What if? La Victoria del Eje

Los Ejércitos del mundo, sus unidades, campañas y batallas. Los aviones, tanques y buques. Churchill, Roosevelt, Hitler, Stalin y sus generales.
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Luis M. García
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Mensaje por Luis M. García »

[quote="Gaspacher"]Con el fin de orientar de nuevo a los que hayan perdido la noción del tiempo…

… va por ti estimado Luís M Garcia

quote]

:oops:

Un honor sin duda inmerecido, que paladearé con fruición.

Dankeschen!

Saludos.


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Gran Khan
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Mensaje por Gran Khan »

Impresionante, realmente impresionante. Podríais escribir un libro con toda esta historia alternativa. Me tenéis totalmente enganchado.

Espero ansioso el siguiente acto.


Gaspacher
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Mensaje por Gaspacher »

ÁFRICA ORIENTAL I


Durante el año transcurrido desde la entrada en la guerra de los EEUU, el flujo de refuerzos y materiales norteamericanos hacia los distintos teatros de operaciones había sido constante. En Kenia, los restos de las divisiones británicas derrotadas unos meses antes, habían visto llegar ingentes cantidades de material y reemplazos que sirvieron para rearmarles y elevar su moral, así como 9 divisiones norteamericanas, de las que 3 eran divisiones acorazadas. Sin embargo la instrucción de los norteamericanos dejaba mucho que desear, y muchas de las unidades se habían visto forzadas a completar su adiestramiento en la propia zona de operaciones. Junto a estas unidades de combate, habían arribado a Mombasa verdaderos ejércitos de ingenieros y unidades de construcciones, que durante 10 meses habían adecuado el puerto de Kilindini, y construido importantísimas infraestructuras logísticas en la capital. Desde dicha ciudad logística, capacitada para soportar las operaciones de un ejército de más de 20 divisiones y 300.000 hombres, partían nuevas carreteras rumbo al norte y al noroeste, acercando así los suministros a las líneas del frente.

Afortunadamente las fuerzas del EJE se habían detenido tras la liberación de las fuerzas del Duque de Aosta y el AOI, limitándose tras esta operación a la conquista del Sudán, sin duda para proteger su flanco e impedir operaciones blindadas desde allí. Aun así los rifirrafes en la zona fronteriza habían sido continuos, generalmente protagonizados por choques de las diversas patrullas que recorrieron constantemente una zona de unos 50km de longitud que formaba la tierra de nadie. En estos choques, en los que ninguno de los bandos buscaba el enfrentamiento, las tropas norteamericanas se habían comportado con corrección pese a su bisoñez, sin embargo su verdadera valía aun estaba por probar. Pronto tendrían su oportunidad.

A finales de 1942 era en el aire en donde los aliados habían obtenido mayor ventaja, pues si bien el dominio aéreo del EJE había sido absoluto entre verano del 41 y otoño del 42, sobre todo porque con la inminente invasión de las islas británicas habían dejado de recibir refuerzos y suministros, siendo agravada la situación tras la caída de las islas. No sería hasta mediados del 42 cuando gracias al apoyo norteamericano habían logrado disputar de nuevo el control de los cielos, sin embargo sus noveles pilotos sufrieron graves pérdidas frente a los veteranos pilotos ítalo-alemanes. Sin embargo gradualmente, el numero y la calidad de los aparatos aliados empezó a imponerse, al mismo tiempo que sus pilotos iban adquiriendo al veteranía necesaria para desempeñarse de forma eficiente frente a sus contrapartes. Hora a finales del 42 los aviones del EJE se contentaban con patrullar sus propias líneas, protegiéndolas de las incursiones de los aviones aliados, y lanzar ocasionales incursiones nocturnas para bombardear un cada vez más protegido puerto de Kilindini o algunas de las vías de comunicación que partían desde él hacía el interior.

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A principios de 1943 Italia dominaba completamente el Africa Oriental.

Mientras los germano-italianos no habían permanecido ociosos. Miles de zapadores italianos habían trabajado día y noche auxiliados por ingenieros alemanes para construir una carretera y una vía férrea entre la presa de Aswan y el AOI, siguiendo para ello las viejas rutas de los ferrocarriles ingleses, cuyas vías fueron reparadas, sustituidas, complementadas, o adecuadas según las necesidades. Sin embargo esta labor fue obstaculizada ocasionalmente por las acciones de los comandos británicos, que realizaron una gran labor al incursionar y destruir repetidas veces las vías férreas y algunos otros objetivos menores, obligando a las fuerzas italianas a destinar grandes cantidades de tropas a la protección de estos objetivos. Más al este, los suministros eran enviados por mar, para ser descargados en los diversos puertos del mar Rojo y la costa indica ahora en poder italiano. Sin embargo esta ruta no estaba exenta de peligros, pues los submarinos británicos se aventuraban en las aguas costeras para tratar de impedir dichos envíos, peligro al que se sumaban las incursiones de los portaaviones. Por ello los italianos se habían visto obligados a dispersar un buen numero de cazas por diversos aeródromos de la costa, donde apoyados por una unidad de cazabombarderos Me bf-110D alemanes, y diversos hidroaviones y aviones de reconocimiento, patrullarían la costa.

El despliegue aliado no había pasado desapercibido a los alemanes, que preocupados por el constante fortalecimiento de las fuerzas enemigas habían demandado constantemente una nueva división panzer y cuantas unidades alemanas pudiesen reunir, incluyendo un fortalecimiento del poder aéreo. Sin embargo sus ruegos habían sido desatendidos, y tan solo habían recibido un nuevo batallón de cazacarros de 50mm en noviembre, y habían visto como la mayor parte de los Ju-87 de la STG I eran sustituidos por Fw-190A4 antes de ser enviados a Rusia. Con una situación que se decantaba rápidamente hacia los aliados, el general Crüwell, comandante en jefe de las fuerzas alemanas en el AOI, y jefe del DIAK, ejército acorazado germano-italiano, compuesto por la 15ª división panzer, las acorazadas Ariete, y Littorio, y las motorizadas Trento y Trieste, se preparo para atacar pese a contravenir los deseos del comandante italiano.

Las fuerzas del EJE directamente implicadas en el frente sur (habían más unidades en las costas y el interior del AOI) ascendían a:
italianos; 181.000 soldados. 250 M-13, 150 Crusader, 21 M-15
alemanes; 20.000 hombres, 240 panzer, 45 pzjgI y StuG III.

Las fuerzas aliadas;
6 divisiones británicas; 120.000 hombres, 350 M-4 Sherman, y 120 M-3 Lee.
9 divisiones norteamericanas; 150.000 hombres, +560 M-4 Sherman, 90 M-3 Lee.


A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Mensaje por Gaspacher »

ÁFRICA ORIENTAL II

Desde su cuartel general en el frente, el general Crüwell había observado detenidamente la disposición de las fuerzas aliadas, que habían situado al 8º Ejército británico en la costa, donde sus 6 veteranas divisiones protegían la ruta más probable de ataque alemán, pues se trataba de la más cercana a sus bases de suministros. Mientras las numerosas fuerzas norteamericanas se extendían más al interior, si bien entre ambos ejércitos existían una brecha que los alemanes tratarían de aprovechar. Desgraciadamente para Crüwell, tan solo podría contar con las fuerzas alemanas para su intento, pues el general Rodolfo Grazziani se negó a nuevas ofensivas.

En Mombasa, el alto mando aliado había identificado las rutas más probables de ataque alemán, la primera y más probable por las facilidades de avituallamiento era sin duda al ruta costera, pues en ella confluían varías precarias carreteras y disponía de varios puertos en los que los transportes italianos descargaban habitualmente pese a los esfuerzos de los submarinos aliados por impedirlo. La segunda de ellas, mucho más al interior, partía desde Juba, ciudad en la que confluían diversas carreteras de tierra y cerca de la cual acababa la antigua vía férrea británica, en la ciudad de Waw. Sin embargo entre el 8º Ejército y el 2º Ejército norteamericano había quedado una zona mal defendida de 80km aproximadamente, sería allí donde las fuerzas alemanas descargarían su golpe.

