Los Tercios Españoles.

La Historia Militar española desde la antiguedad hasta hoy. Los Tercios, la Conquista, la Armada Invencible, las guerras coloniales y de Africa.
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tercioidiaquez
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Mensaje por tercioidiaquez »

El ascenso del nuevo rey napolitano enfureció al monarca francés que decidió entrar en la península itálica pero sin hacer caso al tratado de Barcelona; toda Italia sería para él.

El poderoso ejército francés, con el propio rey a la cabeza cruzó las fronteras y comenzaría la que sería conocida como "la guerra del yeso", por ser este el material que se utilizaba para marcar las casas que sérían ocupadas.

En un primer momento contaron con la avenencia de Ludovico Sforza, mas conocido como "el Moro", señor de Milán, que intentaba de esta manera mantenerse al frente del ducado, así como de gran parte de las familias que regían los destinos italianos.

Las circunstancias obligaron a los napolitanos y al Papa a una alianza contra la invasión, a la vez que Alfonso solicitaba ayuda a España.


“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
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Mensaje por tercioidiaquez »

Los Reyes Católicos solicitaron a cambio de la intervención española, que el reino de Nápoles sufragara los gastos económicos de la intervención y la cesión de ciertas plazas en la Calabria, en la costa próxima a Sicilia, para de esta manera asegurar por ambas orillas la isla de Sicilia.

La corte napolitana se negó y junto con fuerzas papales realizaron un desembarco en la retaguardia francesa, en Liguria, para hostigar las comunicaciones de los invasores con Francia, pero el asalto fue rechazado sin mayores problemas, mientras el monarca francés seguía penetrando en Italia sin que nadie le hiciera frente.


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Mensaje por tercioidiaquez »

Sin mayores problemas Carlos VIII campeaba por Italia, en la que solo Venecia permanecía neutral, y tras algunas escaramuzas sin importancia, entró en Roma, mientras el Papa se refugiaba en la tradicional fortaleza vaticana de Santangelo, con una guardia española, al mando de Garcilaso de la Vega, padre del escritor español.

El Borgia negocia con el monarca francés, que sigue reclamando sus derechos sobre Nápoles, así como el apoyo papal a su empresa, a lo que el valenciano para ganar tiempo cede en algunas de sus pretensiones, pero no en la relativa al trono napolitano.

A Roma llegó desde Sicilia el embajador español, Antonio de Fonseca, que en audiencia ante Carlos, le recordó las claúsulas del tratado de Barcelona, a lo que este respondió que primero tomaría Nápoles y luego hablaría de tratados.
La respuesta del embajador fue inmediata, romper en pedazos el acuerdo delante del rey.


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brenan
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Mensaje por brenan »

Joer, Tercio no seas cabr..ito, pon algo mas que un párrafo al día, o al menos hazlo algo más extenso que nos tienes en ascuas y nos quedamos babeantes hasta el día siguiente.
Un saludo Maestro :wink:


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Mensaje por Rocafort »

Sí, la verdad es que Terdioidiaquez es un poco sádico en este aspecto :twisted:

A ver cómo responde Fernando de Aragón...


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tercioidiaquez
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Mensaje por tercioidiaquez »

Que más quisiera yo que poder escribir todo lo que quisiera.... :oops: pero se hará lo que se pueda...


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Mensaje por tercioidiaquez »

El ejército francés y sus aliados italianos prosiguieron el avance hacia el sur, arrollando más que combatiendo, los intentos napolitanos por frenar el avance.

Alfonso, rey de Nápoles, desesperado por la situación, abdica en su hijo, Ferrante II (que será conocido como Ferrantino) en febrero de 1.495.

El nuevo monarca accede a lo solicitado por los reyes de España para que intervengan en la contienda y de esta manera, las plazas de Reggio, Crotona, Squillace, Tropea y Amantia pasan a formar parte del reino, el mismo mes.

De esta manera, se garantiza el control de Sicilia desde la orilla peninsular.

Pero los monarcas españoles no habían estado parados.
En el frente diplomático se busca la creación de una alianza; la Liga Santa, que con el motivo anunciado de enfrentarse al turco, en realidad busca la unión contra Francia.
En el campo militar, en los astilleros del norte de España, se apresta una flota y sobre todo en Asturias y Galicia, se procede a la recluta de nuevas tropas.

El Virrey de Sicilia, Hernando de Acuña se prepara para defender la isla, aprestando sus galeras para el combate


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brenan
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Mensaje por brenan »

No era un reproche Tercioidiaquez :wink: te lo agradecemos y nos pierde la impaciencia :saludo2:


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Mensaje por tercioidiaquez »

El elegido para mandar el cuerpo expedicionario es Gonzalo Fernández de Córdoba, o como le llamaba en lá época Gonzalo Hernando.
Noble andaluz que destacó en la guerra de Granada, aunque parece que su mando iba a ser temporal,para después ceder las tropas a su propio hermano, Alonso o al mismo duque de Alba.

