbt (equipado con semiorugas) y un regimiento de artillería más el resto de los cañones de asalto. Su ruta de marcha hacia el Mosa era la RollBahn C, desde Losheim a Clermont, unos diez km al sur de Lieja.
La I SS PzDiv estaba también casi al completo de personal, y sus dos PzAbt alineaban 37 Pz V y 34 Pz IV, reforzados por el 501 SS SPzAbt con 30 PzVIB. Su PzJgAbt tenía 10 JgPz IV, así que la división disponía de 111 vehículos acorazados, una fuerza nada desdeñable. No obstante el nivel de adiestramiento de los nuevos conductores era muy bajo, y al igual que la HJ, sólo tenía semiorugas para uno de sus tres PzGrAbt.
La división se dividió en cuatro KG, Peiper, Hansen, Sandig y Knittel. El primero llevaba consigo el PzReg y el batallón pesado más medio PzGrAbt, y debía recorrer la RollBahn D entre Losheim y St. Severin, a través de Stavelot, Trois Ponts, La Gleize y Stoumont. El segundo, con la mitad de otro PzGrAbt y y el PzJgAbt haría lo propio al sur de Peiper, por la RollBahn E, desde Manderfeld hasta Huy, pasando por Recht y Werbomont.
El KG Sandig incluía el resto de los PanzerGrenadier y el regimiento de artillería, y debía seguir a Peiper como refuerzo, mientras el KG Knittel, con el batallón de reconocimiento, trataría de infiltrarse por rutas secundarias para tomar algunos cruces adicionales.
En lo que respecta a la infantería del I SS PzKorp, sobre el papel la unidad mejor preparada era la 3ª FallDiv, pero esta formación había sido duramente diezmada en la lucha por Carentán y apenas alineaba ya el 15% de sus efectivos originales para instruir al tropel de oficinistas, técnicos y asistentes de vuelo que cubrieron las bajas en el otoño. La Luftwaffe ya no tenía más tropas de élite para lanzar al matadero, y la división tenía de paracaidista poco más que el nombre.
La 3ª debía romper el frente en el flanco meridional del I SS PzKorp, para abrir paso a la Liebstandarte. Adicionalmente una pequeña parte de la unidad (unas tres compañías) debía efectuar un lanzamiento nocturno tras las líneas enemigas (operación Stosser) para tratar de hacerse con algunos puentes en el Mosa antes de que llegaran los panzer de la HitlerJugend, una misión con escasas posibilidades de éxito ya que la mayoría del personal disponible carecía de experiencia de salto.
Las otras dos divisiones de infantería disponibles, la 12ª y 277ª VGDiv, despejarían el frente para las columnas de la HitlerJugend. La 12ª acababa de salir de la carnicería de Hurtgen en bastante mal estado, y ambas divisiones estaban muy cortas de equipamiento pesado. La 12ª tenía una compañía de SturmArtillerie con 6 cañones, y la 277 tenía una compañía de PzJg con 11 Hetzer. El OKW asigno como refuerzo a estas unidades el 217 SturmPanzer Abt con 8 Brummbär, pero no llegó a tiempo para intervenir. En esas condiciones, y pese al valor derrochado por sus hombres, el peso en combate de ambas divisiones era bastante reducido
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LA BRIGADA INEXISTENTE
No podemos dejar el I SS PzKorp sin mencionar la unidad que generó (y sigue generando, incluso hoy en día) más especulaciones por parte de los aficionados al secreto y las conspiraciones: la PzBri 150 de Otto Skorzeni.
Esta unidad nació (sobre el papel) en la reunión de la Wolfschanze del 21 de octubre: Hitler quería que una brigada formada por tropas angloparlantes, uniformados como soldados americanos y equipados con material del US Army aprovechara el pánico siguiente a la ruptura para mezclarse con las tropas enemigas en retirad. Una vez en la retaguardia aliada, los infiltrados asegurarían cruces y puentes y trataría de capturar depósitos de combustible, facilitando así el avance de la división Liebstandarte. Además esta unidad desplegaría equipos de comandos que sabotearían las comunicaciones americanas y tratarían de sembrar el caos alterando las señalizaciones y desorientando a las unidades de refuerzo.
Skorzeni recibió la orden de formar la unidad y dirigir la misión (operación Greif), pero el Führer le prohibió expresamente que participara activamente en los combates, e incluso le denegó la posibilidad de atravesar las líneas del frente: Hitler no quería que su milagrero particular se arriesgara a ser herido o capturado. Las memorias de Skorzeni, por cierto, son tajantes al respecto: la operación era imposible de ejecutar y la 150ª PzBri apenas pasó de ser una fantasía.
Para organizar una unidad de ese tipo eran necesarios unos 2000 soldados y oficiales angloparlantes, unos 20 carros Sherman, 30 M-8 Greyhound, un centenar de camiones y semiorugas, otro centenar de autos Jeep y una buena cantidad de armamento americano y uniformes creíbles. El Führer dio órdenes estrictas al Heer y las Waffen para que dieran a Skorzeni todo el apoyo posible e insistió una y otra vez en la importancia vital de la jugada.
A primeros de diciembre Skorzeni tenía a su disposición 10 soldados capaces de hablar Slang de forma fluida, otros 30 que hablaban inglés sin problemas, un centenar de hombres que podrían mantener una conversación sencilla y tal vez trescientos que podrían entender algunas frases sueltas. El resto de los voluntarios que se habían presentado sabían decir yes, OK, very good y poco más. El sistema escolar alemán no brillaba por su énfasis en los idiomas.
En cuanto al material, la situación era aún más descorazonadora. La PzBri tenía un sherman operativo, otro averiado, 4 M-8, una docena de camiones y unos 20 jeeps. Para tratar de salvar las apariencias, se les asignaron una docena de carros Pz V camuflados para asemejarse a cazacarros M-10, una compañía de StuG pintados de verde oliva con grandes estrellas blancas y algunos camiones Ford y Opel fabricados en Alemania. En cuanto a las armas y los uniformes, mejor no hablar. Skorzeni decidió asignar a los angloparlantes a los comandos de infiltración, dotándolos con los jeeps, las armas disponibles y los uniformes más correctos posibles. El resto de la unidad tendría que confiar en que el pánico de la retirada les permitiera pasar desapercibidos hasta que pudieran capturar algún material decente, rezando para que nadie les preguntara la hora.