Tras aproximarse a las líneas norteamericanas situadas en Marsabit durante la noche, las tropas alemanas se lanzaron al ataque al amanecer librándose duros combates que solo la artillería norteamericana lograría decantar a su favor. Inmediatamente las fuerzas norteamericanas contraatacaron por medio de un regimiento de carros de combate M-3, sin embargo el ataque y posterior retirada había sido una treta del mando alemán, pues pronto dichos carros cayeron en la trampa tendida por numerosos Pak alemanes apoyados por el batallón de cazacarros, que destruyo casi completamente a este regimiento. Mientras, en los cielos los alemanes habían pasado a la ofensiva por primera vez en 3 meses, mediante numerosos cazas Fw-190 A3 que despegaron al amanecer para atacar los aeródromos norteamericanos, que sufrieron la destrucción de 32 aviones en tierra ante el sorpresivo ataque. Tras este ataque en el que los propios alemanes perdieron 4 aparatos, los combates aéreos se generalizaron sobre las cabezas de las fuerzas que luchaban en tierra.

Tras la destrucción de las fuerzas blindadas norteamericanas, la 15ª división panzer atacó en dirección suroeste con todo su poder, logrando perforar las ahora desmoralizadas defensas norteamericanas. Este ataque puso inmediatamente en peligro a las baterías de 75mm que tan acertadamente habían combatido unas horas antes, que no tardaron en ser arrolladas por los panzer facilitando así la ruptura de las líneas aliadas. Pronto la 1ª división blindada norteamericana se lanzó a la batalla en un intento de contener a los panzer, sin embargo estos, hábilmente apoyados por los antiaéreos de 88mm que avanzaban junto a ellos, rechazaron a los blindados norteamericanos en 3 ocasiones causando la destrucción de 136 carros norteamericanos. Tampoco la infantería salió mejor librada, pues su deficiente atrincheramiento jugo en su contra y fueron rápidamente sobrepasados por los panzer y la infantería germana. Cuando finalmente las fuerzas alemanas se detuvieron brevemente ese día, las perdidas norteamericanas ascendían a 4.620 hombres, 167 carros de combate, 31 cañones, y 393 vehículos.

Al día siguiente mientras la 15ª división panzer continuaba sus ataques en dirección suroeste, un grupo de combate formado alrededor del batallón de cazacarros, reforzado por varias compañías de infantería y varios cañones de 88mm, se desplego hacía el sur para proteger el flanco de estas fuerzas. Pronto este grupo de combate se vio envuelto en duros enfrentamientos con las fuerzas norteamericanas, que fueron rechazadas de nuevo hacia el este con graves bajas. Mientras, la división italiana Trento, que se había sumado al ataque gracias al éxito logrado el día anterior por los alemanes, llegaba a la población de Marsabit al pie del volcán del mismo nombre, donde expulsaron a los norteamericanos, permitiendo a la 15º panzer virar por fin hacia el sureste. Al atardecer, y mientras los combates proseguían en todo el frente, los panzer habían abierto una brecha de 45km entre las fuerzas norteamericanas y las británicas, y ahora amenazaban con cercar a estas últimas con su decidido impulso hacía la costa.

El tercer día de ofensiva, el alto mando norteamericano lanzo decididamente a la 1ª división acorazada al combate con el propósito de impedir el avance alemán, sin embargo la rapidez del avance germano, y la descoordinación de sus propias fuerzas inutilizo sus intentos. Para empeorar las cosas a media tarde, las fuerzas norteamericanas que se dirigían hacia el noroeste por la nueva carretera que atravesaba el valle del Rift, fueron sorprendidos por los panzer que marchaban hacia el este, y que uno tras otro giraron sus torretas hacia el sur para abrir fuego sobre ellos. Las fuerzas aliadas, encajonadas entre las rocas volcánicas, sufrirían fuertes bajas viéndose obligadas a retroceder.

No sería hasta el 4º día de la ofensiva cuando las fuerzas norteamericanas lograrían por fin ejercer una defensa coordinada al sureste de Dabad, donde con el apoyo de varias baterías de artillería y la decidida defensa del 13 regimiento blindado, frenaron a los panzer. Este hecho, unido a la creciente presión de las fuerzas aéreas aliadas, que por fin estaban decantando la batalla aérea a su favor, impulso al general Crüwell a volar él mismo en un Fieseler Storch a primera línea para inspeccionar sus posibilidades de continuar la ofensiva. Sin embargo en un error de identificación su piloto aterrizo junto a una posición norteamericana que había confundido con fuerzas italianas, provocando su captura.

La pérdida de su comandante, y la negativa del mando italiano a comprometer más tropas en la batalla convencieron al general Von Thoma de la inutilidad de sus esfuerzos, ordenando esa misma noche el regreso a sus posiciones de partida. La victoria había sido pese a todo inapelable, habiendo causado 20.000 bajas y destruido 234 carros, 893, camiones y blindados, 46 cañones y 81 aviones, sufriendo la pérdida de 4.000 hombres, 43 panzer y 64 aviones propios.

Faltos de un general que dirigiese a las fuerzas alemanas, el alto mando alemán designo poco después al Mariscal Erwin Rommel para ocupar ese puesto, cediendo el mando del Grupo de Ejércitos del Cáucaso a Manstein. Mientras el presidente Roosevelt no se quedaría quieto, pues inmediatamente reformo a las derrotadas fuerzas poniendo al frente del II cuerpo blindado al mucho más agresivo general, George S. Patton.


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Mensaje por Gaspacher »

LA SITUACIÓN A PRINCIPIOS DE 1943

La situación a principios de 1943 distaba mucho de estar clara, y aunque las fuerzas del EJE habían sufrido varios reveses en Guadalcanal, y Moscú, distaban de haber sufrido una verdadera derrota.

En Persia, el Mariscal Albert Kesselring había tomado el control de las defensas orientales del Reich, construyendo una poderosa línea de fortificaciones apoyada en las montañas de la zona con la que proteger los vitales pozos petrolíferos iraníes. Para ello dispuso en un principio del 14º Ejército, 6 divisiones que pese a todo bastaron para realizar la labor al carecer de un oponente al otro lado de la frontera. Frente a ellos no sería hasta principios del 43 cuando por fin los aliados lograrían prestar atención a la frontera occidental de la India, tras lograr contener a los nipones en Birmania. Pronto las fuerzas en la zona aumentaron rápidamente pasando de contar con 2 divisiones británicas reforzadas por fuerzas auxiliares, a recibir 9 divisiones norteamericanas, cuyas unidades de ingenieros empezaron a trabajar para mejorar las carreteras hacia el oeste de inmediato, pues las débiles infraestructuras de la zona deberían soportar las operaciones de sus fuerzas a muchos kilómetros de sus puestos de partida. Pero para entonces los propios alemanes estaban enviando ya al 2º Ejército de montaña y sus 4 divisiones a la zona, además de un panzerkorps formado por la 7ª panzer y la 90ª división ligera. Mientras el X Fliegerkorps ofrecía un poderoso apoyo aéreo que ya estaba siendo discutido por los aviones aliados.

Al norte de Persia todo el Cáucaso estaba en poder nazi tras el avance de Rommel el verano anterior, estando ahora protegido por el Grupo de Ejércitos Sur de Rundstedt que se extendía principalmente a lo largo del río Don, aprovechando el poderoso obstáculo que suponía para la defensa. 7 Ejércitos alemanes, y rumanos con los que se completaban las 60 divisiones asignadas a este frente, que pronto sería apoyado por las primeras unidades ucranianas. Estas fuerzas contaban con la 4ª Luftflotte y el GAL rumano para su protección, así como con los aparatos italianos del CIR. Frente a ellos los soviéticos trataban de reforzar el frente en previsión de ulteriores avances hacia Stalingrado, aunque de momento carecían de armas, municiones y equipos, además de contar con una clara inferioridad aérea.

