Historia de la Flota de superficie alemana en la II WW

Los Ejércitos del mundo, sus unidades, campañas y batallas. Los aviones, tanques y buques. Churchill, Roosevelt, Hitler, Stalin y sus generales.
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Historia de la Flota de superficie alemana en la II WW

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1º.- RESURGIR DE LAS CENIZAS DE SCAPA FLOW

Tras la Gran Guerra la antaño poderosa Flota de Alta Mar Imperial, había quedado reducida a la nada. Gran parte de sus poderosos buques yacían en los canales de Scapa Flow, como mudos testigos del último acto de rebeldía y orgullo de sus marineros. El resto, en su mayoría buques menores, habían sido repartidos entre los vencedores de la contienda. Las pocas unidades con las que contaron al principio eran, cuando menos, anticuadas sino obsoletas.
En líneas generales los vencedores pretendían que la Flota alemana se volviera una simple guardia de fronteras, y para ello le permitieron contar con:
Ocho acorazados pre-dreadnought (que estaban pensado retirarlo del servicio)
Ocho viejos cruceros ligeros
Treinta y dos destructores y torpederos.
Ni una sombra del poder que llegó a alcanzar.
Aún así esto superaba el potencial que los aliados habían estimado: 6 acorazados, 6 cruceros y doce destructores… A parte que las normas de construcción de nuevos buques eran poco menos que draconianas:
Los nuevos acorazados construidos no podrían sobrepasar las 10.000 Tn, ni poseer un armamento principal superior a las 11 pulgadas. Por todo ello el nombre de acorazados sería algo poco menos que eufemístico, o al menos eso pensaron los vencedores, pues con esas características en la época se pensaría en barcos tipo crucero pesado.
Los nuevos crucero no podrían exceder de 6.000 toneladas, y su artillería de seis pulgadas.
Los destructores no podrían pasar de 800 Tn y los torpederos de 200Tn.
Se prohibían los aviones, portaaviones y, sobretodo, los submarinos (aunque estos no serán tema de nuestro trabajo).

A esta tesitura fue a la que tuvo que enfrentarse el primer almirante en jefe de la Armada Alemana tras la Gran Guerra, el almirante Paul Behncke. Pero, además de estas limitaciones, había una más: la desastrosa situación de la economía alemana impedía cualquier alegría en la inversión armamentística y, como es bien sabido, cualquier armada es de todo menos barata. A todo ello añadir la corrupción generalizada existente durante la República del Weimar (una causa del ascenso nazi).

Para 1921 se pone la quilla del primer buque nuevo de la renacida flota: el crucero ligero Emden (homónimo del buque corsario de la 1ª G.M. comandado por Müller). El Emden desplazaba unas 5.600 Tn, portando 8 cañones de 5,9 pulgadas. Es botado en 1925, entrando en servicio al año siguiente.


En 1924 se comienza a trabajar en una flotilla de torpederos, la clase Möwe, que es el primer intento de burlar las cláusulas del Tratado de Viena, ya que de torpederos tenían el nombre y el que llevaban torpedos. Los Möwe son buques de 924 tn, artillería de 4,1 pulgadas y ocho tubos lanzatorpedos. El cabeza de serie, Möwe, se bota en 1926. Ese mismo año se empieza a trabajar en la serie de destructores de la clase Wolf.

En 1924 un nuevo jefe se hace cargo del destino naval alemán: Hansa Zenker, que comandará durante unos cuatro años. En este tiempo se ponen la quilla de dos nuevos cruceros: Karlsruhe y Köln.

Es notable la publicación en 1926 del libro: “Estrategia de la Guerra Mundial”, del vicealmirante Wolfgang Wegener. En él se postulaba que, en el caso de que Alemania volviera a ser una gran potencia, inevitablemente acabaría por chocar de nuevo con los británicos, y en particular con su Royal Navy. Planteaba dos posibles soluciones a este desafío.
a) Construir una flota equilibrada, y hacerse con los puertos franceses y noruegos, de manera que no pudiera ser bloqueada fácilmente por la Navy británica.
b) De no conseguirlo, establecer alianzas que, en la medida de lo posible, anulasen, el poder británico sobre las áreas comerciales marítimas de Europa.

Mientras tanto había llegado el momento de sustituir los viejos acorazados existentes por nuevas unidades. Y es en este momento cuando surge el concepto de Acorzado de Bolsillo. El primero de ellos, con la calificación de buque blindado, sería el Deutschland. Su calificación cambiaría con el tiempo a crucero pesado, pero sería el de acorazado de bolsillo con el que pasarían a la historia.
En general estos buques respondían a la idea de los cruceros ligeros de batalla, armados poderosamente pero con poca protección, pero ciertamente los alemanes consiguieron sacarles un partido que nadie había logrado (ni cuando hablaban de cruceros de batalla pesados). El Deustschland iba armado con 6 cañones de 11 pulgadas, desplazando 11.770 Tn, que excedía lo permitido en Versalles. Su autonomía era de unas 19.000 millas y su máxima velocidad llegaba a unos 26 nudos sobrados.



Sin duda no podría enfrentarse a poderosos acorazados, pero no estaba pensado para ello. Era un corsario, rápido y escurridizo, que podría enfrentarse con ventaja a cualquier crucero existente, y que solo podía temer ser atacado en superioridad por los cruceros de batalla Hood, Repulse y Renown. El buque fue botado en 1931 y, en rápida sucesión , le siguieron sus gemelos Admiral Scheer y Admiral Graf Spee.

Además de estas poderosas adquisiciones la marina alemana había tenido una, cuando menos, muy importante, su nuevo jefe el Almirante Erich Raeder, que desde finales de 1928 se hace cargo del destino naval de la flota de superficie. Seguidor de las tesis de Wegener pretendió una flota poderosa y equilibrada.

