Ucronia España vs EE.UU., Duelo de aguilas

[andrestotal]

[ Imagen ]
Rolls-Royce Armored Car M1914

Rolls-Royce Armoured Car Data
Dimensions
Weight: 53740 kg

Hola:

¡54 toneladas! Me parece que se ha colado un cero de más.

En cuanto a la maniobra de repliegue me esperaba algo similar a lo que se enfrentan los ingleses. Desangrarse contra las trincheras hasta que en el último ataque se las encuentran vacías. Pero esperaba más escalones de defensa porque parece que la siguiente línea son ya los Pirineos y creo que se podría hacer pagar más caro el terreno a pérfidos y gabachos.

Tengo mis dudas sobre la proporción de bajas, al fin y al cabo nuestras tropas están armadas con los fusiles Mondragón y eso se tendría que notar más en las bajas aliadas, el fuego concentrado de esas armas tiene que ser una barrera casi infranqueable.

En fin, gracias y adelante: Más por favor

[Gaspacher]

En cuanto a la maniobra de repliegue me esperaba algo similar a lo que se enfrentan los ingleses. Desangrarse contra las trincheras hasta que en el último ataque se las encuentran vacías. Pero esperaba más escalones de defensa porque parece que la siguiente línea son ya los Pirineos y creo que se podría hacer pagar más caro el terreno a pérfidos y gabachos.

Podría hacerse como dices si se tratase de un retroceso lineal, pero el caso es que todas las tropas situadas al norte de los pirineos deben retroceder a través de Irun o Portbou, lo que obliga a las tropas situadas en la zona situada en torno a Toulouse a retroceder mucho más deprisa que las situadas en Burdeos o Narbona para no quedar aisladas.

Tengo mis dudas sobre la proporción de bajas, al fin y al cabo nuestras tropas están armadas con los fusiles Mondragón y eso se tendría que notar más en las bajas aliadas, el fuego concentrado de esas armas tiene que ser una barrera casi infranqueable.

En fin, gracias y adelante: Más por favor

Ventaja en las armas ligeras que queda en parte compensada por la enorme ventaja en artillería del otro lado.

por cierto a que esperan los Alemanes para tantear su frente ? y la armada Austro-hungara en que ocupa su tiempo?

Tranquilidad, el siguiente paso tras relatar la retirada ser un resumen de la situación en el resto de frentes durante ese tiempo

[Gaspacher]

La retirada del ejército español al norte de los pirineos proseguía sin pausa. Las fuerzas que antaño cubriesen el centro de su despliegue se retiraban a gran velocidad rumbo a Irún y Portbou, aunque algunas unidades lo hacían directamente hacia los pirineos dispuestas a utilizar alguno de los pasos centrales como Sallent de Gallego, Vielha, o Puigcerda. En solo dos semanas el mando español esperaba retirar cerca de 450.000 hombres de la zona, pero para ello las fuerzas situadas en Burdeos debían aguantar lo suficiente como para evitar que el avance británico llegase a Irun antes que las tropas que hasta entonces habían protegido la zona de Toulouse.



Debido a esta necesidad los combates al sur de Burdeos eran ahora constantes, y se sucedían con un patrón bastante regular. Cada día las fuerzas británicas bombardeaban la línea española antes de asaltarla, y cada día las fuerzas españolas defendían sus posiciones unas horas hasta que llegaba la hora de retroceder una decena de kilómetros a posiciones más al sur, donde se atrincheraban de nuevo a esperar a los británicos. Sin embargo conforme pasaban los días y las fuerzas británicas avanzaban hacia el sur se enfrentaron a una gran dificultad. Con los puentes sobre el Garona destruidos y la línea de ferrocarril desmantelada, se veían obligados a enviar sus suministros por medio de camiones y carros, y la efectividad de dicho medio disminuía conforme se alejaban del Garona. Pronto la cantidad de proyectiles de artillería disponibles para cada bombardeo disminuyo alarmantemente, y con ellos la efectividad de sus ataques.

