A las 12:10, mientras los acorazados Nelson y Rodney estaban librando su particular duelo con las baterías costeras de Calais, las baterías de artillería ferroviaria abrieron fuego sobre la Home Fleet. En los minutos siguientes un huracán de proyectiles se abatió sobre toda la flota, pero principalmente sobre los Nelson y Rodney, que al mando del vicealmirante Thomas Phillips, se habían acercado a la costa francesa para destruir las baterías costeras. Durante unos minutos, las salpicaduras producidas por las explosiones se sucedieron sin interrupción y pronto el destructor Annapolis, que formaba parte de la cobertura antiaérea de la escuadra, sufrió el impacto de un proyectil de 520mm que tras penetrar por el puente detono en su zona inferior desfondándolo. Poco después se iría al fondo llevándose consigo a 72 de sus tripulantes.

Los Leopold formarían parte de la artillería destinada a impedir el cruce del estrecho de Dover.
Las explosiones seguían sucediéndose en torno a los buques de la escuadra, que aun trataba de destruir a las baterías costeras que tanto daño habían hecho en anteriores intentos de limpiar los campos de minas, mientras el vicealmirante Phillips clamaba por la llegada de los aviones de reconocimiento que había pedido, para localizar los que lo estaban acribillando. A lo largo de todo el estrecho de Dover caían proyectiles de diferentes calibres acosando a la flota, obligando a los acorazados a contestar al fuego para tratar de proteger las labores de los dragaminas. De resultas de este fuego, el crucero Naiad recibiría 7 impactos de los cañones de 340mm, que acabarían con él, mientras el crucero Kent recibía 9 de 305mm sufriendo idéntica suerte, por su parte las piezas de 280mm, y 370mm destruían a los destructores Trafalgar, Mendip, Active, y Beauford. Fue entonces cuando disparo por primera vez Dora. Este gigantesco cañón tardaba 15 minutos en recargarse, y cada disparo precisaba de cuidadosas mediciones de la velocidad del viento, y la humedad del aire, por lo que era virtualmente imposible disparar sobre un blanco en movimiento, sin embargo podía hacer fuego sobre un área, y ese fue su cometido. Su primer disparo cayó en la zona en la que estaban operando los destructores, y aunque cayó a 500mts del destructor Ripley, su explosión basto para hacer caer una lluvia de metralla y agua sobre él, que le ocasiono 23 bajas y le daño levemente el puente. La explosión que el almirante Tovey avisto claramente en el otro extremo del canal a bordo del King George V, sobrecogió el ánimo de todos los integrantes de la flota, ¿Qué demonios era aquello?
10 minutos después los aviones de reconocimiento por fin estaban sobrevolando la zona de Calais, donde sufrirían numerosas bajas a manos de los cazas alemanes y la AA. Como habían supuesto en la RN, los alemanes habían empleado las nuevas vías férreas para desplegar artillería ferroviaria, lo que no esperaban era encontrar semejante monstruo como el que descubrieron, un cañón que ocupaba un kilometro de vía férrea doble, y estaba protegido por varios cañones antiaéreos. De inmediato la RAF preparo una incursión sobre la costa con cazabombarderos y bombarderos, destinados a destruir esta artillería. Mientras la escuadra de Phillips, había perdido a los destructores Lively, Kipling y Kelvin a manos de la artillería ferroviaria, y al crucero Bonaventure a manos de la artillería costera, habiendo sufrido daños los acorazados Nelson que recibió 5 impactos de 381mm, y Rodney, que sufrió 7 de 305mm, que sin embargo no les mermaron la capacidad combativa, sin embargo para ese momento también la batería de 381mm había sido silenciada, y los acorazados abrieron fuego sobre las 4 piezas de 305mm. Poco después llegaría el segundo disparo de Dora.

Las piezas francesas de 320mm
A bordo del Nelson, el vicealmirante Phillips observaba el duelo artillero con las baterías costeras alemanas, consciente de que más al norte, los dragaminas estaban abriendo un paso para la Home Fleet a través de los campos defensivos alemanes, labores que únicamente habían sido alteradas por la artillería de costa que mediante el fuego de los Leopold, y diversas piezas alemanas, habían hundido 5 dragaminas y 3 destructores y dañado a varias unidades, entre ellas los cruceros Despatch, y Enterprise. Fue entonces cuando frente a sus ojos el crucero Dido se volatilizo frente a sus ojos, Un único impacto del gigantesco Dora, sirvió para partir en dos al desventurado crucero, que sufriría 480 bajas al ser arrastrados al abismo gran parte de esos hombres antes de poder ponerse a salvo, para empeorar las cosas, ni tan siquiera había sido un impacto directo, o eso le había parecido. De inmediato, mientras el Nelson proseguía el fuego sobre la batería ordeno a la flota abrir distancias y ejecutar buscos cambios de rumbo para dificultar la puntería del monstruoso cañón.
Mientras aun esperaba la llegada de los aviones solicitados para acallar esta artillería, llego el primer ataque aéreo alemán. Se trataba de 120 He-111 que volando a 4.000mts lanzarían bombas de 50 y 80kg sobre la escuadra de Phillips, sin embargo y a pesar de que varias naves fueron dañadas por la metralla, y un destructor recibió un impacto de una bomba de 80kg, las violentas maniobras de la escuadra le permitieron salir con daños leves, y ninguna de las naves sería hundida o verían mermada su capacidad combativa. Además el feroz fuego antiaéreo de la escuadra, sobre todo de los cruceros antiaéreos Euryalus, y Hermione, y la defensa ofrecida por los 20 P-40 que la protegían, acabaron con el derribo de 21 bombarderos germanos, y varios más dañados.

