Desembarco de Alhucemas
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Desembarco de Alhucemas
Buenas
Como continuación al post de Annual, expondre el que es considerado primer desembarco anfibio de la historia.
El Desembarco de Alhucemas fue un desembarco militar llevado a cabo el 8 de septiembre de 1925 en Alhucemas por el ejército y la Armada españolas y, en menor medida, un contingente aliado francés, que propiciaría el fin de la Guerra de Marruecos.
La operación consistió en el desembarco de un contingente de 13.000 soldados españoles transportados desde Ceuta y Melilla por la Armada combinada hispano-francesa. La operación tuvo como comandante en jefe al general Miguel Primo de Rivera, y como jefe ejecutivo de las fuerzas de desembarco en las playas de la bahía de Alhucemas al general José Sanjurjo, a cuyas órdenes estaban las columnas de los generales jefes de las brigadas de Ceuta y Melilla, Leopoldo Saro Marín y Emilio Fernández Pérez, respectivamente. Entre los jefes participantes en la acción se encontraba el entonces coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de la Legión fue ascendido a general de brigada.
Años despues el general estadounidense Dwight Eisenhower estudió a fondo la táctica empleada por los españoles en Alhucemas para trazar el plan del desembarco de Normandía.
Como continuación al post de Annual, expondre el que es considerado primer desembarco anfibio de la historia.
El Desembarco de Alhucemas fue un desembarco militar llevado a cabo el 8 de septiembre de 1925 en Alhucemas por el ejército y la Armada españolas y, en menor medida, un contingente aliado francés, que propiciaría el fin de la Guerra de Marruecos.
La operación consistió en el desembarco de un contingente de 13.000 soldados españoles transportados desde Ceuta y Melilla por la Armada combinada hispano-francesa. La operación tuvo como comandante en jefe al general Miguel Primo de Rivera, y como jefe ejecutivo de las fuerzas de desembarco en las playas de la bahía de Alhucemas al general José Sanjurjo, a cuyas órdenes estaban las columnas de los generales jefes de las brigadas de Ceuta y Melilla, Leopoldo Saro Marín y Emilio Fernández Pérez, respectivamente. Entre los jefes participantes en la acción se encontraba el entonces coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de la Legión fue ascendido a general de brigada.
Años despues el general estadounidense Dwight Eisenhower estudió a fondo la táctica empleada por los españoles en Alhucemas para trazar el plan del desembarco de Normandía.
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Antecedentes
El golpe moral que había supuesto el desastre de Annual, afectó en gran manera a la opinión pública, al ejército, a la clase política, e irreversiblemente a la Monarquía. El 13 de agosto de 1921 Antonio Maura formó su segundo gobierno nacional, situando a un civil, Juan de la Cierva en la cartera de Guerra. Se organizó una fuerza de unos 160.000 hombres, dirigidos por los generales Berenguer, Cavalcanti y Sanjurjo. Desde Melilla se inició una dura contraofensiva que permitió recuperar parte del territorio perdido. Desde mediados de septiembre de 1921, hasta el 11 de enero de 1922, se recuperó la línea de Dar Drius, sobre el Uad Kert. Nador, Zeluan y Monte Arruit fueron reconquistados y los soldados contemplaron horrorizados los cadáveres aún insepultos de las víctimas del desastre.
A mediados de enero la Comandancia de Melilla se había recuperado y estaba más fuerte que antes de la ofensiva de Silvestre. Contaba con una considerable fuerza aérea de unos 200 aviones, que se habían adquirido incluso por donaciones populares, y unas líneas de defensa fiables. Se había fortificado el Peñón de Alhucemas y se iniciaban los contactos con la Gran Bretaña para la adquisición de material naval (barcazas de desembarco) excedentes de la 1ª Gran Guerra. Durante los dos siguientes años se mantuvieron los enfrentamientos, a finales de 1922 se produjo el asedio de los rifeños a la posición de Afrau, sostenida gracias a las intervenciones de la aviación. 1923 fue un año de relativa calma.
El golpe moral que había supuesto el desastre de Annual, afectó en gran manera a la opinión pública, al ejército, a la clase política, e irreversiblemente a la Monarquía. El 13 de agosto de 1921 Antonio Maura formó su segundo gobierno nacional, situando a un civil, Juan de la Cierva en la cartera de Guerra. Se organizó una fuerza de unos 160.000 hombres, dirigidos por los generales Berenguer, Cavalcanti y Sanjurjo. Desde Melilla se inició una dura contraofensiva que permitió recuperar parte del territorio perdido. Desde mediados de septiembre de 1921, hasta el 11 de enero de 1922, se recuperó la línea de Dar Drius, sobre el Uad Kert. Nador, Zeluan y Monte Arruit fueron reconquistados y los soldados contemplaron horrorizados los cadáveres aún insepultos de las víctimas del desastre.
A mediados de enero la Comandancia de Melilla se había recuperado y estaba más fuerte que antes de la ofensiva de Silvestre. Contaba con una considerable fuerza aérea de unos 200 aviones, que se habían adquirido incluso por donaciones populares, y unas líneas de defensa fiables. Se había fortificado el Peñón de Alhucemas y se iniciaban los contactos con la Gran Bretaña para la adquisición de material naval (barcazas de desembarco) excedentes de la 1ª Gran Guerra. Durante los dos siguientes años se mantuvieron los enfrentamientos, a finales de 1922 se produjo el asedio de los rifeños a la posición de Afrau, sostenida gracias a las intervenciones de la aviación. 1923 fue un año de relativa calma.
Última edición por Zyrux el 28 Abr 2010, 13:22, editado 1 vez en total.
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Preparativos del desembarco
El 13 de septiembre de 1923, el Capitán General Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado, que sería respaldado por el rey. La Dictadura tenía como uno de sus principales objetivos acabar con la guerra en África. En el ejército se temía que adoptara la posición abandonista, que le había caracterizado antes del golpe. Abd el-Krim, por su lado, se proclamó sultán de Marruecos, pero no fue reconocido por los jeques de la zona francesa. Los ataques rifeños contra posiciones españolas continuaron durante todo el año 1924.
