ECONOMÍA IIA partir de 1905, con la crisis de Marruecos, se daría comienzo al desarrollo de nuevas defensas de hormigón armado. Tanto en los pirineos como en Ceuta, Melilla, o los territorios de Ultramar. Para ello serían de gran utilidad los desarrollos de diversos ingenieros nacionales como Martínez Unciti, Manuel Zafra y Esteban, José Eugenio Rivera Dutasta, o Gabriel García Canales, artífices de las nuevas fortificaciones.
Otro de los sectores que serían cuidados con especial atención sería el de la industria aeronáutica, en la cual el ingeniero español Torres Quevedo
(1) desarrollo un revolucionario dirigible entre 1903 y 1905. Tras establecer una industria en Guadalajara, y contemplar las ventajas que estas aeronaves conferían al reconocimiento de los campos de batalla, sobre todo si podían equiparse con radios. Se decidiría apostar con fuerza por la tecnología aérea. En este sector, aunque algunas empresas extranjeras como la francesa Astra, trataron de hacerse con las patentes del invento, el gobierno español obligo a adquirir los dirigibles directamente en España, vendiendo hasta 12 en unos años. De esa forma la industria española se potenciaría, no siendo hasta 1912, cuando Astra adquiriría las patentes para fabricarlos en sus propias industrias. Para entonces el interés del gobierno español estaba variando desde los dirigibles a los aeroplanos.
Tres años antes, en Valencia, tenía lugar el primer vuelo de un avión en España, siendo el protagonista el piloto y constructor Joan Olivert. En esta prueba, en la que el ejército participo cediendo y acondicionando los terrenos del cuartel de artillería de Paterna, constataron la mayor flexibilidad que ofrecían estas aeronaves frente a los pesados, caros, y de difícil despliegue dirigibles.
No tardarían en adquirirse 6 Bleriot XI, con los que se constituyó la escuela de aviación de San Javier, en Murcia. A ella acudirían los pilotos del ejército y la marina para certificarse. La primera cadena de montaje se construiría en Getafe en 1910, montándose aviones de origen francés. Era sin embargo necesario encontrar una aeronave que se ajustase a los requerimientos del ejército, y aunque en un primer momento se había optado por buscar entre muchos modelos extranjeros como los Bleriot franceses o los Sopwith ingleses, finalmente se optaría por el holandés Fokker, por proceder de un país neutral como Holanda. En 1910 empezarían a construirse los primeros aviones de dicho fabricante. Aunque en Valencia los hermanos Vilanova Acedo también iniciarían la construcción aeronáutica, apoyados por capital estatal.
Así, se encargaría a algunos jóvenes oficiales, apasionados de la aviación, como José Ortiz de Echagüe, o Eduardo Barrón y Ramos Sotomayor, o Alfonso de Orleans y Borbón, todos ellos bajo el mando del entonces coronel Pedro Vives Vich. En Guadalajara, y posteriormente en Getafe tras separarse el cuerpo de aerostación del de aeroplanos en 1910, se desarrollarían los nuevos aeroplanos, en muchas ocasiones en cooperación con diversos civiles como Joan Olivert, o Heraclio Alfaro Fournier. Poco después la propia Hispano entraba en el campo de la aviación, iniciando los diseños de aviones de reconocimiento y posteriormente de combate, de mano de esos entusiastas nacionales, no por ello se dejaría de confiar en Fockker, a quien se solicitaron nuevos aviones
(2).
Casi en paralelo a este interés por los nuevos aeroplanos, nació la necesidad de defenderse de ellos, una necesidad acuciante, como se había comprobado años atrás en Cuba con el derribo del globo cautivo norteamericano. En este caso no hubo que buscar mucho, pues pronto se adoptaría un arma disponible desde mucho antes, la ametralladora pesada Maxim PomPom de 37mm
(3). Poco después, se empezaría a investigar un cañón pesado capaz de disparar contra objetivos aéreos de gran tamaño que volasen a mayor altura, como los dirigibles
(4). Las ametralladoras quedarían integradas en los grupos de artillería de las brigadas, y con los cañones se crearía un regimiento de artillería de 3 grupos, con 4 baterías de 6 piezas cada uno.
