capricornio escribió:Hombre, al ritmo al que va me veo con Aníbal de vuelta a África sin haber perdido nunca y lo que es peor, hasta ganando o haciendo tablas en Zama. Que mala suerte la del púnico, nunca pierde y al final terminan firmando una rendición y todo. Me recuerda esa frase posterior que reza "De victoria en victoria hasta la derrota final"
Pues sí. Si el mismo Polibio señaló que Anibal fue de vuelta a África sin haber sido derrotado nunca en Italia, supongo que es algo que no debiera sorprender. Por supuesto, en Zama fue derrotado y sobre eso no hay ninguna duda. La mala suerte debe ser la de loas romanos que, por lo que se pretende, estuvieron derrotándole una y otra vez sin que el historiador más reputado de la época se enterase. ¡¡Eso sí es mala suerte!!
Bueno, entrando en materia, creo que el debate sobre la 1ª batalla de Nola no estriba en la semántica de si yo he dicho "puesto en fuga" y Livio no lo menciona expresamente pero lo deja claro con su descripción al narrar la victoria romana y un abandono de sus planes y marcha de Aníbal tras el enfrentamiento.
Bueno, eso de que "lo deja claro" resulta un tanto subjetivo. El caso es que nunca dice que el ejército cartaginés fuera desbordado en modo alguno. Los planes de Anibal no eran -y Livio nunca dice que fueran- derrotar a Marcelo y tomar la ciudad, sino mantener ocupado a Marcelo y crear confusión para dar a sus partidarios la oportunidad de actuar. Y eso lo hizo. Él cumplió sus planes, y como al bando popular no actuó, se marchó
Por otro lado yo discrepo que porque sea en el terreno que hay delante de una ciudad no pueda ser calificada una batalla como campal. Los obstáculos del terreno pueden ser naturales o artificiales. En numerosas batallas se acaba luchando a las puertas del campamento enemigo, estructura igualmente artificial, y no por ello dejan de ser batallas campales. Otras veces la causa que limita o dificulta la maniobra es un bosque, un río o una elevación. En muchos de los casos que he descrito la presencia de la ciudad no es obstáculo para que los ejércitos formen y entablen batalla en el terreno situado entre esta y el campamento enemigo. De hecho no hay mención a apoyo desde los muros con escorpiones, faláricas o similares (en otros casos sí y evidentemente estaríamos hablando entonces de asaltos a ciudades más que de combate campal).
Estamos hablando de ciudades relativamente grandes en cuyo interior podían quedar miles de soldados fuera de la vista del enemigo dispuestos a salir en el momento oportuno. Por otro lado, los escorpiones solo se mencionan cuando causan "bajas famosas", pero es evidente que estarían apostados en todas las murallas.
Su visión de los fracasos de Aníbal para intentar tomar ciudades tampoco la puedo compartir. Livio describe como un sector ciudadano está dispuesto a facilitar el cambio de bando de la localidad mediante traición. En concreto planean cuando se produzca su salida, dejar fuera al ejército romano y no dejarlo volver a entrar, al tiempo que le dejan sin provisiones. Esto no lo pueden llevar a efecto porque Marcelo toma medidas una vez le informan de los planes de traición. Livio narra que Aníbal sospecha que el plan de los rebeldes nolanos es conocido y no se pone en práctica por miedo. Al no ver reacción de su quinta columna, se dirije a asaltar la ciudad con maquinaria de asedio confiando en que en esa situación de caos durante el asalto sus partidarios dentro puedan encontrar la oportunidad para proceder conforme a lo acordado y finalmente se logre la toma de la ciudad. El descubrimiento del plan no es culpa de Aníbal, pero sí el ser sorprendido durante su aproximación a las murallas y no prever que si sus aliados no actuaban era porque algo pasaba y le estaban preparando una sorpresa a las puertas de la misma.
Sorpresa que es puntualmente contrarrestada por el ejercito cartaginés, que detiene el avance de la primera salida por la puerta y, con toda seguridad, de las posteriores por los flancos. Pero, antes de la injustificada valoración personal final, he ahí el motivo de la aproximación de Anibal: dar la oportunidad de actuar a sus aliados. Se la dio, y ya está. Ellos no la aprovecharon así que él se fue.
