Los Panzer alemanes: detrás del mito

[oberfeldwebel]

Publicado: Dom Ago 30, 2009 4:00 am

Japa ¿es que no duermes por las noches para continuar con tu magistral trabajo? Te lo agradecemos de corazón pero deberías cuidarte un poco. Por lo menos hasta que termines el hilo

Un saludo.

[japa]

Digamos que mis horarios de trabajo son un tanto particulares, y aprovecho antes de acostarme para subir los textos del día

[tacuster]

Lo tuyo Japa es epico!!

somos un monton agradecidos.

[japa]

VUELTAS SIN SENTIDO

Los paracaidistas tenían la misión de abrir las rutas D y E para el KG Peiper. Esta era precisamente la zona intermedia entre ambos Cuerpos estadounidenses, donde estaban desplegadas las unidades de caballería. El plan defensivo que había establecido semanas antes el 14º Grupo planteaba defender la primera línea durante 24 horas para dar tiempo a las reservas de la 2ª InDiv a establecer una defensa más profunda inmediatamente detrás. Sin embargo la 2ª división ya no estaba allí, y en los días anteriores a la ofensiva el coronel Devine, al cargo del Grupo, no había podido reunirse con el jefe de la 106ª.

La 3ª FallDiv se dividió en dos partes, asignado un regimiento a la toma de Lanzerath y otro a la de Krewinkel. El terreno, al contrario que en los sectores vecinos, era abierto, sin una vegetación densa que protegiera a los defensores, y la superioridad numérica de los alemanes era incontestable: la mañana del 16 Lanzerath estaba defendido por una sección CC y Krewinkel por una de infantería. Menos de 100 hombres entre ambas poblaciones.

Krewinkel cayó pronto, pero a un coste muy alto: los GI no pudieron impedir que el 5º FallAbt les arrollara, pero se mantuvieron en sus posiciones hasta el final e infligieron numerosas bajas a los alemanes.

Los defensores de Lanzerath se retiraron al ver avanzar a los paracaidistas, pero parte de una sección de transmisiones, con dos docenas de hombres, ocupó sus posiciones e hizo frente a los atacantes. Cuando la avanzadilla del 9º FallAbt cargó frontalmente contra el pueblo, fue barrida casi en el sitio. Otras dos oleadas más fueron rechazadas por la menguada fuerza americana, que disparó hasta poner sus armas al rojo vivo. Finalmente, a media tarde, un fallschirmjäger veterano logró meter en la cabeza del oficial al cargo (un burócrata de la Luftwaffe) el concepto flanqueo y Lanzerath fue conquistada.

Devine alertó a la 106ª división, pero allí nadie estaba al tanto de los planes de defensa, y no se enviaron refuerzos. Sin infantería ni apoyo artillero, el 14º Grupo inició la retirada. Las rutas de Leibstandarte estaban abiertas, al menos en teoría.

Las cosas se habían calentado mucho en la retaguardia alemana. Por la mañana, cuando Peiper trató de llevar su KampfGruppe hasta las posiciones de partida en Losheim se encontró atrapado en un formidable atasco de tráfico: al retirarse en noviembre, los alemanes habían volado varios puentes, incluyendo uno en la carretera de Scheid, precisamente la que debían seguir la 12ª VgDiv, la 3ª FallDiv y la 1ª SS PzDiv para concentrarse antes del asalto, y nadie se había preocupado de repararlo. Los vehículos de las tres divisiones estaban atorados a lo largo de varios kilómetros.

Pasado el mediodía Peiper recibió un informe de la situación en primera línea y encabezó en persona su columna, sacando del camino a la fuerza a todos los vehículos que le impedían el paso, hasta llegar al puente cortado. Los pontoneros habían establecido un paso para infantería y vehículos ligeros, pero los panzer pesaban demasiado. El SS Obersturmbannführer, cada vez más tenso, desvió su agrupación a través de una ruta alternativa hacia un vado y, tras dar un enorme rodeo, alcanzó Losheim sobre las 19'30, casi 10 horas más tarde de lo previsto.

En el punto de concentración Peiper recibió órdenes de dirigirse a Lanzerath para iniciar el avance, ya que era la ruta más prometedora. En su camino hacia las posiciones de los paracaidistas cinco carros y otros tantos semiorugas fueron inutilizados por los cañones CC americanos y algunas minas que nadie se había preocupado de retirar.

Era casi medianoche cuando un Peiper visiblemente alterado llegó al puesto de mando de la 3ª FallDiv, donde descubrió que, tras tomar el pueblo, los paracaidistas habían sido frenados por la tenaz resistencia enemiga desde posiciones fortificadas en los bosques (una explicación curiosa ya que el 14º Grupo se había retirado hacía varias horas). Tras interrogar al coronel al mando, Peiper comprobó que en realidad nadie había visto a los americanos, nadie había oído ni un disparo y nadie había reconocido la zona. Los fallschirmjäger, simplemente, no se habían a atrevido a avanzar tras la paliza recibida en Lanzerath.

Harto, el jefe Waffen cubrió de improperios al coronel y ordenó que le cediera un batallón de paracaidistas. A la 1'00 ordenó a sus oficiales para que estuvieran listos en 3 horas. Los panzer tendrían que romper por su cuenta. El valor de un par de docenas de soldados, la incompetencia de los oficiales de la Luftwaffe y la desorganización de los propios alemanes habían retrasado sus planes un día entero.