Un momento crítico tiene lugar durante la inspección que el Dictador efectuó el 19 de julio a Ben-Tieb, donde se encontró con el comandante general Sanjurjo, el general Queipo de Llano y el teniente coronel Franco. Se produjo un duro enfrentamiento al comunicar Primo de Rivera su deseo de retroceder en el frente central, a unas posiciones más defendibles, que asegurasen las rutas entre Tetuán, Rio Martín, Ceuta y Tánger. El enfrentamiento se solucionó al asumir personalmente el Dictador la responsabilidad de la operación. Desde el 15 de noviembre al 13 de diciembre de 1924, una división española con Castro Girona en vanguardia y Franco en retaguardia, abandona Xauen y desciende por lo barrancos del Uad Martín, abandonando los precarios blocaos, hasta llegar a Tetuán. El precio de la operación supone otras 2000 bajas para el ejército.
En la zona marroquí francesa se sucedieron los ataques rifeños, lo que obligó a Francia a llegar a un acuerdo con España. El mariscal Lyautey fue reemplazado por el mariscal Petain. Petain y Primo de Rivera se reunieron en Algeciras para coordinar los ataques contra Abd el-Krim. A España le correspondió, como objetivo principal, ocupar Alhucemas. En la madrugada del 30 de marzo de 1925 una fuerza mixta de la legión y tropas regulares indígenas bajo el mando de Franco ocupaba el puerto de Alcazarseguer, era un ensayo de la operación anfibia que vendría a continuación.
El 13 de septiembre de 1923, el Capitán General Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado, que sería respaldado por el rey. La Dictadura tenía como uno de sus principales objetivos acabar con la guerra en África. En el ejército se temía que adoptara la posición abandonista, que le había caracterizado antes del golpe. Abd el-Krim, por su lado, se proclamó sultán de Marruecos, pero no fue reconocido por los jeques de la zona francesa. Los ataques rifeños contra posiciones españolas continuaron durante todo el año 1924.
Un momento crítico tiene lugar durante la inspección que el Dictador efectuó el 19 de julio a Ben-Tieb, donde se encontró con el comandante general Sanjurjo, el general Queipo de Llano y el teniente coronel Franco. Se produjo un duro enfrentamiento al comunicar Primo de Rivera su deseo de retroceder en el frente central, a unas posiciones más defendibles, que asegurasen las rutas entre Tetuán, Rio Martín, Ceuta y Tánger. El enfrentamiento se solucionó al asumir personalmente el Dictador la responsabilidad de la operación. Desde el 15 de noviembre al 13 de diciembre de 1924, una división española con Castro Girona en vanguardia y Franco en retaguardia, abandona Xauen y desciende por lo barrancos del Uad Martín, abandonando los precarios blocaos, hasta llegar a Tetuán. El precio de la operación supone otras 2000 bajas para el ejército.
En la zona marroquí francesa se sucedieron los ataques rifeños, lo que obligó a Francia a llegar a un acuerdo con España. El mariscal Lyautey fue reemplazado por el mariscal Petain. Petain y Primo de Rivera se reunieron en Algeciras para coordinar los ataques contra Abd el-Krim. A España le correspondió, como objetivo principal, ocupar Alhucemas. En la madrugada del 30 de marzo de 1925 una fuerza mixta de la legión y tropas regulares indígenas bajo el mando de Franco ocupaba el puerto de Alcazarseguer, era un ensayo de la operación anfibia que vendría a continuación.
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Plan de operaciones
El 30 de abril de 1925 se expone al general Primo de Rivera el plan de operaciones con la fuerza terrestre que desembarcaría en la Bahía de Alhucemas, los medios navales que facilitarían el desembarco y la fuerza aérea a constituir en apoyo de la operación. Todos consideran urgente dominar la cábila de Beni Urriagel, foco de la rebeldía. El estudio geográfico de la zona dejaba claro que el entorno era muy favorable para los rebeldes y que su artillería, escondida y camuflada en cuevas, podía batir toda la zona de la bahía. A la vista de los datos, era evidente que la operación podría ser muy cruenta, al tener enfrente a un enemigo aguerrido y tenaz. Aunque la Aviación Militar podía reunir en el área de Melilla alrededor de 300 aviones, se decidió utilizar un número inferior y conservar en el territorio peninsular reservas bastantes que permitieran mantener la acción aérea el tiempo necesario. La cantidad de aviones que se concentró en el Norte de África para las operaciones duplicaba el número habitual desplegado en la zona: 136 aparatos de la Aeronáutica Militar; 18 hidroaviones de la Aeronáutica Naval; 6 de la Aeronaútica militar francesa y 2 aviones cedidos por la Cruz Roja española; en total 162 aparatos. Como los aviones, por la tecnología de la época, carecían de las condiciones para realizar una observación continuada del fuego de la artillería naval, era imprescindible utilizar dirigibles o globos cautivos amarrados a barcos, por lo que se decidió que una unidad de Aeroestación de la Aeronaútica Militar se desplazase a Melilla, así como el buque estación «Dédalo», que disponía de un globo cautivo y de un dirigible armado. Al no poder elevar el globo cautivo desde el islote de Alhucemas por su proximidad a la costa, se consideró que el aerostato de la Aeronáutica Militar quedase amarrado al acorazado «Jaime I».
La falta de información fiable sobre la situación terrestre enemiga en el interior del territorio que se pretendía ocupar tras el desembarco, obligó a establecer un plan aéreo de reconocimiento fotográfico y visual de la zona prevista de operaciones. Se obtuvieron millares de fotografías que permitieron el levantamiento de diversos mapas, en particular de la zona próxima a la Bahía de Alhucemas. Por otra parte, las fuerzas navales reunían una potencia de fuego de 190 piezas de artillería, 30 de ellas de gran calibre. A ellas hay que añadir las 24 de la artillería del islote de Alhucemas con obuses de 155, cañones de 7,5 a fin de apoyar la operación, con independencia de la artillería móvil de las unidades de desembarco. El 31 de agosto se celebró en Algeciras una reunión de altos mandos españoles y franceses para ultimar los detalles del desembarco y, por primera vez en la historia mundial de la guerra, se unificaba el mando de fuerzas de tierra, mar y aire a las órdenes de un solo comandante, el general español Primo de Rivera, fijándose como día D el 7 de septiembre y hora H las 04,00 horas.