Sus recursos se redujeron aún más ya que algunos de los grupos de infiltración (jeep teams) fueron asignados a las unidades acorazadas para que actuaran como grupos de reconocimiento avanzado, así que el día 16 de diciembre la PzBri alineaba 44 soldados en 6 jeep teams y dos batallones de infantería que intentarían encontrar algún modo de ser útiles si la suerte les acompañaba. A todos los efectos reales Greif fue un cadáver antes de oírse el primer disparo y jamás tuvo la más mínima oportunidad de éxito, aunque al final tendría algunos resultados menores debido al exceso de imaginación de los soldados americanos.
II SS PZKORP
Una vez que las divisiones del I PzKorp hubieran consolidado la ruptura y atravesado el Mosa, el II PzKorp seguiría sus pasos para asegurar que el asalto a Amberes contara con la fuerza suficiente. La agrupación dirigida por el general Bittrich era la principal reserva disponible para Watch im Rhein y contaba con dos divisiones acorazadas, la 2ª SS PzDiv Das Reich y la 9ª Hohenstaufen.
Das Reich alineaba en un PzAbt 58 Pz V y 28 Pz IV con 28 StuG en el otro, más 20 JgPz IV en su PzJgAbt, y estaba prácticamente al 100% de su plantilla, pero apenas quedaba ya algo de ladivisión original, ya que en Normandía tuvo que retirarse desde St. Lô (el extremo más occidental de las defensas alemanas) y los aliados pudieron machacarla a placer durante su largo periplo.
La 2ª SSPzDiv, al menos, había podido reposar brevemente tras el verano, al contrario que la Hohenstaufen, que apenas tenía disponible un 75% de su fuerza. Su regimiento acorazado, al menos, estaba razonablemente equipado con 39 Pz V, 35 Pz IV, 25 StuG, más 21 JgPz IV y 28 StuG en el batallón panzerjager . Adicionalmente esta división debía recibir como apoyo algunos JagdPanther del 519º SPzJgAbt, que ya había estado combatiendo en Hurtgen (reforzando a la 116ª PzDiv durante los combates en torno a Kommerscheidt) pero finalmente los cazacarros pesados fueron desplegados junto a los paracaidistas de la 3ª FallDiv.
Incluso sin ese refuerzo, el II SS PzKorp reunía casi un 20% más de vehículos acorazados que el I (285 frente a 240) y en conjunto el VI SS Pz Arm alineaba casi el 70% de la fuerza acorazada empeñada en las Ardenas y tenía a su disposición seis de las ocho rutas viables a través de los bosques. Una triste paradoja, porque Dietrich fracasaría en su misión casi desde el principio y sería el mucho más débil V PzArm el que llevaría el peso principal de la batalla.
No podemos dejar el I SS PzKorp sin mencionar la unidad que generó (y sigue generando, incluso hoy en día) más especulaciones por parte de los aficionados al secreto y las conspiraciones: la PzBri 150 de Otto Skorzeni.
Esta unidad nació (sobre el papel) en la reunión de la Wolfschanze del 21 de octubre: Hitler quería que una brigada formada por tropas angloparlantes, uniformados como soldados americanos y equipados con material del US Army aprovechara el pánico siguiente a la ruptura para mezclarse con las tropas enemigas en retirad. Una vez en la retaguardia aliada, los infiltrados asegurarían cruces y puentes y trataría de capturar depósitos de combustible, facilitando así el avance de la división Liebstandarte. Además esta unidad desplegaría equipos de comandos que sabotearían las comunicaciones americanas y tratarían de sembrar el caos alterando las señalizaciones y desorientando a las unidades de refuerzo.
Skorzeni recibió la orden de formar la unidad y dirigir la misión (operación Greif), pero el Führer le prohibió expresamente que participara activamente en los combates, e incluso le denegó la posibilidad de atravesar las líneas del frente: Hitler no quería que su milagrero particular se arriesgara a ser herido o capturado. Las memorias de Skorzeni, por cierto, son tajantes al respecto: la operación era imposible de ejecutar y la 150ª PzBri apenas pasó de ser una fantasía.
Para organizar una unidad de ese tipo eran necesarios unos 2000 soldados y oficiales angloparlantes, unos 20 carros Sherman, 30 M-8 Greyhound, un centenar de camiones y semiorugas, otro centenar de autos Jeep y una buena cantidad de armamento americano y uniformes creíbles. El Führer dio órdenes estrictas al Heer y las Waffen para que dieran a Skorzeni todo el apoyo posible e insistió una y otra vez en la importancia vital de la jugada.
A primeros de diciembre Skorzeni tenía a su disposición 10 soldados capaces de hablar Slang de forma fluida, otros 30 que hablaban inglés sin problemas, un centenar de hombres que podrían mantener una conversación sencilla y tal vez trescientos que podrían entender algunas frases sueltas. El resto de los voluntarios que se habían presentado sabían decir yes, OK, very good y poco más. El sistema escolar alemán no brillaba por su énfasis en los idiomas.
En cuanto al material, la situación era aún más descorazonadora. La PzBri tenía un sherman operativo, otro averiado, 4 M-8, una docena de camiones y unos 20 jeeps. Para tratar de salvar las apariencias, se les asignaron una docena de carros Pz V camuflados para asemejarse a cazacarros M-10, una compañía de StuG pintados de verde oliva con grandes estrellas blancas y algunos camiones Ford y Opel fabricados en Alemania. En cuanto a las armas y los uniformes, mejor no hablar. Skorzeni decidió asignar a los angloparlantes a los comandos de infiltración, dotándolos con los jeeps, las armas disponibles y los uniformes más correctos posibles. El resto de la unidad tendría que confiar en que el pánico de la retirada les permitiera pasar desapercibidos hasta que pudieran capturar algún material decente, rezando para que nadie les preguntara la hora.
Sus recursos se redujeron aún más ya que algunos de los grupos de infiltración (jeep teams) fueron asignados a las unidades acorazadas para que actuaran como grupos de reconocimiento avanzado, así que el día 16 de diciembre la PzBri alineaba 44 soldados en 6 jeep teams y dos batallones de infantería que intentarían encontrar algún modo de ser útiles si la suerte les acompañaba. A todos los efectos reales Greif fue un cadáver antes de oírse el primer disparo y jamás tuvo la más mínima oportunidad de éxito, aunque al final tendría algunos resultados menores debido al exceso de imaginación de los soldados americanos.
II SS PZKORP
Una vez que las divisiones del I PzKorp hubieran consolidado la ruptura y atravesado el Mosa, el II PzKorp seguiría sus pasos para asegurar que el asalto a Amberes contara con la fuerza suficiente. La agrupación dirigida por el general Bittrich era la principal reserva disponible para Watch im Rhein y contaba con dos divisiones acorazadas, la 2ª SS PzDiv Das Reich y la 9ª Hohenstaufen.