[japa]

RUPTURA

Si los alemanes hubieran lanzado su ofensiva en la primera semana de diciembre, la batalla habría sido muy diferente: la 99ª división habría rechazado (como en efecto hizo) la mayoría de los ataques, el 14º Grupo de Caballería habría resistido al oeste de Lanzerath sabiendo que tenía las espaldas cubiertas y la 2ª división se habría encargado del resto. Con un frente más o menos estable el mando americano habría movido sus reservas y la campaña navideña habría terminado antes de una semana. Pero el 16 de diciembre la 106ª división ocupaba las posiciones de la 2ª frente al bosque de Eifel, y las consecuencias de ese relevo fueron muy graves.

El área no era a priori inadecuada para la defensa, ya que estaba densamente arbolada, pero la división estaba sobreextendida a lo largo de casi 20 km de frente, y estaba flanqueada por dos carreteras practicables. En el lado norte de las Ardenas eso no hubiera sido tan grave, ya que los alemanes avanzaron frontalmente y a ciegas, pero Eifel estaba en el sector destinado al V PzArm, y ahí las cosas se desarrollaron de otro modo.

Manteuffel desestimó las órdenes del OKW y llevó a cabo varios reconocimientos previos a la ofensiva, buscando puntos débiles en las líneas americanas. Para su satisfacción descubrió que el ala izquierda de la 106ª, donde enlazaba con el grupo de caballería, estaba casi desguarnecida, dejando un boquete de casi dos kilómetros desde el pueblo de Roth hasta Weckerath. La noche del 16, la 18ª VgDiv empezó a infiltarse por ahí varias horas antes de que se iniciara la barrera de artillería y las avanzadas cortaron todos los cables telefónicos, aislando a las tropas que estaban más al sur.

La barrera del V PzArm empezó a las 8'30, centrándose en las posiciones del 14º Grupo. Las tropas americanas resistieron durante horas, pero los volksgrenadier habían pasado desapercibidos y a media tarde los defensores de Roth, rodeados, se rindieron.

El ala derecha de la 106ª, guarnecida por el 424ª regimiento, fue atacada por la 62ª VgDiv reforzada por la 116ª PzDiv. Los defensores lograron repeler el ataque inicial pero fueron flanqueados y pronto quedaron aislados del resto de la división. Los asaltantes habían sufrido fuertes pérdidas, pero habían abierto brecha. La oportunidad era demasiado buena como para dejarla pasar y los alemanes continuaron presionando al llegar la noche.

Si los estadounidenses se hubieran retirado en ese momento manteniendo su orden de combate podrían haber establecido una nueva línea defensiva en torno a St. Vith a la espera de refuerzos, ya que tanto la 7ª como la 9ª divisiones acorazadas fueron puestas en alerta y destinaron cada una un Grupo de Combate para apoyarles, pero un malentendido en las comunicaciones hizo que el general Jones, de la 106ª, decidiera mantener su primera línea. Y así quedo dispuesto el escenario para la mayor derrota estadounidense en la campaña europea.

[Von Kleist]

Buenas

pero un malentendido en las comunicaciones hizo que el general Jones, de la 106ª, decidiera mantener su primera línea. Y así quedo dispuesto el escenario para la mayor derrota estadounidense en la campaña europea

.

Ciertamente la fatalidad (y la habilidad operativa de Manteuffel) se se cebó con la 106ª division de infanteria U.S. En el norte del sector defendido por la 106ª división se encontraba el punto de unión entre el frente asignado al V y al VIII Cuerpo de ejército americanos, con la consiguiente confusión administrativa que conlleva todo punto de unión entre cuerpos de ejércitos distintos. Además, el terreno en ese punto era especialmente accidentado, por lo que se le confió al débil 14º grupo de caballería la misión de cubrir los huecos existentes en la línea del frente, lo cual condenaba a estas fuerzas mecanizadas a las dispersión y a adoptar, en aso de ataque, eventuales defensas estáticas poco adecuadas a sus caracteristicas.

La división 106ª era, como casi todas las del sector de Las Ardenas, una unidad relativamente bisoña. Llegada a Europa a finales de Octubre de 1944, entró en combate en el mes de Noviembre, relevando del frente a la castigada 2ª division de infantería el 11 de diciembre, solo unos días antes del ataque alemán. El grupo 14º de caballeria habia sido formado muy recientemente por el mando del Cuerpo de ejército, para paliar la escased de tropas en el sector del Eifel, y comprendía vehiculos de reconocimiento, coches blindados y destructores de carros. Es decir, era una unidad mecanizada ligera sin capacidad para enfrentarse a los blindados alemanes.

Dado el poco tiempo que había pasado desde el relevo de la 2ª division, la plana de mando de la 106ª división apenas habia tenido tiempo de reconocer el sector, ni se habían coordinado con el comandante del VIII cuerpo, general Middleton, los planes defensivos establecidos para el sector. Por tanto, cuando llegó el 16 de diciembre, el grado de aclimatación de la 106ª division a sus nuevas posiciones distaba de ser el apropiado. Muchas posiciones fortificadas de la 2ª división se habían trasladado, y aun se estaban instalando en otros puntos del frente, la red de comunicaciones no estaba lista, y la mayoría de mandos intermedios apenas habían tenido de reconocer el terreno que habían de defender. En reumen, la posición de la 106ª division de infanteria, era terreno abonado para lo que iba a suceder...