El 30 de abril de 1925 se expone al general Primo de Rivera el plan de operaciones con la fuerza terrestre que desembarcaría en la Bahía de Alhucemas, los medios navales que facilitarían el desembarco y la fuerza aérea a constituir en apoyo de la operación. Todos consideran urgente dominar la cábila de Beni Urriagel, foco de la rebeldía. El estudio geográfico de la zona dejaba claro que el entorno era muy favorable para los rebeldes y que su artillería, escondida y camuflada en cuevas, podía batir toda la zona de la bahía. A la vista de los datos, era evidente que la operación podría ser muy cruenta, al tener enfrente a un enemigo aguerrido y tenaz. Aunque la Aviación Militar podía reunir en el área de Melilla alrededor de 300 aviones, se decidió utilizar un número inferior y conservar en el territorio peninsular reservas bastantes que permitieran mantener la acción aérea el tiempo necesario. La cantidad de aviones que se concentró en el Norte de África para las operaciones duplicaba el número habitual desplegado en la zona: 136 aparatos de la Aeronáutica Militar; 18 hidroaviones de la Aeronáutica Naval; 6 de la Aeronaútica militar francesa y 2 aviones cedidos por la Cruz Roja española; en total 162 aparatos. Como los aviones, por la tecnología de la época, carecían de las condiciones para realizar una observación continuada del fuego de la artillería naval, era imprescindible utilizar dirigibles o globos cautivos amarrados a barcos, por lo que se decidió que una unidad de Aeroestación de la Aeronaútica Militar se desplazase a Melilla, así como el buque estación «Dédalo», que disponía de un globo cautivo y de un dirigible armado. Al no poder elevar el globo cautivo desde el islote de Alhucemas por su proximidad a la costa, se consideró que el aerostato de la Aeronáutica Militar quedase amarrado al acorazado «Jaime I».
La falta de información fiable sobre la situación terrestre enemiga en el interior del territorio que se pretendía ocupar tras el desembarco, obligó a establecer un plan aéreo de reconocimiento fotográfico y visual de la zona prevista de operaciones. Se obtuvieron millares de fotografías que permitieron el levantamiento de diversos mapas, en particular de la zona próxima a la Bahía de Alhucemas. Por otra parte, las fuerzas navales reunían una potencia de fuego de 190 piezas de artillería, 30 de ellas de gran calibre. A ellas hay que añadir las 24 de la artillería del islote de Alhucemas con obuses de 155, cañones de 7,5 a fin de apoyar la operación, con independencia de la artillería móvil de las unidades de desembarco. El 31 de agosto se celebró en Algeciras una reunión de altos mandos españoles y franceses para ultimar los detalles del desembarco y, por primera vez en la historia mundial de la guerra, se unificaba el mando de fuerzas de tierra, mar y aire a las órdenes de un solo comandante, el general español Primo de Rivera, fijándose como día D el 7 de septiembre y hora H las 04,00 horas.
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El desembarco de Alhucemas
Las fuerzas armadas españolas contaban en 1924 con una respetable fuerza naval. Delante de Alhucemas se reunieron los acorazados Alfonso XIII y Jaime I, cuatro cruceros, dos destructores, cuatro torpederos, seis cañoneros, once guardacostas, once buques menores, 26 barcazas de desembarco, y un portahidroaviones, el Dédalo, que podía transportar entre 12 y 20 hidroaviones.
El Dedalo, portahidroaviones
El 26 de agosto comenzaron en Ceuta las operaciones de carga en los buques de transporte e idéntica operación se realizó en Melilla, el 2 de septiembre. En ambos casos se tuvo en cuenta la experiencia de los británicos en su frustrada operación de los Dardanelos, en 1915. Embarcado el personal, el día 5, al atardecer, levaba anclas de Ceuta la flotilla protegida por las Fuerzas Navales del Norte de África, dirigiéndose hacia Uad Lau con el fin de simular una operación de desembarco para ocultar el verdadero objetivo de los movimientos.
Ese mismo día, y a idéntica hora, emprendía la marcha la columna de Melilla, escoltada por unidades de la marina francesa, navegando hacia Sidi Dris para efectuar igualmente una operación de castigo y de distracción, que concluía al atardecer, emprendiendo luego cada convoy la marcha hacia la Bahía de Alhucemas. Mientras tanto, Abd-el-Krim, conocedor de las intenciones hispano-francesas, lanzó un ataque contra la posición española de Kudia Tahar y en Issonal, en el frente francés, con el objeto de impedir el temido desembarco. Esta acción obligó a reforzar a las escuadrillas de Tetuán y Larache para defender Kudia Tahar, cuyo asedio finalizó victoriosamente el 13 de septiembre con la derrota de las fuerzas rifeñas.
Las fuerzas armadas españolas contaban en 1924 con una respetable fuerza naval. Delante de Alhucemas se reunieron los acorazados Alfonso XIII y Jaime I, cuatro cruceros, dos destructores, cuatro torpederos, seis cañoneros, once guardacostas, once buques menores, 26 barcazas de desembarco, y un portahidroaviones, el Dédalo, que podía transportar entre 12 y 20 hidroaviones.
El Dedalo, portahidroaviones
El 26 de agosto comenzaron en Ceuta las operaciones de carga en los buques de transporte e idéntica operación se realizó en Melilla, el 2 de septiembre. En ambos casos se tuvo en cuenta la experiencia de los británicos en su frustrada operación de los Dardanelos, en 1915. Embarcado el personal, el día 5, al atardecer, levaba anclas de Ceuta la flotilla protegida por las Fuerzas Navales del Norte de África, dirigiéndose hacia Uad Lau con el fin de simular una operación de desembarco para ocultar el verdadero objetivo de los movimientos.
