Como ya he observado en un anterior post, Polibio sólo rebate a Fabio Píctor las causas aducidas por este respecto al estallido de la Segunda Guerra Púnica; Polibio, a diferencia de Fabio Píctor, sí hace recaer parte de la responsabilidad del estallido del conflicto bélico sobre los hombros de la élite púnica en Cartago.
Gaspacher escribió:Shrike escribió:
Por otro lado, la única embajada romana enviada a Aníbal fue bastante antes que Aníbal emprendiese el asedio de Sagunto (ver III. XV. 1-4).
Ante Aníbal, pero creo recordar que durante el asedio hubo embajadores romanos en el senado cartaginés, quejándose de las acciones de este.
Polibio sitúa la entrevista de los embajadores romanos con Aníbal antes que éste marchase contra Sagunto. Estos, al considerar ya la guerra inevitable, optaron por marchar a Cartago para presentar sus advertencias ante el Senado cartaginés (Pol. III. XV. 12). Tras narrarnos en III. XVII el asedio y toma de Sagunto, cuando en Roma ya se sabe de la caída de la ciudad aliada, Polibio nos informa que el Senado romano envió una nueva embajada a Cartago exigiendo la entrega de Aníbal, entre otras condiciones (ver Pol. III. XX. 6-9). Tras extenderse a los alegatos presentados por los cartagineses, Polibio menciona el episodio del manto:
Pol. III. XXXIII. 2 (trad. de M. Balasch, BCG) escribió:El de mayor edad [de los embajadores romanos] mostró su manto a los senadores cartagineses, y les dijo que allí les llevaba la guerra y la paz; lo sacudiría y les soltaría lo que eligieran.
Dando paso así la declaración formal de guerra entre Roma y Cartago.
En cambio, el relato de Tito Livio es distinto al de Polibio. Según él, los cónsules del 218 a.C. enviaron a sus embajadores -Publio Valerio Flaco y Quinto Bebio Tánfilo- ante Aníbal, llegando ya iniciadas las operaciones de asedio de Sagunto. Pero Aníbal los interceptó y se negó a recibirlos (Liv. XXI. IX. 3), optando estos por trasladarse a Cartago. Tras recibir el rechazo del Senado cartaginés, retornaron a Roma, coincidiendo también con el recibimiento de las primera noticias de la caída de Sagunto (XXI. XVI. 1). Ahí, el Senado decide movilizar tropas y el envío de una nueva y nutrida embajada a Cartago para "cumplir todos los requisitos legales" (Liv. XXI. XVIII. 1, trad. de J.A. Villar, BCG); es decir, la guerra ya estaba decidida en Roma, pasara lo que pasara ya con la nueva embajada enviada a Cartago.
Por cierto, aquí sí aparece un "Quinto Fabio", identificado por la inmensa mayoría de editores con Marco Fabio Buteón, cónsul en el año 245. Este, según Tito Livio, es quién protagonizó el episodio de la toga anteriormente referido también por Polibio (ver Liv. XXI. XVIII. 13-14).
Tu mismo dijiste que Livio solía citar a los autores de los que extraía sus notas, cosa que Polibio no hacia salvo para denigrar a dichos autores en comparación consigo mismo, y ya que Livio cita fuentes no necesitaba presenciar los hechos.
Pero en el caso que nos concierne, Livio no lo hace, excepto para cuestionarse el marco cronológico, fijado en su día por Polibio, al contrastarlo con las fuentes analísticas que también consulta (ver Liv. XXI. XV. 3-6).