En Cumas, Livio cita que la salida de los romanos hace huir hasta las tiendas a los cartagineses, afirmando textualmente que "ese día parecían más los cartagineses los sitiados que el sitiador". No habla de repliegue rápido de los defensores de la ciudad. Y esta condición de asediado sólo se explica si los persiguen. Pero bueno, creo que es lo de menos. A fin de cuentas Aníbal trata de tomar al asalto la ciudad y es rechazado. Y ante la negativa del enemigo a combatir en campo abierto, se retira, renunciando a la toma de la urbe. Ciudad que ambicionaba por ser puerto de mar, además de las ganas de desquite que tenía por haber destruido días antes Graco a un ejército de sus aliados campanos gracias a la información brindada por los cumanos.
No sabemos gran cosa sobre la situación interna de Cumas o sobre el motivo concreto de las acciones de Anibal allí. Evidentemente, nadie niega que Anibal fracasó en un buen número de intentos de tomar ciudades, fortalezas y plazas fuertes.
En mi opinión el asedio más espectacular de toda la guerra es el de Siracusa seguido de la toma relámpago de Cartago Nova. Sagunto no debía ser tan complicada cuando los Escipiones la capturan probablemente a finales de otoño del 214 a.C. tras la campaña del verano de Cneo por la Oretania y con una mención muy escueta de los historiadores.
Sin duda el asedio de Siracusa fue espectacular, pero no hay que olvidar que la ciudad no fue tomada porque los asaltantes fueran capaces de romper las defensas siracusanas, sino por traición -o puedes llamarla como quieras- que franqueo el paso libre a los romanos. Cartago Nova fue tomada -de forma muy extraña, pero no entremos de momento en eso- por encontrarse prácticamente sin defensores. El sitio de Sagunto es de los pocos que terminan al asalto. Y para apreciar la complicación del sitio de Sagunto basta con visitarlo.
Incluso Útica, con su bloqueo marítimo y terrestre, aparenta ser más complicado. O Tarento con su faceta naval y terrestre y el atrincheramiento en la ciudadela. El asedio, bajo mi óptica es el talón de Aquiles de Aníbal, y la fuente de una gran parte de los reveses de mayor o menor entidad que padece durante la guerra. Personalmente creo que el que le repitieran con éxito una y otra vez la estratagema de la salida en tromba por las puertas es significativo de que algo fallaba o de que no atinaba a encontrar una medida para contrarrestarlas.
Bueno, es que es la generosa lectura que usted realiza la que le lleva a pensar que la "salida en tromba" resolviera algo con especial éxito. Que el asedio es el problema fundamental del ejercito de Anibal es algo bastante evidente, pero, la verdad, no creo que se deba a otra cosa que a la situación estratégica global -y al estado del arte de la poliorcética en occidente en aquel momento.
Hay un comentario sobre las dificultades logísticas que soporta con el que no estoy de acuerdo. Precisamente, cuando Aníbal no posee apenas apoyos locales (218 a.C. hasta otoño 216 a.C. sólo en la Galia y tras la victoria en Trebia fundamentalemente), es cuando mayores muestras de genialidad y adaptación a las circunstancias demuestra.
En eso no estoy de acuerdo.
Si el genio de Anibal raya alto en la primera mitad de su "estancia italiana", no lo hace menos en la segunda. Mantener la capacidad operativa de un ejercito privado practicamente de suministros y de posibilidades de recibir refuerzas, encargarse de sustituir las bajas con reclutas entrenados y hechos soldados sobre el terreno y alimentarles y mantenerles invictos -sí duele, pero invctos- durante tantos años es una labor absolutamente extraordinaria.
Sin embargo, a partir de contar con importantísimos apoyos locales desde mitad del 216 y durante el 215 en Apulia, Campania, Lucania y Brucio (del que casi controla la totalidad excepto Regio) y las facilidades logísticas pertinentes, es cuando menos éxitos militares resonantes cosecha. No consta que salvo en el Brucio y algo en Campania, llegue a alcanzar un nivel de reclutamiento que le permita enfrentar a los romanos en más de dos sitios a la vez. Y esto es en gran parte gracias a la llegada de los refuerzos de Bomílcar desde Cartago en el 215. Buena parte de Campania se rebela a favor de Aníbal en 216, encabezada por posiblemente su ciudad más importante, Capua, por lo que en 215 aducir que fracasa en el sitio de Cumas por deficiente material de asalto, cuando sus aliados están bien cerca, no parece que sea el motivo.
