Hola amigos:
Esto lo había puesto en la Cátedra de Estrategia, pero creo que aquí también está bien. Incluso mejor:
Hay tres premisas para la prospectiva política:
1- La historia no puede leerse exclusivamente bajo la óptica de la política, la economía y la tecnología.
2- Las ideas tienen consecuencias profundas en la dinámica de la historia.
3- Las claves para el éxito y la influencia duradera de una civilización son la vitalidad y el sentido moral de su cultura
El 11-S expresó de forma letal que contra la teoría de la secularización de la sociedad conforme ésta se moderniza (extendida entre las élites occidentales), el rápido avance de la modernidad coincide con una explosión religiosa. Hay que aceptar que la propia modernización contribuye a ésto.
El 11-S nos declaró la guerra un enemigo que creía en la religion como impulso. Un enemigo que no es estado y que tiene razones que trascienden los motivos convencionales del arte de gobernar.
El terrorismo del 11-S no es político ni tiene objetivos políticos: busca la máxima destrucción física y psicológica, y no distingue entre culpables e inocentes. Todos somos culpables. Su estrategia es el caos indefinido basado en la deshumanización del otro.
Esta guerra carece de origen y no hay referencias geográficas donde focalizar el esfuerzo de guerra. Ni siquiera una organización, sino grupos diversos cuya ligazón no es política en el sentido convencional del término, sino una ideología común de base religiosa. Además no dudarían en hacer uso de armas de destrucción masvia si lograran hacerse con ellas.
Walter Lacqueur señala la resistencia psicológica a aceptar hechos incómodos lo que genera falsas explicaciones (o se aceptan explicaciones que tranquilizan) que lo único que hacen es agravar el problema. De ahí la negativa a aceptar que estemos en un choque de civilizaciones y cómo se ha asumido la idea de la secularización y por lo tanto no se acepta que todo lo que está ocurriendo es por razones y en términos religiosos. Por ello se buscan otras explicaciones.
Hay que tener claro que el enemigo tiene una visión del mundo difierente y que tiene voluntad de morir por sus ideas. Ha parasitado estados desde los que ha lanzado y lanza sus ataques. Un enemigo que tiene como motivación principal destruir nuestra civilización.
Todo esto empezó antes del 11-S, aunque no lo reconocimos. Toda esta lucha tiene multitud de frentes, todos conectados, todos campos de batalla más o menos activos de la misma guerra global.
Bernard Lewis experto en el Islam y que trabajó para el Servicio de Inteligencia británico en la II GM, señala que a diferencia de entonces no sabemos quienes somos, no sabemos lo que está en juego y no comprendemos la naturaleza de enemigo. Y lo que es peor: No queremos saber.
Todo esto es letal.
Comprender al enemigo.
El modo como se ve (o no) a Dios tiene que ver en cómo se plantea una sociedad más justa y que medios se usan.
Hay que tomarse en serio las cuestiones teológicas, cómo piensan los demás sobre Dios y cómo ha perfilado y dado forma la religión a nuestra civilización.
Lo que es extraño y va contracorriente es el laicismo agresivo instalado en los sistemas educativos, servicios exteriores y medios de comunicación.
No se reconoce que lo que da sentido a la vida y a la historia a la aplastante mayoría de la población son las convicciones. Se niega que las ideas tengan consecuencias.
Comprender qué ideas, junto con sus consecuencias, han dado forma a una época es vital.
Es falaz la idea del progreso histórico inevitable. Las cosas pueden ir a peor si declinan el sentido moral y la cultura.
Nuestro futuro depende de la respuesta a la cuestión de si nuestras aspiraciones espirituales son nobles o abyectas.
Perder la capacidad de pensar en términos de Dios y Satán (imagino que el autor quiere decir en términos de Bien y Mal), olvidar el concepto de redención, nos hace olvidar también cuál es la fuente de energía e inspiración del enemigo. Si esto no lo tomamos en serio nos habremos desarmado en medio de una guerra.
El Islam NO es una religión abrahmica
Contrariamente a lo que se nos dice el Abraham, Moises y Jesús no son los de la Biblia, son otros. Ni siquiera María es la del Nuevo Testamento.
El Jesús del Corán no es trinitario, no es el hijo de Dios, ni el mediador de los hombres ante el Padre.
El Isa del Corán nos remite más la Jesús de los Apócrifos, cuestión que ya planteó San Juan Damasceno en el siglo VIII. Es posible que el Islam sea un cruce entre cristologías heréticas, religiones tribales árabes y algunas formas judaicas, siendo el genio de Mahoma el que forjó una nueva religión con todo ello. No olvidar que si bien la Arabia antigua estaba en contacto con el Imperio Romano, lo estaría más todavía con los refugiados heterodoxos que con los ortodoxos que no huían. A su vez los primeros estarían más en contacto con el pueblo (del que surgió Mahoma) que con las clases altas y cultivadas, mucho más en contacto éstas con lo segundos.