Gonzalo insistió sobremanera en dar primacía a los ballesteros y arcabuceros, por encima de otros combatientes a pie.
Había comprobado en persona la eficacia de las armas de fuego y quería que estas fueran el elemento principal de sus fuerzas.

Mientras, los franceses ocupan la práctica totalidad del reino de Nápoles, con las excepciones de Puglia, Ischia y la fortaleza de Reggio y Ferrante se refugia en Sicilia.

Carlos VIII, enardecido por su éxito, se proclama a si mismo, Emperador y rey de Jerusalén, aunque no ha logrado ninguna victoria en el campo de batalla, pero la práctica totalidad de Nápoles es suya.


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Mensaje por tercioidiaquez »

Pero la diplomacia española logra sus objetivos de aislar a Francia; Venecia, el Papado, Inglaterra (aunque su ayuda será meramente testimonial),Milán (en la que Ludovico decide cambiar de bando) y el Imperio se unen a España contra Carlos, que se ve aislado en el sur de Italia.

Decide volver a Francia con la mitad de su ejército, dejando al duque de Montpensier como virrey, chocando sus fuerzas contra las combinadas italianas en la terrible batalla de Fornovo en julio de 1.495.

Ambos bandos reclamaron la victoria y nisiquiera hoy en día los historiadores se ponen de acuerdo, aunque independientemente del resultado, el monarca francés pudo llegar a su reino aunque había sufrido grandes bajas.


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Mensaje por tercioidiaquez »

Finalmente, el 24 de mayo, Gonzalo y su ejército llegan a Mesina (en Sicilia), aunque el mal tiempo les ha retrasado y obligado a llegar en dos grupos.

Cómo es habitual en la historia, no se sabe a ciencia cierta el número exacto de tropas que componían el ejército español.

El número más probable ( y elevado) cifra la infantería en 5.000 hombres, 600 "ginetes" (caballería ligera) y 700 hombres de armas (caballería pesada, reminiscencia medieval).

Algunas fuentes reducen a los infantes a 3.000 e incluso menos, pero lo que si es cierto, es que aun con el refuerzo de varios miles de leales seguidores de Ferrante, el ejército francés en el sur de Italia, al menos, doblaba en número a las fuerzas hispano-napolitanas.

Nunca temió Gonzalo el deficit de número, y a pesar de saber las condiciones en las que se encontraba su ejército cruzó a la Italia continental el día 26.

El encuentro con Ferrante tuvo un efecto añadido entre los españoles, en el que a pesar de haber un núcleo veterano de Granada, abundaban los novatos, indisciplinados y soberbios, que al comprobar que los italianos ganaban más que ellos, no ayudó precisamente a mantener el orden necesario, pues como fue "costumbre" en la época, los españoles cobraban tarde y cuando lo hacían.


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Mensaje por Geromin »

Hola. Acabo de ver que se ha publicado el libro que pongo a continuacion, por si os interesa, y para que el "maestro" Tercioidiaquez nos de su opinion si sabe de el y le parece recomendable.

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[...]

Ante la estampa reseca y desangelada del otoño castellano cabe preguntarse, como hiciera Elliott, cómo fue posible que un país pequeño y pobre, situado en el confín del mundo, pudiera sostener uno de los mayores “imperios” que el mundo ha conocido y ser la nación hegemónica en Europa durante un siglo, más que ninguna otra después -o antes, sin contar con el Imperio Romano-. Muchos creen que fue gracias a sus soldados, bajitos, renegridos, horteras y pendencieros, pero también orgullosos, leales, valientes y firmes, la infantería más prestigiosa y temida. Dejando de lado que, evidentemente, no sostuvieron ellos solos aquel aparente milagro imperial, queda por resolver la misma cuestión, cómo una tierra pobre y falta de gente pudo armarse hasta el punto de contener las agresiones de franceses, turcos, berberiscos, ingleses y holandeses. La respuesta ya la sabemos: desgastándose hasta la extenuación, que llegó en la segunda mitad del siglo XVII. En este prolijo y amplio volumen, de más de mil páginas, se describe exhaustivamente este aparato defensivo sin que, a la luz de los abundantes datos que aporta, puedan descartarse favores divinos como causa última del nacimiento y duración del llamado Imperio español.