Estando así las cosa en 1933 llega al poder el partido nazi y su líder el malhadado Hitler. Raeder ve en él una buena oportunidad de llevar a la flota a su antiguo esplendor, aunque siempre consigue mantenerse alejado de las convulsiones políticas que acaecen, purgas incluidas. Pero tampoco hace nada por evitar lo que sucede, lo que Hitler agradece con la promesa de potenciar la flota hasta extremos insospechados. Pero eso ya es harina para el siguiente capítulo.

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2º.- DE LA LLEGADA DE HITLER AL PODER A 1939

El primer impulso serio al rearme alemán se puso en 1935 cuando el canciller Adolf Hitler denunció el Tratado de Versalles y anunciaba el resurgimiento del arma aérea alemana (Luftwaffe). Pero este momento supone, también, la claridad del “quiero y no puedo” para Raeder, ya que el dinero correrá a espuertas hacia el Heer (ejército de tierra) y a la politizada fuerza aérea, de la que su comandante en jefe, Goering, era un miembro destacado del partido nazi, su número dos o tres en el peor de los casos. De los presupuestos solo los restos quedaban para la armada.


Además, la presencia de Goering al mando de la Luftwaffe, conllevó la imposibilidad de creer un ejército efectivamente unido como se pretendía, con un mando centralizado. Es notorio la negativa del Mariscal del Aire de ceder aviones a la armada, que habrían sido un germen para una flota aérea embarcada que hubiera podido hacer temblar las estructuras aliadas hasta extremos insospechados. LA única concesión fue la creación de un rama naval de la fuerza aérea que actuase bajo mando de la armada en tiempo de guerra… y esto no sería así casi nunca. Se llegaron a prometer unos 700 aparatos que, obviamente, nunca fueron entregados.
En el campo internacional se firmó en 1935 el tratado anglo-germano naval, por el cual Alemania podía contar con un potencial del 35% del inglés (lo que visto el tamaño de la R.N. en aquel tiempo resultaba imponente, y los británicos accedían (qué remedio) a dejar crear un arma submarina (como curiosidad decir que el U-1 entró en servio en Kiel 11 días después, lo que debería haber servido de aviso a los incautos políticos británicos)
Por su parte la armada de superficie se lanzó a una rápida aunque, por desgracia para ellos, limitada expansión. Dos nuevos acorazados de bolsillo, una versión agrandada de la clase Deutshland, son entregados. Su armamento principal lo componen 9 piezas de 11 pulgadas desplegadas en torres de a tres, armamento secundario de 5,9 pulgadas, velocidad de 32 nudos y un desplazamiento de 26.000 Tn oficial, aunque realmente desplazaban nada menos que 32.000 Tn. Sus nombres Sharnhrost y Gneisenau recordaban a los cruceros de Graf von Spee en la victoria de Coronel. En realidad eran una especie de cruceros acorazados rápidos, con una fuerte coroza y una artillería modesta.
En el 36 comienzan los trabajo en los que serían dos de los más imponentes acorazados jamás construidos, solo superados por los Yamato japoneses: el Bismark y el Tirpitz, armados con sendos cañones de 15 pulgadas Se les declaró un desplazamiento de 35.000 Tn, pero en realidad el primero desplazaba 41.700 Tn y su gemelo 42.900 Tn
En el campo de los cruceros ligeros se incorporan el Leipzig, Nürnberg y Konigsberg (sumando seis unidades en este campo), así como los cruceros pesados Admiral Hipper y Blücher (calzaban cañones de 8 pulgadas).
En 1937 Hitler convoca a los mandos militares para avisarle de la necesidad de usas las fuerzas armadas para solucionar los problemas alemanes en Polonia, Austria y Checoslovaquia. Raeder, aún así, confiaba en que el conflicto no empezase hasta tener más avanzados los proyectos de armamento en curso, pues en ese momento su armada aunque moderna era poco más que simbólica frente a la todopoderosa Royal Navy, a la que había que sumar el potencial Francés y de aliados menores… sin duda un reto más que imposible para su arma de superficie.
Sin embargo los acontecimientos se aceleran y, para 1938, la armada ya tiene listos sus planes principales de batalla y doctrina básica en caso de guerra. Sale a la luz el Plan Z, aceptado por Hitler en enro del 39, y que pretendía una serie de construcciones aceleradas durante 6 años, basándose en la “lógica” de un enfrentamiento con Inglaterra hacia 1945. Para ese instante la flota de superficie contaría con:
6 acorazados de 56.000 Tn
2 acorazados de 42.000 Tn (Bismarck y Tirpitz)
3 cruceros de batalla de 31.000 tn y cañones de 15 pulgadas (aquí entrarían los Scharnhorst y Gneisenau modificados)
3 acorazados de bolsillo ( Deustschland, Admiral Scheer y Graf Spee)
2 portaaviones, el Graf Zeppelín botado en 1938 y que nunca llegaría a ser operativo y otro más.
5 cruceros pesados: Hipper, Blücher, Prinz eugen, Seydlitz y <lützow.
44 cruceros ligeros (seis ya terminados)
78 destructores
90 torpederos
249 submarinos.


El plan adolecía de muchos defectos empezando por os logísticos, pero sobretodo por no tener en cuenta la reacción de los inglese, franceses y demás potencias que se verían abocados sin duda a una nueva carrera armamentística.
Sin embargo parecía que la visión de Hitler era invencible, anexión pacífica de Austria, Checoslovaquia y el colofón con el pacto Molotov de no agresión, que dejaba al albur el destino polaco… e Inglaterra y Francia sin decidirse por la firmeza. Con las cosas así se da orden de movilizarse para preparar el ataque a Polonia, a lo que la armada se pone sin temer una reacción anglo-francesa… En ese momento el arma naval alemán cuenta con:
2 cruceros de batalla
3 acorazados de bolsillo
1 crucero pesado
5 cruceros ligeros
50 destructores y torpederos
2 viejos pre-dreadnought: Schelesein y Scheleswing-Holstein
Muy lejos de las previsiones del Plan Z
El 3 de diciembre Raeder recibe la preocupante (por no decir desesperante) noticia de la entrada en guerra de Inglaterra y Francia, lo que ponía a sus escasos buques a la tesitura de enfrentarse en total inferioridad numérica y táctica (sus salidas al mar eran demasiado evidentes) frente a sus nuevos enemigos.
Pero listos o no listos es la hora de la verdad y con valentía y determinación los marinos alemanes se enfrentarán a ella.