Las bajas en los asaltos empezaron a ser alarmantes, sin embargo los españoles seguían retrocediendo una docena de kilómetros cada vez y para el día 15 de abril estaban ya próximos a alcanzar Lesperon.

Para los generales españoles ese retroceso controlado en la zona de Burdeos estaba permitiendo replegar las fuerzas más expuestas y lejanas de forma efectiva, para lo que contaron con la inestimable ayuda de los nuevos vehículos blindados. Unos vehículos que cubrieron la retirada contraatacando sobre las columnas de avance francesas, retardando su avance para impedir que ninguna unidad española quedase cercada.

Mientras tanto en el extremo oriental de la línea española el repliegue estaba próximo a empezar, siendo su mayor problema el evitar que las municiones situadas en la zona cayesen en manos francesas cuando estas avanzasen. Era pues el momento de utilizarlas, por lo que los cañones españoles al sur del canal de Midi empezaron a disparar de forma frenética el día 15 de diciembre. Si todo marchaba según los planes el día 16 las últimas tropas españolas en la zona abandonarían las posiciones que habían protegido el último año y medio, y en 8 días más no quedaría ningún español al norte de la línea Arolas.

[Urbano Calleja]

Sobre las líneas españolas, sur de Carcasona

A 1600 metros el nivel del suelo la escuadrilla española observaba con claridad el movimiento de las líneas españolas sobre el terreno. Las columnas avanzaban sobre los caminos embarrados huyendo de la persecución de las fuerzas francesas. Era sin duda una estampa descorazonadora, especialmente porque hacía demasiados meses que el Ejército español no tenía ninguna buena noticia para elevar la moral del país.

Sin duda esos pensamientos rondaban también la cabeza de los pilotos españoles que circulaban sobre el terreno en ese momento. Los sargentos García y Loriga (recientemente ascendido por méritos en el campo de batalla) llevaban un ritmo frenético de combate con escasos descansos y sin resultados evidentes. Sus monturas, ASAC-1A a los que el sargento García y su punto habían transicionado semanas atrás, eran sin duda los mejores aparatos en vuelo en ninguno de los cuatro ejércitos en combate en el sur de Francia. Sin embargo, los franceses y los británicos los superaban en número de una forma que hacía su superioridad casi invisible y poco influyente.
Muchas veces, pese a salir por parejas, eran incapaces de cubrir un área suficiente del frente para ofrecer protección real a la infantería. Ese día era sin embargo una excepción pues habían salido cuatro aparatos a patrullar juntos en un área que el día anterior había visto tráfico pesado de aviones de reconocimiento y ataque.

Tardaron poco en observar que a lo lejos se acercaba una escuadrilla de cuatro aparatos, volando más bajo y, al parecer, sin haberlos descubierto aún. Por señas, Loriga indicó a García la dirección de los aviones enemigos, y este le respondió con una señal que Loriga entendió a la perfección.
Alabeando para llamar la atención de su punto, los cuatro aparatos rompieron en parejas forzando sus motores para ganar altura mientras iniciaban una maniobra de pinza. Ganando unos 500m adicionales de altura, vieron como a los aparatos franceses con más nivel de detalle: eran biplanos, posiblemente algún modelo de nueva introducción, pues los franceses no habían desplegado salvo contadas excepciones más que aviones monoplanos.

Con un gesto de la mano, García se deslizó con su punto detrás en un picado tras medio tonel para vencer el efecto de las g´s negativas sobre la inyección del motor. Loriga mantuvo la posición a la espera de la primera embestida de las águilas.

Los biplanos franceses (Nieuport Bebe, aunque los españoles no lo supieran aún) no vieron llegar a los españoles al picar estos desde arriba y con el sol a sus espaldas. El hecho de que los Bebe estuvieran buscando blancos de oportunidad y tomando anotaciones de las posiciones españolas completó la sorpresa. Uno de los aparatos estalló en el aire al ser alcanzado el el depósito de combustible por un disparo afortunado de García. El segundo fue blanco del punto del sargento que alcanzó su plano superior y rompió una de las riostras.