El ejército de los Austrias españoles era un conglomerado confuso y multiforme, enfocado más a la defensa que al ataque, cuya organización supuso un reto descomunal para su época. Sostenido siempre de forma agónica, en última instancia su pervivencia se debió los hombres que lo componían. “Al soldado español se le han imputado grandes defectos -en lo que estaría en la línea de los demás coetáneos- y muchas virtudes -en lo que, tal vez, tenga alguna ventaja sobre los demás-, y unos y otras se le achacan con humor, con odio, con rabia, con afecto, con envidia... Por eso, unas veces puede parecer un personaje odioso y diabólico, próximo al infierno, y otras, heroico o abnegado, muy cercano al cielo. En definitiva, una imagen que sólo es capaz de ofrecer el ser humano... Y aquellos soldados fueron profundamente humanos, como humanos fueron los ejércitos en los que combatieron.” (p. 1015). Una preocupación por el soldado, en cuanto ser vivo y carnal, que ya expresó el autor en su regular novela El castellano de Flandes, didáctico relato de la vida de Sancho Dávila, paradigma del soldado de los tercios.

[...]

Saludos


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Mensaje por tercioidiaquez »

Yo maestro poco, y solo de cosas inconfensables... :mrgreen:

El libro lo ojee en su momento y como me pareció caro y que no se ceñía al tema "táctico" sino que se iba por otros temas pues no lo compré, de momento...


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Mensaje por tercioidiaquez »

Los napolitanos querían una acción directa contra los franceses; acercarse por mar y desembarcar en la capital, pero Gonzalo sabía que esto no era posible.
La diferencia numérica y el desconocimiento del terreno no lo permitía. Una derrota española hubiera podido significar la destrucción del único ejército que había disponible por el momento.
Los españoles eran partidarios de una presencia "amplia", de hacerse ver por todo el sur, y hacer creer a los franceses que se encontraban por todas partes.
De esta manera se ganaría confianza, se conocería el terreno y se evitaba una batalla frontal decisiva.

Tuvo Gonzalo que convencer a Ferrante y a su corte, que finalmente y de momento cedieron: "Yo, señor Gonzalo Hernández, os seguiré con los que me siguen, así en esto como en todo lo que a vuesa merced pareciere".

Se establecen guarniciones en algunas de las plazas cedidas a España, aunque no en todas, y siempre en escaso número, en torno a 50-80 hombres, y comienzan las correrías por la Calabria, un terreno que se asemeja a la campiña granadina.


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Mensaje por Carlos Valenzuela »

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Yo lo compré en noviembre del año pasado y si costara la mitad [ahora sobre los 42-45 euros] quizás me atrevería a recomendárselo a alguien que le interese la organización del ejército en aquellos años.
No conozco otro libro que trate con tanto detalle lo relativo al ejército interior, de defensa de la península.
Para no iniciados en la historia militar del periodo no creo que sea un título recomendable para aproximarse a ella, pues pueden echarse para atrás ante un libro denso y poco dinámico, y sería mejor que leyeran otros títulos antes.


Lo que sigue lo comenté en su día en otra página de internet:
ÍNDICE (el texto entre parántesis es mío):
Parte 1ª El modelo militar de los Austrias: su evolución. pág.35-254
1. El Origen. (la ordenanza de 1503)
2. La configuración (la ordenanza de 1525 y la instrucción de 1536)

hasta aquí parece el libro de Quatrefages, La revolución militar moderna: el crisol español.

3. La consolidación. (segunda mitad del XVI, primer cuarto del XVII)
4. El ocaso (desde la Unión de Armas hasta los últimos ejércitos de Carlos II)
5. Costos y financiación.

Parte 2ª. El ejército interior. pág 255-676
1. La defensa y sus exigencias (análisis general)
2. La defensa fronteriza terrestre (navarra, aragón, cataluña, extremadura)
3. La defensa costera meridional (reino de Granada, reino de Murcia, reino de Valencia, reino de Mallorca)
4. La defena costera septentrional (la costa vasca, la costa cantábrica, Galicia)
5. La reserva interior (las Guardas de Castilla)

Parte 3ª. El ejército exterior. pág 677-880
1. Los escenarios mediterráneos (campañas norteafricanas, el mar, Italia)
2. Los escenarios atlánticos (Canarias, Irlanda, Flandes, el Franco Condado)
3. Los Tercios (p.834-880)

Parte 4ª. Los hombres. pág.881-1015.
1. Efectivos y reclutamiento
2. El fuero militar (ordenanzas que regulan la "vida militar")
3. El soldado, vivir y morir (análisis de las condiciones de vida del soldado).

La mayoría de capítulos de las partes segunda y tercera, recogen tablas con el número y la distribución de las tropas [reitero que tan sólo he procedido a hojearlo]: si le interesean la composición de la guarnición de Pamplona en 1639, la del ejército que invadió Portugal en 1580, la de las milicias de Mallorca o la distribución de los torreones de vigilancia en la costa de Granada, la participación de Alava en la defensa del reino, y los números de los ejércitos de Milán, Nápoles, Países Bajos, Sicilia... aquí lo podrá encontrar.


Disculpen la interrupción.


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