¿Qué material de asalto tenía Capua para dejarle?
La falta de resonantes éxitos militares se debe al cambio definitivo de estrategia romana: nunca más batalla en campo abierto y entre las condiciones que Capua exigía para abandonar el bando romano estaba la de que ningún campano sirviera bajo órdenes cartaginesas. No resultaron ser unos grandes aliados, pero eso es algo que entonces no se podía saber.
Más bien habría que preguntarse por lo precipitado de su acción tras el combate de Hamas.
Aníbal destacó por la dificultad de derrotarlo contundentemente hasta Zama. En principio ninguno de los combates que señalo y en los que participa con saldo desfavorable, es una derrota total que le inhabilite completamente para seguir en campaña o deje su ejército aniquilado.
Tanto que el mismo Polibio nos dice que nunca fue derrotado hasta Zama. Y Nepote que no lo fue en campo abierto. Lo que me parece absurdo es pretender que un ejercito Romano supuestamente victorioso quede desarticulado como fuerza efectiva y que el ejército cartaginés, supuestamente derrotado con más de el doble de bajas, campe por sus respetos plenamente operativo. Es evidente que el derrotado es que ya no puede seguir luchando y el victorioso el que continúa con su actividad.
Y tampoco es algo rutinario pues hay años en que nadie le puede hincar el diente. Pero hay un hecho innegable y es que en el 215 a.C. la guerra adopta un punto de inflexión y Aníbal desde su máxima expansión comienza a perder terreno progresivamente en Campania, Samnio, Apulia, Lucania y el Salentino hasta ser confinado al Brucio desde 207 a.C. hasta su marcha de Italia. Y sus grandes victorias en batalla campal desde Cannas se limitan a las de Herdonea y Silaro en 212 a.C., contra ejércitos romanos que eran probablemente muy inferiores en número al suyo (de 18.000 y 16.000 hombres respectivamente) y 2ª de Herdonea (210 a.C.) contra otro ejército de magnitud también similar a uno consular.
Claro, porque los pocos romanos que se atrevían a enfrentarse a Anibal en campo abierto lo hacían en inferioridad numérica.
Y se olvidan esas batallas que atribuyes a Marcelo y compañía que fueron evidentemente ganadas por Anibal.
Respecto a un motivo para que Marcelo no ordene seguir hasta el campamento al enemigo en la 1ª batalla de Nola, sin dejar de ser una elucubración, a bote pronto se me ocurre que temiera adelantarse demasiado y dejar espacio para la maniobra de la superior caballería púnica propiciando así un contraataque por la espalda romana. Sería necesario conocer más en detalle la ubicación del campamento cartaginés, de los muros de la ciudad, del espacio en que se desenvuelve el combate y de la disposición de los combatientes para poder responder con más precisión. Pero lo cierto es que Livio indica esa huida dando la espalda.
Nunca he dicho que Livio no lo indique. Digo que su fuente se lo inventó. Que no pasó y que nada en el posterior desarrollo de los hechos hace pensar que pasara.
En relación a una deserción por dinero de los 1.300 jinetes númidas en la 2ª batalla de Nola es algo de lo que no se nos dice absolutamente nada, pero pareciera más lógico en ese caso hacerlo antes de la batalla o pactar su retirada o cambio de bando durante ella. No me veo a los númidas con tarifas de retirada el día antes y otras para el día después. El hecho de que se produzca dos días después apunta en la misma dirección de una derrota suficientemente significativa.
Si no mal recuerdo Livio señala expresamente que pudo deberse a querer ser mejor pagados o a desavenencias. Si se hubiera producido como consecuencia de la derrota, lo habría dicho. Así que el silencio de Livio en cuanto a esa posible motivo parece más bien indicar que esa derrota no se produjo.