Das Reich alineaba en un PzAbt 58 Pz V y 28 Pz IV con 28 StuG en el otro, más 20 JgPz IV en su PzJgAbt, y estaba prácticamente al 100% de su plantilla, pero apenas quedaba ya algo de ladivisión original, ya que en Normandía tuvo que retirarse desde St. Lô (el extremo más occidental de las defensas alemanas) y los aliados pudieron machacarla a placer durante su largo periplo.
La 2ª SSPzDiv, al menos, había podido reposar brevemente tras el verano, al contrario que la Hohenstaufen, que apenas tenía disponible un 75% de su fuerza. Su regimiento acorazado, al menos, estaba razonablemente equipado con 39 Pz V, 35 Pz IV, 25 StuG, más 21 JgPz IV y 28 StuG en el batallón panzerjager . Adicionalmente esta división debía recibir como apoyo algunos JagdPanther del 519º SPzJgAbt, que ya había estado combatiendo en Hurtgen (reforzando a la 116ª PzDiv durante los combates en torno a Kommerscheidt) pero finalmente los cazacarros pesados fueron desplegados junto a los paracaidistas de la 3ª FallDiv.
Incluso sin ese refuerzo, el II SS PzKorp reunía casi un 20% más de vehículos acorazados que el I (285 frente a 240) y en conjunto el VI SS Pz Arm alineaba casi el 70% de la fuerza acorazada empeñada en las Ardenas y tenía a su disposición seis de las ocho rutas viables a través de los bosques. Una triste paradoja, porque Dietrich fracasaría en su misión casi desde el principio y sería el mucho más débil V PzArm el que llevaría el peso principal de la batalla.
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V PZARM
Hitler pensaba que el éxito de su ofensiva pasaba por sus fieles divisiones Waffen, y se aseguró que recibieran la parte del león de los refuerzos y nuevos equipos, pero no había disponibles suficientes tropas SS y era necesario alinear unidades del Heer.
La misión del V PzArm era secundaria y sus unidades tuvieron que conformarse con las migajas a la hora de recomponerse, pero su jefe no era ni mucho menos un segundón. Manteuffel, al igual que Dietrich, había probado sobradamente su valía en el frente oriental como comandante de la GrossDeutschland, y había ganado una valiosa experiencia combatiendo en Lorena y Hurtgen con los estadounidenses. Y al contrario que Dietrich, tenía la preparación necesaria para comandar un ejército, y la independencia de criterio necesaria para tomar sus propias decisiones y desobedecer una orden si era necesario: era un general panzer al 100%.
Las tropas bajo sus órdenes dejaban mucho que desear: tres cuerpos de ejército reducidos casi al esqueleto, casi sin reservas. Sólo se le habían asignado dos rutas para maniobrar en los bosques, y no habría misiones especiales para apoyarle: la imaginación de Hitler se había concentrado en el flanco norte y el sector central prácticamente no entraba en sus cálculos.
LXVI CUERPO
El ala derecha de Manteuffel era la parte más débil de su despliegue, ya que se suponía que se moverían aprovechando el avance de Liebstandarte. El general Lucht sólo tenía a su disposición dos divisiones de volksgrenadier, la 18ª y la 62ª.
La 18ª se formó en 1944 con tropas sobrantes de la Luftwaffe y tras ser destruida en Normandía se recompuso con más gente de Goering, marinos y administrativos. Tenía una docena de Hetzer, y fue reforzada por una compañía de la 244ª SturmBri con 14 StuG.
La 62ª era una formación más experimentada, que había combatido duramente en el frente del Dniester y fue retirada del este para la ofensiva. Sólo había tenido un mes para recuperarse de sus pérdidas, pero tenía un pequeño núcleo de veteranos y sus mandos eran bastante competentes (sobre todo en comparación con la mayoría de las VgDiv). En cambio apenas había recibido equipamiento y era débil incluso para los estándares de 1944: el regimiento de artillería estaba incompleto, carecía de PzJgAbt, no tenía transportes y el único apoyo disponible era una compañía de SturmArtillerie con 14 Hetzer.
Lucht no tenía asignada ninguna ruta principal: sus tropas tendrían que buscar caminos secundarios para atravesar las líneas enemigas, confiando en que el enemigo se retiraría a medida que las SS PzDiv avanzaran. Un cálculo que, por supuesto, iba a demostrarse demasiado optimista.
LVIII PZKORP
El general Kniger, en el centro del V PzArm, tenía una división acorazada y una de Volksgrenadier. Los PzKorp del VI PzArm, en cambio, disponían de dos PzDiv cada uno, y éstas estaban mucho mejor equipadas que sus vecinas pobres del sur.
La 116ª PzDiv era la más débil de todo el frente, ya que no había dejado de combatir desde junio y la lucha en Hurtgen y Aquisgrán había drenado sus refuerzos a medida que se incorporaban. Había buenos oficiales, pero apenas quedaba un 5% de la unidad original y los reemplazos enviados a última hora para rellenar los huecos no habían podido adiestrarse. El PzReg sólo disponía de 43 PzV, 26 Pz IV más los 13 JgPz IV del PzJgAbt.
Claro que, por comparación con la 560ª VgDiv, la 116 parecía una unidad de primer orden. Los Volksgranedier apenas lo eran de nombre: no tenían adiestramiento ni experiencia, carecían de mandos capaces, no habían recibido ni un sólo transporte y su PzJgAbt tan sólo tenía algunos cañones remolcados por caballos. Una división de infantería en 1918 hubiera tenido más medios a su disposición.
El LVIII PzKorp debía atravesar la RollBahn F, entre Luneba y Namur. Esa ruta tenía varios cruces complicados casi desde el principio, ya que si los americanos volaban el puente de Ouren la 116ª quedaría bloqueada apenas a 10 km de su punto de partida. Una vez más, todo dependía de que el enemigo no ofreciera ninguna resistencia organizada.
XLVII PZKORP
Ésta era la formación más poderosa de Manteuffel. Al mando de Von Lüttwitz, la 2ª y 130 PzDiv, apoyadas por la 26ª VgDiv, debía salir de Astfeld y recorrer la Rollbahn G hasta Giver y Anserone, en la orilla del Mosa, tras avanzar casi 100 km: con mucho era la ruta más larga de todas las previstas.
La 2ª PzDiv era una de las más veteranas de la Panzerwaffe y fue una de las pocas que logró salir con un mínimo de orden de la trampa de Falaise, epreservando incluso una pequeña parte de su equipo pesado. Una vez repuesta de sus pérdidas, la unidad tenía 49 Pz V, 26 Pz IV y 45 StuG, así que era la división mejor equipada de todo el PzArm.