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3º.- BREVE RESEÑA SOBRE LA CAMPAÑA DE POLONIA.

El 1 de septiembre del año de 1939 las tropas alemanas asaltaban la frontera polaca con la excusa de un supuesto incidente fronterizo. Los polacos plantan decidida resistencia, aunque son superados por el nuevo concepto de guerra alemán. Además, tal vez demasiado tarde para evitar la matanza que se avecina, Francia e Inglaterra declaran a Alemania la guerra el día 3, provocando el famoso grito de Hitler a su minisro de asuntos exteriores Ribbentrop: “¿Ahora qué?
La respuesta era muy sencilla: Pues ahora una guerra que empequeñecería cualquier otro conflicto de la historia de la humanidad.
Para la flota de superficie alemana la situación no era nada halagüeña, ya que no podía ni soñar con alcanzar las cifras de producción naval de sus enemigos, y el lograr la paridad en acorazados era de facto un sueño irrealizable. Esto provoca que Raeder se exprese en estos términos: “Las fuerzas de superficie solo pueden demostrar cómo saben morir con gallardía”. Una frase fatalista, pero real, a pesar de que el concepto de guerra naval que iban a desarrollar enloquecería a las superiores fuerzas británicas, estiradas hasta el máximo en un intento de controlar las rutas comerciales marítimas mundiales en una guerra que realmente merecería el calificativo de mundial.
Mientras las unidades principales se preparaban para enfrentarse a británicos y franceses, un pequeño escuadrón de la flota iba a participar en los acontecimientos de Polonia.




En particular los “pre-dreadnought, Schelesein y Scheleswing-Holstein, con sus cañones de 11 pulgadas atacaron con terrible eficacia las fortificaciones polacas en Westerplatte y Hela, demostrando que esta función los acorazados, aún los muy anticuados, eran realmente útiles. Mientras el resto de la flota, salvo algunos destructores y torpederos, se concentraba en los puertos occidentales, esperando la ocasión de lanzarse sobre las rutas comerciales del enemigo, ya que ni se planteaban el plantar cara a la Navy británica en una batalla tradicional. Pero esos primeros movimientos los dejamos para el siguiente capítulo.


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4º.- LANGSDORFF Y LA EPOPEYA DEL GRAF SPEE



Antes de desencadenarse la tormenta el mando de la marina alemana había posicionado algunos de sus buques para realizar labores de corso en alta mar. Las unidades más notables eran el acorazado de bolsillo Graf Spee y el Deustschland, que partieron hacia sus puntos de patrulla el 21 y 24 de agosto respectivamente. Actuando como buques nodrizas de ambos partieron el Altmark y el Westerwald . En este capítulo nos centraremos en las acciones del Graf Spee, comandado por el capitán de navío Hans Langsdorff.




Su zona de patrulla asignada era al Sur del Ecuador, pero quedó lastrado por la indecisión de Hitler de comenzar la guerra contra el comercio aliado, seguramente esperando apaciguar las cosas y llegar a un acuerdo con Inglaterra. El 23 de septiembre Raeder consigue por fin del canciller alemán la esperada orden de comenzar el ataque. La armada alemana estaba deseosa de devolver golpes, ya que los británicos habían estado atacando ya su tráfico comercial desde el día 3 de septiembre.
El día 30 de septiembre el Graf Spee consigue su primera presa, el mercante inglés Clement, hundido frente a las costas de Pernambuco. Gracias a hábiles maniobras de engaño los ingleses desconocían el número real de buques al que se enfrentaban en la guerra contra el tráfico mercante. Una de las tretas era dar falsos informes de avistamientos y ataques. Pero aún así reaccionaron con prontitud, teniendo cinco grupos de caza recorriendo el Atlántico en busca de los barcos alemanes. Ese mismo día se iba a pique una nueva presa del acorazado de bolsillo, el Newton Beach.
El 8 de noviembre hundió al Huntsman y Travanion, dirigiéndose hacia el Este, hacia el océano Índico. El 15 de noviembre sumó a su lista de presas el petrolero Africa Shell, pero la tripulación del mismo, que los alemanes liberaron cerca de la costa, pudo dar rápido aviso acerca de su atacante. Sin embargo todo era un hábil engaño de Langsdorff, que había decidido cambiar de zona de patrulla y de esta manera esperaba entretener a los cazadores en una búsqueda inútil.
El 2 y 3 de diciembre, en la zona de Santa Elena, hundió al Doric Star y Tairoa. El 6 de diciembre se reúne con el Altmark, reaprovisionándose de petróleo y dejando en él a los prisioneros, será su último encuentro. Después pone rumbo hacia la zona marítima del Río de la Plata.