La recogida de muertos bajo una tregua tácita yo la entiendo como algo espontáneo, no pactado, realizado por pequeños contingentes en una tarea en la cual no se molestan. Aunque si que es posible que la ofrenda de Marcelo tenga algo de efectista pues su rival sigue estando enfrente de la ciudad con un importante contingente y persiga no solo el gesto de agradecimiento celestial sino elevar además la moral propia y afectar a la del rival, al tiempo que se le provoca para tomarse una revancha. No obstante es indicativa de haber tenido un resultado favorable en el encuentro aunque la victoria pudiese ser todo lo mínima que imaginemos.
La cuestión es que si el ejército cartaginés fue derrotado -tal y como supone la narración de Livio- no hay tregua que tenga que dar, lo que tiene que hacer es pedir permiso. El hecho de considerar los propios romanos que están recogiendo a sus muertos por una tregua tácita de su enemigo indique que no creían haberle derrotado. De pensarlo así, los recogerían por derecho del vencedor.
Respecto al concepto de persecución este tiene dos ámbitos. Uno durante la batalla hasta el bastión del rival y otro tras la batalla acosando al ejército derrotado que se retira en formación de marcha. En este caso de la 2ª Batalla de Nola, por la descripción de Livio, la persecución hasta las cercanías del campamento es muy probable que ocurriera (aunque quizás no llegara a las puertas), mientras que la posterior campo a través sabemos que no tuvo lugar y es la que yo comparo con otros ejemplos de combates donde esto no sucede y que sin embargo son victoriosos para un bando. Como por ejemplo se viera también en Baecula, un ejército ganador no siempre sale tras el derrotado.
Bueno, Esa es una de las cosas que hace pensar que la narración de la batalla de Baecula está también un tanto "adornada"
No obstante, hay que insistir que las derrotas que describe Livio son limitadas y no dejan al general africano sin capacidad ni muchísimo menos. No se pueden comparar con las que este consigue en Tresimeno, Cannas o incluso Silaro. Pero si son indicativas de que a partir de cierto momento Aníbal deja de ser el general arrollador capaz de llevarse por delante cualquier ejército que se le presente.
8.000 muertos -y el número de heridos que le corresponda- es algo muy serio para un ejército. Por otro lado, hay que resaltar que las derrotas que describe Livio son incosistentes con su propia narración y sabemos que están expresamente contradichas por Polibio. Blanco y en botella.
Y por el contrario, los romanos le empiezan a plantar cara en batalla llevando en muchos encuentros el lado favorable. Le van tomando la medida. Coincido en la apreciación de que el hecho de que sus ejércitos no sean aniquilados en las situaciones desfavorables se debe a su buen hacer y la profesionalidad que su ejército siempre muestra. No es casualidad. Cuando él llega a Italia ya lo hace con mucha mili hecha en Hispania.
Evidentemente, los romanos lo hacen cada vez mejor. Pero aún así son incapaces de derrotarlo en Italia. Y si su ejército no es aniquilado es, principalmente, porque no fue derrotado y sus tropas no dieron al espalda huyendo al enemigo. Porque una vez un ejercito da la espalda y huye es muy difícil que no sea aniquilado.
Marcelo en Numistro en 210 y Canusio en 209, Cayo Hostilio Túbulo en la campiña Larinate en 207 y Nerón en Grumento y Venusio también en 207, también le ganan en batalla con los ejércitos desplegados en campo (aunque en Grumento estaban muy cerca de la ciudad y era Aníbal quien más próximo a los muros de ella estaba teniendo sus espaldas limitadas para la maniobra enemiga) o Publio Licinio Craso y Sempronio Tuditano en Crotona en 204.
Y el más reputado historiador de la historia de Roma, que llegó al extremo de visitar personalmente los sitios más destacados de la guerra. Cabe recordar que ya cuando habla del cruce de los Alpes Polobio nos dice
Polibio III, 48, 12 escribió:"Hacemos estas afirmaciones con una seguridad total, por habernos documentado sobre las operaciones a través de personas que tomaron parte directamente en aquellos sucesos ..."