Ese mismo día, y a idéntica hora, emprendía la marcha la columna de Melilla, escoltada por unidades de la marina francesa, navegando hacia Sidi Dris para efectuar igualmente una operación de castigo y de distracción, que concluía al atardecer, emprendiendo luego cada convoy la marcha hacia la Bahía de Alhucemas. Mientras tanto, Abd-el-Krim, conocedor de las intenciones hispano-francesas, lanzó un ataque contra la posición española de Kudia Tahar y en Issonal, en el frente francés, con el objeto de impedir el temido desembarco. Esta acción obligó a reforzar a las escuadrillas de Tetuán y Larache para defender Kudia Tahar, cuyo asedio finalizó victoriosamente el 13 de septiembre con la derrota de las fuerzas rifeñas.
Última edición por Zyrux el 28 Abr 2010, 13:58, editado 1 vez en total.
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Seguimos con el desembarco
Concentrada la fuerza naval frente a Alhucemas, en la noche del 6 de septiembre, una fuerte corriente marina procedente del este arrastró hacia Vélez de la Gomera gran parte de los barcos y lanchas de desembarco, lo que obligó a retrasar 24 horas su comienzo. Pero en la noche del día 7, nuevamente las corrientes del Estrecho de Gibraltar dispersaron parte de los buques, lo que motivó que el general Primo de Rivera decidiese efectuar el desembarco unas horas más tarde y a la luz del día. La preparación artillera por los buques de guerra se inició a las ocho de la mañana, secundada por todas las escuadrillas aéreas, hasta poder afirmarse que los montes que rodeaban la zona del desembarcos ardían por el intenso bombardeo aéreo. Los aviones atacaban en vuelo rasante, tan bajo, que muchos regresaron con varios impactos. A las 7 de la mañana despegaron ocho aparatos del Dédalo e iniciaron un intenso bombardeo de las zonas previstas de desembarco, las playas de la Cebadilla e Ixdain, y las colinas que flanqueaban la bahía.
A las 11,30 horas, La primera oleada está formada por dos Banderas de la Legión y diez tanques, al mando de Franco las barcazas de desembarco iniciaron su asalto hacia tierra. La corriente las arrastró hacia la playa próxima de Ixdain, la artillería rifeña bombardea duramente y las barcazas no pueden llegar hasta la playa, por lo que no pueden desembarcar los tanques. Al toque de clarín los legionarios de la 6ª Bandera saltan y avanzan con el agua por el pecho, a poco de alcanzar la playa, el enemigo efectúa un intenso fuego de ametralladora, neutralizado por las escuadrillas de la aviación. Inmediatamente después llega la 7ª Bandera, con Franco al frente. Luego desembarcan las fuerzas indígenas que, curiosamente, están mandadas por un primo de Abd-el-Krim y por el comandante Muñoz Grandes. Los legionarios asaltan las elevaciones a bayoneta calada, cubiertos por sus propias ametralladoras. A las 3 de la tarde se han hecho dueños de la línea defensiva rifeña, incluidas dos baterías de artillería. “A los que se resistieron mucho, los pasamos a cuchillo”, contará Franco.
Mientras, se descubre que la playa prevista, la Cebadilla, estaba minada por más de 40 bombas de aviación enterradas y accionadas por cables manejados desde casamatas servidas, al parecer, por mercenarios europeos. Detonadas las minas, la playa comenzó a recibir más hombres y material, entre el que se contaban los carros de asalto (Renault FT modelo 1917) que no pudieron salir en Ixdain. Era el primer desembarco de carros en la historia de la guerra. En total eran unos 9000 hombres, con el apoyo de carros de combate, aviación y la artillería de la armada.
Renault FT 17
Conforme fue avanzando la tarde y protegidos por la Aviación y el fuego de la Escuadra, se ocupa un frente que sigue las alturas inmediatas de la Cebadilla, Ixdain y los Frailes, extendiéndose desde las estribaciones del Monte Malmusi hasta la punta de Morro Nuevo.
Concentrada la fuerza naval frente a Alhucemas, en la noche del 6 de septiembre, una fuerte corriente marina procedente del este arrastró hacia Vélez de la Gomera gran parte de los barcos y lanchas de desembarco, lo que obligó a retrasar 24 horas su comienzo. Pero en la noche del día 7, nuevamente las corrientes del Estrecho de Gibraltar dispersaron parte de los buques, lo que motivó que el general Primo de Rivera decidiese efectuar el desembarco unas horas más tarde y a la luz del día. La preparación artillera por los buques de guerra se inició a las ocho de la mañana, secundada por todas las escuadrillas aéreas, hasta poder afirmarse que los montes que rodeaban la zona del desembarcos ardían por el intenso bombardeo aéreo. Los aviones atacaban en vuelo rasante, tan bajo, que muchos regresaron con varios impactos. A las 7 de la mañana despegaron ocho aparatos del Dédalo e iniciaron un intenso bombardeo de las zonas previstas de desembarco, las playas de la Cebadilla e Ixdain, y las colinas que flanqueaban la bahía.
A las 11,30 horas, La primera oleada está formada por dos Banderas de la Legión y diez tanques, al mando de Franco las barcazas de desembarco iniciaron su asalto hacia tierra. La corriente las arrastró hacia la playa próxima de Ixdain, la artillería rifeña bombardea duramente y las barcazas no pueden llegar hasta la playa, por lo que no pueden desembarcar los tanques. Al toque de clarín los legionarios de la 6ª Bandera saltan y avanzan con el agua por el pecho, a poco de alcanzar la playa, el enemigo efectúa un intenso fuego de ametralladora, neutralizado por las escuadrillas de la aviación. Inmediatamente después llega la 7ª Bandera, con Franco al frente. Luego desembarcan las fuerzas indígenas que, curiosamente, están mandadas por un primo de Abd-el-Krim y por el comandante Muñoz Grandes. Los legionarios asaltan las elevaciones a bayoneta calada, cubiertos por sus propias ametralladoras. A las 3 de la tarde se han hecho dueños de la línea defensiva rifeña, incluidas dos baterías de artillería. “A los que se resistieron mucho, los pasamos a cuchillo”, contará Franco.
