
El Rey visita a los 'veteranos' de Afganistán
El Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) se ha convertido en la única unidad española con presencia constante enAfganistán. Llegaron en 2002, cuando se declaró el conflicto, y allí permanecen. Don Juan Carlos quiso agradecerles ayer su esfuerzo y dedicación.
El Rey Don Juan Carlos volvió a enfundarse ayer el uniforme de camuflaje para visitar la Base Aérea de Zaragoza, donde compartió varias horas con el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA): los 'veteranos' de Afganistán. Se trata de la única unidad española que ha mantenido una presencia constante en el país asiático desde 2002. Fueron los primeros en llegar cuando comenzó el conflicto, y allí continúan ocho años después. De hecho, allí mantienen a 21 hombres y mujeres, repartidos entre las bases de Herat y Qala-i-Now.
No era la primera vez que el Rey firmaba en el libro de honor del EADA. Lo hizo hace ya una década, pero entonces era tan solo una "escuadrilla". Durante todo este tiempo, la unidad ha ido ganando experiencia y capacidad, lo que le han convertido en un recurso imprescindible a la hora de planificar cualquier despliegue de las tropas españolas en el extranjero.
El grueso del escuadrón está compuesto por paracaidistas, los primeros en tomar posiciones para asegurar el aterrizaje de las aeronaves en territorio hostil. En la actualidad, el EADA cuenta con 484 personas, de las cuales 25 son mujeres y 51 extranjeros. A lo largo de los últimos años, ha participado en numerosas operaciones de mantenimiento de la paz: en Italia, proporcionando seguridad y apoyo a las unidades que participaban en el conflicto de los Balcanes (1994-2002); en el Zaire, protegiendo a las aeronaves que evacuaban a civiles (1996); en Kosovo, protegiendo el aeropuerto de Pristina (2003-2004); o en el Líbano (2006).
Don Juan Carlos llegó a la capital aragonesa poco después de las 12.15, en un helicóptero Súper Puma procedente de Cuatro Vientos (Madrid). Su visita fue breve pero intensa, ya que en poco más de dos horas tuvo tiempo de presenciar varios ejercicios tácticos y de supervisar el sofisticado material que utiliza la unidad en sus misiones.
El Monarca fue recibido a los acordes del himno nacional, interpretado por la banda de música de la Academia Básica del Aire de León. Se da la circunstancia de que esta agrupación estuvo destinada durante años en la Base Aérea de Zaragoza. Sin embargo, una polémica orden obligó a sus integrantes a trasladarse hace un par de años a la ciudad castellana. Ahora, son requeridos de forma constante cada vez que se celebra un acto en suelo zaragozano.
El viento, invitado inesperado
En la secuencia de actos prevista con motivo de la visita de Don Juan Carlos, el lanzamiento de un grupo de paracaidistas era uno de los momentos más esperados. Sin embargo, el fuerte viento que soplaba ayer a mediodía en las instalaciones de Garrapinillos obligó a suspender esta parte del programa. Fue el único contratiempo de la mañana, porque el Rey pudo presenciar in situ -desde un centro de mando de campaña, como los que se utilizan en los despliegues internacionales- el resto de los ejercicios. Incluida la toma de tierra de un Hércules del Ala 31 de Zaragoza, y las pasadas rasantes de varios F-18 del Ala 15, también con base en la capital aragonesa.
"Nuestros paracaidistas pueden llegar a lanzarse desde 12.000 metros, lo que les obliga a utilizar oxígeno y ropa de abrigo, ya que a esta altura las temperaturas son muy bajas", explicaba ayer durante la exhibición el brigada Miguel Ángel Canalda. "Están equipados también con brújulas y aparatos gps, lo que les permite navegar durante el descenso siguiendo al líder", añadía. Habitualmente, estos especialistas practican los ejercicios en la base navarra de Ablitas.
Misiles antiaéreos
A lo largo de la mañana, el jefe del EADA, teniente coronel Ricardo Cano García, pudo mostrar también a Don Juan Carlos el material que utilizan en sus operaciones. La misión de esta unidad es garantizar la seguridad del resto, por lo que cuenta con abundante material defensivo. El Rey se detuvo ante el Raven, como se conoce al pequeño avión de reconocimiento que se usa para estudiar con detalle el terreno. "Es un aparato no tripulado dotado con cámara de vídeo y que puede alcanzar una distancia de 15 kilómetros", explicaba el brigada Canalda. "Gracias a él -añadía-, se pueden conocer las amenazas cercanas".
Don Juan Carlos también se interesó por el armamento utilizado por los francotiradores de la unidad, especialistas que pueden pasar horas y horas en posición estática hasta que se requiere su servicio. Los misiles Atlas y Mistral, utilizados por el personal del EADA para combatir posibles ataques aéreos a las bases españolas, también formaban parte de la exposición estática.
La visita del Monarca a la Base Aérea concluyó con una foto de grupo y el tradicional saludo a las autoridades de la Comunidad. El Rey pudo estrechar la mano del presidente aragonés, Marcelino Iglesias, el de las Cortes, Francisco Pina, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, o el Justicia, Fernando Vicente, entre otros.
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.- Saludos.