[japa]

CAMINO DEL OUR

El objetivo del LVIII PzKorp era llegar cuanto antes al río Our y atravesarlo sin dar tiempo a que afluyeran reservas enemigas al sector, ya que sus fuerzas eran demasiado débiles como para soportar un combate prolongado. Su comandante, el general Kruger, decidió empeñar desde el principio su única división acorazada ya que la 560ª VgDiv sería prácticamente inútil en un combate en movimiento.

La barrera artillera empezó aquí muy pronto, a las 5'30, pero fue muy breve. Manteuffel no había podido prescindir de ella porque Hitler insistía en que era necesaria, pero sabía por su experiencia en Hurtgen que sería de escasa utilidad en terrenos densamente arbolados, y dio libertad a sus comandantes para ajustarla de modo que resultara lo menos perjudicial posible para la ofensiva. Aquí la inicial duró algo más de un cuarto de hora y se concentró en las comunicaciones americanas, seguida de una barrera móvil hacia la retaguardia de una media hora. Como esperaba Manteuffel, su utilidad fue escasa pero su brevedad impidió que los defensores tuvieran demasiado tiempo de preaviso antes de que se iniciara el asalto.

La 116ª PzDiv asignó la ruptura a sus dos PzGrReg, directamente hacia Ouren, donde arrancaba la ruta más corta hacia el Mosa; al sur los dos regimientos volksgrenadier de la 560ª tratarían de hacerse con algunos cruces secundarios y cubrirían el flanco de la 116ª. Los panzer avanzarían en cuanto el camino estuviera mínimamente despejado y el cruce del Our estuviera asegurado. Al menos, esa era la teoría, porque las cosas no empezaron con buen pie para los atacantes.

La 28ª división había sufrido mucho en las luchas de noviembre, pero había hecho los deberes y sus puestos avanzados estaban bien preparados. Cuando se inició la lluvia de proyectiles, la mayoría de las tropas estaban a cubierto de la metralla y aunque algunas líneas de teléfono resultaron dañadas, la agrupación mantuvo sus comunicaciones en todo el sector. Cuando los panzergrenadier avanzaron, la bienvenida fue mucho más caluroso de lo que esperaban.

El 60º PzGrReg no tuvo dificultades mientras estuvo a cubierto de la vegetación, pero cuando salió a terreno más despejado fue cogido entre dos fuegos y sus avanzadillas fueron acribilladas desde las posiciones de la 28ª y las del 424º regimiento de la 106ª, situadas algo más al norte. El otro regimiento de la 116ª, el 156ª, se vio cogido por fuego de flanco y sufrió grandes pérdidas; al comienzo de la lucha sus tropas lograron hacerse con el pueblo de Lutzkampen y atravesaron la primera línea del regimiento 112º, que cubría el ala izquierda de la 28ª, pero fueron frenados a un kilómetro del río y no pudieron avanzar más

Los hombres de la 560ª, contra toda esperanza, lucharon bien, y consiguieron infiltrarse entre las líneas americanas sin llamar demasiado la atención, pero al clarear la mañana ya estaban recibiendo las atenciones de la artillería enemiga. Sin embargo la mayor parte del esfuerzo americano se centró en la defensa de Ourn y uno de los VgReg logró flanquear las líneas meridionales del 112º y estableció una pequeña cabeza de puente al otro lado del río, en Heinerscheid: era la única ganancia real del primer día de lucha. Los demás puentes seguían en manos del enemigo, así que Kruger decidió cambiar su orden de combate y redirigió un PzAbt hacia el sur para apoyar y explotar la cabeza de puente en cuanto amaneciera.

La 28ª había combatido con valor, pero sin refuerzos a la vista no iba a poder sostenerse mucho tiempo en el río.

[japa]

El 112 tuvo un día muy atareado, pero su vecino, el regimiento 110, no estuvo mano sobre mano, ya que sus líneas estaban justo en el camino del XLVII PzKorp. Y eran unas líneas muy finas, ya que entre las posiciones alemanas y el río apenas había algunas patrullas u unos pocos puestos avanzados muy separados entre sí. En las horas inmediatas al asalto, la 2ª PzDiv y la 26ª VgDiv se movieron sin problemas hasta situarse casi en la orilla del Our.

A fin de garantizar un cruce adecuado para los panzer el ataque fue encabezado por el batallón de ingenieros de la 2ª, apuntalado por un regimiento de panzergrenadier. A las 4'30, los panzerpioneer atravesaron el río y establecieron una pequeña cabeza en la otra orilla, alcanzando el pueblo de Marnach a las 8'30. Entonces empezó de verdad la batalla.

Los americanos no habían intentado guarnecer las líneas de forma extensiva porque carecían de fuerzas suficientes. En vez de eso el 110º estaba concentrado en los pueblos de la zona, cortando así los principales cruces y nudos de comunicaciones. En Marnach había tres compañías de infantería apoyadas por un escuadrón de cazacarros M-36 del 630º batallón de destructores de carros, más otras dos compañías de infanteria en retaguardia. La lucha se prolongó a lo largo de la mañana sin que ninguno de los bandos fuera capaz de ganar ventaja.