Así que, teniendo en cuenta que el historiador que entrevistó personalmente a supervivientes de todos estos hechos de armas llegó a la conclusión de que Marcelo nunca había derrotado a Anibal, y que éste nunca había sido derrotado en Italia, no me queda otro remedio que considerar que todas esas versiones de Livio son falsas. Ni más ni menos.
Respecto al combate del paso de Tarracina, Livio describe dicho paso como una estrechura que cuelga sobre el mar, y a la cual los romanos "bajan" para bloquearla. Sin conocer el sitio, parece que se trate de una ladera que acabe sobre un estrecho camino paralelo a un acantilado. Ahonda más al describir el enfrentamiento del día siguiente como realizado con los romanos al abrigo de su empalizada, lo que induce a pensar que estos llegan a montar un campamento junto al punto más estrecho del paso. En esas circunstancias parece que Aníbal dió el combate que podía ofrecer porque literalmente no tenía espacio para maniobrar. El púnico intenta romper el bloqueo con su caballería y tras desgastarla acumulando más bajas que sus oponentes se da cuenta del error de intentarlo por ese sitio y da media vuelta.
¿Intenta asaltar una empalizada con caballería? No parece una reconstrucción demasiado realista ¿No?
El empleo de la caballería muy probablemente trate de arrollar a las fuerzas que cierran el paso. Un empleo a modo de cuña para abrir camino. Lo que implicaría una orografía también complicada para el despliegue de los defensores.
¿La caballería numida empleda para arrollar a infantería pesada en un ataque frontal? Ni la Gala ni la Íbera. Anibal nunca hizo nada parecido
El resto del ejército que venía encolumnado por el sendero, por la descripción realizada del lugar, posiblemente no tenía ninguna capacidad de despliegue por lo que más que no querer es que no podía hacerlo. Un enfrentamiento condicionado por la topografía del lugar y en el cual Aníbal, que ocupa la peor posición, tras ver lo inútil de su esfuerzo desiste.
¿Y sin llegar a desplegar la infantería ligera? ¿Los arqueros? ¿Los honderos? Es una reconstrucción algo extraña de un intento real de tomar un paso de montaña fortificado.
Yo no comparto la tesis de que cuando Aníbal pierde pequeños envites, lo hace para confiar a su rival el día después. Porque precisamente en la relación que doy hay muchos días después sin revancha. Ese argumento no vale para 17 años de guerra.
Bueno, lo que yo no comparto que perdiera ninguna de las batallas que refiere.
Respecto a la táctica de toma de ciudades de Aníbal con la participación de la quinta columna, en muchos casos, la existencia de esta fue el elemento catalizador que le empujó a la acción. Pero la ejecución de sus planes fue en numerosos casos muy deficiente. No se puede pretender que cuando se produce un fracaso este sea por culpa de los quintacolumnistas y con Aníbal no vaya la cosa. Porque él es el jefe militar que debe urdir el plan conjuntamente con los conspiradores. Un militar asume riesgos con sus decisiones y él lo hace al aceptar acercarse a una ciudad. No son favores o concesiones que el cartaginés haga a sus partidarios en dichas ciudades. Él es el primer interesado en que la ciudad caiga y restar así un aliado a sus enemigos.
Si la ejecución de los planes de los "quintacolumnitas" es deficiente, no es ni culpa ni responsabilidad ni nada de Anibal. Pretender que Anibal es derrotado porque la facción antiromana de una ciudad no consigue actuar es absurdo.
Por otro lado, desde el momento en que la mayor parte del sur de Italia y una buena de la Galia están en sus manos, el concepto de guerra debería haber variado notablemente. Ya no vale seguir presentándolo como ese general que acaba de entrar por los Alpes y debe recorrer el territorio sin capacidad de dominarlo y que debe saquear para sobrevivir. Y ese es uno de los fracasos estratégicos de Aníbal. No llega a destruir totalmente la capacidad bélica de los romanos (aunque en Cannas se queda cerca todo hay que decirlo) y en la guerra de dominio territorial tras Cannas termina perdiendo sus plazas poco a poco, con escasas conquistas de alguna nueva, y mostrándose incapaz de socorrer y evitar en la mayoría de los casos los asedios romanos a sus aliados. Aliados que excepto los galos y brucios, le aportan más bien poco a su esfuerzo bélico, a diferencia de los romanos que constituyen aproximadamente la mitad de los contingentes bélicos que ponen en juego.
