AFRICA ORIENTAL III
Tras haber sido enviado como sustituto de Aunchinleck al general Harold Alexander, este nombro rápidamente al general Bernard Montgomery como comandante del renacido VIII Ejército. Pronto se enfrentarían a la difícil tarea de recomponer la moral de los hombres bajo su mando, sin embargo gracias a un riguroso control de los oficiales pronto lograrían los primeros frutos que, solo se pusieron en peligro con el regreso al frente del desierto del Mariscal alemán E. Rommel. A pesar de todo mientras recibían más y mejores refuerzos, y su entrenamiento daba sus frutos, la moral también creció quedando pronto las fuerzas británicas listas para atacar.
Bajo el mando directo del general Montgomery, el VIII Ejército estaba formado por las divisiones blindadas 1ª, 7ª, y 8ª, que disponían de 580 carros M4 Sherman y 160 M3 Lee. Las de infantería 1ª, 2ª, y 3ª británicas, 11ª, y 12ª divisiones africanas, las 4ª, 11ª, y 14ª indias, 1ª sudafricana y la 9ª australiana, así como varias brigadas de carros independientes. Todas ellas motorizadas y equipadas casi completamente por los norteamericanos, que habían enviado a su aliado carros de combate, vehículos, piezas de artillería, aparatos de comunicaciones, y la mayor parte de los equipos de subsistencia. Una impresionante fuerza de 200.000 hombres equipados con 740 carros de combate M3 Lee y M4 Sherman, de los que disponían además de otros 300 carros de repuesto, además de otros envíos en camino. Junto a ellos otras 4 divisiones blindadas norteamericanas suponían una fuerza de similar número de carros, incluyendo otros 400 carros de repuesto. En los cielos una fuerza aérea de más de 300 cazas P-40, 150 P-39, 90 P-51, y 80 Spitfire Mk5, mientras la fuerza de bombarderos disponía de 80 Douglas A 20 Havoc, y 180 bombarderos en picado SBD-5 Dauntless. a los que se sumaban un millar de cazas norteamericanos y 300 B-25 Mitchell y 200 aviones de ataque P-47 Thunderbolt.
En la costa, la flota del Índico, compuesta por el portaaviones Furious, los acorazados Revenge, Texas, y New York, 6 cruceros y 17 destructores, también esperaban por si se presentaba la ocasión de apoyar a las fuerzas de tierra. Donde el nuevo general norteamericano George S Patton no estaba demasiado dispuesto a dejar el protagonismo a los británicos, y ya desde su llegada había impuesto un frenético plan de entrenamiento a sus tropas.
La afluencia de nuevos materiales y refuerzos aliados sería una constante.
Cuando Rommel llego de nuevo al frente africano tras un breve permiso en Alemania, dedico varios días a reconocer toda la línea del frente y a revistar las tropas disponibles para la próxima batalla. El panorama era desalentador, la 15ª división panzer mantenía una considerable fuerza de 221 panzer III y IV, con algunos panzer 38T de añadidura, mientras las divisiones acorazadas italianas sumaban otros 400 carros de dudosa calidad, principalmente carros M13 y M14 y Crusader capturados. Mejor estaba el aspecto cazacarros, pues a los 31 panzerjager I y 14 StuG III alemanes, se sumaban 47 semovente 47/32, 21 semovente 75/28, 27 semovente 75/34, y 16 semovente 90/53. Mientras, los dos regimientos Flak alemanes suponían 70 cañones de 88mm, de gran utilidad como armas anticarro o antiaérea. En el aire, la JG 27 disponía de 127 cazas alemanes, a los que se sumaban 72 Fw-190 A3, y 12 Hs-129B2 de la StG I, que tras constatar la obsolescencia de sus Stuka en teatros con una fuerte oposición aérea enemiga, había enviado sus Ju-87 D a Rusia, donde aun eran útiles. La mayor carencia estaba sin embargo en la infantería, pues a excepción de las divisiones acorazadas y las motorizadas Trento y Trieste, el resto de divisiones italianas se movían a pie.
En el mar la Reggia Marina disponía de 23 lanchas MAS, y 7 VAS, principalmente en el puerto de Mogadiscio donde también descansaban 8 mercantes capturados meses antes por los corsarios germanos, cuyas cargas de alimentos, combustible y maquinaria habían sido aprovechadas por las fuerzas del AOI. Ya en el mar Rojo permanecía anclada una escuadra italiana compuesta por el Lorraine, y 9 destructores, que apoyada por dos docenas de lanchas MAS protegían el acceso al mar Rojo de las fuerzas británicas.