El coronel Fuller, que dirigía la resistencia en Marnach, solicitó permiso para replegarse, pero Cota, el general de la 28ª, se lo denegó, ya que si Marnach era abandonada, detrás caería Clervaux, y entonces la ruta hacia Bastgne quedaría abierta: un análisis muy correcto, ya que la intención del XLVII era abrirse camino hacia Bastogne cuanto antes. Mientras Fuller sostenía una lucha desesperada, una compañía de M-4 del 707º batallón acorazado acudió a reforzar el sector. Pese a todo, hacia las 17 Marnach fue rebasada por los atacantes. Hacia esa misma hora, los panzerpioneer terminaron dos puente de circunstancias en Dasburg. El PzReg empezó a atravesar el río y al caer la noche se desplegó para iniciar un asalto sobre Clervaux en cuanto amaneciera. Entretanto, Cota despachó hacia Clervaux sus últimas reservas, un batallón de infantería y una compañía de carros ligero. La jornada siguiente iba a ser muy, muy dura.

[japa]

Un poco más al sur, el 3º batallón del regimiento 110 tenía algunos asuntos propios que atender, ya que la Panzer Lehr debía atravesar el frente justo en su sector, en Hosingen y Holzthum, para acceder a las rutas hacia Bastogne. La ruptura estaba a cargo de la 26ª VgDiv, cuyas órdenes eran atravesar cuanto antes las defensas enemigas para alcanzar el río Clerf, a unos 6 km del frente, a tiempo para establecer algunos cruces en Draufelt antes de la caída de la noche.

El asalto empezó a las 3 de la madrugada, dos horas y media antes de la barrera de artillería, cuando los granaderos trataron de atravesar el Our en botes neumáticos a cubierto de la oscuridad, siendo recibidos por un animado concierto de fusilería. La lucha en torno al pueblo se encarnizó a lo largo de todo el día, mientras los defensores recibían el apoyo de algunos sherman y los atacantes encajaban la atenciones de l artillería americana.

En Holzthum las cosas tampoco estaban saliendo según lo previsto. El pueblecito, defendido por una compañía de infantería y cubierto por otra situada en la cercana aldea de Consthum, resistió cinco ataques alemanes a lo largo de la mañana y cambió de manos dos veces.

Un batallón de la 26ª, entretanto, sobrepasó las líneas estadounidenses y asaltó Draufelt. El combate iba a prolongarse por la noche, ya que Bayerlain, jefe de la Panzer Lehr, no estaba dispuesto a aceptar ningún retraso. Empero, al caer la noche, la primera línea estadounidense aún resistía y no había ninguna cabeza de puente al otro lado del Clerf.

[Von Kleist]

Buenas Japa

La batalla por Clervaux fue uno de los momentos complicados para el 47º PzC, a la vez que un combate táctico clave ya que despejó el camino para el avance sobre Bastogne.

Como bien dices, al terminar la primera jornada de ofensiva, la 26ª VG había fallado en su objetivo de controlar rápidamente las zonas de cruce del Río Clerf y romper el frente americano hacia el oeste. No obstante, el general Lüttwitz no estaba del todo descontento con progreso hecho por sus dos divisiones en este primer día de ofensiva, pues pese a no tomar Marnach, la 2ª panzer había sido capaz de mover sus tanques hacia adelante situandose en el area relativamente buena del frente, en la parte septentrional de la zona del cuerpo de ejército. Por ello, Luettwitz estimó que el Río Clerf se cruzaría no mas tarde del segundo día de ofensiva.

Durante la medianoche del 17, un batallon blindado alemán logró finalmente tomar Marnach, comprometiendo la situación de todo el frente americano. Hasta ese momento los dos regimientos de flanco de la 28ª division, el 109º y 112º, habían perdido poco terreno; pero la situación del 110º en el centro era muy comprometida, pues los tanques alemanes andaban ya por la carretera principal a Bastogne via Marnach. El mando americano, desconocedor que Marnach había caido, mandó una columna de refuerzo hacia esa posición, chocando frontalmente con los tanques de la 2ª panzer que avanzaban dirección sur, los cuales aniquilaron a los americanos.

Además el batallón blindado 707º perdió el rumbo y fue emboscado al norte de Marnach por los alemanes, resultando casi totalmente destruido. La acción de refuerzo de la posición de Marnach había fracasado. El pueblo de Clervaux, la llave de toda la zona y cuartel general del 110º regimiento, quedó expuesto al ataque alemán. Este pueblo, desde el que se accedía a la carretera principal a Bastogne, era un excelente puesto defensivo, pues se hallaba enclavado detrás de una amplia curva descrita por el rio Clerf y en medio de una zona boscosa de difícil acceso fuera de la carreteras y caminos existentes. Una primera tentaiva alemana de entrar en Clervaux por parte de 2 compañias de panzer IV y panzergrenadiers fue rechazada por tanques y los cañones anticarro americanos, cuya situación pareció mejorar cuando al atardecer recibieron el refuerzo de 19 shermans procedentes de la reserva divisionaria, enviados para apuntalar la posición americana en la zona. La aparición de los Shermans en Clervaux infundió nuevos ánimos a los hombres del 110º regimiento, pero la realidad era que la 2ª panzer se estaba concentrado al este de la ciudad para tomarla al asalto.

