RETAZOS DE GUERRABuenos AiresD José Artal y Mayoral, Conde de Artal
(1), contemplaba los 3 nuevos hidroaviones Curtiss F adquiridos en EEUU a principios de noviembre a expensas suyas. Los tres flamantes aviones esperaban su turno para embarcar en el mercante que debía llevarlos a Oporto, parada obligatoria en una nación neutral en la que o bien serían transferidos a un buque de cabotaje que los llevase a Vigo, o bien serían montados y pilotados hasta España. Se convertirían así en la 2ª donación de aviones que realizaba al ejército, tras la donación dos años atrás de 3 Morane Saulnier G, y en esta ocasión esperaba lograr con ellos lo que no logro en la primera ocasión, el titulo de Marques…
El CairoMiles de japoneses contemplaban el vergel del Nilo que cortaba el desértico paisaje con cara de asombro. Llegados poco antes como parte del incipiente Cuerpo Expedicionario Japonés, se estaban reuniendo en Egipto en previsión de posteriores misiones. Poco acostumbrados al rigor del desierto al menos podían agradecer el haber llegado a esos lares en un invierno que atemperaba sus padecimientos.
Se trataba de los primeros 4.000 hombres de un ejército que se esperaba alcanzase los 100.000 hombres antes del verano. De hecho tras ellos llegaban ya otros 18.000 hombres en diversos transportes repartidos entre Japón y el Mar Rojo. Lentamente un nuevo ejército tomaba forma dispuesto a intervenir en la guerra europea, y aunque Lord Kitchener tal vez creyese que prestarían mejor servicio atacando los Dardanelos para acabar con Turquía, era evidente que los rusos no estaban dispuestos a consentir tal acción en su patio trasero…
Quedaba por lo tanto el propio frente europeo.
PlasenciaCientos de obreros de la metalurgia permanecían sentados, mirándose unos a otros sin nada que hacer. El cargamento de chatarra que esperaban dos días atrás aún no había llegado, y agotadas las reservas de mineral de la fundición, esta se había paralizado. Era el primer fallo de estas características que tenían en meses, un tiempo en el que habían fabricado cañones de artillería para el ejército principalmente, aunque también se habían colado algunas piezas menores para la armada. En total, 45 cañones de 75mm, 8 de 105mm, y 23 de 57mm habían salido de la industria en los meses anteriores, de forma lenta pero constante el llamado ejército de la Reserva situado en la frontera con Portugal recibía armas modernas, aunque sería necesario otro año de trabajo constante para armarlo al completo
(2).
La llegada de los capataces, reunidos hasta momentos antes con los patronos e ingenieros saco a los obreros de su ensimismamiento. No podían construir más armas para sus necesitados hermanos, hijos, o amigos del frente, pero aprovecharían para realizar el mantenimiento de la maquinaria de forma que cuando llegasen más materiales todo fuese a funcionar como la seda…
LanguedocA lo largo de la campiña francesa podían verse pequeños grupos de soldados españoles, generalmente acompañados de mulos y otros animales de carga que, afanosamente se concentraban en recolectar leña, víveres y suministros de todo tipo si los encontraban. Trataban con ello de completar el siempre difícil suministro de alimentos que ofrecía la propia logística del ejército, concentrada sobre todo en el envío de municiones al frente.
En los propios caminos decenas de miles de animales de tiro, caballos, bueyes, y mulos, arrastraban carros cargados de suministros de camino al frente, regresando a España cargados de hierro, carbón, maquinaria y productos de diversa índole. Se sustituía así con medios de tracción animal al ferrocarril, pues el número de trenes capturados era demasiado escaso como para mantener a los ejércitos por sí mismo.
De forma casi imperceptible los grandes campos de vides de la región desaparecían para alimentar con sus cepas las hogueras que calentaban a los soldados españoles en las trincheras del norte.