El grupo de Ejércitos Centro era el peor parado sin lugar a dudas, pues había sido duramente castigado por la ofensiva de invierno soviética que había dejado a importantes fuerzas rodeadas, y estaba sufriendo graves problemas con los partisanos en la retaguardia. Sin embargo las fuerzas germanas estaban preparándose para atacar de nuevo en la zona para revertir las tornas y lograr volver a llevar el frente a su posición original. Los rusos por su parte dedicaban todo su esfuerzo a preparar la defensa en esta zona, pues el entrante hasta Moscú era el punto más peligroso de todo el frente y su caída podía suponer la pérdida de cientos de miles de hombres.

En el Grupo de Ejércitos Norte todo marchaba a la perfección para los alemanes, pues todos sus objetivos se habían cumplido rápidamente. Leningrado estaba sitiado, y era bombardeado con asiduidad por la Luftwaffe, las líneas alemanas descansaban sólidamente establecidas en las orillas orientales de diversos lagos y ríos como el Volga, y sus tropas habían dispuesto de muchos meses para trabajar en sus fortificaciones defensivas con la ayuda involuntaria de los habitantes de la zona. Frente a ellos las fuerzas rusas pasaban por malos tiempos, pues 15 divisiones permanecían aisladas en la Carelia oriental, dependiendo únicamente de los suministros que les pudiesen llegar a través de bosques que carecían de cualquier infraestructura digna de mención.

Mientras el frente del este hervía de enfrentamientos, el frente occidental suponía un añorado descanso para las tropas alemanas, que esperaban ansiosas su relevo por tropas procedentes de aquel frente. Gran Bretaña, Noruega, o Islandia eran permanecían en calma y bajo el total control de las fuerzas alemanas, salvo la ocasional actividad guerrillera en la primera de ellas. Las costas españolas mientras tanto habían permanecido a salvo de operaciones aliadas tras el fallido intento de conquista de Gran Canaria, tiempo que estaba siendo aprovechado para fortificar decididamente las islas Canarias, y el estrecho, lugares en los que se estaban instalando poderosas baterías de artillería costera extraídas de los buques hundidos en Gibraltar principalmente. Por su parte el ejército español continuaba siendo reforzado por las capturas de material soviético y en menor medida por las construcciones propias.

En el mar sin embargo se libraban duros combates contra las fuerzas aliadas en la costa Este norteamericana, donde el progresivo aumento de la instrucción de las tripulaciones norteamericanas se había empezado a notar tras un primer año dorado para los U-boot. Ahora, con la ayuda de la Royal Navy, por fin estaban empezando a acabar con los U-boot alemanes pese a que la obstinación en navegar en solitario lastraba la protección de sus mercantes. También en el Índico la lucha submarina continuaba en toda su crudeza, si bien allí la peor parte se la habían llevado los submarinos italianos, cuya mayor contribución había sido la de minar las costas de la India y el África Británica mientras los U-boot llevaban el peso de las operaciones ofensivas.


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Mensaje por Gaspacher »

ALBERT SPEER

Tras la muerte de Fritz Todt en un accidente aéreo el 8 de febrero de 1942, Adolf Hitler había puesto el ministerio de armamento y producción bélica en manos del arquitecto Albert Speer, uno de sus hombres predilectos, que acepto con la promesa de poder regresar a la arquitectura al fin de la guerra.

Las nuevas responsabilidades de Speer pasaron a ser enormes, pues debía controlar, racionalizar, y fomentar la producción de armas para las tres ramas de la Wehrmacht, por lo que un trabajador incansable como Speer trabajo sin descanso para lograr cubrir las necesidades de los ejércitos. Necesitado de mano de obra pronto reclamo la ayuda de las SS, que empezaron a deportar cientos de miles de personas rumbo a los campos de trabajo del III Reich, en los que pronto millones esclavos trabajaron para beneficio alemán en precarias condiciones. Sin duda los más perjudicados en estas primeras fases, hasta la invasión de la URSS poco después serían los polacos, de los que varios millones acabaron engullidos rápidamente en Alemania. Trabajando en condiciones infrahumanas hasta el agotamiento, y acuciados por enfermedades, cientos de estos esclavos morirían cada día. Sin embargo nada de esto importaba para los cabecillas del Reich, cuya única preocupación era aumentar la producción de sus industrias, objetivo que cumplieron con creces.

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Albert Speer ´desempeñaría una gran labor como ministro de armamento y producción, sin embargo decenas de miles de esclavos fallecerían en las sombras.

En el frente del este la organización Todt, cuyo control también había sido asumido por Speer, emplearía a millones de bielorrusos y ucranianos para construir una monumental línea de fortificaciones entre el Mar Blanco en el ártico y el Caspio. Esta obra, iniciada tan pronto fueron llegando las unidades a sus objetivos a lo largo del verano y otoño del 42, tan solo sería interrumpida por la llegada del invierno y la posterior irrupción del ejército soviético en su ofensiva para liberar Moscú, sin embargo serían reanudadas de nuevo con la llegada de la primavera.

Pronto conforme la guerra en el este evidenciaba la obsolescencia de algunas de las armas empleadas hasta entonces, se tomarían nuevas decisiones para adecuar el armamento utilizado. Así la se decidiría sustituir los débiles panzer 38T por los más eficaces panzer III, y sobre todo los panzer IV, cuyo tamaño los hacía adecuados para recibir nuevas mejoras que los fuesen actualizando. Sin embargo las industrias checas revestían de gran importancia y sus barcazas se habían demostrado sumamente fiables, por lo que se decidió dedicarlas a la construcción de nuevos cazacarros como el Marder, por lo que pronto se les adaptaron cañones de 75 y 76.2mm.


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Luis M. García
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Mensaje por Luis M. García »

mmmm! Rommel y Patton frente a frente en África Oriental, ay pillastre! Ya veremos como sales de tal aprieto. :mrgreen: :wink:

Saludos.


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Mensaje por Gaspacher »

Con saliva y paciencia…

La lástima es que sergiopl ya no se pase por estos lares :cry:


EEUU

Durante el año transcurrido desde la entrada en la guerra, Estados Unidos había sufrido una enorme transformación en al que la sociedad se había galvanizado para dar nuevos impulsos a sus industrias y ejércitos.

Con las industrias norteamericanas a resguardo, pronto su gran capacidad industrial empezó a rendir frutos produciendo miles de carros de combate, cañones y buques. Alejados de las florituras y las excentricidades de la Alemania nazi, los EEUU se contentaron con modelos de carros como el M4 Sherman que, sin ser equiparable a los nuevos carros alemanes y rusos, poseía una alta calidad y podía ser fabricado rápidamente y en grandes cantidades. De igual forma sus fuerzas aéreas pronto recibieron grandes cantidades de aviones, primero los Curtis P-40, e inmediatamente los nuevos NA P-51, que pronto formarían la espina dorsal de la USAAF. Sin embargo donde más se constato la potencia industrial norteamericana sería en la construcción naval.

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La industria norteamericana demostraria su poder poniendo en servicio grandes cantidades de materiales en poco tiempo.

Forzados a librar una guerra en números frentes alejados de sus costas, los requerimientos de la US Navy y el USCG crecieron sin cesar para poder acometer sus misiones, por lo que pronto empezaron a recibir un gran número de destructores y fragatas para combatir la principal amenaza, los submarinos. En primer lugar combatir la amenaza de los U-boot en sus propias aguas, donde los sumergibles germanos se adentraban casi sin oposición. Las rutas del Atlántico requerían asimismo importantes esfuerzos, y consumían decenas de naves de patrulla y escolta. En el Índico los sumergibles alemanes e italianos constituían una amenaza que costaba decenas de naves al mes, poniendo así en peligro las rutas de suministro a la India. En el Pacifico el avance nipón, y la Armada Imperial suponían un grave problema para la flota de superficie, y su control de las islas y los campos de aviación que habían establecido en ellas lastraban todas las operaciones futuras de su armada. Todas estas construcciones palidecían sin embargo frente a los nuevos portaaviones.