[japa]

EL FLANCO SUR

La 28ª división no sólo hizo frente al V PzArm de Manteuffel, ya que su tercer regimiento tuvo que lidiar con el VII Ejército del general Brandenberger.

Las tropas de Brandenberger debían avanzar manteniendo el contacto con el V PzArm, así que debía romper a la vez que sus vecinos y mantener su ritmo de avance. Dados sus medios, era una previsión más que optimista, pero las órdenes eran muy claras y había que intentar cumplirlas.

El 14º regimiento de la 5ª FallDiv debía encabezar la ruptura, atravesando el río Our durante la madrugada, justo por el punto de contacto entre los regimientos 109 y 110, dirigiéndose posteriormente hacia Niederwiltz, a unos 15 km del río. Para desgracia de los paracaidistas, los mismos observadores artilleros que dirigirían el tiro contra la 26ª VgDiv se apercibieron de sus movimientos y pronto se vieron bajo una lluvia de metralla. El ala izquierda de los alemanes tuvo incluso menos suerte ya que se dio de bruces en Hoscheid con otra batería de campaña y varios sherman del batallón 707.

El 15º regimiento logró infiltrarse al sur de Hoscheid tras sorprender a una pequeña guarnición americana en Vianden, a orillas del Our, pero no se atrevieron a avanzar sin ayuda más allá del pueblo de Fuhren y dejaron pasar la oportunidad de explotar la situación. Al caer la noche algunos refuerzos enemigos acudieron al área: no eran muchos, pero los paracaidistas no se atrevieron a iniciar el combate, tan bajo habían caído las antiguas tropas de élite.

El primer regimiento de la 352ª VgDiv tuvo más suerte ya que sus patrullas localizaron un hueco en las defensas americanas y se desplegaron en el sector sin ser descubiertos. Su ala izquierda fue contenida a mediodía por un duro contraataque encabezado pro algunos carros del 707º, pero el ala derecha logró rebasar las posiciones enemigas, aislando una compañía de infantería en Bastendorf.

El segundo regimiento alemán no lo tuvo tan bien y pasó el día 16 frente a Hosdorf, encajando una buena cantidad de metralla: la barrera artillera había sido del todo ineficaz y cuando los volksgrenadier avanzaron se encontraron al enemigo atento y esperando.

Ahí terminó el avance del primer día de batalla, dejando un sabor de boca muy amargo a las depauperadas tropas del VII Ejército. Sólo se había conseguido un avance prometedor en todo el frente y no parecía que las cosas fueran a ir mucho mejor al día siguiente.

EN RESUMEN

Pese a que se habían conseguido dos rupturas parciales, los planes del OKW sufrieron un serio revés el día 16. Se suponía que al caer la tarde las columnas acorazadas ya habrían recorrido la mitad de la ruta hacia el Mosa, pero ni una sola de ellas había iniciado la marcha. Además, el caos producido al iniciarse los combates se tradujo en un enorme atasco inmediatamente detrás del frente, lo que iba a dificultar mucho las cosas en los días siguientes.

La aviación aliada, afortunadamente, no había hecho acto de presencia salvo algún vuelo esporádico, pero la reacción de los estadounidenses estaba muy lejos de lo que había previsto Hitler. En vez de ceder al pánico y escapar en desorden, las tropas estadounidenses se habían aferrado a sus posiciones y habían rechazado la mayoría de los ataques, manteniendo a raya a fuerzas muy superiores en número. Los defensores no podrían sostenerse mucho más, pero el reloj estaba corriendo ya contra los alemanes.

El desarrollo de los acontecimientos estaba tirando por tierra los planes de futuro, ya que el ala derecha germana se había visto incapaz de avanzar y las únicas brechas estaban en el sector central. Si no había una ruptura clara en el flanco septentrional, la mayor parte de las tropas alineadas para la ofensiva quedarían inmovilizadas y ociosas, y la victoria dependería de las agrupaciones más débiles.

Quienes ya estaban ociosos, por cierto, eran los integrantes de la 150! PzBri. Tras esperar en vano todo el día, Skorzeni comprendió que su misión era imposible ya que no se había producido la desbandada americana: en esas condiciones sería un suicidio intentar atravesar el frente con su carnavalesca agrupación, así que se puso a disposición del I SS PzKorp, como unidad de reserva.

Los paracaidistas de la operación Stosser tampoco estaban combatiendo, ya que un malentendido con la logística les dejó en mitad del atasco de tráfico, lejos de las pistas de despegue. Perdida la sorpresa, lo lógico hubiera sido anular la misión, pero se planificó un nuevo despegue para la madrugada. Los fallschirmjäger, somnolientos y con la moral bastante baja, se prepararon para embarcar.

También los carristas estaban preparándose para intervenir. Los panzer habían perdido el primer día de la batalla dando vueltas en vano, pero estaban decididos a que sus motores resonaran en cuanto el sol se levantara.

