Crónicas de Castilla por General Invierno

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Con permiso del forista citado (General Invierno) transcribo esta serie de mensajes del foro de La Armada
http://www.laarmada.org/index.php

Recomendable para los aficionados a las figuras.

Transcribo esta historia, porque me parece apasionante y sirva de paso para compensar el desconocimiento general de nuestra propia historia (la española) y la castella en concreto.
La historia de Castilla es impresionante, pero confundida con la de España, las viejas leyendas y los antiguos hechos se han perdido en gran parte.
A partir de aquí, todo lo escrito es del forista citado:


En Castilla abundan los mitos, las leyendas y las historias olvidadas. Desde los 7 Infantes de Lara hasta las Sierpes (esos monstruos que habitaban (habitan) en las profundas montañas de Palencia).

Una de las historias olvidadas cumple este año el noveno centenario. Y ha padaso sin pena ni gloria. La batalla de Ucles, donde murio el heredero moro al reino de Castilla, el infante Sancho (hasta el S.XIV no hubo principes en Castilla, titulo que trajo una inglesa, al igual que la bandera de castillo y león, traida de la perfida Albión). Diversas fuentes tratan sobre la batalla, y si bien todas son distintas todas empiezan y terminan igual.

A principios del S. XII de nuestra era los almoravides no cejaban en sus ataques contra los reinos cristianos peninsulares. Tras la muerte del Cid y la posterior ocupación de Valencia los agarenos no conocían la derrota. Por fin el gran Yusuf había sometido a los distintos reinos de taifas, imponiendo la versión (posiblemente) más oscura del Islam y unificando Al-Andalus bajo su poder.

Mutamid, soberano de la Taifa de Sevilla, antes de perder su reino (vio cumplida su profecia cuando anuncio que preferia ser porquero en Marruecos que esclavo en Castilla) consiguio enviar parte de su tesoro a la Castilla de Alfonso VI. Dicho tesoro incluia su bien más preciado, la joya de la corona, la bella Zaida, esposa de uno de sus hijos.

Asi, desamparada, sin suegro, esposo, en territorio enemigo, y perseguida por el poder almoravide, se encontro Zaida con el soberano de Castilla

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Pasados los años Zaida se convertiria en concubina (nunca esposa ni reina, a pesar de algunas fuentes) de Alfonso VI, que bien podría llamarse el derrotado, pues su reinado se caracterizao por estruendosas derrotas a manos de los almoravides.

Alfonso, a pesar de haber estado casado 3 veces y tener dos concubinas solo tuvo hijas (que infierno, todo mujeres). Hasta que Zaida le dio un hijo varón, Sancho Alfonsez; aquel que pudo reinar con sangre mora y cristiana.

La moral de la epoca, en contra de lo que nos puede parecer hoy en día, no era demasiado rigida, por lo que el rey no tuvo problemas en reconocer a Sancho como su unico heredero. El hijo de la mora fue entregado al Conde Garcia Ordoñez, famoso por ser el enemigo implacable del Cid. No solamente es instigador de su primer destierro, sino que hay fuentes que aseguran que Ordoñez abandona a Diego Rodriguez (el unico hijo varón del Cid) en la batalla de Consuegra. Diego Rodriguez, sosteniendo la retaguardia del derrotado ejercito castellano, morira junto a un puñado de caballeros cidianos.

En el 1102 cae Valencia, el poder almoravide esta en su cenit. Tras años de tregua ben Yusuf, el gran caudillo norte africano vuelve su atención hacia Castilla. Tras años de escaramuzas, Tamir, hermano de Yusuf, reune un ejercito (mitad norteafricano mitad andalusi) y en el 1108 se lanza a devastar la marca media.

Los castellanos no estan preparados, mientras Alfonso dirige la defensa de Toledo (ya esta mayor para estos trotes) encarga a Alvar Fañez (no se como el Cantar del Mio Cid le pinta tan bien, este señor no gano una batalla en su vida), enfrentarse al invasor. Fañez, junto a las tropas palaciegas, llama a las guarniciones de Calatañazor y Complutum (que ya se empieza a llamar Alcala) y marcha a su encuentro. En el ultimo momento el rey Alfonso envia a su hijo con el ejercito. Sancho Alfonsez tiene 14 años (se admite la discusión, las fuentes van de 9 a 16 años) y apenas se sujeta a caballo; pero alli va el heredero, con su ayo, hacia una incierta batalla.

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El 27 de mayo de 1108 el terror se apodera de la villa de Ucles. Al galope, la caballería andalusi y almoravide penetra en la localidad matando a todo aquel que se encuentran. Unos pocos supervivientes se refugian en el empinado castillo que corona Ucles. No había entonces, como años más tarde, guarnición de Alcantara, Orden Militar que ni siquiera existe en aquel omento. Unicamente un puñado de milicianos de la marca que rige Alvar Yañez.

Sin embargo los muros son lo suficientemenete recios para disuadir de un asalto, maxime cuando se espera tropa cristiana. Los agarenos unicamente cortan cabezas y las apilan mientras buscan botin.

Dos días despues aparace Fañez con los suyos. ¡Maldito perdedor! que hubiera hecho el Cid con tamaño ejercito. Son 3.000 caballeros y 7.000 peones los que guia Fañez, acompañado de 7 de los 27 condes con que contaba Castilla por entonces. Se despliegan al sur de la villa, pues proceden de la cañada Real. Ante ellos Tamin manda un pertrecahdo centro, con una vanguardia de caballos ligeros y un grueso de fanaticos guerreros almoravides. Las alas quedan para las tropas de las sometidas taifas.


la batalla comienza, la caballería cristiana carga al centro enemigo, que tras breve combate retrocede. ¿Acaso Fañez no sabe lo que va a ocurrir? es la tercera vez que le pasa y vuelve a caer. Los musulmanes estan ejecutando su tactica favorita, la tornafuga, se retiran en falso para volver por los flancos y rodear a sus enemigos. Los caballeros cristianos, fuertemente estribados, ni siquiera pueden volverse para combatir la amenaza. Poco a poco son empujados y rodeados, y en una de estas el caballo de Sancho es herido. Una nube de enemigos se arremolinan en torno a Infante y ayo, Conde de Cabra.

Tuvieron que pasar muchas cosas por la cabeza de Ordoñez, si espolea su caballo: se salva; si desmonta y protege a Sancho: pintaran bastos. Claro, que debe de ser dificil volver a Toledo con la sangre de otro hijo que pierde.