Pese a que los astilleros norteamericanos habían empezado a construir un gran número de destructores, y fragatas, así como cientos de motonaves con las que reponer las pérdidas ocasionadas por los U-boot, eran los nuevos Reyes del Mar los que más descollaban entre sus construcciones. Desde poderosos portaaviones capaces de operar y exportar el poder aeronaval a ligeros portaaviones de escolta, decenas de cascos se pusieron en grada para iniciar la construcción en masa de 24 portaaviones clase Essex y 12 portaaviones de escolta clase Independence. Mientras, numerosos mercantes fueron transformados para dar lugar a 4 portaaviones de escolta de la clase Charger o 21 de la Bogue, a los que pronto habrían de seguir 50 de la clase Casablanca. Pronto empezó a tomar forma la que sería una impresionante fuerza aeronaval.


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Mensaje por Gaspacher »

Dedicado a sergiopl, que ha dado señales de vida aunque haya sido MP mediante :twisted:

URSS

La invasión alemana de la URSS había obligado a su gobierno a desmontar sus industrias, situadas mayoritariamente en las pobladas regiones de la Rusia y Ucrania europeas, y trasladarlas más al este, al pie de los Urales e incluso más allá. No todas las industrias lo lograrían, sobre todo en el Báltico, donde el rápido avance germano completo el cerco de Leningrado en solo un mes, gracias principalmente a los desembarcos realizados a espaldas de los defensores soviéticos. Así se perderían en algunos casos ya desmontadas y cargadas en convoyes ferroviarios, importantes industrias como la fabrica 185 de Kirov en Leningrado, que producía los cañones del T-34. De todas formas estas pérdidas fueron mayoritariamente una excepción, y pronto las industrias evacuadas empezaron a ser montadas de nuevo en sus emplazamientos, entrando algunas de ellas en producción ese mismo otoño.

Sin embargo el mayor problema al que se enfrentaban las industrias soviéticas a principios de 1943 era la falta de combustibles, pues a la pérdida de los campos petrolíferos del Cáucaso se sumaban los constantes bombardeos de los campos petrolíferos kazakos. De todas formas este sería un problema a medio plazo, pues de momento las industrias aun contaban con reservas y siempre podían recibir envíos de sus nuevos aliados occidentales, aunque la ruta entre los puertos del pacifico y el frente fuese demasiado larga y dependiese de una única vía ferroviaria.

A esta falta de combustible, se sumaba la acción de los nuevos bombarderos estratégicos He-177 de la Luftwaffe, que estaban atacando sistemáticamente las ciudades situadas dentro de su radio de acción de más de 1.500km. Desde bases situadas al este de Moscú, y empleando la seguridad otorgada por la noche y la ausencia de radares y de caza nocturna soviética, los bombarderos estratégicos alemanes atacaron noche tras noche importantes objetivos de la industria soviética. De esta forma ciudades en las que se habían radicado nuevas industrias como Perm, situada a más de 800km del frente, Cheliábinsk también llamada Tankograd por su importancia en la producción de carros de combate, situada a 1.100km, o Ufa, situada a más de 1.000km, fueron repetidamente bombardeadas. De esta forma y pese al escaso número de bombarderos alemanes, las industrias, y las vías férreas rusas sufrirían importantes daños. Estas ciudades, junto a Syzran y Klubyshev serían por su importancia como ejes del Transiberiano, los objetivos principales de la Luftwaffe, recibiendo cada una de ellas varios bombardeos por parte de los aviones alemanes. Mientras otras ciudades situadas fuera de la ruta del transiberiano sufrirían menos ataques, aun así ciudades como Gorki, Arjanguelsk, Kazan, o Saratov, serían seriamente dañadas por su alto valor Industrial, lo que obligo a desmontar nuevamente sus industrias para su envío al otro lado de los Urales.

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Tras unos inicios problemáticos, el He-177 se revelo como un prometedor bombardero estratégico que logro grandes éxitos pese a su escaso número.

Estos problemas acabaron afectando negativamente a la capacidad industrial soviética, que no lograría estabilizar su producción hasta bien entrado el año 1943, sin embargo no dejo de producir en ningún momento, y los carros de combate, cañones y municiones continuaron afluyendo a los campos de batalla aun en números más escasos de lo precisado. Sin embargo el verdadero problema era que el frente consumía estos recursos más deprisa de lo que las industrias los fabricaban, pues salvo excepciones las fuerzas alemanas continuaban manteniendo la iniciativa y lograban imponer sus tácticas y lograban ventaja. A pesar de todo, industrialmente las perspectivas rusas no eran demasiado malas pues de seguir así esperaban construir más de 12.000 carros de combate durante 1943.

Con esto acabamos las menciones a la situación industrial, ahora tenía previsto seguir con la campaña de Guadalcanal y su conquista por los marines y llegar hasta Tarawa, pero con la que está cayendo en Japón no tengo ánimos así que lo dejare para más adelante. Así que próximamente;

:arrow: Campaña de bombardeos alemanes de primavera sobre la URSS.
:arrow: Ofensiva británica en AOI, Monty ataca, Patton que está reorganizando a los Yankis… imaginaos el cabreo que se pilla.
:arrow: Islandia…

Vuelvo a salir de viaje, así que desconozco si lograre conectarme este fin de semana... ¡paciencia!


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Mensaje por Gaspacher »

CAMPAÑA DE BOMBARDEOS ALEMANES I

El general Von Leeb consciente ya en otoño de 1942, de la necesidad de destruir las infraestructuras soviéticas más allá de la línea del frente tras culminar los avances el Grupo de Ejércitos Norte, para retardar así su capacidad de recuperación y permitir a sus propias fuerzas disponer de más tiempo para fortificarse y mejorar su logística, ordeno destinar a ese fin todas las unidades aéreas disponibles. Pronto, los 142 Ju-88 que restaban en la I Luftflotte tras las pérdidas sufridas durante los combates emprendieron dicha tarea, sin embargo y como las perdidas en cazas también habían sido sustanciales y no podían escoltarlos, por lo que desde el principio se realizaron durante la noche. No tardaría mucho en ser seguida esta tendencia desde los Grupos de Ejércitos del Cáucaso y del Centro.

Esta tarea, que hasta octubre fue realizada por los bombarderos tácticos de las distintas Luftflotte cuando las labores de apoyo a las unidades del frente se lo permitían, pronto sería realizada por nuevas unidades específicamente encargadas de esta labor. Así el 14 de octubre de 1942 llegaron a tres aeródromos situados en las cercanías de Kolomna, al este de Moscú, los KG 100, y 200, equipados cada uno de ellos con alrededor de 90 bombarderos estratégicos. El KG 100 con los nuevos He-177, mientras el KG 200 operaría con bombarderos Avro Manchester y Hallifax capturados en Gran Bretaña. Pronto estos aviones estuvieron preparados para operar, lanzando su primera incursión tres días después. En este ataque, realizado por los He-177, se escogió la ciudad de Gorki como objetivo por su relativa cercanía al frente en la que sería su primera misión.

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Tanto los bombarderos estrategicos, como los tácticos, fueron profusamente empleados para atacar objetivos industriales y logisticos.

