Los recortes obligan al Ejército a limitar el gasto a las misiones exteriores
Las FAS se aplican rigurosos planes de austeridad, insólitos en el resto del Estado, que llevan al Ejército a tener parado un 30 por ciento de su parque de vehículos
Las cifras del recorte
6,2
por ciento es la reducción que ha sufrido el presupuesto de Defensa en el ejercicio en curso. Se añade a otro 3 por ciento de recorte aplicado en 2009
141
millones es la partida de recorte adicional que aprobó el Ejecutivo para Defensa en enero pasado
643
es el número de militares con que el Gobierno ha decido reforzar las misiones en el exterior este mismo trimestre
ÁNGEL COLLADO | MADRID
Dos ejercicios presupuestarios consecutivos de cargar la mano en el recorte de los gastos del Ministerio de Defensa (un 3 y un 6,2 por ciento), más los dos planes especiales de ahorro para la Administración General del Estado aplicados este año, con rebajas especiales para el mismo departamento, han dejado a las Fuerzas Armadas con lo justo para sostener las operaciones en el exterior. Para ahorrar combustible, piezas y trabajos de mantenimiento, los tres Ejércitos limitan al mínimo sus maniobras, amarran barcos, recortan horas de vuelo de aviones y helicópteros y mantienen parados blindados, vehículos de transporte y piezas de artillería propulsada.
El Ejército de Tierra tiene paralizado desde principios de 2009 un treinta por ciento de su parque de vehículos: carros de combate, blindados medios de transporte y ataque de todos los tamaños, además de camiones y todo-terrenos. Es un ejemplo de cómo las Fuerzas Armadas, en contra de lo que ocurre en los demás ámbitos del Estado, incluidas las Administraciones autonómicas, se están aplicando rigurosos planes de austeridad y cumplen al pie de la letra cada cifra de disminución de gasto que ordena el Ejecutivo.
Más refuerzos
El Gobierno no cesa en esos recortes presupuestarios y, al tiempo, crecen las exigencias a las Fuerzas Armadas en las misiones en el Exterior. Al despliegue vigente durante 2009, sólo en el último trimestre se decidió el refuerzo de 511 soldados para el contingente destinado a la guerra de Afganistán y el envío de otro barco, el patrullero de altura «Vencedora», a aguas del Índico para la Operación Atalanta de lucha contra la piratería con su dotación de 91 hombres más 11 infantes de Marina.
Aunque el gasto de las misiones en el exterior va en capítulo aparte, el entrenamiento de las tropas, armamento, material y vehículos sí salen del presupuesto ordinario de los Ejércitos.
Barcos amarrados
A las órdenes de la Armada para amarrar o desguazar barcos como medidas urgentes de ahorro -ya desveladas en su día por ABC- se suman las instrucciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra, que es el lleva ahora el peso de las misiones internacionales de Afganistán y Líbano, las más numerosas, con casi 2.600 soldados que utilizan en sus respectivas zonas de despliegue vehículos blindados de transporte BMR, los nuevos RG-31 y «Lince», más helicópteros «Superpuma», «Cougar» y «Chinook», entre otros.
«En cuanto a inversiones en armamento y material, Tierra sólo podrá hacer frente a la adquisición de los materiales necesarios para las zonas de operaciones, garantizando lo necesario para la preparación de los contingentes y reponer, en la medida de lo posible, aquellos materiales básicos fuera de su vida útil e inoperativos». Así definía el Ejército este mismo mes en su web la respuesta a las decisiones de «no disponibilidad de gasto»aplicadas a Defensa en enero por el Gobierno, un total de 141 millones de euros.
Locomoción y dietas
Además, el Estado Mayor insistía en el plan de austeridad puesto en marcha en 2008 y que se ha reforzado ahora: «Las reducciones efectuadas se materializan principalmente en los conceptos de locomoción, dietas y carburantes para actividades no estrictamente vinculadas a la preparación y adiestramiento».
Las inversiones y el grueso del gasto se dirige a la preparación y adiestramiento de la fuerza que entra en las rotaciones de las misiones en el exterior o unidades adscritas al Eurocuerpo o que tienen que participar o estar listas en maniobras de la OTAN. Todo lo demás pasa a ser muy secundario.
El ejemplo más gráfico consiste en la decisión de mantener parado el treinta por ciento del parque de vehículos. Sólo se arrancan cuando es imprescindible para evitar que se estropeen. No gastan combustible ni necesitan reparaciones ni mantenimiento adicional.
Además, dentro de lo que en el Ejército se denomina «Programa Especial de Servicio Limitado», se procura usar siempre el mismo carro de combate o transporte blindado para concentrar en las mismas unidades el gasto mientras se deja en la reserva a otras unidades, para que duran más tiempo nuevas.
El trabajo y la preparación de armas y dotaciones se vuelca en el mejor material, como los nuevos RG-31 específicamente preparados contra la acción de las minas y que están destinados al despliegue en las misiones en el exterior. Los BMR se quedan parados o para uso doméstico.
http://www.abc.es/20100322/nacional-def ... 00322.html