En cambio la 130ª, la división Panzer Lehr, era tan sólo una sombra de la división de élite del Heer. ya que tras el mazazo de Cobra apenas un puñado de supervivientes logró atravesar el Sena. Cuando empezó la ofensiva de invierno su plantilla apenas estaba cubierta al 80% y sólo disponía de un PzAbt con 23 PzV y 30 Pz IV, más 14 PzJg IV del PzJgAbt. A fin de reemplazar al otro PzAbt, la división fue reforzada por el 559º SPzJgAbt con 12 JgPz V y 17 JgPz IV, y una compañía de la 243 SturmBri con 17 StuG.
FInalmente, la 26ª VgDiv estaba formada por los restos de la 26ª ID y la 582 VgDiv. Como la mayoría de las VgDiv, la 26ª carecía de personal adiestrado y sólo disponía de una compañía de panzerJager con 11 Hetzer. Esta unidad, apenas operativa para los estándares del Heer, protagonizaría los combates más célebres de la ofensiva.
Hitler pensaba que el éxito de su ofensiva pasaba por sus fieles divisiones Waffen, y se aseguró que recibieran la parte del león de los refuerzos y nuevos equipos, pero no había disponibles suficientes tropas SS y era necesario alinear unidades del Heer.
La misión del V PzArm era secundaria y sus unidades tuvieron que conformarse con las migajas a la hora de recomponerse, pero su jefe no era ni mucho menos un segundón. Manteuffel, al igual que Dietrich, había probado sobradamente su valía en el frente oriental como comandante de la GrossDeutschland, y había ganado una valiosa experiencia combatiendo en Lorena y Hurtgen con los estadounidenses. Y al contrario que Dietrich, tenía la preparación necesaria para comandar un ejército, y la independencia de criterio necesaria para tomar sus propias decisiones y desobedecer una orden si era necesario: era un general panzer al 100%.
Las tropas bajo sus órdenes dejaban mucho que desear: tres cuerpos de ejército reducidos casi al esqueleto, casi sin reservas. Sólo se le habían asignado dos rutas para maniobrar en los bosques, y no habría misiones especiales para apoyarle: la imaginación de Hitler se había concentrado en el flanco norte y el sector central prácticamente no entraba en sus cálculos.
LXVI CUERPO
El ala derecha de Manteuffel era la parte más débil de su despliegue, ya que se suponía que se moverían aprovechando el avance de Liebstandarte. El general Lucht sólo tenía a su disposición dos divisiones de volksgrenadier, la 18ª y la 62ª.
La 18ª se formó en 1944 con tropas sobrantes de la Luftwaffe y tras ser destruida en Normandía se recompuso con más gente de Goering, marinos y administrativos. Tenía una docena de Hetzer, y fue reforzada por una compañía de la 244ª SturmBri con 14 StuG.
La 62ª era una formación más experimentada, que había combatido duramente en el frente del Dniester y fue retirada del este para la ofensiva. Sólo había tenido un mes para recuperarse de sus pérdidas, pero tenía un pequeño núcleo de veteranos y sus mandos eran bastante competentes (sobre todo en comparación con la mayoría de las VgDiv). En cambio apenas había recibido equipamiento y era débil incluso para los estándares de 1944: el regimiento de artillería estaba incompleto, carecía de PzJgAbt, no tenía transportes y el único apoyo disponible era una compañía de SturmArtillerie con 14 Hetzer.
Lucht no tenía asignada ninguna ruta principal: sus tropas tendrían que buscar caminos secundarios para atravesar las líneas enemigas, confiando en que el enemigo se retiraría a medida que las SS PzDiv avanzaran. Un cálculo que, por supuesto, iba a demostrarse demasiado optimista.
LVIII PZKORP
El general Kniger, en el centro del V PzArm, tenía una división acorazada y una de Volksgrenadier. Los PzKorp del VI PzArm, en cambio, disponían de dos PzDiv cada uno, y éstas estaban mucho mejor equipadas que sus vecinas pobres del sur.
La 116ª PzDiv era la más débil de todo el frente, ya que no había dejado de combatir desde junio y la lucha en Hurtgen y Aquisgrán había drenado sus refuerzos a medida que se incorporaban. Había buenos oficiales, pero apenas quedaba un 5% de la unidad original y los reemplazos enviados a última hora para rellenar los huecos no habían podido adiestrarse. El PzReg sólo disponía de 43 PzV, 26 Pz IV más los 13 JgPz IV del PzJgAbt.
Claro que, por comparación con la 560ª VgDiv, la 116 parecía una unidad de primer orden. Los Volksgranedier apenas lo eran de nombre: no tenían adiestramiento ni experiencia, carecían de mandos capaces, no habían recibido ni un sólo transporte y su PzJgAbt tan sólo tenía algunos cañones remolcados por caballos. Una división de infantería en 1918 hubiera tenido más medios a su disposición.
El LVIII PzKorp debía atravesar la RollBahn F, entre Luneba y Namur. Esa ruta tenía varios cruces complicados casi desde el principio, ya que si los americanos volaban el puente de Ouren la 116ª quedaría bloqueada apenas a 10 km de su punto de partida. Una vez más, todo dependía de que el enemigo no ofreciera ninguna resistencia organizada.
XLVII PZKORP
Ésta era la formación más poderosa de Manteuffel. Al mando de Von Lüttwitz, la 2ª y 130 PzDiv, apoyadas por la 26ª VgDiv, debía salir de Astfeld y recorrer la Rollbahn G hasta Giver y Anserone, en la orilla del Mosa, tras avanzar casi 100 km: con mucho era la ruta más larga de todas las previstas.
La 2ª PzDiv era una de las más veteranas de la Panzerwaffe y fue una de las pocas que logró salir con un mínimo de orden de la trampa de Falaise, epreservando incluso una pequeña parte de su equipo pesado. Una vez repuesta de sus pérdidas, la unidad tenía 49 Pz V, 26 Pz IV y 45 StuG, así que era la división mejor equipada de todo el PzArm.
En cambio la 130ª, la división Panzer Lehr, era tan sólo una sombra de la división de élite del Heer. ya que tras el mazazo de Cobra apenas un puñado de supervivientes logró atravesar el Sena. Cuando empezó la ofensiva de invierno su plantilla apenas estaba cubierta al 80% y sólo disponía de un PzAbt con 23 PzV y 30 Pz IV, más 14 PzJg IV del PzJgAbt. A fin de reemplazar al otro PzAbt, la división fue reforzada por el 559º SPzJgAbt con 12 JgPz V y 17 JgPz IV, y una compañía de la 243 SturmBri con 17 StuG.