El Islam reivindica que viene a sustituir tanto al judaismo como al cristianismo, ambas son religiones falsas.
Es una revelación final, que elimina las demás y por lo tanto esta preeminencia lleva inserto el conflicto con los demás.
El Corán, como texto sagrado, es el punto de arranque de todas las ciencias islámicas: lingüistica, fonética, retórica, etc... Es la base de las leyes, de la teología, de toda la vida religiosa y no religiosa que se construye a su alrededor.
No es análogo a la Biblia. Esta, aunque texto revelado por Dios, ha sido escrita por hombres, que lo han hecho de acuerdo a sus posibilidades, lo que da un margen de interpretación. El Corán fue dictado, por lo que no hay margen para la exégesis.
Para el Corán, entre los 99 nombres de Dios no está el de "Padre". Esto hace que la relación con Dios se defina por la sumisión y la majestad de Dios. Esto hace muy difícil cualquier idea de intimidad entre fe y razón.
En el Islam toda la riqueza del Antiguo y del Nuevo Testamento se dejan de lado. Dios deja de ser redentor y toda idea de redención desaparece.
Así mismo la idea de sociedad justa lleva a una unión de la autoridad religiosa y temporal, que a su vez lleva a una idea imperial milenarista y a que el estado islámico sea el único legítimo y la comunidad islámica la única depositaria de la verdad y el progreso rodeada de bárbaros.
El pluralismo por lo tanto es imposible y los creyentes, dentro del estado islámico, son discriminados y forzados por mera supervivencia a la conversión.
La separación de poderes, y la independencia de la iglesia del estado, surgió a partir de 1076 con Gregorio VII, poniendo límites al poder político dejó espacios para que la sociedad civil se desarrollara y apareciera la democracia.
La idea de las religiones abráhamica es un invento del siglo XX, pero no algo que tenga base.
De hecho el Corán es para los musulmanes lo que Cristo para los cristianos. La relevancia de la Biblia deriva de Cristo, pero la de Mahoma deriva del Corán.
El verdadero enemigo es el yihadismo.
Hay formas del Islam que inciden en una profunda reforma religiosa y moral y el restablecimiento del poder político del Islam: Estas son amenazadoras para Occidente y constituyen el Yihadismo.
Se distingue por un modo particular de ver al reforma del Islam, por sus métodos políticos, y por su objetivos de acabar con quienes consideran enemigos. Esto último a través de todos métodos que ellos consideren legítimos.
Richard John Neeuhaus lo define commo "La ideología de inspiración religiosa que enseña que todo musulmán tiene la obligación moral de emplear cualquier método para obligar al resto del mundo a someterse al Islam"
Todos los que piensan como los yihadistas son "de facto" el enemigo.
No entrarían los que consideran la yihad como una lucha espiritual, pero no hay duda de lo que los yihadistas comprenden como yihad.
La historia intelectual del yihadismo es compleja. Hay que comprenderla
Aunque el yihadismo es expresión de la lucha del islam contra la modernidad, sus raices se hunden en un sentimiento de fracaso previo a la llegada de ésta.
En la época colonial (Siglos XIX y XX) la mayoría de los musulmanes estaban gobernados por gente a la que consideraban inferiores e infieles.
Aunque el inicio se puede situar en su derrota a las puertas de Viena en 1683, sus orígenes se pueden encontrar más atrás: en un declive de la curiosidad intelectual que ha llevado a la pérdida de vitalidad en el mundo musulmán.
A comienzos del 2º milenio había una animada vida intelectual con un discurso racional de nivel. De hecho los filósofos árabes eran más que simples transmisores o comentaristas.
El español Averroes subordinó la Teología a la filosofía y ésta debía juzgar a la primera (algo parecido a Tomás de Aquino y San Agustin), siendo labor del filósofo juzgar qué doctrinas teológicas debían interpretarse alegóricamente y cuales no y de qué modo debían de interpretarse. Todos sabemos qué le pasó. Las autoridades religiosas, viendo en peligro su preeminencia, actuaron y Averroes tuvo que huir para salvar la vida (al contrario que los cristianos Aquino y Agustín). Esto y el sentido de autosuficiencia del Islam y su desdén por lo infiel hicieron el resto.
En 2002 en un estudio del Arab Human Developmen se llegó a la conclusión de que en una década o dos se traducían más libros al español que los que se han traducido al árabe en un milenio.