Así es la vida. Para obtener defecciones Anibal debe conceder a las ciudades un trato que le impide emplearlas como los romanos usan a sus aliados. Evidentemente, pese a ello es necesario aceptarlas, ya que aunque no fortalezcan significativamente tu capacidad bélica debilitan la del enemigo... y cabe esperar que sean capaces de activarse militarmente cuando los romanos se muevan a por ellos. Por desgracia para Anibal -pero sobre todo para ellos mismos- no lo fueron.
En relación a las bajas, si sumamos los muertos que da Livio para el bando cartaginés en estas batallas y tenemos presente que los púnicos, aunque a un ritmo menor que los romanos, también incorporan gente nueva a sus filas, ya sea desde la propia Cartago con la expedición de Bomílcar en el 215, de sus aliados galos, de los brucios e incluso de los campanos, la cosa no da ningún balance disparatado. Entre Trebia y Cannas, en apenas año y medio, Aníbal incorpora del orden de entre 15 y 20.000 hombres. Si vemos el goteo de bajas que le atribuye Livio año a año, este balance es aún más sencillo de ir reponiendo y mantener la operatividad de un ejército o dos. Sus bajas en los mismos oscilarían de acuerdo al historiador romano desde unos pocos centenares hasta un máximo de 8.000.
Entre Trbia Y canas Anibal incorpora un gran número de Galos, pero los galos se acaban ahí. A partir de Canas -6.000 muertos- y si tomamos las cifras que ha dado, tenemos más de cuarenta mil bajas -sin tener en cuenta esas batallas con "muchas bajas" y las que tuvo en las batallas que ganó, y en las guarniciones que perdió y los heridos etc, etc...- decir que reponer más de cincuenta mil hombres para un ejercito es una cosa sencilla parece más una broma que otra cosa.
En relación a la persecución de Marcelo del año 210 tras la 2ª batalla de Herdonea saldada con el destrozo del ejército del procónsul Cneo Fulvio Centúmalo y su continuación en 209 hasta el encuentro de Canusio, esta es bastante agobiante y absorbente para Aníbal pues no puede llevar a cabo ninguna otra acción militar mientras es perseguido. Y pese a su bien ganada reputación como general, no es capaz de derrotar a Marcelo en estas batallas excepto el combate favorable del segundo día de la batalla de Canusio.
Esta batalla, por la duración dada por Livio de tres días seguidos combatiendo, y la retirada del púnico a su feudo del Brucio y la parada de Marcelo a reponer a sus tropas del desgaste de la batalla, debió suponer una merma importante para ambos. El retroceso de los púnicos hacia el Brucio provoca según Livio nuevas rendiciones a los romanos de localidades rebeldes en el territorio de los Hirpinos, Lucania y entorno de Volcei e incluso ofrecimientos en el propio Brucio. Cosa poco probable de haber sido Aníbal el ganador del combate.
Evidentemente, a pesar de derrotar a Marcelo el ejercito de Anibal debió sufrir las consecuencias de una dura batalla. Pero las que sufre un ejercito victorioso, no la absoluta falta de operatividad para el resto de la campaña que acompañan a un ejercito no solo derrotado, sino evidentemente descalabrado.
Como ya he comentado, Polibio nos dice que se entrevistó personalmente con personas que participaron en los hechos y también nos dice que Marcelo nunca derrotó a Anibal. A Marcelo le echaban en cara en Roma haber sido -una vez más- derrotado por Anibal. El ejército de Marcelo quedó incapacitado para la acción ¿Qué más hace falta?