FInalmente, la 26ª VgDiv estaba formada por los restos de la 26ª ID y la 582 VgDiv. Como la mayoría de las VgDiv, la 26ª carecía de personal adiestrado y sólo disponía de una compañía de panzerJager con 11 Hetzer. Esta unidad, apenas operativa para los estándares del Heer, protagonizaría los combates más célebres de la ofensiva.
- Von Kleist
- General de Cuerpo de Ejército
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Buenas japa
Buen trabajo, como siempre, pero algun apunte;
El nombre del comandante del 58º PzC era Walter Krüger, no Kniger, supongo que será una errata.
Por lo que se dice, Dietrich no era un mal comandante divisionario, pero está claro que nombrarlo comandante de cuerpo (y no digamos ya de Ejército) excedía sus capacidades. Por otra parte hay que reconocer que Dietrich no dejó de señalar las debilidades del plan ideado por Hitler, y critícó "Vigilancia en el Rin" desde el principio. Aunque no tengo la cita exacta, más o menos vino a decir:
"Todo lo que Hitler quiere es que avancemos atravesando la peor zona de Las Ardenas, en una época del año en que amanece a las 9 y oscurece a las 4, y empleando caminos en los que no caben dos tanques de fondo".
Desde luego, mucho entusiasmo acerca de la ofensiva no mostró.
Saludos
Buen trabajo, como siempre, pero algun apunte;
LVIII PZKORP
El general Kniger
El nombre del comandante del 58º PzC era Walter Krüger, no Kniger, supongo que será una errata.
El VI Ejército Acorazado, desplegado en la meseta de Eiffel, entre Schleiden y Stadlkyll, estaba al mando del Oberstgruppenführer Sepp Dietrich. Pese a no haber recibido una formación militar tradicional, el general SS no era el torpe incompetente que algunos autores han reflejado, y a esas alturas de la guerra los generales del Heer le tenían en bastante estima
Por lo que se dice, Dietrich no era un mal comandante divisionario, pero está claro que nombrarlo comandante de cuerpo (y no digamos ya de Ejército) excedía sus capacidades. Por otra parte hay que reconocer que Dietrich no dejó de señalar las debilidades del plan ideado por Hitler, y critícó "Vigilancia en el Rin" desde el principio. Aunque no tengo la cita exacta, más o menos vino a decir:
"Todo lo que Hitler quiere es que avancemos atravesando la peor zona de Las Ardenas, en una época del año en que amanece a las 9 y oscurece a las 4, y empleando caminos en los que no caben dos tanques de fondo".
Desde luego, mucho entusiasmo acerca de la ofensiva no mostró.
Saludos
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Gracias, Kleist: es lo malo de tomar notas a mano y apurando el espacio dle cuaderno, que al final uno deja de entender su propia letra.
EN RESERVA
Dada la debilidad de sus tropas, Manteuffel recibió como refuerzo una unidad selecta: la Brigada de Escolta del Führer, una formación de infantería de élite asignada por el Heer a la protección de Hitler a finales de los años 30, reforzada con un PzAbt de la división GrossDeutschland con 23 Pz IV y la 200ª SturmBri, con 20 StuG.
A título anecdótico hay que decir que antes de la guerra Erwin Rommel estuvo al mando de esta unidad, y fue en ese puesto donde se ganó la estima personal de Hitler, lo que le valió el mando de la VII PzDiv en Francia.
VII EJÉRCITO
El patito feo de la ofensiva de las Ardenas había sido machacado en torno a Cherburgo, destruido en Falaise y vapuleado en Hurtgen, con lo que tenía el dudoso honor de ser la formación que más había sufrido en la campaña occidental. Sin medios pesados o transportes, casi sin refuerzos y avituallamiento, lo asombroso no es que fuera incapaz de cumplir la misión que le había sido asignada por Hitler, proteger el flanco sur frente al III Ejército, sino que lograra mantenerse como una fuerza coherente casi hasta el final.
Brandenburger era un veterano de la PanzerWaffe, pero no tenía ni un sólo carro de combate bajo sus órdenes, y tan sólo disponía de cuatro divisiones diezmadas organzadas en dos cuerpos de ejército.
LXXXV CUERPO
La única unidad con un cierto renombre del VII EJército era la 5ª FallDiv, pero ya hemos visto que a esas alturas de la guerra los paracaidistas eran una caricatura de lo que habían sido. Destruida en Falaise, la 5ª fue reorganizada con personal no combatiente y sin experiencia, así que mantener el nombre Fallschirmjäger parecía una broma pesada. Por cierto que la división recibió como refuerzo una formación acorazada de nombre peculiar, la 11ª Fallschirmjäger SturmBrigade (Brigada paracaidista de artillería de asalto) con 20 StuG operativos.
Si los paras sólo tenían de tales el nombre, la 352ª VgDiv no estaba mucho mejor ya que de la 352ª InfDiv, que sembró de cadáveres la playa de Omaha, sólo le quedaba el numeral. Como el resto de VgDiv, estaba casi al completo de tropas al inicio de la batalla pero aparte de reclutas más o menos animosos y mal uniformados carecía prácticamente de todo y sus únicos vehículos de combate eran los 6 Hetzer del PzJgAbt.
LXXX CUERPO
La 212ª VgDiv era de las escasas unidades con personal adiestrado, ya que alineaba buena parte de la plantilla original de la 212ª InfDiv, pero tampoco tenía transportes y sólo disponía de cuatro StuG cedidos por el mando de Artillería del sector.
La última división de Brandenburger, la 276ª VgDiv, ya demostró ser una unidad de 3ª en la batalla por Caen, donde se deshizo como un azucarillo ante el comienzo de BlueCoat, y su situación no había mejorado tras ser reconstituida. No sólo carecía de tropas experimentadas, o mandos capaces: sin transporte, con escasa artillería, la munición racionada y ni un sólo vehículo pesado de apoyo, su valor en combate era seguramente el más bajo de todo el frente.
En estas condiciones, esperar que el VII Ejército cortara el paso a las columnas de Patton suena como una fantasía, pero sólo era una más de las muchas que conformaban el plan de Hitler.
El Führer quería que sus ejércitos obraran un milagro sin combustible, sin aviación, enviando sus tropas por caminos estrechos y embarrados y atando a sus generales de pies y manos con una planificación cerrada que no dejaba el más mínimo margen a la iniciativa personal. Y para esta última jugada había concentrado una fuerza que apenas era una sombra de la PanzerWaffe que había recorrido esos mismos caminos cuatro años atrás.
La única posibilidad real de victoria residía en que, de acuerdo a las predicciones de Hitler, los americanos se desmoronaran al primer golpe y huyeran presas del pánico ante las orugas de los panzer. Como ya era usual, el dictador confiaba en que la realidad se ajustaría a sus deseos y, como ya era usual, sus esperanzas iban a verse frustradas.