No era suficiente para enfrentarse a un ejército que le triplicaba en número de carros y motorización, y le duplicaba en el aire, por lo que pidió el envió de al menos otras 2 divisiones panzer y 2 divisiones motorizadas al AOI, así como al menos 250 cazas alemanes y algunas unidades extra de bombarderos y antiaéreos. Sin embargo en Rusia se preparaban nuevas ofensivas primaverales, por lo que finalmente serían enviados al desierto otros 3 batallones de cazacarros, con 84 Marder y 44 StuG III, 25 piezas de artillería autopropulsada Wespe, y antiaéreos autopropulsados, 42 Sd Kfz 10/4, 22 Sd Kfz 7/1, y 42 Sd Kfz 7/2, 20 cañones de 88mm que al menos mejorarían la protección antiaérea de sus fuerzas. En el aire se le prometió el envío en junio de la JG 5, que contaba con otros 127 cazas.
Acostumbrado a utilizar cuanto material pudiese, incluyendo el enemigo, pronto puso en servicio 31 carros M4 Sherman, asimismo 14 m3 Lee fueron desprovistos de sus torres en cuyo lugar instalaron ametralladoras antiaéreas para ser utilizados como artillería autopropulsada. Con estos blindados, a los que se sumarían 2 baterías autopropulsadas antiaéreas y el 5º batallón de ametralladoras motorizadas crearía un Kampfgruppe que sería completado por un batallón de bersaglieri italiano motorizado con vehículos M3 capturados recientemente. Pronto este grupo de combate sería enviado a las montañas del sur de Sudán, donde ejercerían de reserva móvil en el que se preveía un teatro secundario, un segundo Kampfgruppe formado en torno a varias unidades dispersas de infantería, uno de los batallones Marder, 10 Wespe, y 14 antiaéreos autopropulsados sería enviado entretanto a las montañas del sur de Abisinia, liberando así a las fuerzas móviles ítalo-germanas para actuar en la mucho más amenazada zona costera.
Mientras los italianos enviaron otros 40 cañones antiaéreos de 90/53 para defender Mogadiscio de los cada vez más frecuentes bombardeos aliados, aunque a pesar de la intención del mando italiano serían utilizados por Rommel como piezas móviles. Además se enviarían contingentes menores de vehículos blindados ligeros, y se desplazaría los stormo de cazas 5 y 54, equipados con un total de 80 nuevos Mc202 Folgore a Sudán, liberando a las fuerzas alemanas que pudieron concentrarse más al este.
Convencido de su inferioridad, Rommel que disponía de una línea avanzada defendida con campos de minas junto a Kismayo, retrasaría sus líneas principales hasta Marka, 70km al suroeste de Mogadiscio, creando una línea defensiva entre esta ciudad y Luuq, y Baidoa, al oeste. En la costa donde las posiciones estaban muy cercanas unas de otras preparados para impedir el avance aliado, pero más al interior, donde las posiciones estaban mucho más alejadas preparadas para encauzar a los atacantes en una dirección determinada. Una línea de 350km, con 25 puntos fortificados, y cuidadosamente camuflados y que se proporcionaban apoyo de fuego. Cada uno de ellos equipado con una fuerza que oscilaba entre una compañía y un batallón de infantería, e incluso de tamaño regimiento en la costa. Una batería de 4 piezas antiaéreas de 88 ó 90mm, y varias piezas ligeras, además de morteros y piezas anticarro, bien de 47mm italianas o de 50mm alemanas. En todos los casos se haría una profusa utilización de minas anticarro y antipersonal dispuestas en amplias herraduras frente a estos puestos defensivos, e incluso ante la falta de estas, se emplazaron miles de proyectiles anticarro de 37mm norteamericanos en esta tarea.
Cerca de Baidoa esperaban las fuerzas blindadas germano-italianas, para una vez identificada la dirección del ataque aliado, enfrentarse a ellos. A pesar de todo y consciente de la inferioridad de sus fuerzas, Rommel empezó a preparar una segunda línea en las montañas de Abisinia que discurría de norte a sur.
Ahora era cuestión de tiempo
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.