[japa]

DÍA 17: AVANZANDO

Sorprendentemente, los combates del día 16 no llamaron demasiado la atención del mando aliado, al menos no desde el principio. Eso se debió en parte a los problemas de comunicaciones en el sector, y a la extraña pasividad del general Hodges, jefe del I Ejército, que tomó algunas medidas para reforzar los sectores amenazados pero no pareció demasiado preocupado por los acontecimientos. Es posible que el general estuviera psíquicamente agotado por los combates de noviembre, o tal vez no apreció el panorama que se podía leer en los mapas: en cualquier caso, durante las primeras horas de combate los americanos creyeron que se trataba tan sólo de una operación limitada, destinada a aliviar la presión sobre el área de Hurtgen. El segundo día de la ofensiva iba a quitarles la venda de los ojos.

ESTASIS

El LXVII cuerpo volvió a la lucha a las 7'00 de la mañana, sólo para descubrir que el enemigo seguía bien alerta. En las siguientes horas la 326ª VgDiv volvió a recibir un duro castigo sin lograr avanzar de forma apreciable y al final del día regresó de nuevo a sus posiciones.

Por su parte la 277ª VgDiv, reforzada con el KG Müller de la HitlerJugend y una compañía de Pz V, empezó su avance justo cuando los americanos iniciaban un contraataque apoyados por un escuadrón del batallón acorazado 741º. Los alemanes perdieron tres Panther en el encontronazo pero los americanos fueron rechazados con fuertes pérdidas y se retiraron a Rocherath una vez fueron destruidos todos sus sherman. Sin embargo los alemanes no se movieron con rapidez y al caer la noche los GI habían establecido una nueva línea defensiva entre Rocherath, Krinkelt y Wirtfeld. Una compañía diezmada de panzergrenadier apoyada por tres cazacarros Pz IV logró entrar en Rocherath y sostenerse durante la noche, pero a todos los efectos las Rollbahm A y B seguían cerradas.

El general Kraas, de la HitlerJugend, estaba fuera de sí: su división llevaba ya dos días de retraso sobre el calendario previsto y no parecía que la 277ª fuera a abrirle el camino, así que esa noche trasladó un batallón completo de panther al sector, para terminar el trabajo de una vez por todas.

Las cosas empezaron mucho mejor en Losheim, porque los StuG de la 12 VgDiv, una quedaron atrapados en un atasco de tráfico. SIn embargo los estadounidenses habían decidido esa noche que sus posiciones estaban demasiado expuestas y estaban empezando a retirarse. Cuando los alemanes avanzaron, apenas quedaba una compañía de infantería defendiendo la localidad. Aún así, el combate se prolongó hasta las 15'00. EL enemigo mantuvo todavía sus posiciones en la vecina localidad de Murringem, pero hacia medianoche los volksgrenadier se hicieron con el pueblo, abriendo por fin la Rollhbam C. Por desgracia la Hitlerjugend había concentrado sus esfuerzos en el flanco septentrional, y de momento no había nadie a mano para explotar la ruptura.

[japa]

EN MARCHA

Tras cubrir de improperios a los mandos de la 3ª FallDiv, Peiper reorganizó su Kampfgruppe para avanzar lo más rápidamente posible. La punta de avance estaba formada por dos Pz V, apoyados por una compañía de panzergrenadier, seguida del núcleo de la formación, una columna de de carros Pz IV y V con pequeños grupos intercalados de semiorugas; cerraban la marcha los Tiger II del 501º SS SpzAbt. En teoría los carros pesados deberían haber encabezado la formación para asegurar la ruptura y eliminar la resistencia a lo largo del camino gracias a su enorme blindaje frontal, pero las rollBahn eran tan estrechas que los Pz Vi sólo podrían avanzar en fila de a uno, y cualquier avería bloquearía la ruta durante horas; por eso Peiper decidió situarlos en la retaguardia, donde no causarían atascos.

Los paracaidistas se encaramaron a los panzer, al estilo de los tankodesantniki, y a las 3'00 empezó el avance en dirección a Buchholz, cuyos escasos defensores fueron sobrepasados con rapidez. A las 6 de la mañana los carros alemanes alcanzaron Honsfeld, arrollando en el camino una columna de vehículos americanos en retirada. La ruta hacia el oeste estaba abierta.

El humor de Peiper mejoró notablemente: si la oposición no aumentaba, podría alcanzar el Mosa antes de la siguiente madrugada, pero antes tenía que resolver un problema acuciante: las idas y venidas del día anterior habían agotado el combustible del Kampfgruppe, demostrando que las previsiones de Keitel no eran más que papel mojado. Había que repostar cuanto antes.

Los informes previos a la ofensiva mencionaban un depósito enemigo en Bullingen, en la RollBhan C. Se suponía que esa ruta debía ser empleada por la HitlerJugend, pero ésta no se había presentado, y Peiper decidió desviar su agrupación hacia el norte para asegurarse el combustible. Los prisioneros fueron enviados hacia la retaguardia y los panzer se dirigieron hacia el nuevo objetivo, alcanzando el pueblo a las 8 de la mañana. Los soldados americanos, cogidos por sorpresa, no opusieron resistencia y los alemanes se hicieron con unos 50000 galones de gasolina. A las 9'30, tras forzar a los prisioneros a repostar los vehículos, el Kampfgruppe tomó la ruta C.