Pues para mostrar que Roma cuida siempre de sus aliados cuando estos se muestran tan leales como los saguntinos, quiénes prefirieron la muerte y la esclavitud antes que someterse a los enemigos de sus aliados romanos. ¿Te parece un mal motivo para no ensalzar a los saguntinos? Recuerda que Livio escribe bajo el patrocinio de Augusto, quién estaría interesado en mostrar que Roma es generosa con sus aliados -ya fuesen los reinos paupérrimos que quedaban entonces en Oriente- cuando estos son leales
Otro ejemplo similar. ¿Por qué Roma se molestó en organizar un asedio espectacular en Masada, defendida por unos muertos de hambre en una colina sin importancia y con la rebelión ya aplastada? Pues para dejar claro ante sus súbditos que el poder de Roma caería implacablemente sobre cualquier rebelde, aunque éste se escondiese en el paraje más recóndito del mundo. Y se cuidaron que Josefo -el que se vendió cuál p... a Vespasiano- lo pusiese por escrito en griego, para que lo leyesen en todo Oriente
Aliados que habían dejado de existir, pues los que no murieron fueron sometidos a esclavitud 20 años antes y quien sabe donde acabarían, la mayoría de los esclavos adultos muertos desde luego, que la esperanza de vida no era demasiado grande y pocos de ellos tendrían la oportunidad o educación para ser vendidos como tutores o administradores. Por lo tanto no tiene nada de generoso alabar a unos aliados que murieron mientras Roma miraba indiferente como luchaban durante 8 meses.
Je
Es lo que tú supones.
En la realidad, Tito Livio relata que el Senado romano, en el 205 a.C., tras ser presentados unos embajadores saguntinos por Publio Cornelio Escipión ante los senadores, el más anciano de los saguntinos dió un prolongado discurso, donde se exalta tanto a Publio y Cneo Cornelio Escipión, padre y tío -respectivamente- del insigne vencedor de Ilipa y Zama; además de al mismo victorioso general romano que acababa de presentarles ante el Senado (ver discurso de los saguntinos en Liv. XXVIII. XXXIX. 1-16). Luego sucedió que:
Liv. XXVIII. XXXIX. 17-18 (trad. J.A. Villar, BCG) escribió:El senado respondió a los embajadores saguntinos que la destrucción y reconstrucción de Sagunto sería en el futuro para el mundo entero un ejemplo de lealtad entre aliados mantenida por ambas partes; que sus generales habían actuado de forma correcta y regular y conforme a la voluntad del senado al reconstruir Sagunto y liberar de la esclavitud a los ciudadanos saguntinos; que cualquier otro beneficio que les hubieran hecho se había debido a la voluntad expresa del senado; y que se les autorizaba a depositar su ofrenda en el Capitolio.
Dejando de lado que sea cierto o no lo que relata Tito Livio, aunque posiblemente sí lo sea, tal y como indicaría la inscripción hallada en el yacimiento de Sagunto y anteriormente mencionada; lo realmente relevante es el hecho que la narración que en su momento hizo Livio de la heroica defensa de Sagunto en XXI. VII-VIII y XI. 3- XV. 2 y este episodio mencionado por el mismo autor están relacionados, presentándose como ejemplo de la gratitud romana hacia aquellos aliados que se mantengan a su lado contra viento y marea.
El ejemplo mencionado en un post anterior sobre Josefo y la narración del asedio y toma de Masada lo cité para mostrar que en las fuentes literarias, escritas por y para las élites, se pueden rastrear las finalidades perseguidas por sus autores, inspirados por los intereses de sus patronos: los Ecipiones, Augusto y Vespasiano, en los casos respectivos de Polibio, Tito Livio y Flavio Josefo.
Por otra parte, cabe observar que no hay rastro de este episodio sobre la restitución de Sagunto en la obra de Polibio que nos ha llegado; seguramente se hallara en el Libro XIII, del que se ha conservado apenas unos fragmentos inconexos. Pues no resulta inverosímil que el episodio de los embajadores saguntinos no habría dejado de ser explicado por Polibio, ya que exalta en gran medida a los Escipiones y circunstancia que no habría sido desaprovechada por el autor griego
En fin, mi argumento se mantiene en pie: la historicidad de la versión dada por Tito Livio, del asedio y toma de Sagunto por el ejército de Aníbal es muy dudosa, ya que no es recogida también por Polibio, autor anterior al retor romano, quién disponía de fuentes de primera mano -los propios Escipiones- y -sobretodo- que no habría dejado de reseñar un episodio heroico que, en último término, redundaba en favor de sus patronos en Roma. La versión de Livio -quién consulta a Polibio muy frecuentemente-, en cambio, se entiende en pos de fines diferenciados del historiador griego y que han sido ya también explicados.
Un saludo,