Cádiz, Astilleros Echevarrieta y LarrinagaEl nuevo submarino sufragado totalmente a expensas del dueño del astillero, quien tenía la intención de venderlo posteriormente al gobierno, había tomado forma lentamente en la grada desde antes de la guerra, sobreviviendo intacto al ataque británico del mes anterior. Se trataba de un sumergible de casi 1.000 toneladas, equipado con 4 tubos a proa y 2 recargas por tubo, así como con un cañón de 75mm sobre cubierta. Capaz de alcanzar los 17 nudos en superficie y los 12 en inmersión, con capacidad de navegar durante 25 a 30 días, prometía ser el más oceánico de la nueva generación de submarinos, aunando en él la mejor tecnología y los mejores materiales disponibles.
Ahora una vez finalizado el nuevo E-1 estaba dispuesto para su botadura, tras la cual tan solo serían necesarios dos o tres meses de trabajo y un par de meses más de pruebas de mar para su finalización. En verano un nuevo sumergible, más avanzado que cualquier otro de los que navegaban por el mundo, estaría dispuesto para entrar en servicio.
SantanderDecenas de buques permanecían anclados en el puerto cantábrico. Desde la paralización de la actividad comercial con el estallido de la guerra, la mayor parte de la flota mercante española se había recluido en los puertos de la nación para evitar su destrucción o captura. Tan solo algunos de los buques, los más rápidos o de estampa más común, continuaron navegando como burladores del bloqueo, viajando principalmente a Iberoamérica. El número de buques anclados aun aumentaría paulatinamente con la constante llegada de buques capturados por los corsarios.
Esta paralización de la actividad mercante también supuso el que miles de amrfineros perdiesen sus puestos de trabajo. Algunos de ellos serían reclutados por la marina auxiliar o para completar las dotaciones de presa de los corsarios, pero los más serían empleados en trabajos en tierra, pues se consideraba a estos hombres demasiado valiosos como para reclutarlos para el ejército. Sin duda conforme las nuevas unidades navales fuesen siendo botadas, muchos de ellos serían reclutados para tripularlas, hasta entonces había que buscarles una tarea productiva…
En Santander, como en otros muchos puertos de España, decenas de los buques más antiguos empezaron a ser desmantelados. Sus calderas, cañerías, madera, y cableado se aprovecharía para diversas labores, y el metal sería fundido de nuevo sirviendo para la construcción de nuevas naves, insumos, y maquinaria.
Ceuta, cerca de MzalaLas tareas de fortificación de la frontera con la zona italiana continuaban a buen ritmo, bajo la atenta mirada del capitán de ingenieros Mendieta que, en esos momentos supervisaba la construcción del emplazamiento de uno de los nuevos obuses Ordoñez de 240mm que se emplazarían en las alturas que rodeaban la ciudad. Con ellos se dispondría de una potencia de fuego suficiente como para destrozar a cualquier atacante, faltaba sin embargo asegurar su supervivencia, y esa era su labor. Por ser obuses no podía emplazarlos en una de las casamatas blindadas que se habían hecho famosas en Flandes, pero podía semienterrarlos en reductos de hormigón armado y dotarlos con refugios de igual material para resguardar a sus dotaciones y municiones. Además no se olvidaba del problema del agua, y con la situación estabilizada en la zona tenía previsto el utilizar cañerías de metal para llevar agua desde la costa a los puestos de avanzada, o al menos hasta cerca de ellos. Quería evitar que la artillería enemiga los destruyese y el preciado liquido se desperdiciase.
Esperaba que esas defensas fuesen suficientes. él sabía que las divisiones profesionales establecidas antes de la guerra en Ceuta y Melilla habían sido prácticamente disueltas, y su personal utilizado para dotar de mandos a las unidades de reserva que agrupaban a decenas de miles de hombres con nula o ya anquilosada experiencia en asuntos bélicos. Al menos en las ultimas semanas habían empezado a llegar miles de soldados para sustituir a los anteriores, aunque en mayor parte eran voluntarios o soldados de reemplazo de avanzada edad, y en lugar de dedicar su tiempo a entrenar, ahora se dedicaban principalmente a completar la construcción de defensas en esas montañas. Tan solo 1 día de instrucción a la semana por 5 días de trabajo y 1 de descanso parecía poco.
Con todo si Italia decidía entrar en la guerra contra ellos no les cogerían desprevenidos
- José Artal fue un emigrante catalán establecido en Buenos Aires que se hizo rico con negocios de banca e importador de arte, lograría el título de conde tras el éxito del pabellón español en el centenario de Argentina.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.