y 370mm, participarían también en dicha operación.
Justo cuando los aviones alemanes se perdían en el horizonte, llegaron por fin los bombarderos Blenheim y Wellington escoltados por 60 Spitfire, internándose en la costa francesa, sería allí donde se cruzarían con la segunda oleada de bombarderos alemanes que se dirigía a la flota, entablándose un duro combate entre los escoltas de ambas formaciones, mientras los bombarderos proseguían hacia sus respectivos objetivos. Allí serían recibidos por las correspondientes barreras AA que derribaron a 14 aparatos alemanes sobre la flota, mientras 9 Blenheim, y 7 Wellington sufrirían el mismo destino. Una vez más el ataque sobre la flota fue baldío, sin embargo los aviones ingleses lograron dañar y dejar fuera de combate 2 piezas alemanas, el obús de 520mm, cuyo fuego había dañado o hundido 2 destructores, y 1 cañón de 305mm.
A las 12:40, las 8 piezas Siegfried de 381mm, que actuaban agrupadas en una batería, habían logrado ya centrar al Rodney, colocándole 14 impactos en 3 minutos, que sumados a los 11 impactos de dicho calibre que había encajado tuvo que abandonar el combate. Con el acorazado Rodney gravemente dañado al haber perdido 1 torre alcanzada por 2 disparos de 381mm, y haber visto su velocidad reducida a 18nts, y el propio Nelson dañado por 2 impactos de 240mm y uno de 370mm, el vicealmirante Phillips ordeno la retirada del resto de la escuadra, y regreso junto a la Home Fleet, orden que se vio acertada cuando el siguiente proyectil del Dora cayó justo en el lugar en el que su propio acorazado hubiese estado de haber seguido navegando frente a la costa. Tras él, dejaba los restos de 9 destructores y 2 cruceros, que habían sido hundidos por la artillería alemana, y, aunque no lo sabía, en tierra sus disparos habían dañado 3 piezas alemanas, una de 400mm y 2 de 270mm.
Poco después, y antes de reunirse de nuevo con el grueso de la Home Fleet, aun habría de sufrir el último ataque de los bombarderos alemanes, en esta ocasión se trato de 84 Ju-88, que a diferencia de los anteriores, atacaron mediante vuelos en picado logrando una precisión mucho mayor, de resultas de lo cual hundirían a los destructores Lincoln, y Burwell, y dañarían al St Francis, que se vería obligado a regresar a puerto, con toda su artillería desmontada. Sin embargo una vez más la AA logro cobrarse 7 aviones enemigos, y dañar varios más.
A partir de dicho momento, y durante el resto de la batalla, 300 bombarderos He-111, 124 Do-17, 136 Ju-88, y 360 Ju-87 lanzarían docenas de ataques sobre la flota de forma continua, mientras 90 SM-79 italianos y 60 He-111H4 alemanes lanzaban ataques con torpedos. Simultáneamente 280 cazas Me-109F y 140 MC-200, realizarían decenas de misiones CAP sobre la flota británica en caza libre, para tratar de derribar a todos los cazas británicos que pudiesen. También sería este el momento escogido por las lanchas torpederas MAS, y S-boote para atacar a la flota mediante rápidos y feroces ataques, obligando a esta a combatir violentamente mientras maniobraba de forma constante para evitar los ataques aéreos y el fuego de la artillería de costa alemana. Por supuesto los mayores daños los acumularon los dragaminas, que obligados a navegar en línea recta y en formación, no pudieron evitar los ataques, tanto artilleros como de la artillería costera, siendo hundidos 37 de ellos.
En la flota combinada las cosas tampoco habían sido tranquilas, pues desde primeras horas de la mañana, en cuanto se hizo a la mar, habían sufrido diversos ataques aéreos, que habían sumado nuevos daños a los acorazados Andrea Doria y Gneisenau, y habían hundido o dañado seriamente a 12 destructores y torpederos pesados italianos, todo ello a costa de 42 bombarderos, 14 torpederos y 16 cazas, que por supuesto también derribaron 18 cazas alemanes.