La única resistencia en la zona vino de algunas tropas del 254º batallón de ingenieros y una batería del 285º batallón de artillería. Tras inutilizar algunos de los carros en cabeza los ingenieros se retiraron a una granja cercana y pasaron inadvertidos mientras los alemanes les sobrepasaban, pero los artilleros fueron capturados en Baugnez, cerca de Malmedy, y agrupados con otros prisioneros en un claro al lado del camino. Peiper continuó su camino sobre las 13'30, dejando algunos panzergrenadier como retén.

Se ha escrito mucho sobre lo sucedido a continuación, atribuyéndolo a una campaña de terror ordenada por el propio Hitler, pero hoy en día esas historias han quedado desacreditadas. Lo que se sabe es que hacia las 14'30, hubo algunos disparos en el claro, quizás motivados por un intento de fuga, y los guardias, que tenían el gatillo fácil, abrieron fuego indiscriminadamente con sus ametralladoras. Después remataron a los heridos, tras lo cual pasó por el camino el grueso del Kampfgruppe, momento en que algunos soldados dispararon sobre los cuerpos desde los vehículos en marcha. Cerca de un centenar de soldados americanos murieron: los supervivientes permanecieron inmóviles hasta las 16'30 y luego se alejaron de la zona, alcanzando las líneas americanas cuatro días después. Al saber lo sucedido, Sepp Dietrich ordenó una investigación inmediata de los hechos, lo que parece confirmar que se trató de un suceso accidental y no una masacre deliberada. En cualquier caso, los rumores sobre el crimen de Malmedy se propagaron a toda velocidad entre las tropas estadounidenses, reforzando la determinación de los soldados e inflamando sus deseos de venganza.

Ignorante de lo que sucedía a sus espaldas, Peiper alcanzó Ligneville, donde esperaba encontrar un puesto de mando americano, pero sólo tropezó con algunas unidades logísticas de la 9º división acorazada. Tras perder el Panther de cabeza, eliminar la resistencia y mantener una conferencia con Mohnke, el jefe de Liebstandarte, el Kampfgruppe retomó la marcha hacia el Mosa, llegando a la vista de Stavelot a las 18'00.

Si los panzer hubieran avanzado directamente hacia el pueblo habrían rebasado la escasa resistencia ofrecida por una compañía del 291º batallón de ingenieros y tomado el puente sobre el río Ambleve sobre la marcha. Sin embargo el movimiento de camiones en el pueblo hizo creer a los carros de vanguardia que la posición estaba fuertemente defendida. En realidad lo que estaban viendo era el tráfico que venía de uno de los principales depósitos del I Ejército, con casi 2.500.000 galones de combustible y una defensa apenas nominal. El Kampfgruppe podría haberse apoderado de suficiente gasolina como para que el VI PzArm al completo alcanzara Amberes, pero el primer Panther que se aproximó al puente fue destruido por una mina. Peiper tuvo dudas y en vez de ordenar un reconocimiento de la zona decidió pernoctar en el sitio y aguardar al resto de su columna para atacar el pueblo. Y con ello, aseguró su derrota.

[Shrike]

y agrupados con otros prisioneros en un claro al lado del camino. Peiper continuó su camino sobre las 13'30, dejando algunos panzergrenadier como retén.

Se ha escrito mucho sobre lo sucedido a continuación, atribuyéndolo a una campaña de terror ordenada por el propio Hitler, pero hoy en día esas historias han quedado desacreditadas. Lo que se sabe es que hacia las 14'30, hubo algunos disparos en el claro, quizás motivados por un intento de fuga, y los guardias, nerviosos, abrieron fuego indiscriminadamente con sus ametralladoras. Después remataron a los heridos, tras lo cual pasó por el camino el grueso del Kampfgruppe, momento en que algunos soldados dispararon sobre los cuerpos desde los vehículos en marcha. Cerca de un centenar de soldados murieron: los supervivientes permanecieron inmóviles hasta las 16'30 y luego se alejaron de la zona, alcanzando las líneas americanas cuatro días después. Al saber lo sucedido, Sepp Dietrich ordenó una investigación inmediata de los hechos, lo que parece confirmar que se trató de un suceso accidental y no una masacre deliberada.

Por curiosidad, esta versión de la masacre del Malmédy, ¿en base a qué fuentes te has basado? Ha corrido mucha tinta al respecto, y muchos autores anglosajones han tendido a querer "rebajar" el tono de la masacre de estas 120 prisioneros - ya se sabe, la leyenda de la "Wehrmacht y los soldados de las Waffen SS" sin mácula, etcétera.

Por ejemplo, Freda Utley escribió en el American Mercury de Noviembre de 1954:

The Germans contend that they were accidentally killed because, after their surrender, they had been left disarmed, but unguarded, and were shot down by German tanks whose gunners were unaware that the uniformed Americans impeding their progress were prisoners of war.

http://www.fredautley.com/malmedy.htm

Al querer presentarlo entonces de modo más o menos accidental, la autora, junto un nutrido grupo de presión, conformado por individuos de tendencia antisemita y la extrema derecha germanófila de Wisconsin encabezada por el senador McCarthy, trataba de anular las penas del juicio realizado en 1946 contra 74 militares alemanes, entre ellos el mismo Peiper.