EN RESERVA
Dada la debilidad de sus tropas, Manteuffel recibió como refuerzo una unidad selecta: la Brigada de Escolta del Führer, una formación de infantería de élite asignada por el Heer a la protección de Hitler a finales de los años 30, reforzada con un PzAbt de la división GrossDeutschland con 23 Pz IV y la 200ª SturmBri, con 20 StuG.
A título anecdótico hay que decir que antes de la guerra Erwin Rommel estuvo al mando de esta unidad, y fue en ese puesto donde se ganó la estima personal de Hitler, lo que le valió el mando de la VII PzDiv en Francia.
VII EJÉRCITO
El patito feo de la ofensiva de las Ardenas había sido machacado en torno a Cherburgo, destruido en Falaise y vapuleado en Hurtgen, con lo que tenía el dudoso honor de ser la formación que más había sufrido en la campaña occidental. Sin medios pesados o transportes, casi sin refuerzos y avituallamiento, lo asombroso no es que fuera incapaz de cumplir la misión que le había sido asignada por Hitler, proteger el flanco sur frente al III Ejército, sino que lograra mantenerse como una fuerza coherente casi hasta el final.
Brandenburger era un veterano de la PanzerWaffe, pero no tenía ni un sólo carro de combate bajo sus órdenes, y tan sólo disponía de cuatro divisiones diezmadas organzadas en dos cuerpos de ejército.
LXXXV CUERPO
La única unidad con un cierto renombre del VII EJército era la 5ª FallDiv, pero ya hemos visto que a esas alturas de la guerra los paracaidistas eran una caricatura de lo que habían sido. Destruida en Falaise, la 5ª fue reorganizada con personal no combatiente y sin experiencia, así que mantener el nombre Fallschirmjäger parecía una broma pesada. Por cierto que la división recibió como refuerzo una formación acorazada de nombre peculiar, la 11ª Fallschirmjäger SturmBrigade (Brigada paracaidista de artillería de asalto) con 20 StuG operativos.
Si los paras sólo tenían de tales el nombre, la 352ª VgDiv no estaba mucho mejor ya que de la 352ª InfDiv, que sembró de cadáveres la playa de Omaha, sólo le quedaba el numeral. Como el resto de VgDiv, estaba casi al completo de tropas al inicio de la batalla pero aparte de reclutas más o menos animosos y mal uniformados carecía prácticamente de todo y sus únicos vehículos de combate eran los 6 Hetzer del PzJgAbt.
LXXX CUERPO
La 212ª VgDiv era de las escasas unidades con personal adiestrado, ya que alineaba buena parte de la plantilla original de la 212ª InfDiv, pero tampoco tenía transportes y sólo disponía de cuatro StuG cedidos por el mando de Artillería del sector.
La última división de Brandenburger, la 276ª VgDiv, ya demostró ser una unidad de 3ª en la batalla por Caen, donde se deshizo como un azucarillo ante el comienzo de BlueCoat, y su situación no había mejorado tras ser reconstituida. No sólo carecía de tropas experimentadas, o mandos capaces: sin transporte, con escasa artillería, la munición racionada y ni un sólo vehículo pesado de apoyo, su valor en combate era seguramente el más bajo de todo el frente.
En estas condiciones, esperar que el VII Ejército cortara el paso a las columnas de Patton suena como una fantasía, pero sólo era una más de las muchas que conformaban el plan de Hitler.
El Führer quería que sus ejércitos obraran un milagro sin combustible, sin aviación, enviando sus tropas por caminos estrechos y embarrados y atando a sus generales de pies y manos con una planificación cerrada que no dejaba el más mínimo margen a la iniciativa personal. Y para esta última jugada había concentrado una fuerza que apenas era una sombra de la PanzerWaffe que había recorrido esos mismos caminos cuatro años atrás.
La única posibilidad real de victoria residía en que, de acuerdo a las predicciones de Hitler, los americanos se desmoronaran al primer golpe y huyeran presas del pánico ante las orugas de los panzer. Como ya era usual, el dictador confiaba en que la realidad se ajustaría a sus deseos y, como ya era usual, sus esperanzas iban a verse frustradas.
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ENFRENTE
Al oro lado del frente, las tropas estadounidenses no tenían ningún plan para las siguientes semanas, más allá de acomodarse y tratar de pasar las navidades del modo más tranquilo posible. No estaba previsto avanzar en ese sector ya que el terreno de las Ardenas era considerado por los mandos como poco menos que impracticable, y nadie esperaba que los alemanes fueran a intentar nada, así que la zona estaba siendo empleada por el I Ejército como guardería para las unidades recién llegadas o sanatorio para las divisiones más vapuleadas en los últimos combates. La profundidad de las líneas era mínima y las reservas disponibles, escasas.
El área que iba a ser atacada por los alemanes estaba guarnecida por tres divisiones de infantería y una agrupación de caballería. Las Ardenas estaban justo en el punto de unión del V Cuerpo del general Gerow al norte, y el VIII de Middleton al sur, así que no había un mando único y el estado de las defensas variaba mucho a lo largo del frente.
Al norte estaba la 99ª división, una unidad recién llegada, compuesta principalmente por estudiantes del Programa de Entrenamiento Especializado. Estos soldados, en principio, no estaban destinados a servir como fusileros, pero las bajas de los últimos dos meses obligaron a cambiar muchos planteamientos a medida que la infantería iba quedándose sin personal. La división había sido razonablemente adiestrada en el corto plazo disponible y era bastante homogénea. Llevaba más de un mes en la zona, y había tenido tiempo para establecer sus posiciones de forma sólida y racional. No obstante, el pie de trinchera estaba haciendo estragos y la falta de actividad había creado un clima de cierta pasividad y las patrullas de primera línea se habían relajado bastante.
La 106ª, del VIII Cuerpo, era el polo opuesto a sus vecinos septentrionales. Había sido canibalizada varias veces para cubrir bajas en otras unidades y había sido activada para el frente a última hora, tras recibir una avalancha de nuevos reemplazos de variado origen (estudiantes, cocineros, oficinistas…) sin adiestrar. Para empeorar las cosas sólo estaba en el frente desde el día 11 de diciembre y todavía no había establecido un plan coherente de defensa.
Entre ambas divisiones había un hueco en torno a la localidad de Losheim de unos 11 km, que estaba cubierto por el 14º Grupo de Caballería, una unidad veterana, pero concebida para operaciones de reconocimiento, no para combatir en posiciones estáticas.