El 7 de diciembre hunden su última víctima, el carguero Stronshalh. Por su parte el comodoro H.H. Harwood había adivinado los pasos del buque alemán, suponiendo correctamente que se dirigía hacia el tráfico de Río de la Plata. En esta zona comienza a patrullar con sus cruceros Ajax y Achiles (armas de seis pulgadas) y el Exeter 8artilleria de 8 pulgadas). También debería de pertenecer al grupo el crucero Cumberland (8 pulgadas) a fin de realizar algunas reparaciones. Estando así las cosas, el grupo de Harwood avista al Graf Spee al alba del 13 de diciembre, frente al Río de la Plata.
Langsdorff, creyendo que se haya ante los palos de escoltas de un convoy, cierra sobre ellos. Para cuando se percata de su error la batalla es inevitable. Los británicos aumentan la velocidad tratando de ganar el flanco del acorazado alemán. El Graf Spee era sin duda más potente que cualquiera de los cruceros, pero no había sido diseñado para este tipo de combate.
El Graf Spee centró sus ataque en el Exeter, al que sus cañones de 11 pulgadas redujeron a la nada… pero sin embargo los británicos se negaron a dejar de combatir, disparando con su única pieza útil y lanzando salvas de torpedos, hasta que las inundaciones dejan al buque sin energía y planta motriz. El barco no fuie hundido gracias a los esfuerzos del Ajax y el Achiles que valiéntemente se acercaban al acorazado de bolsillo, a pesar de que el Ajax también estaba sufriendo graves daños.
Sin embargo, cuando el comodoro inglés ya cedía, el buque alemán, que también había sufrido suyo, rompe el contacto y, en medio de grandes pantallas de humo, se dirige hacia el puerto neutral de Montevideo. Viendo una oportunidad única ordena a sus maltratados cruceros perseguir y acosar el barco alemán. Éste fondea a las 5 horas, mientras sus enemigos, que esperaban fervientemente que el buque alemán no diera cara, patrullaban frente a la entrada del puerto.
Es el turno de la diplomacia. Órdenes y contraórdenes salen desde Alemania, ordenando unas veces dirigirse hacia Buenos Aires, otras abrirse camino combatiendo. Pero lo cierto es que el bravo comandante alemán estaba descorazonado por la pérdida de sus queridos hombres. En el entierro de un grupo de ellos se produjo una de esas fotografías que hacen temblar a los propagandistas de una dictadura y llenan de asombro a los enemigos: mientras todos, sacerdote incluido, saludan al estilo nazi, el capitán de navío Hans Langsdorff lo hace al riguroso estilo naval (el globo en Berlín fue enorme).
Mientras los británicos intentan por todos los medios que el Graf Spee no salga de Montevideo, ya que sus barcos están más dañados que el alemán, y necesitan tiempo hasta que los refuerzos lleguen. El embajador, E. Millington-Drake y su agregado naval H Mc Call (que al principio habían intentado forzar la partida inmediata del buque) dan orden al mercante Ashworth de que se haga a la mar, con lo que, según las leyes del mar, hacía que el buque alemán (que ciertamente también estaba dañado) no pudiera salir en 24 horas.
Hans Langsdorff que presenta signos claros de depresión, no es capaz de pensar con claridad y, debido a las informaciones que escucha de la BBC, cree que varios acorazados se cierran sobre él, con lo que, aunque salve el primer bloqueo, será hundido en alta mar. Lo cierto es que los británicos mantenían a sus dos maltratados cruceros y el Cumberland, que había forzado máquinas desde las Malvinas, llegando a destino el 15 de diciembre.
Los británicos siguen con la estratagema de hacer salir mercantes, lo que retrasa otras 24 horas a los alemanes, más si tenemos en cuenta que les obligan a salir de día lo que no es nada adecuado.
El 17 de diciembre el Graf Spee zarpa al fin, pero cerca de 700 hombres de su dotación son transferidos al mercante alemán Tacona. A las 20,54 grandes cargas de demolición abren el casco del acorazado de bolsillo, mientras Hans Langsdorff y otro millón de almas (cálculos de la época) observan el fin del barco. Mientras el barco se hunde su capitán permanece en posición de saludo.




Tres días más tarde su cuerpo sin vida es encontrado en su habitación envuelto en la bandera de guerra de la Marina imperial Alemana, bajo cuyo pabellón había luchado en el 1ª GM… un final de aventura digno de las leyendas.
A resaltar que en toda la trayectoria del Graf Spee y su honorable capitán ni un solo marino mercante británico fue muerto, hundiendo en su campaña 9 buques con un total de 50.000 tn..



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5º.- DEUTSCHLAND

El otro gran buque germano en el mar al inicio era el Deutschland, con su buque nodriza el Westerwald. Su zona de combate asignada inicialmente era al norte del Ecuador.
El 5 de octubre, una vez salvadas las reticencias de Hitler hunde el mercante Stonegate, a unas 500 millas náuticas de las Bermudas. El 14 de octubre (fecha que será recordada por la incursión del U-47 de Prien en Scapa Flow) hunde el Lorente W. Hansen.
Pero el 1 de noviembre recibe la orden de regresar a Alemania, penetrando sin mayores problemas a pesar del bloqueo británico en el Mar del Norte y llegando a Kiel el 15 de noviembre.
A pesar de su retirada de escena los británicos siguieron creyendo que se enfrentaban a dos corsarios, lo que dice mucho de las medidas de desinformación alemanas. Esta circunstancia alivió sin duda la gran presión sobre el Graf Spee.
De esta manera la primera singladura de combate de este buque terminó, así como los días con su nombre ya que, Hitler, pensó que no sería bueno para la moral que un buque con el nombre de la patria pudiera ser hundido, por lo que el barco pasaría a llamarse Lützow.

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Howard_Hughes
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Muy buen tema Pavia,lo seguire con interes.

Un saludo.


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6.- PREVIOS A LA BATALLA DE NORUEGA.

MINANDO EL MAR DEL NORTE.

El 12 de Diciembre del 39 una agrupación alemana se encuentra camino del Mar Norte para fondear un campo de minas. Los buques que la componen son cinco destructores bajo la cobertura de los cruceros ligeros Nürnberg, Leipzig y Köln. El objetivo esta en el Tyne. Son divisaos el día 13 por el submarino de la Marina Real Británica SAlmon, de patrulla frente a Heligoland. El capitán del submarino ordena zafarrancho e inicia el ataque, consiguiendo sendos impactos de torpedos en Nürnberg y Leipzig. Ninguno de ambos buques resulta hundido pero las reparaciones de ambos buques se prolongaron hasta mayo y diciembre respectivamente. Una pérdida sensible ante lo que se avecinaba.

EL INCIDENTE DEL ALTMARK

Después de la pérdida del Craff Spee, su buque nodriza Altmark había regresado hacia Alemania con unos 300 prisioneros a bordo. Su capitan, Dau, consigió eludir el control británico hasta ser avistado el 14 de febrero, navegando en aguas territoriales Noruegas. Churchill, informado, da las oportunas órdenes para que el buque germano sea interceptado aunque para ello sea preciso violar la neutralidad Noruega.
AL caer la oscuridad el 16 de febrero el destructor Cossack, capitán Philip Vian, localiza al Altmark fondeado en el fiordo de Jössing. Sin pensarlo se lanza al abordaje al grito de: “Aquí está la marina”.