Mientras, se descubre que la playa prevista, la Cebadilla, estaba minada por más de 40 bombas de aviación enterradas y accionadas por cables manejados desde casamatas servidas, al parecer, por mercenarios europeos. Detonadas las minas, la playa comenzó a recibir más hombres y material, entre el que se contaban los carros de asalto (Renault FT modelo 1917) que no pudieron salir en Ixdain. Era el primer desembarco de carros en la historia de la guerra. En total eran unos 9000 hombres, con el apoyo de carros de combate, aviación y la artillería de la armada.
Renault FT 17
Conforme fue avanzando la tarde y protegidos por la Aviación y el fuego de la Escuadra, se ocupa un frente que sigue las alturas inmediatas de la Cebadilla, Ixdain y los Frailes, extendiéndose desde las estribaciones del Monte Malmusi hasta la punta de Morro Nuevo.
Última edición por Zyrux el 28 Abr 2010, 14:34, editado 3 veces en total.
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Segunda y tercera oleada
La segunda oleada de desembarco la componían otros 9000 hombres, con los que se pudo conseguir la estabilización de la cabeza de desembarco. Al caer la tarde, la artillería enemiga inició una fuerte reacción contra las tropas españolas y la Escuadra, lo que produjo bastantes bajas y; además, alcanzó varios buques entre los que estaban los acorazados «Alfonso XIII» «Jaime I». Nuevamente, las escuadrillas aéreas intensifican sus bombardeos hasta destruir los emplazamientos artilleros, y atacan el Cuartel General de Abd-el-Krim donde pueden observar la presencia de hombres con uniforme europeo y decenas de bajas entre la propia guardia personal del caudillo rifeño. Al frente de las columnas de desembarco aparecen nombres que luego serán famosos durante la Guerra Civil: Muñoz Grandes, el comandante Varela, el coronel Goded...
La jornada del día 8 de septiembre fue demasiado dura, más que por las bajas sufridas, que no superaron el centenar, por el esfuerzo sobrehumano exigido a las unidades aéreas y a las tropas hasta conseguir afianzar la linea alcanzada, todo ello bajo la acción persistente del nutrido fuego de cañón, ametralladora y fusil enemigos. Bien entrada la noche, la tercera oleada llegó a tierra para reforzar los dos flancos de la fuerza desembarcada. Hay que resaltar el buen trabajo que realizó el globo amarrado al «Jaime I» y el dirigible de la marina, que ayudaron eficazmente a la corrección del tiro de la escuadra. Al día siguiente volvió a interviene la Aviación, si bien con menos intensidad que el día anterior. Por otro lado, la columna de Melilla que permanecía a la espera del resultado de la operación, inició el día 11 a las 06,30 horas el desembarco con una fuerte protección aérea, poniendo inicialmente en la playa de los Frailes una fuerza de 3.000 hombres.
Acorazados Alfonso XIII y Jaime I
La segunda oleada de desembarco la componían otros 9000 hombres, con los que se pudo conseguir la estabilización de la cabeza de desembarco. Al caer la tarde, la artillería enemiga inició una fuerte reacción contra las tropas españolas y la Escuadra, lo que produjo bastantes bajas y; además, alcanzó varios buques entre los que estaban los acorazados «Alfonso XIII» «Jaime I». Nuevamente, las escuadrillas aéreas intensifican sus bombardeos hasta destruir los emplazamientos artilleros, y atacan el Cuartel General de Abd-el-Krim donde pueden observar la presencia de hombres con uniforme europeo y decenas de bajas entre la propia guardia personal del caudillo rifeño. Al frente de las columnas de desembarco aparecen nombres que luego serán famosos durante la Guerra Civil: Muñoz Grandes, el comandante Varela, el coronel Goded...
La jornada del día 8 de septiembre fue demasiado dura, más que por las bajas sufridas, que no superaron el centenar, por el esfuerzo sobrehumano exigido a las unidades aéreas y a las tropas hasta conseguir afianzar la linea alcanzada, todo ello bajo la acción persistente del nutrido fuego de cañón, ametralladora y fusil enemigos. Bien entrada la noche, la tercera oleada llegó a tierra para reforzar los dos flancos de la fuerza desembarcada. Hay que resaltar el buen trabajo que realizó el globo amarrado al «Jaime I» y el dirigible de la marina, que ayudaron eficazmente a la corrección del tiro de la escuadra. Al día siguiente volvió a interviene la Aviación, si bien con menos intensidad que el día anterior. Por otro lado, la columna de Melilla que permanecía a la espera del resultado de la operación, inició el día 11 a las 06,30 horas el desembarco con una fuerte protección aérea, poniendo inicialmente en la playa de los Frailes una fuerza de 3.000 hombres.
Acorazados Alfonso XIII y Jaime I
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Consolidación de la cabeza de puente
Abd-el-Krim había venido concentrando sobre la Cebadilla un fuerte contingente con el fin de rechazar la invasión y, tras un fuerte cañoneo durante dos horas, lanzó a sus hombres en un feroz contraataque nocturno durante los días 11, 12 Y 13 de septiembre, para evitar su neutralización por los aviones españoles, pero es sucesivamente rechazado. El día 17 termina el desembarco del grueso de la columna de Melilla y el fracasado intento de evitarlo, minó la moral de los hombres de Abd-el-Krim, por lo que éste inició un nutrido e intenso fuego de artillería, como castigo. Debido a que las piezas desembarcadas eran escasas y de menor calibre que las rifeñas, la acción terrestre de contrabatería resultaba débil, por lo que, nuevamente la Aviación y la Armada tuvieron que atacar con intensidad las piezas de la artillería enemiga, que cambiaban con frecuencia de emplazamiento para evitar su localización.