Al sur de la 106 se encontraba la 28ª de Infantería. Era una división veterana, que había sido duramente diezmada en los combates de Hurtgen y estaba reponiéndose. Sus bajas ya estaban más o menos cubiertas, pero los nuevos reemplazos carecían todavía de un adiestramiento adecuado.
FInalmente, al sur del sector, el área frente al VII EJército alemán estaba guarnecido con un regimiento de la 4ª de infantería, otra división que casi se había desintegrado en Hurtgen. Al contrario que la 28ª, la 4ª estaba todavía ala espera de rellenar sus plantillas y el 12º regimiento estaba más o menos al 50% de su personal.
Las únicas reservas inmediatamente disponibles eran algunas tropas de la 2ª división de infantería (que acababa de ceder sus posiciones a la 106ª), la 9ª acorazada, que tenía allí dos de sus grupos de combate (A y C) y una agrupación Had Hoc formada en torno al 23º Grupo de Cazacarros, que cumplia misiones de seguridad en la retaguardia.
Estas eran las fuerzas sobre las que iba a caer el mazazo alemán. Debido a los problemas logísticos del otoño, las unidades no estaban demasiado bien equipadas para los estándares acostumbrados en el US Army. El calzado de los fusileros no era idóneo (de ahí la gran cantidad de bajas sanitarias) y no todo el mundo había recibido suficiente ropa de abrigo, pero las tropas estaban bien alimentadas y su moral era razonable. Las comunicaciones en el frente eran deficientes debido a la confluencia de dos cuerpos diferentes y a que la 106ª no había tenido tiempo para organizarse, y el armamento de la infantería era demasiado ligero para una lucha defensiva, sobre todo en lo referente a la lucha CC, ya que el cañón de 57 mm era poco menos que inútil frente a la mayoría de los carros alemanes, y los lanzagranadas sólo eran efectivos contra los flancos de los panzer. Pese a esas deficiencias, los americanos estaban a años luz de las paupérrimas divisiones alemanas, sobre todo en aspectos como la munición de artillería y el combustible, que iban a resultar vitales en las semanas que vendrían.
Al oro lado del frente, las tropas estadounidenses no tenían ningún plan para las siguientes semanas, más allá de acomodarse y tratar de pasar las navidades del modo más tranquilo posible. No estaba previsto avanzar en ese sector ya que el terreno de las Ardenas era considerado por los mandos como poco menos que impracticable, y nadie esperaba que los alemanes fueran a intentar nada, así que la zona estaba siendo empleada por el I Ejército como guardería para las unidades recién llegadas o sanatorio para las divisiones más vapuleadas en los últimos combates. La profundidad de las líneas era mínima y las reservas disponibles, escasas.
El área que iba a ser atacada por los alemanes estaba guarnecida por tres divisiones de infantería y una agrupación de caballería. Las Ardenas estaban justo en el punto de unión del V Cuerpo del general Gerow al norte, y el VIII de Middleton al sur, así que no había un mando único y el estado de las defensas variaba mucho a lo largo del frente.
Al norte estaba la 99ª división, una unidad recién llegada, compuesta principalmente por estudiantes del Programa de Entrenamiento Especializado. Estos soldados, en principio, no estaban destinados a servir como fusileros, pero las bajas de los últimos dos meses obligaron a cambiar muchos planteamientos a medida que la infantería iba quedándose sin personal. La división había sido razonablemente adiestrada en el corto plazo disponible y era bastante homogénea. Llevaba más de un mes en la zona, y había tenido tiempo para establecer sus posiciones de forma sólida y racional. No obstante, el pie de trinchera estaba haciendo estragos y la falta de actividad había creado un clima de cierta pasividad y las patrullas de primera línea se habían relajado bastante.
La 106ª, del VIII Cuerpo, era el polo opuesto a sus vecinos septentrionales. Había sido canibalizada varias veces para cubrir bajas en otras unidades y había sido activada para el frente a última hora, tras recibir una avalancha de nuevos reemplazos de variado origen (estudiantes, cocineros, oficinistas…) sin adiestrar. Para empeorar las cosas sólo estaba en el frente desde el día 11 de diciembre y todavía no había establecido un plan coherente de defensa.
Entre ambas divisiones había un hueco en torno a la localidad de Losheim de unos 11 km, que estaba cubierto por el 14º Grupo de Caballería, una unidad veterana, pero concebida para operaciones de reconocimiento, no para combatir en posiciones estáticas.
Al sur de la 106 se encontraba la 28ª de Infantería. Era una división veterana, que había sido duramente diezmada en los combates de Hurtgen y estaba reponiéndose. Sus bajas ya estaban más o menos cubiertas, pero los nuevos reemplazos carecían todavía de un adiestramiento adecuado.
FInalmente, al sur del sector, el área frente al VII EJército alemán estaba guarnecido con un regimiento de la 4ª de infantería, otra división que casi se había desintegrado en Hurtgen. Al contrario que la 28ª, la 4ª estaba todavía ala espera de rellenar sus plantillas y el 12º regimiento estaba más o menos al 50% de su personal.
Las únicas reservas inmediatamente disponibles eran algunas tropas de la 2ª división de infantería (que acababa de ceder sus posiciones a la 106ª), la 9ª acorazada, que tenía allí dos de sus grupos de combate (A y C) y una agrupación Had Hoc formada en torno al 23º Grupo de Cazacarros, que cumplia misiones de seguridad en la retaguardia.
Estas eran las fuerzas sobre las que iba a caer el mazazo alemán. Debido a los problemas logísticos del otoño, las unidades no estaban demasiado bien equipadas para los estándares acostumbrados en el US Army. El calzado de los fusileros no era idóneo (de ahí la gran cantidad de bajas sanitarias) y no todo el mundo había recibido suficiente ropa de abrigo, pero las tropas estaban bien alimentadas y su moral era razonable. Las comunicaciones en el frente eran deficientes debido a la confluencia de dos cuerpos diferentes y a que la 106ª no había tenido tiempo para organizarse, y el armamento de la infantería era demasiado ligero para una lucha defensiva, sobre todo en lo referente a la lucha CC, ya que el cañón de 57 mm era poco menos que inútil frente a la mayoría de los carros alemanes, y los lanzagranadas sólo eran efectivos contra los flancos de los panzer. Pese a esas deficiencias, los americanos estaban a años luz de las paupérrimas divisiones alemanas, sobre todo en aspectos como la munición de artillería y el combustible, que iban a resultar vitales en las semanas que vendrían.