Los He-177 despegaron poco antes del anochecer, aprovechando los últimos rayos de luz para ir adoptando la formación de vuelo que deberían mantener hasta su objetivo. No tardaron en aparecer los problemas, pues varios de los aviones sufrirían averías en sus motores que les obligaron a regresar, sin embargo el resto siguió rumbo a su objetivo. No tardaron en sobrepasar la línea del frente apoyados en la oscuridad, pues aunque la luna se hallaba en cuarto creciente, la cobertura proporcionada por las nubes otoñales era total. Aun así y para evitar inoportunos encuentros con los escasos cazas soviéticos de la zona, los Ju-88 del KG 51 lanzarían un ataque sobre las defensas rusas a última hora de la tarde, mientras los He-111 del KG 51 atacaban los aeródromos de la zona fronteriza. Estas precauciones eran innecesarias, pues volando sobre las nubes, los aviones alemanes no fueron detectados al carecer los soviéticos de radar, llegando sin problemas a Gorki. Sin embargo la ciudad estaba cubierta de nubes y no lograrían divisarla, por lo que dependieron enteramente de los indicadores electrónicos. De las 180tn de bombas y 30 incendiarias lanzadas esa noche tan solo un 5% caería en la zona industrial que sufriría daños leves que no tardarían en ser reparados. Cuando al amanecer un Ju-86 sobrevoló la zona, y constato los escasos efectos del bombardeo, los integrantes del KG 100 se prepararon para una nueva misión mientras esperaban a que el personal de tierra terminase de instalar las grandes antenas del sistema X-gerat, que les dirigiría a partir de diciembre.

En el sur, el KG 200 se mostro mucho más activo y no dudo en realizar numerosos ataques diurnos, siendo su objetivo predilecto las zonas industriales del Volga en torno al ramal sur del transiberiano, en Klubyshev y Sizvan. Estas ciudades sufrirían duros bombarderos que acabarían causando más de 50.000 muertos y heridos entre noviembre y enero, quedando sus areas industriales arrasadas pese a que ya en diciembre se enviarían varias escuadrillas de cazas para colaborar con su defensa. Sin embargo estos cazas, armados casi exclusivamente con ametralladoras, poco pudieron hacer para contrarrestar a los pesados bombarderos.

Pese a que la mayoría de los objetivos de los bombarderos se concentraban a lo largo del transiberiano, no serían los únicos objetivos. Así el puerto de Arjanguelsk fue bombardeado en 3 ocasiones distintas con combinaciones de bombas de HE, incendiarias y minas magnéticas que lo inutilizaron por completo, debiendo trasladarse los bombarderos alemanes a aeródromos cercanos a Leningrado para realizarlos. Otros objetivos como Stalingrado serían atacados sin embargo por bombarderos tácticos por su cercanía del frente, y solo ocasionalmente recibirían la ayuda de los bombarderos estratégicos.


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CAMPAÑA DE BOMBARDEOS ALEMANES II
El gran bombardeo de Chelyabinsk, 14 de enero de 1943.


El alto mando alemán había identificado la ciudad de Chelyabinsk como uno de sus objetivos prioritarios en la campaña de bombarderos de invierno, pues en ella se concentraban industrias químicas, petrolíferas, acerías, e industrias del aluminio, vital para las fabricas de carros de combate que se encontraban junto a ellas, por lo que su destrucción podía suponer un duro golpe para la capacidad bélica soviética. Durante los meses anteriores los intentos de bombardeo nocturno a manos del KG 100 se habían saldado con pocos éxitos incluso en ciudades más cercanas al frente como Kazan, e incluso estos habían sido puestos en peligro por la ofensiva rusa de invierno. Por lo que en un intento de dar un golpe de efecto se había ordenado la destrucción de Chelyabinsk, en la que sería la primera de una serie de acciones que contarían por primera vez en el frente del este con la ayuda del sistema X-gerat.

Los bombarderos estratégicos que encargados de realizar el ataque tenían una capacidad de carga tan grande, que pese a su escaso número, 220 aviones tras recibir nuevos aparatos en las semanas anteriores, precisaron de una gran cantidad de armas, que tardarían 3 semanas en ser reunidas. Tras reunirse las armas necesarias, los aviones volaron a los aeródromos elegidos donde se prepararon durante 3 días, realizando tareas de mantenimiento y planificando cada movimiento, sin embargo el 11 de enero una fuerte tormenta de nieve obligo a los aviones a permanecer en tierra, siendo postergada la misión dos días.

Finalmente el 14 amaneció con buenas perspectivas climáticas, por lo que las tripulaciones alemanas subieron a sus aviones tras una última revisión por parte de los mecánicos. Pronto los aviones empezaron a rodar por las pistas despegando para reunirse en dos grandes oleadas que partieron rumbo a su objetivo. Los 107 Manchester y Hallifax que formaban la primera oleada pronto se reunirían con un centenar de Me-109 f de la JG 77, que los escoltarían al pasar sobre las líneas del frente. Bajo ellos mientras tanto los Ju-88 de los KG 3, 51, y 54 atacaron objetivos a lo largo de toda la línea del frente, incluyendo varios aeródromos escoltados por los cazas de la JG 51.

En la línea del frente los observadores rusos informaron inmediatamente sobre la incursión germana, sin embargo durante los primeros momentos el ataque secundario impidió una respuesta eficaz a sus cazas, que partieron dispersos al encuentro de los bombarderos. Así los cazas rusos fueron despegando de diversos aeródromos de la zona y dirigiéndose en un rumbo de intercepción con los bombarderos aproximado, buscando visualmente al enemigo al carecer de un control de tierra y equipos de búsqueda eficaces. Pronto los encuentros entre los interceptores y la escolta de cazas se sucedieron, llevándose los cazas rusos, que llegaban demasiado dispersos, la peor parte. No sería hasta bastante después cuando los 80 Yak-1 de los que disponía la 59ª Da que estaba basada en el segundo escalón de la defensa, lograrían actuar mucho más coordinadamente contra la formación de bombarderos alemanes. Para entonces los cazas de la JG 77 habían sido sustituidos por cazas Me-109 G de la JG 3 equipados con depósitos desechables, reanudándose los combates entre cazas ya de forma más igualada. Pronto los bombarderos alemanes dejaron atrás a los cazas de ambos bandos trabados en una difícil batalla, aunque la preparación de los pilotos alemanes les suponía una ventaja nada desechable. Por fin los bombarderos se habían quedado sin protección de cazas a excepción de 20 Me-110 C del ZG 26, que aun les acompañarían media hora más, por lo que los bombarderos cerraron distancias para aumentar su autoprotección, que pronto sería puesta a prueba.

Tras la campaña de bombardeos iniciada por los alemanes, los soviéticos habían situado varias unidades de cazas protegiendo los principales centros industriales que restaban en su poder, siendo una de estas la 62ª Da, con 30 Mig-1, y 20 Yak-1 repartidos por los alrededores de Perm. Sin embargo pese a que Perm había sido bombardeada en 7 ocasiones, esta unidad había logrado escasos éxitos ya que todos los ataques habían sido desarrollados durante la noche. Ahora advertidos de la dirección del ataque sus aviones despegaron para buscar a los atacantes, abriéndose en un amplio abanico para tratar de localizar la formación alemana. Habría de ser precisamente una escuadrilla de 5 Mig-3 la primera en localizar a los germanos, casi 50km más al sur de lo esperado. Pronto los cazas se lanzaron sobre los aviones alemanes, que cerraron aun más la formación si cabe, respondiendo con el fuego defensivo de todas sus ametralladoras. Este primer combate sería una clara derrota de los interceptores, que ligeramente armados tan solo lograron incomodar a los pesados bombarderos que a cambio lograrían derribar a 2 de los cazas y dañar a otro. El posterior ataque de los mejor armados Yak si lograría derribar a dos de los bombarderos y dañar a otros 3 a costa de la perdida de otros 3 cazas. Para entonces los bombarderos ya estaban entrando en la zona de bombardeo, por lo que los cazas rusos abandonaron la zona, había llegado la hora de la antiaérea.

En tierra, decenas de cañones soviéticos abrieron fuego cubriendo el cielo de explosiones que lanzaban metralla en todas direcciones agujereando los aviones alemanes, que ascendieron otros 500mts para escapar al huracán de fuego al que se veían sometidos. No tardaron los artilleros rusos en ajustar de nuevo la puntería a los 6.700mts a los que volaba la formación, derribando a 5 de ellos y dañando a otros muchos, sin embargo los aviones habían llegado sobre el objetivo por lo que empezaron a lanzar sus cargas.