La prensa británica se regocija mientras el gobierno noruego protesta y Hitler, asaz cabreado, decide terminar con el problema Noruego. También los británicos y franceses realizan sus propios planes para la toma de Noruega. El escenario de la mayor serie de acciones navales de la Armada de Superficie Germana queda preparado.

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7.- LA BATALLA DE NORUEGA: PLANTEAMIENTOS

La decisión de terminar con el problema Noruego lleva a la Flota de Alta Mar Alemana a extender al máximo sus menguados recursos, metiéndola de lleno en una serie de batallas en las que, a pesar de las severas pérdidas sufridas frente a un enemigo con muchos más medios, logrará algo parecido a una victoria. Y así ha de considerarse, pues al final Noruega quedará domeñada y los esfuerzos Aliados por defenderla-invadirla (habría que ver que hubiera ocurrido de retrasarse la invasión Alemana) serán baldíos.

Básicamente los mandos alemanes planearon una estrategia de engaño que esperaban mantuviera confundidos a Británicos y Franceses el tiempo suficiente para poder desembarcar las tropas de tierra escogidas para la invasión con el mínimo de intervención de la todopoderosa Royal Navy.

El principal cebo de esta operación serían los dos cruceros acorazados Scharnhorts y Gneisenau, los buques en servicio más poderosos de la flota, tendrían la difícil misión de atraer al grueso enemigo para mantenerlo alejado de la zona real de operaciones. Un juego del ratón y gato peligroso, pues si ambos buques eran alcanzados por sus contrapartes de la Royal Navy serían sin duda enviados al frío fondo del Mar del Norte.

El plan original de desembarcos según objetivos era el siguiente:


1.- Narvik – Trondheim: Crucero pesado Hipper y 14 destrutores bajo el mando del comodoro Bonte. El crucero Hipper y cuatro destructores llevarían a unos 700 hombres a Trondheim. Los otros diez destructores llevarían a los soldados de Dietl a Narvik, donde estos 2000 austriacos librarían la batalla más emocionante de toda la campaña. Es a esta fuerza a la que “cubrían” los acorazados Scharnhorst y Gneisenau, comandados por el Almirante Gunther Lütjens (el que llevaría a cabo la desastrosa y gloriosa carrera de la muerte del Bismarck)

2º.- Bergen: 2 cruceros ligeros, Köln y Königsberg, el Bremse (buque escuela de artillería), dos torpederos, siete lanchas rápiodas y el buque de aprovisionamiento Karl Peters, transportando a unos 2000 hombres. Todo ello bajo el mando del contralmirante Schmundt.

3.- Cristiansund-Arendal: crucero ligero Karlsruhe, tres torpederos, 7 lanchas rápidas y el buque Tsingtau (reaprovisionamiento), transportando 1200 hombres. Mando para el contraalmirante Schenk.

4.- Oslo: Crucero pesado Blucher, crucero acorazado Lützow, crucero ligero Emdem, tres torpederos, ocho dragaminas y dos balleneros (pocos medios tenían para tener que utilizarlos). Llevarían unos 2000 soldados. En una segunda oleada irían dos transportes y cinco petroleros. En una tercera oleada 11 cargueros (8000 soldados, 1500 vehículos, 2300 toneladas varias).Cuarto escalón doce cargueros con 6500 soldados, 1300 vehículos y 6000 toneladas de vituallas… pero todo esto en cerca de 10 días. Contralmirante Kummetz al mando.

5.- Egersund. 4 dragamina transportando un escuadrón de motocicletas.

A este dispositivo se le apoyaba con un fuerte asalto aéreo. En cualquier caso la pobreza de los medios utilizados, todo lo disponible, hacen de esta operación una verdadera jugada de póker al farol. Si los franceses y sobretodo los británicos se organizan bien el desastre está asegurado.

Frente a esto los aliados pueden oponer, por lo bajo: 2 acorazados (Valiant y Rodney), y un crucero acorazado (Repulse), cuando menos 10 cruceros de todos los tipos y unos 25 destructores. Y eso solo de mano, ya que era la fuerza pensada para dar cobertura a su “propia” invasión de Noruega, especialmente del sector Narvik – Trondheim.


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8.- LA BATALLA DE NORUEGA: LOS FRANCO BRITÁNICOS A LA MAR

En la madrugada de 8 de abril destructores británicos cumplían con la tarea encomendada de minar los accesos del puerto de Narvik, fiordo de Vest. Dándoles cobertura se encontraba mar adentro el Renown, sobre el que se repliegan al tener confusas noticias de movimientos de la buques alemanes sin haber completado su misión. Pero lo más importante en esta madrugada es el desembarque de las tropas franco-británicas destinadas a la toma del Norte de Noruega, en sus propios pyuertos base. Los aliados perdían así su mejor oportunidad de conducir al desastre la operación alemana. Los buques de cobertura de estos barcos se unen al dispositivo naval de la zona. Al final los franco – británicos contarán en la zona son:

+ 2 acorazados
+ 2 cruceros de batalla
+ 12 cruceros pesados y ligeros
+ 37 destructores

Por comparación el despliegue alemán es, cuando menos, alarmantemente inferior… Además a los aliados aún les quedan buques en Scapa. Pero en la guerra, como en casi toda actividad humana, un buen plan y cierta dosis de suerte pueden ser decisivos.

