GRUMO escribió:En conclusión...Como registro de imagen de gran valor histórico...como imagen de propaganda, no es la mas adecuada. Y los amigos ecuatorianos aunque hicieron mejor ls cosas, tambien se dieron sus buenos piscinazos, como aquella entrevista a un soldado indigena, cuya etnia en estos momentos no recuerdo exactamente, que cuando el periodista le preguntaba insistentemente de varios temas , respondia mecanicamente "soldado ***** no habla...soldado ***** actúa", que si bien la intención fue dar algo de miedo, la cara de circusntancis y lo sobreactuado nos hacia matar de risa...Es lo que se llama efecto boomerang.
Lo que más queda de las propagandas de guerra para consumo interno son las anécdotas. Está por ejemplo aquella otra de un anciano indígena, "el abuelo Tiwi", al que hicieron desfilar en entrevistas por los canales de televisión aquí en Ecuador. Contaba una historia acerca de cómo él y su familia habían habitado por siempre en el río Tiwi, o algo así, y que eso demostraba que la zona del combate siempre había sido ecuatoriana. El problema era que el señor no hablaba casi nada de español, y lo poco que hablaba casi que no se entendía.
Me imagino que ustedes también deben haber tenido sus anécdotas para el recuerdo en el área de la propaganda interna.
Aún así, es de anotar que para 1995 las FAS ecuatorianas habían avanzado mucho en el tema de operaciones psicológicas y propaganda, y me parecería que en cuanto a sofisticación estaban por encima de las que ustedes empleaban en aquella época.
Eso se ve sobre todo si comparas con otras épocas. La propaganda ecuatoriana de 1981 a nivel interno mostraba al Perú en términos generales como un monstruo deseoso de tragarse entero al país (el "Caín de América" de comando, ese tipo de cosas), y la reacción que se conseguía con ello era...hasta cierto punto...miedo.
Pero en 1995 la cosa era distinta. El Perú seguía siendo el grandote. Pero ya no era el monstruo sediento de sangre potencialmente invencible, sino un grandulón fofo y torpe, conducido por una camarilla de corruptos y amorales, y al que era posible vencer con inteligencia y sagacidad. Entonces, eso le daba al pueblo ecuatoriano más confianza en sus líderes, en sus Fuerzas Armadas, en su país.
Obvio que, del lado de ustedes, otra es la historia. Y así tiene que ser, cada cual con su historia de qué pasó y cómo paso.
Imposible que este tipo de cosas se cuenten y se perciban igual de ambos lados.
Saludos.