El efecto fue demoledor en los aparatos franceses restantes que trataron de ganar algo de altura y aceleraron sus motores tratando de orientarse hacia los aparatos españoles que viraban con un radio abierto para mantener energía mientras trataban de recuperar una posición ventajosa.

Mientras los aparatos franceses llegaban a su posición de ataque, la segunda pareja española golpeó sobre los aparatos franceses que, esta vez sí, vieron llegar a los españoles y trataron de picar en dirección contraria. Pese a ello, quedaron al alcance del arco de los aparatos españoles que regaron de balas el espacio alrededor de los pequeños sesquiplanos franceses. Uno de ellos comenzó poco después a soltar humo, tal vez alcanzado por algún proyectil del punto de Loriga.

Para entonces el cielo era un caos de aparatos en distintas direcciones, involucrados en duelos individuales. Dos minutos más tarde el aparato que había perdido una riostra en el primer combate caía hacia tierra en picado mientras el punto de García ganaba altura tratando de buscar a su líder.
Un kilómetro más allá Loriga lograba su quinto derribo con su punto pegado a sus talones y al poco, García derribaba el cuarto Bebe que cayó envuelto en humo.

Dando gas y ganando altura los españoles apenas tuvieron tiempo de recuperar sus posiciones cuando vieron un grupo de monoplanos franceses a lo lejos... la caza comenzaba de nuevo.

Concluyó con otros tres aparatos franceses derribados solo para descubrir otra pareja de biplanos franceses que, esta vez, escaparon porque los españoles con poco combustible tuvieron que regresar a su base. Pese a haber derribado siete aparatos (record para el Ejército hasta ese momento) al coste de ligeros daños en el plano superior del ASAC de García, el cansancio y la sensación de impotencia de los españoles sobrepasaba la alegría del trabajo bien hecho. Era como tratar de vaciar una laguna con un barreño de agua.

[Gaspacher]

MONT DE MARSAN, 14 de abril

En Mont de Marsan se vivían momentos de pánico entre las fuerzas españolas. Dos horas atrás uno de los aviones españoles había localizado una unidad enemiga avanzando decididamente desde el este en la zona de Estang. De alguna forma los franco-británicos habían logrado esquivar la cobertura española y se encontraban en disposición de asestar un golpe decisivo por el flanco al ejército del Noroeste. Había que encontrar una solución y había que hacerlo con rapidez.

-Tte coronel Rivera. –Decía en esos momentos el Tte general Echagüe por la radio. –Su regimiento es lo único que se interpone entre la debacle y el repliegue ordenado, pero enviarlo allí es enviarlo al sacrificio. No voy a ordenarle ir allí, este tipo de misión debe ser aceptado voluntariamente.

-Sí, mi general, lo entiendo, el regimiento Alcántara se presenta voluntario para la misión.

-Gracias, coronel. La supervivencia de un ejército depende hoy de sus hombres. ¡Buena suerte!

Segundos más tarde Fernando Primo de Rivera montaba su caballo antes de ordenar a los soldados que destruyesen el equipo de transmisiones y las claves. Nada debía caer en manos del enemigo. Tras pasar revista se dirigió a sus hombres con gravedad explicándoles la situación a la que se enfrentaban. Segundos más tarde el regimiento al completo emprendía la marcha por los suaves campos que tan bien habían llegado a conocer, utilizando los frecuentes bosquecillos para ocultar su marcha, pues aunque poco habituales ahora que el frente se había desplazado tan al sur, ocasionalmente aun podían verse aeroplanos británicos en la zona.

A media mañana llegaron a una posición que parecía ideal para la tarea encomendada, un pequeño prado a tan solo un par de kilómetros del castillo de Ravigan. Sin duda el enemigo pasaría por allí, y Fernando Primo de Rivera podía utilizar sus cuatro ametralladoras Colt-1895 para regar de proyectiles sus columnas, al mismo tiempo que podía cargar sobre ellos desde una arboleda cercana que les protegería hasta el último momento.