200 toneladas de alto explosivo, y 20.000 bombas incendiarias cayeron de los cielos sobre Tankogrado en solo unos minutos. Las explosiones derribaron edificios y volaron infraestructuras, mientras las incendiarías incendiaban el aire alimentándose de él, creando tempestades de fuego que arrasaron edificios y acabaron con la vida de miles de personas. La puntería de los aviones sin embargo había sido deficitaria, y tan solo un 10% de las bombas caería en las zonas industriales, los daños logrados fueron sin embargo muy elevados, y empeorarían por la muerte de cientos de obreros cualificados en la ciudad.

En tierra los artilleros rusos dispararon sus últimos proyectiles sobre la formación de aviones que se alejaba antes de dar paso a los cazas, que tras repostar en tierra volvieron a elevarse para atacar a los bombarderos que huían. De nuevo los combates se reprodujeron con diversa fortuna, siendo derribados 3 de los bombarderos alemanes que habían quedado rezagados por los daños sufridos, no sin que los rusos tuviesen que lamentar la pérdida de otros 2 cazas y daños en 4 más.

El KG 100 que volaba a una hora del KG 200 tuvo muchos menos problemas. En su caso habían cruzado la línea del frente escoltados por los Fw-190 A3 del JG 11, que derribaron a varios cazas rusos cuando regresaban de los combates con los escoltas de la anterior oleada de bombarderos. Precisamente el paso de esa primera oleada de bombarderos beneficiaría a la segunda, pues los cazas que podrían haberla interceptado estaban regresando a sus bases para repostar, y no lograrían despegar a tiempo de interceptarlos, o directamente no despegarían al confundir el mando ruso ambas oleadas por su defectuosa red de alerta. En la propia tankogrado menos de la mitad de los cañones antiaéreos disparo esta vez a tiempo, logrando derribar a 6 de los He-177 y dañar otros tantos mientras los bombarderos lanzaban otras 200tn de explosivos y miles de incendiarias que aumentaron las bajas en la ciudad.

Ambas oleadas de bombarderos serían recibidas por cazas alemanes más allá de las líneas soviéticas, siendo escoltados de regreso a sus aeródromos. El ataque había sido un éxito, habían dañado seriamente la industria enemiga a pesar de la pérdida de 24 de sus bombarderos y daños en otros muchos, sin embargo las fuertes pérdidas desaconsejaron realizar nuevos ataques diurnos que serían suspendidos.

32.000 rusos habían resultado muertos o heridos, mientras los daños en la industria soviética alcanzaron el 27% de la industria de la zona, aumentando al 39% tras nuevos bombardeos nocturnos, por lo que a finales de marzo se dio la orden de evacuar nuevamente las industrias rumbo al este.


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LA CAMPAÑA DE BOMBARDEOS ALEMANES III
Stalingrado, 23 de abril de 1943.


Tras la evacuación de las industrias rusas de la zona de Cheljiabinsk más al este, más del 50% de la producción de carros de combate soviética se centraba en las importantes industrias de Stalingrado, motivo por el que sería señalada como objetivo prioritario por la Luftwaffe. En este caso al estar la ciudad al alcance de los bombarderos medios, que ya la habían atacado con anterioridad, se concentro frente a ella una impresionante fuerza de ataque compuesta por todos los bombarderos de los Grupos de Ejércitos Sur y del Cáucaso, a los que se sumarían los KG 100 y 200 con sus bombarderos estratégicos. El ataque se iniciaría poco después del amanecer y continuaría durante todo el día y gran parte de la noche destruyendo la mayor parte de la ciudad y afectando enormemente las industrias, cuya producción cayo un 80% durante las siguientes semanas.

El primer golpe provendría del KG-200, cuyos aviones de origen británico, habían demostrado sobradamente su dureza, la misma que les permitía sobrevivir a daños inasumibles para otros aparatos. Con este golpe esperaban atraer a la mayor parte de los cazas a combates al noroeste de Stalingrado, para a continuación atacar desde el oeste y el sur con el resto de bombarderos.

Esta oleada de 105 aviones despegaría a las 10:20 para cruzar las líneas 30 minutos después en las cercanías de Rossosh, siendo escoltados por un centenar de Me-109F de la JG2. Pronto se verían envueltos en combates contra los interceptores soviéticos de las 73ª, 75ª, y 76ª Da, que enviaron a sus I-153, Mig-1, Mig-3, y Lagg-3 contra ellos. Nada logro impedir el vuelo de los bombarderos que continuaron su vuelo mientras tras ellos los I-153 se llevaban la peor parte, siendo el 52% de los derribos del día y el 90% de los soviéticos. No tardaron los bombarderos en sobrevolar Stalingrado, lanzando sus cargas de 250tn de bombas de HE, 80 minas navales y 15.000 incendiarías que causaron grandes daños.

Mientras desde 200km al sur, los 93 Ju-88 de la KG 4 se adentraban en territorio ruso mientras entre 30 y 60 cazas de la Sch G-1 patrullaban en todo momento ese sector del frente, por el que solo 20 minutos después cruzarían los 107 Ju-88 de la KG 28, y posteriormente aun se adentrarían los 114 Do-17 y He-111 de la KG 30. Tres oleadas de bombarderos que apenas serían importunadas por algunos ataques aislados y que arrojaron 350tn de explosivos e incendiarias sobre la ciudad. Desde el Cáucaso mientras tanto 119 bombarderos Ju-88 y He-111 volaban los 350km que los separaban de la ciudad para arrojar otras 150tn de bombas e incendiarias.

Ya durante la noche les llegaría su turno a los He-177 del KG 100, que cargados con 300tn de bombas de alto explosivo, y 50tn de incendiarias no encontrarían oposición mientras se adentraban en territorio enemigo escoltados por los cazas nocturnos Me-110E, y Ju-88 de la NJG 3. Cuando el ultimo bombardero alemán se perdió en la oscuridad de la noche tras lanzar su carga, la ciudad de Stalingrado había dejado prácticamente de existir y había sufrido más de 50.000 víctimas en el que sin duda era el bombardeo más brutal y desproporcionado de la guerra.

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Stalingrado quedaría arrasada y sumida en un mar de llamas.

En tierra, los artilleros de los 34 cañones de 77.2 y 27 de 85mm que conformaban la defensa antiaérea rusa, habían combatido con un valor indescriptible cubriendo el cielo con sus disparos, llegando al punto de hacer peligrar sus piezas por el sobrecalentamiento. De nada había servido, los bombarderos alemanes habían continuado llegando en oleadas a lo largo de todo el día para ir arrojando sus cargas sobre la ciudad pese a sufrir 14 derribos sobre ella y sin duda recibir daños graves en muchos más aviones. Desgraciadamente el propio fuego antiaéreo se fue haciendo más y más liviano conforme varias de las piezas quedaban sin municiones y otras muchas agotaban su munición a mayor velocidad de al que los grupos de municionamiento lograban suministrarlas.

Al día siguiente el politburó ordeno el traslado al este de cuanta industria o maquinaria se lograse salvar. Los alemanes habían superado sus expectativas, y sin embargo desconocedores de ello, se repetirían los bombardeos de forma masiva durante otras 5 noches consecutivas, e incluso se realizarían varias incursiones diurnas de menor entidad, siempre con una abultada escolta de cazas.

De Stalingrado tan solo quedaba un punto en los mapas.


Con esto abanonamos el frente del este durante un tiempo y nos dirigimos al AOI :wink:


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AFRICA ORIENTAL III

Tras haber sido enviado como sustituto de Aunchinleck al general Harold Alexander, este nombro rápidamente al general Bernard Montgomery como comandante del renacido VIII Ejército. Pronto se enfrentarían a la difícil tarea de recomponer la moral de los hombres bajo su mando, sin embargo gracias a un riguroso control de los oficiales pronto lograrían los primeros frutos que, solo se pusieron en peligro con el regreso al frente del desierto del Mariscal alemán E. Rommel. A pesar de todo mientras recibían más y mejores refuerzos, y su entrenamiento daba sus frutos, la moral también creció quedando pronto las fuerzas británicas listas para atacar.