Al final, lograron que se perdonara a los 74 acusados, arguyendo que las confesiones habían sido arrancadas mediante las torturas supuestamente efectuadas por el teniente coronel Ellis y el teniente William Perl, haciéndose eco de un memorándum difundido por la Iglesia Luterana alemana, arguyendo que el empeño puesto por ambos oficiales estadounidenses era fruto de su odio a los nazis, especialmente porque el teniente Perl era además judío.

La campaña tuvo bastante éxito en los EEUU -recordemos que entonces la Guerra Fría acaba de empezar- y eso, unido a las presiones de altos oficiales alemanes como Halder o Speidel, acabó llevando a la anulación de las sentencias, quedando impune así el asesinato de estas 120 personas.

Os dejo la referencia a la fuente principal que he utilizado -aunque hay otros autores que han trado esta cuestión con mucha más profundidad:

SMELSER, Ronald M.; y DAVIES, Edward J., II. The Myth of the Eastern Front. The Nazi-Soviet War in American Popular Culture, pp. 168-169. Cambridge University Press, Cambridge- Nueva York (2008).

Un saludo,

[japa]

Las tres fuentes en que me he basado son "Beginning of the end, the leadershi of Joachim Peiper" de Han Bouwmeester, "Battle of the Ardennes: St Vith and the northen Shoulder" de Zaloga y "Ardennes ofensive, VI PzArm" de Bruce Quarrie. El primero es el único que repasa detalladamente los hechos conocidos.

El tema de Malmedy no entra dentro de la leyenda de las Manos Blancas: ese mito se apoya en la idea de que la Wermatch era inocente de todos los crímenes, que serían cometidos siempre por los hombres de las SS, siempre ante la mirada impotente y furiosa de los soldados del Heer, que pasarían por ahí, supuestamente en algún tipo de misión humanitaria. Dado que la masacre de Malmedy es responsabilidad de tropas SS, la wermatch no tenía nada que rascar tapando el incidente.

Lo único que está en duda al respecto son dos puntos: si había o no órdenes de ejecutar a los prisioneros americanos y, si no las había, porqué se produjeron los primeros disparos.

El tema de las órdenes (lo que podríamos decir, la versión conspiratoria), atribuye la masacre a una orden expresa de Hitler, ya que éste había afirmado en su discurso a la oficialidad de diciembre del 44 que las tropas alemanas debían avanzar en medio de una ola de terror. Sin embargo, aparte de la muerte de algunos civiles belgas y prisioneros americanos en Lanzeraht, al comienzo de los combates, y la propia carnicería de Malmedy (realmente debería decirse de Baugnez) no hay otros incidentes de ese tipo, lo que apunta a que esas órdenes no existían. EL hecho de que Dietrich ordenara una inmediata investigación apunta igualmente en la misma dirección.

La última vez que lei la versión de la conspiración fue en "Batallas de la WWII" de John MacDonald, un texto de 1992, y en él también se afirmaba que los soldados que repostaron los tanques alemanes en Bullingen fueron ejecutados igualmente antes de que el KG se pusiera en marcha. Dado que esa afirmación es falsa, la versión ofrecida sobre Malmedy en ese libro resulta cuanto menos de escasa credibilidad.

Precisamente la defensa de Peiper tras la guerra se basó en la ausencia de órdenes, o al menos de pruebas de esas órdenes, ya que no es lo mismo la responsabilidad general de un mando respecto a las cciones de sus subordinados que una orden explícita de ejecución.

Queda la segunda duda. Si no hubo órdenes ¿porqué empezaron los disparos? Hay versiones para todos los gustos, desde la que afirma que algunos americanos estaban armados y abrieron fuego (una opción ridícula ya que todos habían sido desarmados previamente, que es lo primero que se hace con los prisioneros) hasta la de que los waffen emepzaron a dispara al azar, para divertirse. Por eso indico "hubo disparos hacia las 14'30, QUIZÁS motivados por un intento de fuga", porque esa versión es intemedia entre ambos extremos. A partir de ahí sigue la masacre con ametralladoras que no requiere explicación: los waffen eran gente de gatillo fácil, y no debieron ni siquiera preguntar qué pasaba. Al primer síntoma sospechoso, barrieron el claro con ametralladoras, lo que no es algo accidental, y luego remataron a los heridos, lo que tampoco es un suceso involuntario.

Hay algunos malentendidos con el tema de la columna del KampfGruppe, ya que a veces se atribuye todo a una confusión de esos vehículos, que serían los responsables de la matanza, pero los hechos son muy claros: los carros y semiorugas pasaron AL LADO DEL CLARO (luego no pudieron encontrarse de frente a los americanos, confundiéndoles con tropas armadas) DESPUÉS DE LA MASACRE y los granaderos tirotearon los cuerpos en el claro desde sus vehículos. Cuerpos que ya estaban tendidos, luego tampoco es creíble que pensaran que eran enemigos armados, luego es muy posible que se limitaran a hacer tiro al pato sobre un enemigo que no podía defenderse, por pura diversión.

Las dudas, insisto, sólo llegan hasta el momento de los primeros disparos, que SÍ PUDIERON SER ACCIDENTALES. A partir de ahí, sea cual sea la interpretación, NO HAY ACCIDENTE POSIBLE: los hechos dicen "crimen" y los imputados salieron impunes porque con la guerra fría en marcha los tribunales optaron por hacer la vista gorda.