Por otra parte, lo que no es lógico en absoluto es que si Aníbal ha llegado a Canusio para apoyar una revuelta contra los romanos de la ciudad, se produzca una serie de combates durante tres días en los alrededores de esta, resulte ganador, y no solo que la gente no se rebele pese a verle triunfante, sino que el que se retire sea el ganador que había venido a tomar la ciudad. Y encima el perdedor retenga la posesión de la misma. La verdad es que eso no tiene sentido. Otro tema es que si combaten tres días seguidos es porque ninguno de los dos ejércitos ha conseguido hasta el último día una superioridad manifiesta y conservan una alta capacidad combativa. Y que esa victoria se logre con grandes bajas (al menos los 5.000 hombres en el 2º y 3er día que cita Livio, lo que equivale a algo más de una legión de las 4 de las que consta un ejército análogo a uno consular. O sea, rondando el 25% de tropa combatiente muerta. Si añadimos heridos, el panorama no debió ser muy boyante). Durante el verano Marcelo se mueve dentro de Apulia de Canusio a Venusio acercándose a Lucania. Tras Canusio y liberado de la persecución de Marcelo, una vez en el Brucio a Aníbal se le conoce su participación victoriosa en la batalla en torno a Caulonia (al este de Locri), donde un contingente de 8.000 mercenarios venidos de Sicilia a reforzar la guarnición de Regio, estaba cercando esta ciudad del Brucio. Pero no ningún otro movimiento a sus anchas por otras zonas de Italia. Aníbal se queda en el Brucio.
Que Las bajas debieron ser importantes, no creo que pueda discutirse; que las romanas muy superiores incapacintando para la acción es reconocido por el propio Livio; que el ejercito de Anibal aún era capaz de entrar en combate y vencer de forma casi inmediata tras las batallas contra Marcelo los dicen los hechos. Creo que es evidente cual ejercito fue el derrotado.
No olvidemos que la acusación a Marcelo del tribuno de la plebe Cayo Poblicio, también cuenta Livio que se dirige contra todos los nobles que tras diez años de guerra son incapaces de derrotar a Aníbal, añadiendo que este ha vivido más en Italia que en Cartago, o que Marcelo está de veraneo en Venusio y finalmente se salda con la reelección de Marcelo como cónsul tras su defensa, no lo olvidemos.
El caso es que el propio Livio nos dice que le achacan haber sido derrotado -en esas batallas que Livio dice que ganó- y Marcelo no consta que dijese "pero si he vencido a Anibal". Supongo que, de haberlo hecho, es lo menos que podría haber dicho. Y la referencia al "veraneo" de Marcelo es debida al hecho de haber tenido que retirar un ejercito del campo en pleno verano. Un ejercito, obviamente, derrotado, cabría decir.
Y de segundo cónsul su lugarteniente en el asedio de Siracusa, Quinctio Crispino. No termino de imaginar un cónsul elegido como premio a una derrota importante en batalla. Y si ha demostrado incapacidad frente a Aníbal, ¿por qué lo mantienen en Venusio en el ejército consular que se encuentra más cercano a Aníbal que además es el mismo al que se supone ha llevado a la destrucción en Canusio? Evidentemente estos hechos lo que refrendan es la fé total en Marcelo como el hombre que puede derrotar definitivamente a Aníbal. Y le ponen de colega de Consulado a alguien de su confianza. Y dicha adhesión casa mal con un Marcelo derrotado ampliamente.
Es elegido por toda su trayectoria, no por una inexistente victoria que él no reclama. Eso es lo que dice Livio. En cuanto al comportamiento de los votantes en unas elecciones ante un héroe nacional vapuleado que narra su amplia carrera de servicios a Roma y su impresionante lista de logros... pues vete a saber.
Su muerte en la posterior emboscada de Venusio impidió que se llegase a producir otro encuentro comandado por él contra el general cartaginés. A mi juicio, lo que describe Livio del problema con el tribuno de la plebe, es que a Marcelo lo acusa un demagogo. Porque supongo que estaremos de acuerdo en que Marcelo lo último de lo que se le puede acusar es de estar en la guerra de veraneo.
Pues hombre, cuando ha tenido que retirarse en plena campaña -en pleno verano- porque su ejército no podía seguir operando la acusación, por mucha mala baba que tenga -y que será de lo que se valió Marcelo para dar la vuelta a la tortilla- no es totalmente gratuita. En todo caso, no olvidemos que se acusa a Marcelo de haber sido derrotado dos veces más por Anibal, y que nadie dice que eso no sea cierto. Ni tan siquiera el propio Marcelo.