Más control a los terrenos en la frontera
1 350 terrenos están en poder de personas extranjeras, pero que tienen documentos de ecuatorianos. En una primera etapa se censó a 5 000 propiedades.
Las actividades que realizan los extranjeros que viven en la frontera con Colombia no son claras. El jefe del Comando de Operaciones Amazonas de las FF.AA. de Ecuador, Hugo Villegas, lo refiere. “Hay ciudadanos colombianos que tienen casas en la frontera, pero no podemos hacer nada porque cuentan con documentos”.
El 27% de predios de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos está en poder de ciudadanos colombianos que tienen documentos de identificación ecuatorianos y colombianos. Este censo catastral fue realizado a finales de 2009 por las FF.AA. y Plan Ecuador.
Usd 1 123 millones fueron entregados en 2009 para el área de Defensa y adquisición de armamento.
La nueva Ley de Seguridad Pública y del Estado prohíbe a extranjeros poseer tierras en un margen de 20 kilómetros, desde el límite internacional hasta el interior del país. La normativa estableció que se efectúe el censo para determinar la propiedad de las tierras en el límite con Colombia.
Uno de los principales temores es que sean usadas por grupos ilegales para descanso, abastecimiento, o como fachada para actividades ilícitas como el narcotráfico o el tráfico de armas.
En la primera etapa de la encuesta se registraron 5 000 propiedades; pero no se cubrieron los 20 km establecidos. Según el jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., Fabián Varela, en Carchi y Esmeraldas existe un 5% de tierras que no están registradas correctamente. Esta cifra asciende al 17% en Sucumbíos.
La información es considerada vital. Hoy se recuerdan dos años del bombardeo al campamento clandestino de las FARC en Angostura, donde fallecieron 26 personas, entre ellas el líder de las FARC, Raúl Reyes.
Inteligencia militar determinó que la finca que se encontraba a menos de dos kilómetros de ese campamento, en la ribera ecuatoriana del río Putumayo, servía a los guerrilleros. El lugar pertenecía a colombianos con documentos ecuatorianos. Uno de los habitantes reconoció a la Fiscalía que allí se vendía animales de granja a extraños y que era frecuente que jóvenes colombianos armados incluso pasaran la noche en la casa de ese predio.
Inteligencia sostiene que en el proceso de legalización de extranjeros en la frontera jugó un papel protagónico la Brigada Simón Bolívar, de Ignacio Chauvín. Esta infiltró al Plan Ecuador para la cedulación de colombianos, en Esmeraldas y Sucumbíos.
Villegas dice que ese hecho y la carnetización impulsada hasta inicios de 2009 por la Asociación Latinoamericana de DD.HH. (Aldhu) afectaron. Señala que durante 2009 se hallaron en Sucumbíos 39 viviendas que servían a los Grupos Ilegales Armados de Colombia (GIAC). “Tenían cuartos subterráneos para ocultar explosivos y pertrechos. En los patrullajes incluso hallamos un polígono de tiro subterráneo”.
Luego del 1 de marzo de 2008, las FF.AA. ratificaron a los GIAC como la principal amenaza en la frontera norte. Por ello, en conjunto con la Policía, se emprendieron acciones para combatir la presencia de ilegales en la franja limítrofe. Según Varela, en 2009 los operativos se diversificaron y se ha incrementado en 10 veces, en relación a los años anteriores.
Las FF.AA. destinaron a 7 500 militares de forma permanente y a 2 000, de manera itinerante. Un cambio fue la inclusión de las otras ramas (Aviación y Marina y no solo el Ejército) a las tareas de seguridad. Por ejemplo, la Infantería de Marina ahora tiene un destacamento en General Farfán, al norte de Sucumbíos. Asimismo, la Policía puso a más de 1 000 gendarmes para el control de la seguridad interna en las poblaciones fronterizas.
En diciembre de 2008, se lanzó el Plan de Fortalecimiento de la Frontera Norte, que contenía mejoras en la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas y de la Policía. Por ello se dispuso que en 2009 se creen 23 destacamentos de la Fuerza Pública: cinco militares y 17 policiales.
No obstante, la Policía solamente ha construido tres en Sucumbíos y en Esmeraldas, en los sectores de La Bonita, Limones y La Tola. Aún no se crean los nuevos puestos en lugares como La Bermeja, ubicada en la provincia de Sucumbíos.
Según el Ministerio de Gobierno, no se ha podido cumplir con el plazo establecido porque los terrenos en los que se debían construir las obras no estaban regularizados. Pero se aspira que para junio ya estén terminados.
Luego del ataque colombiano, se inició un proceso para restablecer las relaciones diplomáticas. Una de las urgencias de este impasse era el intercambio de información entre Ecuador y Colombia. El primer acercamiento fue en 2009, en Panamá. Acudieron el jefe de las fuerzas militares de Colombia, Freddy Padilla, y Varela. “Fue una reunión difícil y compleja, pero se logró hacer que se respeten las cartillas de seguridad”, recordó Varela.
Luego, en noviembre de ese año, se efectuó una reunión de la Comisión Binacional de Frontera (Combifron). Allí se restableció el intercambio de datos de Inteligencia entre mandos medios.
Este fue el primer paso hacia un restablecimiento total de las relaciones militares y policiales. Una de las principales preocupaciones de Colombia es la captura del jefe financiero del Frente 48 de las FARC, Óliver Solarte.
En noviembre del año pasado, el vecino país remitió unas coordenadas a Ecuador, en las que supuestamente estaba un campamento de Solarte. La ubicación correspondía a las riberas del río Opuno, cerca de Teteyé, donde al parecer estaba Solarte. La Fuerza de Tarea 1 informó de inmediato al Comando Amazonas, que dispuso que se realice la operación Jumandi II. Pero no se lo halló.
Según Varela, las “operaciones de Inteligencia son constantes”. Aunque sí aclaró que es difícil determinar la ubicación real de Solarte. “A lo mejor Colombia dice que está aquí y nosotros decimos que está allá. Pero si tenemos la información actuaremos”.
Villegas dice que Colombia alertó de la presencia de Solarte en las cercanías de la población de Puerto Nuevo, pero luego de un patrullaje se descartó. Él estima que el guerrillero ahora está replegado en la selva del Putumayo colombiano, en especial después del asesinato de Édgar Tovar, jefe del Frente 48 de las FARC.
Fuente:
http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=337658&id_seccion=4