Bajo el mando directo del general Montgomery, el VIII Ejército estaba formado por las divisiones blindadas 1ª, 7ª, y 8ª, que disponían de 580 carros M4 Sherman y 160 M3 Lee. Las de infantería 1ª, 2ª, y 3ª británicas, 11ª, y 12ª divisiones africanas, las 4ª, 11ª, y 14ª indias, 1ª sudafricana y la 9ª australiana, así como varias brigadas de carros independientes. Todas ellas motorizadas y equipadas casi completamente por los norteamericanos, que habían enviado a su aliado carros de combate, vehículos, piezas de artillería, aparatos de comunicaciones, y la mayor parte de los equipos de subsistencia. Una impresionante fuerza de 200.000 hombres equipados con 740 carros de combate M3 Lee y M4 Sherman, de los que disponían además de otros 300 carros de repuesto, además de otros envíos en camino. Junto a ellos otras 4 divisiones blindadas norteamericanas suponían una fuerza de similar número de carros, incluyendo otros 400 carros de repuesto. En los cielos una fuerza aérea de más de 300 cazas P-40, 150 P-39, 90 P-51, y 80 Spitfire Mk5, mientras la fuerza de bombarderos disponía de 80 Douglas A 20 Havoc, y 180 bombarderos en picado SBD-5 Dauntless. a los que se sumaban un millar de cazas norteamericanos y 300 B-25 Mitchell y 200 aviones de ataque P-47 Thunderbolt.

En la costa, la flota del Índico, compuesta por el portaaviones Furious, los acorazados Revenge, Texas, y New York, 6 cruceros y 17 destructores, también esperaban por si se presentaba la ocasión de apoyar a las fuerzas de tierra. Donde el nuevo general norteamericano George S Patton no estaba demasiado dispuesto a dejar el protagonismo a los británicos, y ya desde su llegada había impuesto un frenético plan de entrenamiento a sus tropas.

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La afluencia de nuevos materiales y refuerzos aliados sería una constante.

Cuando Rommel llego de nuevo al frente africano tras un breve permiso en Alemania, dedico varios días a reconocer toda la línea del frente y a revistar las tropas disponibles para la próxima batalla. El panorama era desalentador, la 15ª división panzer mantenía una considerable fuerza de 221 panzer III y IV, con algunos panzer 38T de añadidura, mientras las divisiones acorazadas italianas sumaban otros 400 carros de dudosa calidad, principalmente carros M13 y M14 y Crusader capturados. Mejor estaba el aspecto cazacarros, pues a los 31 panzerjager I y 14 StuG III alemanes, se sumaban 47 semovente 47/32, 21 semovente 75/28, 27 semovente 75/34, y 16 semovente 90/53. Mientras, los dos regimientos Flak alemanes suponían 70 cañones de 88mm, de gran utilidad como armas anticarro o antiaérea. En el aire, la JG 27 disponía de 127 cazas alemanes, a los que se sumaban 72 Fw-190 A3, y 12 Hs-129B2 de la StG I, que tras constatar la obsolescencia de sus Stuka en teatros con una fuerte oposición aérea enemiga, había enviado sus Ju-87 D a Rusia, donde aun eran útiles. La mayor carencia estaba sin embargo en la infantería, pues a excepción de las divisiones acorazadas y las motorizadas Trento y Trieste, el resto de divisiones italianas se movían a pie.

En el mar la Reggia Marina disponía de 23 lanchas MAS, y 7 VAS, principalmente en el puerto de Mogadiscio donde también descansaban 8 mercantes capturados meses antes por los corsarios germanos, cuyas cargas de alimentos, combustible y maquinaria habían sido aprovechadas por las fuerzas del AOI. Ya en el mar Rojo permanecía anclada una escuadra italiana compuesta por el Lorraine, y 9 destructores, que apoyada por dos docenas de lanchas MAS protegían el acceso al mar Rojo de las fuerzas británicas.

No era suficiente para enfrentarse a un ejército que le triplicaba en número de carros y motorización, y le duplicaba en el aire, por lo que pidió el envió de al menos otras 2 divisiones panzer y 2 divisiones motorizadas al AOI, así como al menos 250 cazas alemanes y algunas unidades extra de bombarderos y antiaéreos. Sin embargo en Rusia se preparaban nuevas ofensivas primaverales, por lo que finalmente serían enviados al desierto otros 3 batallones de cazacarros, con 84 Marder y 44 StuG III, 25 piezas de artillería autopropulsada Wespe, y antiaéreos autopropulsados, 42 Sd Kfz 10/4, 22 Sd Kfz 7/1, y 42 Sd Kfz 7/2, 20 cañones de 88mm que al menos mejorarían la protección antiaérea de sus fuerzas. En el aire se le prometió el envío en junio de la JG 5, que contaba con otros 127 cazas.

Acostumbrado a utilizar cuanto material pudiese, incluyendo el enemigo, pronto puso en servicio 31 carros M4 Sherman, asimismo 14 m3 Lee fueron desprovistos de sus torres en cuyo lugar instalaron ametralladoras antiaéreas para ser utilizados como artillería autopropulsada. Con estos blindados, a los que se sumarían 2 baterías autopropulsadas antiaéreas y el 5º batallón de ametralladoras motorizadas crearía un Kampfgruppe que sería completado por un batallón de bersaglieri italiano motorizado con vehículos M3 capturados recientemente. Pronto este grupo de combate sería enviado a las montañas del sur de Sudán, donde ejercerían de reserva móvil en el que se preveía un teatro secundario, un segundo Kampfgruppe formado en torno a varias unidades dispersas de infantería, uno de los batallones Marder, 10 Wespe, y 14 antiaéreos autopropulsados sería enviado entretanto a las montañas del sur de Abisinia, liberando así a las fuerzas móviles ítalo-germanas para actuar en la mucho más amenazada zona costera.

Mientras los italianos enviaron otros 40 cañones antiaéreos de 90/53 para defender Mogadiscio de los cada vez más frecuentes bombardeos aliados, aunque a pesar de la intención del mando italiano serían utilizados por Rommel como piezas móviles. Además se enviarían contingentes menores de vehículos blindados ligeros, y se desplazaría los stormo de cazas 5 y 54, equipados con un total de 80 nuevos Mc202 Folgore a Sudán, liberando a las fuerzas alemanas que pudieron concentrarse más al este.

Convencido de su inferioridad, Rommel que disponía de una línea avanzada defendida con campos de minas junto a Kismayo, retrasaría sus líneas principales hasta Marka, 70km al suroeste de Mogadiscio, creando una línea defensiva entre esta ciudad y Luuq, y Baidoa, al oeste. En la costa donde las posiciones estaban muy cercanas unas de otras preparados para impedir el avance aliado, pero más al interior, donde las posiciones estaban mucho más alejadas preparadas para encauzar a los atacantes en una dirección determinada. Una línea de 350km, con 25 puntos fortificados, y cuidadosamente camuflados y que se proporcionaban apoyo de fuego. Cada uno de ellos equipado con una fuerza que oscilaba entre una compañía y un batallón de infantería, e incluso de tamaño regimiento en la costa. Una batería de 4 piezas antiaéreas de 88 ó 90mm, y varias piezas ligeras, además de morteros y piezas anticarro, bien de 47mm italianas o de 50mm alemanas. En todos los casos se haría una profusa utilización de minas anticarro y antipersonal dispuestas en amplias herraduras frente a estos puestos defensivos, e incluso ante la falta de estas, se emplazaron miles de proyectiles anticarro de 37mm norteamericanos en esta tarea.

Cerca de Baidoa esperaban las fuerzas blindadas germano-italianas, para una vez identificada la dirección del ataque aliado, enfrentarse a ellos. A pesar de todo y consciente de la inferioridad de sus fuerzas, Rommel empezó a preparar una segunda línea en las montañas de Abisinia que discurría de norte a sur.

