OPERACIÓN LUTHER II, 07:30 horas del 5 de diciembreCartagena.La guarnición de Cartagena estaba acudiendo presurosa a sus puestos de batalla. En tierra los artilleros descubrían sus cañones y preparaban las alzas, mientras los artificieros colocaban las espoletas en los proyectiles y subían los sacos de pólvora a las baterías. No lejos de ellos los observadores se pegaban a sus telémetros, tanto los viejos Salmoiraghi-Bellón y Zaragoza de escala vertical que equipaban a las piezas más antiguas, como a los más modernos Madsen de base horizontal y el estereoscópico Barr Stroud de 2.74mts de base. Lejos de los puestos de observación y comunicados con estos y con las baterías por teléfono, los centros de dirección de tiro preparaban sus tablas para hacer fuego. También en el puerto se sonaba el zafarrancho de combate, y los marineros corrían a sus buques, preparando sus cañones y dando presión a sus calderas.
El coronel de artillería Ocaña acudió presuroso a la batería de Trincabotijas, desde la que se dominaba el mar circundante y desde donde contemplo de primera mano la inmensa flota que se aproximaba a la ciudad.
-A la orden de Usía mi Coronel. La Batería de Trincabotijas está dispuesta para el combate, sin novedad.
-Gracias, capitán Pardo, descanse y continúen, que todo el mundo se prepare para el combate. –Ordeno el coronel Ocaña, preparando sus prismáticos. - ¿Qué puede decirme del enemigo?
-Si mi coronel. –Respondió el capitán Pardo, quien tras ordenar a sus hombres que continuasen sus quehaceres se dirigió de nuevo al coronel. –Mi coronel, en estos momentos el grueso de la escuadra enemiga espera a unos 20 kilómetros de distancia mientras sus unidades ligeras exploran la zona.
-Sin duda buscan minas, capitán, desgraciadamente no pueden fondearse minas en aguas tan profundas. ¿Ha identificado los buques a los que nos enfrentamos?
Sí, mi coronel. Por lo que parece nos enfrentamos a un ataque combinado franco-británico. En vanguardia podemos observar 4 cruceros acorazados, parecen ser 2 tipo Duque de Edimburgo y 2 Minotaur, lo que encaja con los cruceros acorazados británicos en el Mediterráneo. Tras ellos se ven más buques de batalla, por lo que veo los franceses aportan lo que parecen ser el acorazado Almirante Coubert, y al menos otros 3 acorazados clase Danton. El despliegue se completa con una veintena de destructores de varias clases.
-¿Sabe si llevan alguna cobertura?
-Es posible que cuenten con algunas unidades de apoyo pues pueden verse algunas columnas de humo tanto al norte como al sur, pero serán unidades de exploradores y están demasiado lejos como para ver los propios buques.
-Entiendo, capitán, muchas gracias. Voy al puerto a reunirme con los mandos navales, buena suerte.
Inmediatamente el coronel Ocaña monto en su caballo para regresar al puerto. Mientras lo hacía no pudo sino repasar mentalmente la disposición de sus defensas.
- Al este la batería de Trincabotijas que dejaba a su espalda a 95 metros de altura, estaba equipada con 4 cañones Ordoñez de 240mm, modelo 1891.
- A su espalda y a unos 280 metros de altura se encontraba la batería Ordoñez, equipada con otros 6 cañones Ordoñez de 240mm.
- Mucho más baja, a tan solo 25 metros sobre el nivel del mar estaba la Batería de Santa Ana, con 2 Krupp de 305mm, modelo 1888.
- Ya en la entrada occidental del puerto se encontraba la Batería de San Fulgencio, equipada con otros 2 cañones Ordoñez de 240/14.
- También en esa orilla pero más adelantada y a una altura que oscilaba entre los 75 y 95 metros, se encontraba la fortaleza de Fajardo, equipada 3 baterías que habían perdido los obuses de 210, 240, y 305mm que poseían años atrás (1), sustituidas por 6 cañones Ordoñez de 150mm.
- Cerca de esta se encontraba la batería de la Podadera, que perdidos los Krupp que la equipaban, fue artillada con cañones de Munaiz Argüelles de 150mm.
La batería de Podaderas había perdido sus Krupp en 1896 para artillar con ellos Santiago de CubaLa artillería era muy poderosa, pero empezaba a estar anticuada, y eso no le gustaba.
- Varias de las baterías más poderosas fueron desmontadas en 1896 para su envío a Ultramar.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.