Bolivia, Chile y Perú
Combinaciones de tres elementos tomados de dos en dos (o de tres en tres)
Hay que remontarse a la Guerra del Pacífico o del Salitre (1879-1883) para comprender el caprichoso diseño que presenta hoy la costa oeste de la mitad sur del continente americano; o si lo prefieren de América del Sur; o como a mí me gusta llamarle, de la Costa Oeste de la Iberoamérica Austral. Para muchos analistas, las consecuencias que se derivaron de esa guerra suponen uno de los mayores traumas sufridos por una gran parte de las antiguas colonias españolas en América, en sus escasos dos siglos de vida independiente.
De manera incontestable, enseñado de forma insistente y escuchado desde la más tierna infancia, el veredicto dictado por las consecuencias de esa Guerra del Salitre, ha forjado el criterio de generaciones de bolivianos, chilenos y peruanos en el siempre refinado arte de la desconfianza mutua.
Como si de una maldición se tratase, las diferencias en esa parte del mundo escasamente son entre uno y otro sin más, sino que llaman inmediatamente la atención de otros actores que, movidos por esa desconfianza, buscan siempre las intenciones que se ocultan en cualquier movimiento de las piezas del tablero.
Desde el punto de vista del derecho internacional, el Tratado de Lima, firmado entre Chile y Perú en 1929, obliga a escuchar lo que "el otro" tenga que decir a cualquier decisión que se tome al respecto de poner fin a la "mediterraneidad" de Bolivia (lo cual es lógico pues, con anterioridad a la Guerra del Pacífico, el terreno que le otorgara la posibilidad de salir al mar les pertenecía). Con esta limitación de orden jurídico, el acuerdo entre dos ya no es posible.
Así las cosas, la Bolivia de hoy dice que Perú entorpece sus aspiraciones de salida al mar y que Chile no quiere saber nada hasta que no haya un próximo gobierno; Perú alimenta las tesis del rearme chileno para invadirles por el sur y presenta a los bolivianos como alguien que pretende quitarles un pedazo de playa; y Chile por su parte, argumenta que la baja popularidad de Alan García es el motivo de la demanda que ha interpuesto en La Haya para la demarcación de límites marítimos (que se resolverá en marzo) así como de la paranoia que ha desatado con el asunto del espionaje.
Entre Chile y Perú no se interpone únicamente la disputa por la "paternidad del Pisco". La venta de armas de Chile a Ecuador durante la Guerra del Cóndor en 1995, los 35.000 kilómetros cuadrados de mar ya referidos y las continuas declaraciones contra Chile de figuras peruanas relevantes, son heridas que continúan abiertas y sin visos de curación.
Si la demanda de Perú no es atendida, el recién ganado crédito del MAS para gobernar otros cinco años, hará resucitar el sueño talasocrático boliviano. Si por el contrario el Tribunal Internacional de la Haya reconoce sus pretensiones, está por ver la reacción del próximo inquilino (o inquilina) del Palacio de la Moneda.
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1 La palabra "mediterraneidad" proviene de una de las definiciones que hace la Real Academia Española a "mediterráneo", que se refiere a "que está en el interior de un territorio".
2 En principio, la zona de 35.000 km2 pertenece a Chile, pues ambos países firmaron acuerdos en 1952 y 1954 en los que Perú le daba control sobre el área.Noobstante, Lima sostiene que tales acuerdos sólo regulaban la actividad pesquera y no se referían a los límites marítimos. Eso es lo que tendrá que resolver La Haya antes de abril.
3 Partido del Movimiento Al Socialismo, liderado por Evo Morales.
.- Saludos.