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LA OFENSIVA DE LAS ARDENAS
16 DE DICIEMBRE: PRIMEROS COMBATES
La ofensiva empezó a las 5'30 de la madrugada, antes de que asomara el sol, con una masiva barrera artillera de 5000 piezas que dispararon durante 15 minutos sobre la primera línea americana, seguida de otras tres barreras contra la segunda línea y las comunicaciones de retaguardia americanas. Hitler había prohibido explícitamente cualquier reconocimiento previo para evitar que el enemigo descubriera las intenciones alemanas, así que el cuando las tropas de DIetrich iniciaron su avance estaban prácticamente ciegos respecto a lo que podrían encontrar una vez cesaran los cañonazos.
HITLERJUGEND SE ATASCA
La 362ª VGDiv inició sus combates con mal pie: las posiciones de la 99ª InDiv habían sido preparadas a conciencia y la artillería alemana no causó demasiadas bajas. Cuando los VolksGrenadier avanzaron, los GI disfrutaron de una buena sesión de tiro al plato, aderezada con las descargas de su propia artillería, que barrió a los atacantes antes de que éstos lograran siquiera desplegarse para atacar las defensas estadounidenses. A media tarde los restos de la división volvieron a sus posiciones de partida con la moral por los suelos.
Un fracaso en esa zona no preocupaba demasiado a los alemanes ya que el éxito real de la lucha dependía de que la 277ª VgDiv despejara las dos rutas principales de la HitlerJugend en el plazo previsto. Pero los planes tampoco estaban saliendo ahí como estaba previsto: cuando dos regimientos de la 277ª, apoyados por un batallón de panzergrenadier de la HJ iniciaron su ataque hacia Rocherat y Krinkelt, los hombres del 393º regimiento estaban listos y esperando.
Al principio de la lucha el ala derecha germana logró algunos avances en Ramscheid, pero el ataque principal desde Udenbreth fracasó de forma estrepitosa: los soldados alemanes, apenas adiestrados, atacaron frontalmente las posiciones americanas, que cubrian la única ruta a través de los bosques y pese al refuerzo de algunos cazacarros los defensores lograron repeler todos los asaltos. Al caer la noche el regimiento americano estaba exhausto y había sufrido casi un 30% de bajas, pero la 277ª estaba prácticamente fuera de combate.
Las tropas que debían abrir la RollBahn C en Losheimcorrieron la misma suerte, si no peor. El ala derecha de la 12ª VgDiv se vio atrapada en la barrera artillera inicial y sufrió muchas bajas. El ala izquierda hizo algunos progresos, pero su ímpetu se agotó sobre el mediodía y al terminar la tarde las posiciones estadounidenses aún resistían.
A esas horas los panzer de Muller tendrían que haber estado a medio camino del Mosa, pero ni siquiera habían empezado la marcha. Kraas, el jefe de la HitlerJugend, estaba furioso porque no había ni el más mínimo indicio de una ruptura en su sector y los mandos de las VgDiv recibieron una lluvia de improperios por parte de Preiss, que decidió reforzar a los volksgrenadier para volver a intentarlo en la siguiente madrugada.
Su rabia hubiera sido mucho mayor de haber sabido que el retraso iba a costarle mucho más caro de lo esperado: pese a que todavía no era visible la magnitud de la ofensiva, la 2ª InfDiv empezó a desplegar esa noche parte de sus tropas al oeste del frente, en Elsenborn, cortando las Rollbahn A y B a menos de dos km de Rocherat.
16 DE DICIEMBRE: PRIMEROS COMBATES
La ofensiva empezó a las 5'30 de la madrugada, antes de que asomara el sol, con una masiva barrera artillera de 5000 piezas que dispararon durante 15 minutos sobre la primera línea americana, seguida de otras tres barreras contra la segunda línea y las comunicaciones de retaguardia americanas. Hitler había prohibido explícitamente cualquier reconocimiento previo para evitar que el enemigo descubriera las intenciones alemanas, así que el cuando las tropas de DIetrich iniciaron su avance estaban prácticamente ciegos respecto a lo que podrían encontrar una vez cesaran los cañonazos.
HITLERJUGEND SE ATASCA
La 362ª VGDiv inició sus combates con mal pie: las posiciones de la 99ª InDiv habían sido preparadas a conciencia y la artillería alemana no causó demasiadas bajas. Cuando los VolksGrenadier avanzaron, los GI disfrutaron de una buena sesión de tiro al plato, aderezada con las descargas de su propia artillería, que barrió a los atacantes antes de que éstos lograran siquiera desplegarse para atacar las defensas estadounidenses. A media tarde los restos de la división volvieron a sus posiciones de partida con la moral por los suelos.
Un fracaso en esa zona no preocupaba demasiado a los alemanes ya que el éxito real de la lucha dependía de que la 277ª VgDiv despejara las dos rutas principales de la HitlerJugend en el plazo previsto. Pero los planes tampoco estaban saliendo ahí como estaba previsto: cuando dos regimientos de la 277ª, apoyados por un batallón de panzergrenadier de la HJ iniciaron su ataque hacia Rocherat y Krinkelt, los hombres del 393º regimiento estaban listos y esperando.
Al principio de la lucha el ala derecha germana logró algunos avances en Ramscheid, pero el ataque principal desde Udenbreth fracasó de forma estrepitosa: los soldados alemanes, apenas adiestrados, atacaron frontalmente las posiciones americanas, que cubrian la única ruta a través de los bosques y pese al refuerzo de algunos cazacarros los defensores lograron repeler todos los asaltos. Al caer la noche el regimiento americano estaba exhausto y había sufrido casi un 30% de bajas, pero la 277ª estaba prácticamente fuera de combate.
Las tropas que debían abrir la RollBahn C en Losheimcorrieron la misma suerte, si no peor. El ala derecha de la 12ª VgDiv se vio atrapada en la barrera artillera inicial y sufrió muchas bajas. El ala izquierda hizo algunos progresos, pero su ímpetu se agotó sobre el mediodía y al terminar la tarde las posiciones estadounidenses aún resistían.
A esas horas los panzer de Muller tendrían que haber estado a medio camino del Mosa, pero ni siquiera habían empezado la marcha. Kraas, el jefe de la HitlerJugend, estaba furioso porque no había ni el más mínimo indicio de una ruptura en su sector y los mandos de las VgDiv recibieron una lluvia de improperios por parte de Preiss, que decidió reforzar a los volksgrenadier para volver a intentarlo en la siguiente madrugada.
Su rabia hubiera sido mucho mayor de haber sabido que el retraso iba a costarle mucho más caro de lo esperado: pese a que todavía no era visible la magnitud de la ofensiva, la 2ª InfDiv empezó a desplegar esa noche parte de sus tropas al oeste del frente, en Elsenborn, cortando las Rollbahn A y B a menos de dos km de Rocherat.
Última edición por japa el 02 Sep 2009, 01:17, editado 1 vez en total.
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