Gracias a estos y otros avances, al acabar la década de 1910, la industria española estaba a la vanguardia mundial en construcción y desarrollo de sumergibles
(5), dirigibles o radiocomunicaciones. Además se disponía de una sólida industria naval y metalúrgica, que permitía a las industrias españolas construir, sino diseños propios, si grandes buques de diseño británico, aunque equipados con cañones Krupp, pues muchas de las acerías habían quedado en manos de esta empresa.
En la agricultura, aunque los tipos de cultivos no variaron, se vivió un aumento de producción. Esto se debería en gran parte a los nuevos abonos químicos y orgánicos que vieron la luz a principios de siglo
(6) llegados a España de manos del gobierno, atento a toda innovación tecnológica, pero fue también propiciado por los numerosos animales de tiro y ganado traídos de américa. Gracias a dicho ganado, muchos pequeños propietarios pudieron aumentar el rendimiento de sus tierras, y la holgura económica de sus familias.
Gracias a ello, grandes parcelas de terreno se dedicarían a otros cultivos en lugar de a las grandes extensiones de cereales, produciéndose un aumento del cultivo de frutales y vegetales. La rentabilidad del campo, creció.
Aún más importancia para la industria alimentaria la tendrían las numerosas industrias conserveras creadas a principios de siglo. Primero focalizadas en la costa cantábrica para dar solución a los productos pesqueros, pronto extendieron sus ámbitos a otros productos. Frutas en almíbar e incluso, productos elaborados como cocidos, con los que surtir al ejército que, había solicitado conservas más variadas que las omnipresentes latas de sardinas que tanto abundaron en Cuba.
La economía Cubana de esos años dio un giro en consonancia con los cambios vividos en los EEUU. En ese país, con la llegada al poder del demócrata William Jennings Bryan, se vivirían grandes cambios. Entre otros, la oposición a la inmigración no anglosajona y la prohibición del alcohol. Esto afectaría de forma inexorable a la isla que, se vería reforzada con miles de inmigrantes, pero sobre todo, por cambiar gradualmente la industria azucarera a una de producción de Ron
(7).
En Filipinas y las islas del pacifico, la industria se concentró en derivados alimenticios, kopra, alcohol, principalmente cerveza, y el comercio de armas y productos manufacturados con China, Japón, y Siam, y en menor medida con las colonias francesas, británicas y holandesas.
- Torres Quevedo también inventaría el Telekino en 1903, y diversas maquinas analógicas de cálculo. Ambos inventos tendrían su aplicación militar en un barquino/torpedo de superficie teledirigido, y calculadores de tiro para la escuadra y artillería de costa.
- Se recurriría a él, entre otros ingenieros nacionales y la propia HS, para diseñar un método fiable para disparar a través de las hélices del avión.
- Se fabricarían 100 ametralladoras PomPom en las industrias de Basil Zaharof en el país, y se recuperarían otras 20 procedentes de diversos buques retirados.
- Finalmente sería elegido un diseño de 75mm de origen germano, posiblemente influenciado por el éxito del Krupp de montaña en Cuba y por ser Alemania, la única nación que desarrollaba este tipo de armas.
- Una de sus armas más desconocidas era un submarino enano desarrollado desde el invento de un mecánico vigués durante la guerra de 1898, con el que se pensaba, era posible atacar buques en puerto.
- Los abonos químicos desarrollados por Fritz Haber o el compostaje de Albert Howard.
- El contrabando de Ron hacia los EEUU, muchas veces a mafiosos italianos, otorgaría enormes beneficios a los comerciantes, y productores de la isla.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.