El protagonismo de EE UU en el conflicto de Perejil deja en entredicho a la Unión Europea
El apoyo de Francia a Rabat hizo imposible una postura común de Europa ante Marruecos
Europa respiró tranquila la noche del sábado cuando Rabat y Madrid anunciaron el acuerdo para resolver la crisis sobre la isla Perejil. 'Es una buena noticia para Marruecos y España, y es una buena noticia para Europa', reaccionó de inmediato la Comisión Europea. Pero la Unión 'no ha estado al nivel que le corresponde', admite un alto cargo diplomático en Bruselas. Un grave conflicto entre un Estado de la UE y otro asociado a la Unión ha sido desactivado por EE UU, mientras Europa se mostraba desunida ante la petición de ayuda de uno de sus miembros al sentirse agredido.
La crisis relacionada con Perejil ha dejado además una herida abierta en Marruecos, un aliado estratégico para los europeos.
'España ha preferido el aval de Estados Unidos, y no de la UE, porque no se fiaba de Francia', afirma un alto cargo del Consejo de la Unión. 'Por eso, el Gobierno español ha pedido que sea el secretario de Estado, Colin Powell, quien dé las garantías al pacto, y no las ha pedido a la Unión Europea ni a la Liga Árabe o a la ONU, como también se manejó', añade.
Francia, el país europeo que hoy mantiene las más privilegiadas relaciones políticas y comerciales con Marruecos -apoya la fórmula de la autonomía para el Sáhara y acaba de firmar importantes acuerdos de prospección petrolera en la costa marroquí- no estaba dispuesta a deteriorar su fructífero nexo con Rabat. El mismo día 13, el Ministerio francés de Asuntos Exteriores reclamó un arreglo bilateral 'antes de que un comienzo de crisis degenere en una verdadera crisis'.
Dinamarca, que este semestre preside la UE, desoyó la advertencia y, sin consultar al Gobierno francés -y sí al británico, entre otros-, emitió la noche del día 13 un comunicado 'de la presidencia de la Unión' expresando la 'total solidaridad con España' y exigiendo a Rabat 'la inmediata retirada de sus tropas'. Dinamarca, que hace unos años cerró su embajada en Rabat y abrió otra en Argel, satisfizo así a España, pero irritó a París. Por eso, el día 17, el embajador francés bloqueó en el Comité de Política y Seguridad de la UE el proyecto danés de emitir otra declaración de solidaridad con Madrid tras el desembarco español en Perejil.
La Comisión, que en los primeros días del conflicto denominó a Perejil 'territorio de la Unión', con el consiguiente disgusto marroquí, exigió a Rabat la inmediata vuelta al statu quo anterior al 11 de julio, pero apremió a España a hacer lo propio cuando los soldados españoles se asentaron en el islote.
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