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9.- LA BATALLA DE NORUEGA: UN COMIENZO IMPREVISTO

Madrugada de 8 de abril el destructor británico Glowworm navega entre grandes olas escoltando al Renown Un inesperado golpe de mar lanza a uno de sus hombres por la borda. Las alarmas del buque se encienden, y después de avisar con señales luminosas, detiene su rumbo para buscar al hijo perdido, cual si fuera un ballenero de sempiterna novela.
La labor le lleva demasiado tiempo, así que cuando trata de volver a su posición la labor es imposible. Entre las altas olas, que amenazan con tragarse el pequeño casco del destructor, no se ve rastro de su formación de combate. G. Broadmead Roope, capitán de corbeta al mando de destructor, desiste de forzar las máquinas al quedar varias veces con las hélices fuera del agua y dar unos peligrosos bandazos su navio. Hay noches para correr y noches para andar. Modera a unos 18-20 nudos y sigue singladura.
Por su parte catorce destructores alemanes, portando a cazadores de montaña austriacos, avanzan todo lo rápido que les permiten las aviesas condiciones del mar camino de Narvik. Tienen un horario que cumplir sino no quieren que las baterías de 210 mm que defiende el puente se encuentran esperándoles con las bocas cargadas y los servidores con el dedo en el gatillo. Es más que posible que la gran mayoría de los soldados austriacos sea la primera vez que se enfrentan a la mar, y muchos de ellos están deseando que sea la última. Los alemanes también han perdido varios marineros por la borda, pero hay órdenes estrictas que cumplir y son abandonados a su suerte, descender al frío fondo del océano, donde sus huesos descansarán hasta que el mundo cambie.
Las inevitables averías surgen en estas extremas condiciones, y dos de los destructores alemanes se han quedado atrás, más hijos perdidos en la noche. Son precisamente estos dos buques quienes se tropiezan al oeste de Trondheim con el Glowworm, que navega con un retraso de unas 150 millas respecto a su grupo de combate original. El británico, tras preguntar por la identidad de los buques, hace fuego al no encontrar respuesta. El primero de los destructores alemanes, cargados de soldados, opta por evitar el combate, mientras el segundo, que navega más al sur, entabla combate solicitando de paso ayuda al almirante Lütjens.
El destructor británico hace lo propio y el almirante Forbes destaca el Repulse, al crucero Penélope y cuatro destructores a toda la velocidad posible… pero se hayan a más de 300 millas, siendo enviados por tanto a una misión inútil. También el Renown y su grupo empiezan a virar hacia al sur para ayudar a los canmaradas, pero los británicos empiezan a comprender que realmente un grupo alemán debe ir camino de Narvik, por lo que reciben orden de unirse al oeste de Bödo con ocho destructores que estaban en labores de minado.
Los alemanes, por su parte, destacan al Hipper. El gran crucero alemán invirtió rumbo y forzó máquinas. En tan solo una hora sus serviolas descubren al solitario destructor británico, que mantiene un esporádico encuentro con su contraparte alemana. Las piezas de 203 mm del ADmiral Hipper dan un nueva dimensión a la batalla que se libra.
El destructor inglés, enzarzado en un combate superior a sus fuerzas, no va a poder librarse de sus adversarios, así que hace honor a toda la alrga tradición marinera de su país. Con un valor digno de tal tradición lanza sus torpedos contra el crucero pesado alemán, recibiendo dos graves impactos casi de inmediato. Los británicos lanzan una cortina de humo y se esconden en ella. Los alemanes no van a dejar escapar a la presa, así que tal vez imprudentemente el Hipper se mete de lleno en la bruma artificial para darse casi de bruces contra el pequeño buque británico.
El capitán Broadmead Roope, sin torpedos, viendo perdido su buque, asume su responsabilidad en la guerra, y ordena lanzar su que a toda máquina disparando armas contra el poderoso navío alemán. Una carrera suicida en busca de un postrer abordaje que deje tocados a los alemanes. 1.345 Tn por parte británica, 14.260 por parte alemana.
En una maniobra digna del mejor piloto los británicos evitan la proa alemana y aciertan, casi en vuelta encontrada, contra el crucero. El sonido de las planchas al quebrase es estremecedor. Han acertado por debajo de la parte blindada, y más de 40 metros de abertura abren el casco alemán.
Pero los británicos pagan un gran precio, totalmente destrozado por la colisión el pequeño pero valiente destructor se va rápidamente al fondo, y solo 40 de los 145 hombres de su tripulación son rescatados, entre ellos no se cuenta su valiente capitán Roope.
Pero el crucero alemán también está muy tocado, embarcando 530 Tn de agua, perdiendo siete tanques de petróleo, con una escora aproximada de 5º a estribor.

Como anécdota decir que la bizarra actuación del destructor británico solo sería conocida después de la guerra, siendo concedida la Cruz Victoria a título póstumo a su capitán Broadmead Roope.

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10.- LA BATALLA DE NORUEGA: LOS ALEMANES SE CUELAN EN NARVIK

A estas alturas del evento los británicos ya debían de tener una idea bastante aproximada del cuadro operacional en la zona. Además habían sumado el hundimiento del transporte alemán Río de Janeiro por parte del submarino de origen polaco Orzel. Sin embargo, aunque parezca increíble dada su superioridad, hicieron poco más que nada.
El grupo Renown comete uno de los errores más graves de la campaña. Inadvertidamente se encuentra en situación de entrar en el fiordo de Narvik, ganando por la mano a los alemanes, El vicealmirante Withworth cuenta con un crucero de batalla y 9 destructores, pero la conjunción de desconocer el potencial enemigo, la cercanía de la noche, el temor a el propio campo de minas recién barrado, los faros apagados, el mal tiempo… llevan a Withworth a tomar la decisión de entrar en el fiordo cuando las condiciones mejoren
Sin embargo los destructores del comodoro Bonte no serán tan timoratos, penetrando en el fiordo y tomando Narvik los hombres en ellos embarcados.
En Narvik dos antiguos buques noruegos guardacostas el Aisvold y su gemelo norge (3.500 Tn, 2 de 210mmm, 6 de 152mm, 8 de 76mm, 2 de 47mm), han recibido órdenes de enfrentarse a cualquier invasor no británico. Sus comandantes tienen noticias de los combates iniciados en Oslo. Una “embajada” alemana llega hasta ellos en un bote intentando que se rindan sin presentar batalla… pero, como si de una batalla medieval se tratara, los noruegos informan, tras deliberar, de su intención de resistir. Todo esto mientras los alemanes han ido tomando posiciones ventajosas. Así, desde el destructor Heidkamp se lanza un torpedo que acierta de lleno en el viejo Aiswold, que se va al fondo rápidamente después de invertirse… de más de doscientos valientes marinos apenas sobreviven 10.
Al poco el Nogue abre fuego y, a pesar de las reducidas distancias, falla todos sus disparos. Un nuevo torpedo alemán es lanzado alcanzando de lleno al buque que, imitando a su hermano, se va al fondo rápidamente, como con prisa, muriendo de nuevo casi toda la tripulación.