La cadena que nos lleva dese el siglo XVII hasta el 11-S nos muestra cuatro personajes fundamentales:
Ahmad Ibn Abd al-Halim Taymiyya (1263-1328). Nacido en el momento en que los mongoles arrasan Oriente, saquean Bagdad y asesinan al último califa. Señaló que la supervivencia del Islam requería poder político y que para ello habría que usar la fuerza armada y de hecho debía de usarse. La Yihad supone tanto un amor absoluto por Dios como un odio absoluto por aquellos que Dios proscribe. Amplió los objetivos de la Yihad a los musulmanes que evitaban participar en ella. Para él, la paz y la justicia socil prevalecerían en cuanto el Islam quedara victorioso frente a todos.
Muhammad Ibn'Abd al-Wahhab (1703/4-1792). Padre de la doctrina wahabbita que es oficial en Arabia Saudí y que se ha exportado gracias al dinero del petróleo. Puso énfasis en al radical unicidad y señoría de Dios, cuya relación con el mundo es la de un legislador absoluto. Sólo existe la sumisión a Dios.
Tiene un profundo desdén hacia el misticismo islámico (comparar nuévamente con el cristianismo y su tradición mística) y proclama la destrucción de cualquier artefacto creado por el hombre y que busque personificar o expresar atributos divinos (La destrucción de los Budas de Bamiyan por los Talibán entra en ésta apartado).
Tuvo poca influencia en su tiempo y ha sido el dinero saudí el que le ha dado relevancia.
Hassan el-Banna (1906-1949) Fundador de los hermanos musulmanes y personaje que estaba en contra de los modernizadores de principios del siglo XX. Condenó la colonización mental del Islam y expresó la urgencia de una lucha contra Occidente.
Puesto que todo ésto sólo puede haber ocurrido por una corrupción de la vida musulmana, propuso una reforma social del Islam. Las actividades de los Hermanos Musulmanes serían una forma. La Yihad otra.
Dios había dado a los musulmanes el privilegio y el deber de salvar al mundo de sus errores. Una vez limpia la casa del Islam, seguirían hasta que "todo el mundo grite el nombre del profeta".
El Islam es tanto una religión como un estado por lo que el Corán y la espada son inseparables y su extensión a todo el mundo legítima.
Sayyid Qutb (1903-1966) Desarrolló estas corrientes dándoles un sesgo afilado. Veía Occidente como una única entidad cultural. La única línea divisoria era la que separaba el Islam y Oriente del Cristianismo y Occidente y su estancia en Estados Unidos aún radicalizó más sus posturas.
Hizo énfasis en la centralidad de la voluntad de Dios, único y exclusivo legislador.
En consecuencia un estado era verdaderamente musulmán si aplicaba la Sharia y aquellos musulmanes que no vivían como auténticos musulmanes eran enemigos a derrotar e incluso matar, ya que su propia existencia era una amenaza.
La lucha no es sobre territorios, sino sobre la verdad y sobre qué verdad prevalecería sobre el mundo.
Para él nada había cambiado desde las cruzadas: Una lucha perpetua, violenta, hasta el triunfo final y global del Islam.
El resto de religiones no sólo estaban equivocadas. Son malignas y deben eliminarse.
Sus enseñanzas, que provienen de un autodidacta resonaron en el corazón de muchos y su influencia en el actual movimiento yihadista es extrema (procuraré resumir un artículo de la revista Parameters sobre este movimiento el que quiera leerlo entero:
http://www.carlisle.army.mil/usawc/para ... kmeier.pdf)
Viendo la historia de muchos de ellos se podría tender al psicoanálisis, pero es un error, porque el poder del yihadismo y su caracter amenazador proviene de su raíz teológica.
Benedicto XVI, en Ratisbona, señaló que la clave teológica está en la identificación que hacen de Dios como voluntad absoluta. Así están justificados para creer que Dios puede mandar cualquier cosa. En consecuencia el asesinato de inocentes, no sólo es moralmente necesario, sino aceptable si supone un avance del Islam. En consecuencia la misericordia es debilidad y la justicia esta próxima o es pura venganza.
Así empieza a quedar claro, en ese culto a la muerte que entra en juego, la perversidad de sus actos.
El yihadismo no es diferente de otros integrismos o totalitarismos, pese a santificar la violencia y negar la autonomía individual. Ha creado un mundo sin límites, en el que el campo de batalla puede ser cualquier lugar y cuya moralidad está garantizada teológicamente.
Todo llegó a su culmen con los difuntos Bin Ladin y al-Zawahiri, dando como resultado la Yihad Global.
Hasta otra.