Ahora era cuestión de tiempo


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Mensaje por huarlot »

Her Gaspacher

Espero con impaciencia el enfrentamiento Rommel VS Patton daria mucho mas morbo a la historia, ya que si metes a Monty que seria lo normal y esperado la historia decairia algo :mrgreen:


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Mensaje por Gaspacher »

AFRICA ORIENTAL IV
Monty pasa a la ofensiva. 23 de abril de 1943, costa de Somalia.


A las 03:20 la artillería del VIII Ejército británico, compuesta por más de 400 cañones abrió fuego a lo largo de un frente de 80km en la costa, continuando el fuego durante más de 3 horas antes de dar paso a un furioso asalto de la infantería británica apoyada por carros de combate. Frente a ellos las escasas fuerzas germano-italianas que guarnecían las posiciones de avanzada resistieron brevemente mientras los zapadores británicos se abrían paso entre los campos de minas, para a continuación iniciar el retroceso ordenadamente hacia posiciones a retaguardia. De forma que cuando poco después del amanecer la infantería británica asalto las posiciones italianas, las encontró vacías salvo algunos pequeños depósitos de vituallas y suministros.

Montgomery, en lugar de ordenar una apresurada persecución del enemigo que huía hacia el norte bajo la cobertura de sus cazas, ordeno una lenta y metódica persecución, dispuesto a evitar que emboscadas o contraataques sobre sus fuerzas las sorprendiesen desorganizadas por el avance. Esa misma noche las fuerzas británicas entraban en Kismayo, cuyo pequeño puerto estaba destruido, hasta el momento habían perdido 9 carros de combate por la acción de las minas y 200 hombres habían muerto o resultado heridos, mientras las bajas italianas ascendían a 300 hombres. Al amanecer reanudarían el avance por la costa con las divisiones indias por la costa y dos divisiones británicas más al interior. Junto a ellas las fuerzas acorazadas estaban constituidas por la 1ª división blindada que avanzaba con sus tres brigadas por separado en un frente de 80km, mientras la 7ª la seguía a cierta distancia junto a las fuerzas australianas y africanas como reserva. Más al interior la 8ª división blindada avanzaba con dos de sus brigadas en punta, y la tercera en retaguardia junto a otra división de infantería británica, y la sudafricana.

Mucho más al oeste, las fuerzas norteamericanas a las que tras la debacle de febrero habían otorgado una misión secundaria lanzaron varios ataques al tratar de avanzar hacia Abisinia, sin embargo fueron eficazmente rechazados por las fuerzas ítalo-germanas que aguardaban tras una línea defensiva que discurría al pie de las montañas. El comandante norteamericano sin embargo espoleo a sus hombres a avanzar, decidido a llegar al Nilo antes que sus contrapartes británicos. En los duros combates que siguieron entre las montañas, las fuerzas norteamericanas lograrían romper la primera de las líneas italianas, pero estas protegidas por los cazacarros se retirarían eficazmente a una segunda y mejor protegida línea defensiva. La batalla por penetrar a través de las montañas sin duda sería dura.

Las fuerzas británicas tardaron 2 días en recorrer los cerca de 350km que los separaban de las líneas de Rommel, pues cautelosos avanzaron precedidos por los zapadores a pie a la menor duda o indicio de presencia de minas en su trayecto. Finalmente llegarían frente a la línea italiana formados en dos columnas, que avanzaban hacia el norte a 10km una de la otra. Desde las posiciones italianas que perfectamente camufladas habían pasado inadvertidas a los reconocimientos aéreos, se abrió fuego sobre las fuerzas británicas con los cañones de 90mm que en baterías de 4 piezas habían desplegado 3 cañones al frente en función anticarro mientras el 4º permanecía en segundo término proporcionando cobertura antiaérea. Este ataque por sorpresa acabo con 11 de los cazarros ingleses destruidos, sin embargo las fuerzas británicas desplegaron inmediatamente y pasaron al asalto mientras las fuerzas italianas resistían valerosamente infundidos de ánimo por los defensores alemanes. El primer ataque en el que la infantería trataba de llegar a las trincheras italianas arrastrándose entre las explosiones de los cañones de 75mm, sería sin embargo rechazado.

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Las primeras posiciones italianas serían asaltadas con facilidad, la verdadera línea de defensa estaba mucho más atras.

Un segundo intento de flanquear este núcleo de resistencia 10km al oeste, por medio de la segunda brigada blindada caería bajo el fuego cruzado de otros dos de los núcleos de resistencia. Que gracias al fuego combinado de 4 cañones de 88mm, y otros 4 de 90mm pusieron fuera de combate rápidamente 14 carros ingleses. Ahora sin embargo Montgomery tenía una clara idea del despliegue de las fuerzas enemigas en la costa, en la que había identificado ya 7 núcleos de resistencia en un área de unos 30km, por lo que tras asignar una división de infantería para atacar cada uno de los 4 puestos de defensa localizados en la costa, ordeno un asalto general con el apoyo de los carros de combate. Eran las 14:20 cuando tras una feroz barrera de artillería las fuerzas inglesas pasaron al ataque apoyados por los carros, que sin embargo sufrirían fuertes bajas al ser atacados por los cañones de 88, y 90mm antiaéreos, y por los anticarro de 47mm italianos y de 50 y 75mm alemanes. Para empeorar las cosas 8 de los carros perderían sus orugas y otros 5 serían destruidos al adentrarse en los jardines, del diablo, campos minados en forma de herradura que se transformaban en trampas mortales, obligando a los mecánicos a trabajar bajo el fuego para recuperar sus vehículos.

Más al oeste, a 260km de la costa una brigada blindada que había sobrepasado la línea de defensa entre dos de los puntos demasiado alejados entre sí, fue atacada por las divisiones Ariete y 15ª panzer, que lograrían cercarla y destruirla tras duros combates. Mientras una segunda brigada blindada permanecía ignorante de la situación a menos de 80km al este. Tras acabar con sus oponentes, las fuerzas de Rommel se dirigieron a por la segunda de las brigadas inglesas, sin embargo esta había retrocedido tras perder 3 carros y 11 vehículos tras ser atacada por un grupo de 8 Henshel 129.

Pronto el combate degenero en un duelo artillero entre la artillería del VIII Ejército y la artillería italiana, debidamente apoyada por 3 baterías móviles de Wespe alemanes y la reserva estratégica de artillería del DIAK. 14 obuses de 183mm modelo XIX capturados a los británicos, y 7 M1 de 155 a los norteamericanos, 9 cañones K18 de 170mm, 21 sFH 18 de 150mm, y 4 obuses de 210/22 italianos, todos ellos bajo el mando directo del mariscal Rommel, dispuestos a acudir allí donde fuese necesario. Esta poderosa artillería logro cierta ventaja ante los cañones de 155mm británicos al no lograr estos concentrarse en número suficiente, por lo que las fuerzas británicas se vieron obligadas a solicitar apoyo aéreo para eliminar a la artillería, reproduciendo en el aire los mismos combates que tenían lugar en tierra. De forma que al finalizar el día los alemanes lamentaban la pérdida de 7 Me-109 y 3 Fw-190, los italianos de 19 Mc-202, y los británicos de 9 Spitfire mkV, 6 P-51, 14 P-39, y 9 SBD-5. Mientras los norteamericanos, cuya aportación se había limitado a lanzar incursiones con sus bombarderos habían perdido a 7 de sus B-25, y 6 P-51, casi todos a manos de la AAA.

La primera fase de la batalla había acabado en tablas, pero ahora los británicos empezaban a poner en juego el poder concentrado de sus fuerzas, mientras Rommel aun no había enseñado sus cartas. Sin embargo las pérdidas de carros británicos triplicaban las del EJE, era necesario imprimir una nueva dirección en las operaciones.


A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.

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