Mi opinión personal, amigo Jandres, se resume en una sola palabra, entreguismo.
Bravo
España, para entrar en la UE, recibir las limosnas pertinentes, y seguir con el folclore y el tocho, se bajo las bragas hasta los tobillos, desmantelando hasta la ultima industria, que hiciera sombra o molestara a los señores austeros.
No sólo nosotros, también los británicos (los primeros), y en menor medida los franceses. Fiesta neoliberal: si a los ricos convenía llevarse las industrias a China, pues déjales, y de paso deja en el paro a la mitad de esa bonita ciudad industrial (el norte de Inglaterra está social y económicamente arrasado por este motivo); y para que no lloren, ve haciendo reforma tras reforma para cargarte la protección del currante... es para arrancarse los pelos.
Si a esto unimos un absurdo y suicida sistema financiero, donde el crédito se derivaba sin tasa al ladrillo, con la consiguiente falta de financiación de las empresas que no se dedicaban a tan elevada actividad, cuyo resultado solo puede ser uno, el cierre, ya tenemos la solución a ese enigma que se llama paro estructural, que si no arrastráramos cual lastre, dejaría nuestra tasa de paro en cifras próximas a la del resto de países de nuestro entorno.
Sí, y más cosas: nuestro modelo económico está mal planteado desde antes de la Revolución industrial. En realidad siempre hemos tenido paro estructural. Cuando todo iba "de fábula" teníamos casi un 10% de paro, cosa que en Dinamarca habría causado una reunión de emergencia del ejecutivo.
Agradezcamos pues, a los que prefirieron la sopaboba que les permitía lucrarse, o mantener viveros de votos, la nefasta situación en nuestro Pais situación que por desgracia, la dejadez durante décadas, creo que ha convertido en irreversible, solo nos queda la sangría, la pandereta, el sol, y prostituirnos vendiendo nuestro espacio y nuestra paciencia, a borrachos, maleducados, bestias, ludopatas y demás fauna, a cambio de una miseria que nos permita sobrevivir.
Aquí soy más optimista: nos queda la rebelión civil, que bajo determinadas circunstancias es una obligación del hombre libre, si desea seguir perpetuando tal condición.