El cañoneo de Apra

[JESUS FIDELIS]

El cañoneo de Apra
(Juan Eslava Galán)

En el 98, en medio de la tragedia de tanto hombre enviado inútilmente al matadero, todavía se produjeron algunos sucesos que serían graciosos si no reflejaran igualmente la profunda postración de nuestras tropas de Ultramar.

Días después de la aniquilación de la flota del Pacífico en la batalla de Cavite, el cañonero norteamericano Charleston amaneció sobre el puerto de Apra, en la isla de Guam, y abrió fuego sin previo aviso sobre las instalaciones portuarias españolas. Los de la guarnición carecían de telégrafo y no se habían enterado, por tanto, de que estábamos en guerra con Estados Unidos. De hecho, el comandante español, cuando oyó tronar la artillería yanqui, (cuya puntería, ahora se confirma, era bastante deficiente), creyó que le estaban haciendo salvas de saludo y, vistiendo apresuradamente sus mejores galas, salió al encuentro del Charleston con un bote de remos, ante la estupefacción de los norteamericanos. “Tengo que rogaros que no toméis a descortesía que no correspondamos a vuestras salvas -se excusó el español-. Es que no tenemos pólvora ni cañones”. Y el capitán norteamericano, desaprovechando una excelente ocasión para comportarse caballerosamente, replicó a su cándido adversario: “No hacen falta salvas. Los Estados Unidos están en guerra con España y ustedes son mis prisioneros”.

Lo único que consuela es saber que el Charleston, aunque nunca estuvo al alcance de la artillería española, naufragó meses después, por sus propios medios, frente a las costas de Luzón.