Para el mismo día 23 estaba prevista la ocupación del Monte Malmusi (ver mapa) donde los rifeños disponían de un fuerte núcleo de artillería, que neutralizaba en parte el fuego de la Escuadra, obligando a retirarse a los cruceros. Sólo los acorazados Alfonso XIII y Jaime I podían permanecer en la zona, pero así y todo, recibieron un promedio de 40 impactos cada uno. Al amanecer intervienen todas las escuadrillas aéreas de Tetuán, Larache y Melilla para proteger el avance de las fuerzas terrestres, bombardeando y ametrallando sin cesar las posiciones enemigas, operación en la que colabora notablemente el dirigible del buque estación «Dédalo», que regresa a su base con 27 impactos de bala.
Abd-el-Krim había venido concentrando sobre la Cebadilla un fuerte contingente con el fin de rechazar la invasión y, tras un fuerte cañoneo durante dos horas, lanzó a sus hombres en un feroz contraataque nocturno durante los días 11, 12 Y 13 de septiembre, para evitar su neutralización por los aviones españoles, pero es sucesivamente rechazado. El día 17 termina el desembarco del grueso de la columna de Melilla y el fracasado intento de evitarlo, minó la moral de los hombres de Abd-el-Krim, por lo que éste inició un nutrido e intenso fuego de artillería, como castigo. Debido a que las piezas desembarcadas eran escasas y de menor calibre que las rifeñas, la acción terrestre de contrabatería resultaba débil, por lo que, nuevamente la Aviación y la Armada tuvieron que atacar con intensidad las piezas de la artillería enemiga, que cambiaban con frecuencia de emplazamiento para evitar su localización.
Para el mismo día 23 estaba prevista la ocupación del Monte Malmusi (ver mapa) donde los rifeños disponían de un fuerte núcleo de artillería, que neutralizaba en parte el fuego de la Escuadra, obligando a retirarse a los cruceros. Sólo los acorazados Alfonso XIII y Jaime I podían permanecer en la zona, pero así y todo, recibieron un promedio de 40 impactos cada uno. Al amanecer intervienen todas las escuadrillas aéreas de Tetuán, Larache y Melilla para proteger el avance de las fuerzas terrestres, bombardeando y ametrallando sin cesar las posiciones enemigas, operación en la que colabora notablemente el dirigible del buque estación «Dédalo», que regresa a su base con 27 impactos de bala.
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Seguimos con la consolidación
El recrudecimiento del temporal, obligó a suspender los vuelos, si bien durante los días 28 y 29 aumentaron los de reconocimiento y vigilancia, efectuándose algunos bombardeos para preparar el avance de las tropas a Las Palomas y Addran-Sedun. El 1 de octubre se ocupa la línea desde Adrar-Sedun hasta Amekran dando así por finalizada la compleja operación del desembarco de Alhucemas, cuyo objetivo fundamental era establecer una base fuertemente implantada en territorio hostil, para permitir más tarde la penetración hacia el corazón del Rif y la rendición de Abd-el-Krim.
En uno de los vuelos de reconocimiento realizados se obtuvieron varias fotografías de un asentamiento artillero, comprobándose la existencia de 18 piezas, junto a las cuales y como escudos humanos, había dos grupos de prisioneros españoles, por lo cual se prohibió el bombardeo. El 2 de octubre se ocupó la Rocosa sin resistencia, lo que ponía en evidencia el grave quebranto sufrido por las fuerzas rifeñas y las tropas se extendieron por los caseríos de Axdir hasta la orilla izquierda del Yber-Loken, llegando hasta el río Guis por la playa frente a Alhucemas. La noticia de la toma de Axdir y del Cuartel General de Abd-el-Krim llegada al mariscal Petain en la tarde del 2 de octubre, llevó al militar francés a proseguir su avance por el sur, que se había iniciado el 25 de agosto y que facilitaría el cierre de la pinza que las fuerzas de los dos países habían concebido para finalizar la pacificación total de Marruecos, dándose así por concluída la operación.
El recrudecimiento del temporal, obligó a suspender los vuelos, si bien durante los días 28 y 29 aumentaron los de reconocimiento y vigilancia, efectuándose algunos bombardeos para preparar el avance de las tropas a Las Palomas y Addran-Sedun. El 1 de octubre se ocupa la línea desde Adrar-Sedun hasta Amekran dando así por finalizada la compleja operación del desembarco de Alhucemas, cuyo objetivo fundamental era establecer una base fuertemente implantada en territorio hostil, para permitir más tarde la penetración hacia el corazón del Rif y la rendición de Abd-el-Krim.
En uno de los vuelos de reconocimiento realizados se obtuvieron varias fotografías de un asentamiento artillero, comprobándose la existencia de 18 piezas, junto a las cuales y como escudos humanos, había dos grupos de prisioneros españoles, por lo cual se prohibió el bombardeo. El 2 de octubre se ocupó la Rocosa sin resistencia, lo que ponía en evidencia el grave quebranto sufrido por las fuerzas rifeñas y las tropas se extendieron por los caseríos de Axdir hasta la orilla izquierda del Yber-Loken, llegando hasta el río Guis por la playa frente a Alhucemas. La noticia de la toma de Axdir y del Cuartel General de Abd-el-Krim llegada al mariscal Petain en la tarde del 2 de octubre, llevó al militar francés a proseguir su avance por el sur, que se había iniciado el 25 de agosto y que facilitaría el cierre de la pinza que las fuerzas de los dos países habían concebido para finalizar la pacificación total de Marruecos, dándose así por concluída la operación.
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Final de la campaña de Marruecos
Alhucemas fue el principio del fin de las campañas de Marruecos durante los años 20. Pero a pesar del éxito, la guerra se prolongó durante los años 1926 y 1927. Avances agotadores por territorio hostil entre cábilas irreductibles, ampliaron la duración de la guerra dos años más. Tras la caída de Axdir el 2 de octubre de 1925 se produce el avance hacia el interior.
