Honorable 'Timochenko'
Salud Hernández-Mora
Somos idiotas útiles cuando debatimos sobre las razones y consecuencias del atentado contra Londoño. Porque lo único que en verdad queda de la salvajada de los vasallos de 'Timochenko' es la imagen del niño de diez años abrazado a su mamá, desconsolado, en el funeral del papá; la desolación de la madre que entierra a su único hijo, y la angustia de un chofer que no sabe si podrá seguir trabajando para sacar adelante a su familia. Y queda el registro en las estadísticas de seguridad para que se peleen los dirigentes políticos sobre quién es más eficiente en la lucha contra la barbarie.
Creer que una bomba cambia la decisión del gobierno Santos de negociar con las Farc es de una ingenuidad preocupante. Si no importó que asesinaran a sangre fría a los oficiales Hernández, Moreno, Martínez y Duarte, que estaban encadenados y llevaban cerca de catorce años en cautiverio, ni el secuestro de Roméo Langlois, ni el de los cuatro chinos que trabajaban en una petrolera en Caquetá, ni los bombazos de Toribío o Villa Rica, ni las extorsiones, desplazamientos, narcotráfico y otros crímenes que practican a diario las Farc, ¿por qué iba a modificar el rumbo un petardo que pasado mañana estará olvidado?
El marco legal para la paz va porque va, con el artículo que permite a comandantes de las Farc y el Eln hacer política el día que dejen las armas así hayan cometido las mayores atrocidades.
Si no fuera para concederles amnistías o dejarles que aspiren a cargos de elección popular, ya me dirán para qué diablos necesitan aprobar ese marco pudiendo aplicar la muy generosa Ley de Justicia y Paz. Por tanto, es un proyecto legislativo tejido a la medida de las Farc, como pidió el Presidente, que confía en que 'Timochenko' comprenda que llegó la hora de negociar.
Juega a favor de Santos que Fidel y Chávez están al borde del cementerio, con lo cual a 'Timo' y a 'Iván Márquez', que siguen viviendo frescos en Venezuela, y a la cúpula elena, residente entre Caracas y Cuba, se les acaba la placentera vida urbana y regresar al monte ya no es opción.
También esos capos son conscientes, como lo fue en su día Carlos Castaño con las Auc, de que el narcotráfico controla algunos frentes y cada día resultará más difícil meterlos en cintura. Pero eso no significa que renuncien al terrorismo o vayan a honrar su promesa de no secuestrar. Como vaticinamos algunos, no dejarán de llevarse rehenes ni de poner bombas o causar estragos solo porque sepan que hay un Presidente dispuesto a dialogar.
Si algo aprendieron las Farc es que mientras más duro golpeen, más se le arrodillan el Gobierno y la sociedad. Y ahora cuentan con aliados incondicionales -políticos y líderes de opinión- dispuestos a permitir que su brazo político -la Marcha Patriótica- juegue a la democracia como si fuera un igual.
En este tablero de ajedrez, 'el Paisa', jefe de la Teófilo Forero, es una ficha fundamental, porque es capaz de sembrar el pánico en el Huila, atentar en Bogotá y apoyar las arremetidas en el norte del Cauca con una eficiencia pavorosa. Ese comandante de vieja data, que conoce como pocos el servicio que el terrorismo presta a su causa, seguirá aplicando su estrategia de atemorizar a la sociedad. 'Timochenko' sabe que si él o sus lugartenientes quieren convertirse algún día en unos honorables más, tienen que dejarlo actuar.
Ya lo pensaban Manuel Cepeda y su PC, nada mejor que la combinación de las formas de lucha para conquistar cuotas de poder.
NOTA: ¿Por qué no buscan al prófugo parapolítico Hernando Molina Araújo, exgobernador del Cesar, acusado de homicidio? ¿Cuestión de apellido?
NOTA 2: Mi solidaridad con la esposa, hijos y mamá de Sigifredo. Qué dolor tan tenaz.
http://www.eltiempo.com/opinion/columni ... 11834882-4