Pero no todo en plan alemán sale bien… Los barcos que debían aprovisionar a sus destructores para que estos salieran inmediatamente a la mar se retrasan. Solo uno de ellos ha llegado, por lo que la flotilla de destructores no pede hacerse a la mar para volver a la patria a la sombra de la maniobra de sus propios acorazados. Esto tendrá nefastas consecuencias.

En tierra las tropas alemanas no han tenido, de momento problemas para ocupar el puerto… pero eso no tardaría en cambiar, entablándose una de las batallas más duras de la campaña… pero eso es harina de otro costal, que no entra en este artículo.

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11.- LA BATALLA DE NORUEGA: SCHARNHORST Y GNEISENAU EN ACCIÓN

Tras dar cobertura a los destructores de Narvik el Scharnohorst y Gneisenau, enviados a jugar al gato y al ratón, viran antes de llegar a las Lofoden, bajando a 12 nudos su rápido andar. Sin embargo este suave giro haría que el “gato encontrara al ratón”, ya que el grupo del Renown aproa hacia ellos, con lo que la amanecida del día 9 prometía traer emociones para todos.
Cuando los serviolas divisan a los dos buques alemanes al principio creen vérselas con un acorazado y un crucero (debido a los cambios en la línea de la proa del Scharnhorst). Por su parte los alemanes están ciegos, ya que los británicos salen de entre nubes bajas de tormenta, recibiendo las primeras noticias con el aterrador sonido de las granadas británicas de 780 kg de los cañones de 38 1mm del Renown, que levantan enormes piques a menos de 400 metros de ambos buques germanos.
La reacción alemana no se hace esperar: suenan las alarmas, se aumenta la velocidad y se busca frenéticamente a los enemigos en el horizonte nublado. Son localizados gracias a los fogonazos de sus propios disparos.
Por su parte los británicos dividen el fuego entre ambos buques: la artillería principal de 381 mm (6 bocas) se centra en el Gneisenau, donde los minutos trascurren angustiosamente, mientras las piezas secundarias de 114 mm (20 bocas) apuntan hacia el Scharnohorst, que debido a la gran distancia ni se acercan, por lo que este buque alemán puede respirar más tranquilo que su gemelo.
Lo peor para los alemanes fue el escaso calibre de sus cañones en comparación (280 mm, lo que era ciertamente ridículo), y el poco peso por tanto de sus proyectiles, 314 kilos. Aunque esto quedaría compensado al poco por sus mejores direcciones de tiro y la rapidez con que los cañones alemanes se podían recargar. En cualquier caso no era una circunstancia halagüeña. También hay que reseñar que los buques alemanes estaban mejor blindados que su contraparte en este mortal juego y eran más rápidos. A pesar de todo sumando el peso por andanada de ambos buques gemelos nos da 5.650, mientras el Renown por el solito sumaba 5.232 kg.
Pero Lütjens no quiere arriesgar sus buques en un encuentro tan equilibrado, más que nada porque no es esa su misión, con lo que ordena los correspondientes cambios de rumbo y aumento de velocidad para romper contacto. Sin embargo antes de terminar el encuentro el Renown se llevaría un mal recuerdo de sus contrapartes, llevándose al menos dos impactos directos. Por su parte el Gneisenau recibió un impacto nada más y nada menos que en la central general de tiro, destrozándola, lo que dejaba toda su artillería fuera de acción durante unos angustiosos minutos. De no ser por su mayor velocidad y la presencia de su gemelo aquel hubiera sido su último acto. Pero aún habría de recibir dos impactos más.
El almirante Withworth, viendo que sus presas se escapan, forzó su buque a todo su andar, 29 nudos en aquellas condiciones de mar, pero la ventaja de andar de los buques germanos les hace ahora inalcanzables.

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12.- LA BATALLA DE NORUEGA: WARBURTON-LEE A LO NELSON.

Las noticias sobre la entrada de los buques alemanes en el fiordo de Ofot y la toma de Narvik conmocionan a los británicos, abrumados por las noticias que les llegan desde todos los puertos importantes de los noruegos. A pesar de la evidente superioridad numérica la táctica ofensiva de la Kriesgsmarine ha pillado completamente a contrapié sus contrapartes.
Sin embargo los alemanes están sufriendo pérdidas y en Narvik sus destructores han quedado encerrados al no tener el suficiente combustible para iniciar la vuelta a casa. Pero la cuestión de quién será el gato que entrará a cazar al ratón es espinosa. No en vano en los estrechos pasos del sistema de fiordos donde está enclavado Narvik aguarda un indeterminado número de destructores con sus cañones y torpedos dispuestos.