El 22 de mayo de 1926 Sanjurjo recorría la trágica ruta del desastre de 1921 entre Abarrán y Melilla, visitando Annual y Monte Arruit. El 26 de mayo Abd-el-Krim se rendía a los franceses en Targuist.
En el frente central, en agosto, se volvía a ocupar Xauen y reducir las cábilas de Ketama y Sanhaya. Y finalmente el 10 de julio de 1927 se lograba pacificar la Yebala y la cábila de los Ajmas, con lo que se daba por finalizada la guerra.
El desembarco de Alhucemas, con la intervención de diferentes fuerzas, fue estudiada y tomada como ejemplo por el general Eisenhower a la hora de diseñar el desembarco de Normandía y sirvió también como estrategia de referencia para el general MacArthur, tanto en la campaña del Pacífico como en la Guerra de Corea.
La operación de Alhucemas puso fin a una guerra que había estado desangrando a la juventud española.
Fotografía aerea, esto fue otra novedad
Alhucemas fue el principio del fin de las campañas de Marruecos durante los años 20. Pero a pesar del éxito, la guerra se prolongó durante los años 1926 y 1927. Avances agotadores por territorio hostil entre cábilas irreductibles, ampliaron la duración de la guerra dos años más. Tras la caída de Axdir el 2 de octubre de 1925 se produce el avance hacia el interior.
El 22 de mayo de 1926 Sanjurjo recorría la trágica ruta del desastre de 1921 entre Abarrán y Melilla, visitando Annual y Monte Arruit. El 26 de mayo Abd-el-Krim se rendía a los franceses en Targuist.
En el frente central, en agosto, se volvía a ocupar Xauen y reducir las cábilas de Ketama y Sanhaya. Y finalmente el 10 de julio de 1927 se lograba pacificar la Yebala y la cábila de los Ajmas, con lo que se daba por finalizada la guerra.
El desembarco de Alhucemas, con la intervención de diferentes fuerzas, fue estudiada y tomada como ejemplo por el general Eisenhower a la hora de diseñar el desembarco de Normandía y sirvió también como estrategia de referencia para el general MacArthur, tanto en la campaña del Pacífico como en la Guerra de Corea.
La operación de Alhucemas puso fin a una guerra que había estado desangrando a la juventud española.
Fotografía aerea, esto fue otra novedad
Última edición por Zyrux el 28 Abr 2010, 18:26, editado 1 vez en total.
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Orden de Batalla
Desembarco Fuerzas Conjunto Combinadas
Mando supremo: general Miguel Primo de Rivera.
Mando terrestre: general José Sanjurjo Sacanell.
Mando naval:
Fuerzas españolas
Fuerzas terrestres (aprox. 13.000 hombres):
Agrupación oriental (I Escalón):
2 banderas del Tercio de la Legión, 7 tábores de Regulares, Batallones de África 3 y 8; 1 batería de obuses de 105 mm y 2 de 75; una unidad de ingenieros, otra de intendencia, y una tercera de Sanidad.
Mandos: General Leopoldo Saro Marín, Coronel Francisco Franco Bahamonde y Coronel Emilio Esteban Infantes, Teniente Coronel Miguel Campins.
Agrupación occidental (II Escalón):
1 bandera del Tercio, 2 tábores de Regulares, 1 harka de Fuerzas Indígenas, fuerzas de la Mehal'la Indígena; 1 Batallón Expedicionario de Infantería de Marina; 1 batería de obuses de 105 mm y 2 de 75; una unidad de ingenieros, otra de intendencia, y una tercera de sanidad.
Mandos: General Emilio Fernández Pérez, Coronel Manuel Goded Llopis y Coronel Adolfo Vara del Rey
Fuerzas navales (almirante Guerra y contraalmirante García):
2 Acorazados: "Jaime I" y "Alfonso XIII".
4 Cruceros: "Méndez Núñez", "Blas de Lezo", "Victoria Eugenia" y "Extremadura".
1 Portahidroaviones: "Dédalo".
2 Destructores: "Alsedo" y "Velasco"(el primero de ellos, no intervino finalmente al estar en pruebas y el segundo, por ser abordado por el Canalejas, tras lo cual hubo de retirarse).
7 Cañoneros: "Cánovas del Castillo", "Canalejas", "Eduardo Dato", "Lauria", "Laya", "Recalde" y "Almirante Bonifaz".
11 Guardacostas: "Uad Muluya", "Uad Kert", "Uad Martin", "Uas Ras", "Uad Lucus", "Uad Torga", "Tetuán", "Ardía", "Larache", "Alcázar" y "Xauen".
6 Torpederos Clase T1: "T-1", "T-11", "T-16", "T-18" y "T-22".
7 Guardapescas: "Marinero Jarano", "Cardólo", "Maquinista Macias", "Condestable Zaragoza", "Marinero Gante", "Torpedista Hernández" y "Contramaestre Castelló".
4 Remolcadores.
2 Aljibes: "Africa" y "E".
26 barcazas de desembarco tipo K de 300 Tn.
27 Transportes.
Fuerzas aéreas (general Soriano):
3 escuadrillas (formada cada una por un grupo de reconocimiento y otro de bombardeo).javascript:bbstyle(-1)
6 hidroaviones de caza - reconocimiento Savoia S-16
6 hidroaviones de bombardeo Machi M-18AR
1 globo cautivo tipo Avorio Prassone de 1.100 m3
1 dirigible semirígido de SCA de 1500 m3
2 aviones Junkers F-13 de la Cruz Roja.
Fuerzas francesas
Fuerzas navales (almirante Hallier):
1 acorazado: "París".
2 cruceros: "Metz" y "Strasbourg".
2 torpederos: "Anammite" y "Tonkinois".
2 monitores avisos: "Reims" y "Amiens"-
1 remolcador.
1 batallón de infantería de marina (que desembarcó a las 24 horas).
Fuerzas aéreas:
1 escuadrilla de bombardeo: Farman Goliath compuesta por 6 aparatos[/img]
Desembarco Fuerzas Conjunto Combinadas
Mando supremo: general Miguel Primo de Rivera.