Para hacernos una pequeña idea del laberinto de fiordos una imagen
Imagen
(sacado de wikipedia.org)

Y un enlace a un mapa google en la actualidad (si alguien sabe de un enlace mejor que me lo envíe, edito estos y lo pongo)
http://maps.google.es/maps?hl=es&source=hp&q=map+narvik&um=1&ie=UTF-8&hq=&hnear=Narvik,+Noruega&gl=es&ei=AQAeS4mgLs_RjAfDypGlCw&sa=X&oi=geocode_result&ct=title&resnum=1&ved=0CAoQ8gEwAA

El Almirante Forbes y el vicealmirante Withworth dudan de la oportunidad de dar la orden de entrar en el fiordo. El segundo, comandante en la zona, ordena al jefe de la Segunda Escuadrilla de Destructores, capitán de Navío Warburton-Lee se dirija hacia allí y patrulle en la entrada del sistema de fiordos, dándole aviso de la posible presencia de baterías de costa (que por cierto no estaban armadas) y de los dos guardacostas noruegos (que a esas horas dormían en el fondo del fiordo con sus tripulaciones). La orden terminaba con “Sólo usted puede juzgar si en estas circunstancias puede atacar. Respaldaremos cualquier decisión que tome”. Si bien no es un lavarse las manos si que es una orden un tanto confusa.
Pero entonces, saltándose toda la cadena de mando al juzgar que sus almirantes son demasiado timoratos, el Almirantazgo se pone en contacto directo con el jefe de la Segunda Escuadrilla. Withworh se negaba a dar orden de asalto hasta que el crucero Penélope llegara, pero en el Almirantazgo quieren devolver el golpe rápido. Deciden no arriesgar el Renown, y, en vez de dar orden directa a Withworh, da una orden a Warburton-Lee.
Los ingleses desconocen el número exacto de los enemigos que pueden encontrarse en Narvik, así que Warburton-Lee detiene sus buques a la altura de Tranoy, donde recibe información de los noruegos sobre la presencia de 6 destructores en el fiordo y un submarino. Comunica la decisión de atacar al amanecer a los mandos implicados (Almirantazgo, Forbes y Withworth), ninguno de los cuales veta la decisión. Así que los cinco destructores británicos, que se saben en inferioridad aunque no tenga idea de que es de 10 a 5, ponen proa a la batalla.

Por su parte el comodoro Bonte mantiene a cinco de sus destructores en el puerto, mientras el resto aguardan emboscados: tres en el fiordo lateral de Herjangs, en el pequeño pueblecito de Elvegaard, los otros dos en el fiordo de Ballangen. El destructor Roeder, destacado en el puerto de Narvik, realizada la guardia avanzada en el fiordo, pero al amanecer, cumpliendo las órdenes al pie de la letra, se retira hacia el puerto, sin relevo y sin que la visibilidad sea lo suficientemente buena para que en caso de ataque puedan avisar con tiempo los hombres enviados de vigías a tierra.
Un poco más allá de las cinco dos destructores de la formación británica, que sigue totalmente inadvertida, son destacados para entendérselas con las inexistentes baterías de costa, mientras el Hardy con Warburton-Lee, el Hunter y el Havock siguen hacia Narvik, donde los cinco destructores alemanes y su comodoro duermen tranquilamente entre numerosos transportes. La sorpresa alemana fue absoluta, la primera noticia que tuvieron fueron las explosiones de bombas y torpedos. Armas de 120mm, 40 mm y torpedos se abaten sobre los barcos del puerto. El comodoro Bonte, en su camara del Heidekamp fue de los primeros muertos, lo que aumenta la confusión, el buque es alcanzado en un pañol de municiones con la consiguiente catastrófica explosión. El Schemitt también es alcanzado por un torpedo que le parte literalmente por la mitad. EL aquelarre es inmenso, y varios buques mercantes estallan en llamas alcanzados por los proyectiles de los tres destructores británicos. Cuando los alemanes del puerto empiezan a reaccionar llega uno de los destructores destacados a silenciar las baterías de costa, el Hotspur, que ataca a torpedo, hundiendo dos mercantes. Los cuatro buques renuevan el fuego, pero ahora los alemanes responden, aunque debido a que están parados su fuego es poco eficaz, logrando pocos impactos.
Los británicos se reagrupan a la entrada del fiordo de Skojomnes. Warburton-Lee rebosa de ardor guerrero, ha localizado a cuatro de los “seis” destructores enemigos, hundiendo dos y dañando severamente a otros dos. Sus cinco buques apenas presentan daños, y sus hombres permanecen confiados. Así que, en base a los datos con los que tiene, decide lanzarse de nuevo al asalto de Narvik, sin duda la imagen de Nelson y de toda la tradición marinera de su país llena la mente de este valiente capitán.
En el puerto el sordo bramido de los cañones vuelve a oírse, soltando el Hostile su carga de torpedos (a partir de aquí ningún destructor británico contará cone ste arma). El Roedor alemán es gravemente averiado, varando el buque en el muelle de correos, y también es seriamente alcanzado por varias bombas el Thiele. Por fin los británicos, escasos de municiones y sin torpedos, se retiran, dejando Narvik como un escenario de los infiernos de Dante.
Un destructor hundido, el Heidekamp camino de hundirse, dos destructores más fuera de combate, siete mercantes y un pequeño guardacostas hundidos, 6 mercantes más en llamas luchando por no irse al fondo, tres muelles dañados es el balance del ataque. Warburton-Lee y sus hombres, sin duda satisfechos, inician la retirada… pero su suerte, buscada desde la valentía, está a punto de agotarse. Warburton-Lee tendrá el mismo fin que Nelson, la muerte en combate.


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Eriol
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Mensaje por Eriol »

Hola!!

Camarada de donde estas sacando los textos o cuales son las fuentes de los resumenes??


Pavia
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Mensaje por Pavia »

Pavía desde su base operacional de Ciaño.

las fuentes consultadas son varias y según la historia aumentan o cambian:

Por ejemplo:

+Navios y Veleros de Planeta Dagostini.
+ La Flota de Alta Mar de Hitler, de Richard Humble, Edit San Martín
+ La Segunda Guerra Mundial (publicada por ABC)
+ La Segunda Guerra Mundial de J.F. Aguirre. Edit Argos.
+ La Guerra Naval en el Atlántico de Luis de La Sierra.
+ Varios en internet (para buscar fotos etc... aunque reconozco que en poner fotos y demás soy muy perezoso)
+ La Batalla de Narvik, Jean Mabire
+ La guerra Crepuscular, Sir Winston Churchil (la Segunda Guerra Mundial)
...

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