Mando terrestre: general José Sanjurjo Sacanell.
Mando naval:
Fuerzas españolas
Fuerzas terrestres (aprox. 13.000 hombres):
Agrupación oriental (I Escalón):
2 banderas del Tercio de la Legión, 7 tábores de Regulares, Batallones de África 3 y 8; 1 batería de obuses de 105 mm y 2 de 75; una unidad de ingenieros, otra de intendencia, y una tercera de Sanidad.
Mandos: General Leopoldo Saro Marín, Coronel Francisco Franco Bahamonde y Coronel Emilio Esteban Infantes, Teniente Coronel Miguel Campins.
Agrupación occidental (II Escalón):
1 bandera del Tercio, 2 tábores de Regulares, 1 harka de Fuerzas Indígenas, fuerzas de la Mehal'la Indígena; 1 Batallón Expedicionario de Infantería de Marina; 1 batería de obuses de 105 mm y 2 de 75; una unidad de ingenieros, otra de intendencia, y una tercera de sanidad.
Mandos: General Emilio Fernández Pérez, Coronel Manuel Goded Llopis y Coronel Adolfo Vara del Rey
Fuerzas navales (almirante Guerra y contraalmirante García):
2 Acorazados: "Jaime I" y "Alfonso XIII".
4 Cruceros: "Méndez Núñez", "Blas de Lezo", "Victoria Eugenia" y "Extremadura".
1 Portahidroaviones: "Dédalo".
2 Destructores: "Alsedo" y "Velasco"(el primero de ellos, no intervino finalmente al estar en pruebas y el segundo, por ser abordado por el Canalejas, tras lo cual hubo de retirarse).
7 Cañoneros: "Cánovas del Castillo", "Canalejas", "Eduardo Dato", "Lauria", "Laya", "Recalde" y "Almirante Bonifaz".
11 Guardacostas: "Uad Muluya", "Uad Kert", "Uad Martin", "Uas Ras", "Uad Lucus", "Uad Torga", "Tetuán", "Ardía", "Larache", "Alcázar" y "Xauen".
6 Torpederos Clase T1: "T-1", "T-11", "T-16", "T-18" y "T-22".
7 Guardapescas: "Marinero Jarano", "Cardólo", "Maquinista Macias", "Condestable Zaragoza", "Marinero Gante", "Torpedista Hernández" y "Contramaestre Castelló".
4 Remolcadores.
2 Aljibes: "Africa" y "E".
26 barcazas de desembarco tipo K de 300 Tn.
27 Transportes.
Fuerzas aéreas (general Soriano):
3 escuadrillas (formada cada una por un grupo de reconocimiento y otro de bombardeo).javascript:bbstyle(-1)
6 hidroaviones de caza - reconocimiento Savoia S-16
6 hidroaviones de bombardeo Machi M-18AR
1 globo cautivo tipo Avorio Prassone de 1.100 m3
1 dirigible semirígido de SCA de 1500 m3
2 aviones Junkers F-13 de la Cruz Roja.
Fuerzas francesas
Fuerzas navales (almirante Hallier):
1 acorazado: "París".
2 cruceros: "Metz" y "Strasbourg".
2 torpederos: "Anammite" y "Tonkinois".
2 monitores avisos: "Reims" y "Amiens"-
1 remolcador.
1 batallón de infantería de marina (que desembarcó a las 24 horas).
Fuerzas aéreas:
1 escuadrilla de bombardeo: Farman Goliath compuesta por 6 aparatos[/img]
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- Registrado: 17 Nov 2009, 02:53
- Ubicación: Usuario excluído
Desembarco de Alhucemas
En este hilo mismo cabe mi duda.
He estado leyendo La Legión Española Tomo I 1920 -1936 y me ha surgido una duda. Después del capítulo Ocupación del Monte Palomas el 30 septiembre de 1925 se pasa a un apartado llamado Rectificación de Líneas. Y a partir de este texto:
También la VI y VII Banderas practicaron rectificación de líneas y permanecieron en las posiciones alcanzadas en espera de órdenes.
A partir de este momento, y durante el resto de 1925 y parte de 1926, las Unidades que actuaron se sometieron a un régimen de relevos con las demás de ambos Territorios, retirándose unas a Ben Tieb y otras, a Riffien y otros lugares del Territorio Occidental para descanso, reposición de bajas y restauración de armamento, municiones y efectos.
Luego habla del ascenso del coronel Franco a General y el relevo de mando con Millán-Astray, para retomar los hechos el 26 de febrero de 1926, momento en el que se sitúa a la VII Bandera en Dar Riffien.
Mi duda comprende los movimientos ocurridos en Dar Riffien a partir de ese régimen de relevos. Para concretar más:
¿Alguien sabe qué unidades estaban en Dar Riffien durante la primera semana de diciembre de 1925?
Un saludo
He estado leyendo La Legión Española Tomo I 1920 -1936 y me ha surgido una duda. Después del capítulo Ocupación del Monte Palomas el 30 septiembre de 1925 se pasa a un apartado llamado Rectificación de Líneas. Y a partir de este texto:
También la VI y VII Banderas practicaron rectificación de líneas y permanecieron en las posiciones alcanzadas en espera de órdenes.
A partir de este momento, y durante el resto de 1925 y parte de 1926, las Unidades que actuaron se sometieron a un régimen de relevos con las demás de ambos Territorios, retirándose unas a Ben Tieb y otras, a Riffien y otros lugares del Territorio Occidental para descanso, reposición de bajas y restauración de armamento, municiones y efectos.
Luego habla del ascenso del coronel Franco a General y el relevo de mando con Millán-Astray, para retomar los hechos el 26 de febrero de 1926, momento en el que se sitúa a la VII Bandera en Dar Riffien.
Mi duda comprende los movimientos ocurridos en Dar Riffien a partir de ese régimen de relevos. Para concretar más:
¿Alguien sabe qué unidades estaban en Dar Riffien durante la primera semana de diciembre de 1925?
Un saludo
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