No tuvieron que esperar mucho. Menos de una hora más tarde apareció por el horizonte la columna enemiga que no tardaron en identificar como una fuerza japonesa, nada menos. Sin duda integrantes del cuerpo de ejército enviado por los nipones a cambio de la aquiescencia británica en la conquista de las Filipinas. Miles de hombres que ahora avanzaban en columna de tres y que asemejándose a un serpenteante río se acercaba lentamente. No fue necesaria ninguna orden, todas las palabras se habían dicho ya horas atrás. Una señal y los hombres dejaron de almohazar sus caballos para prepararlos para el combate. Era curioso que tras tantos años de abandonar las tácticas de choque de la caballería ahora recurriese a ellas, se dijo Fernando.

Exactamente a las 14:48, cuando la columna japonesa se encontraba a menos de 300 metros de las ametralladoras (1), estas abrieron fuego desde el frente abatiendo con rapidez a decenas de soldados e impulsando al resto a arrojarse al suelo. Segundos más tarde mientras los japoneses respondían al fuego y trataban de desplegar, los 480 hombres del regimiento cargaron sobre ellos desde el flanco derecho cogiéndolos desprevenidos. Durante unos frenéticos segundos los sables relucieron centelleantes una y otra vez salpicando la sangre por doquier, mientras los jinetes atravesaban la columna y se perdían tras una colina cercana.

El primer golpe había favorecido a las armas españolas, pero Fernando sabía que esto no podía durar. El enemigo era demasiado superior en número y aunque se encontraba en una difícil situación táctica, pues para enfrentar a las ametralladoras debía desplegarse dejándolos expuestos a la caballería, su número no tardaría en imponerse. Era pues necesario golpearlo una y otra vez mientras tuviesen fuerzas.

Minutos más tarde el regimiento cargo una vez más sobre el flanco japonés, y aunque una vez más lograron ocasionar graves daños a la columna, en esta ocasión las bajas fueron numerosas ante unos japoneses preparados para enfrentarlos. No sería la última carga, pues en las dos horas siguientes repitieron la acción hasta en cuatro ocasiones, hasta que agotados animales y jinetes, con cientos de bajas entre sus filas, y con tres de las ametralladoras al frente ya enmudecidas, Fernando reunió a los últimos cien hombres del regimiento para una última carga. Una carga en la que a falta de soldados, incluso los herradores, veterinarios y trompetas, alguno de ellos simples niños imberbes, pasaron al frente.

Poco antes del anochecer, con los animales agotados por el esfuerzo y avanzando al paso, el regimiento realizo su última carga. Las bajas ese día superaron el 90% de los efectivos regimiento, más de 600 hombres murieron o fueron hechos prisioneros. Su sacrificio en cambio permitió el repliegue del I Cuerpo de Ejército al mando del Tte gral Felipe Alfau Mendoza.

Las bajas japonesas superaron el millar incluyendo 389 muertos, viéndose obligados a desperdiciar el día siguiente para evacuar sus heridos.

1. A causa de la falta de coordinación con los británicos la columna japonesa avanzo sin exploradores, y tampoco recibió hasta después del anocher los informes aéreos que situaban una unidad de caballería española moviéndose hacia ellos.

[ASTUR]

Laureada para el Alcantara ya!!! que no tengan que esperar 70 años para reconocer su gesta!!!


Un saludo

[brenan]

o multiplicas por 8 o10 las bajas japonesas o la vamos a tener

Ya estás diciendo que falta un cero

[delta 021]

Con su permiso SH me permito:




Y como tributo al comienzo de la ucronia



Ferrer Dalmau (pintor)

[brenan]

Menuda birria de Sadico, solo con los de casa se atreve

[ñugares]

Bien por el alcántara , tengo que reconocer que el SH esta en todo , la carga del Alcántara cambio de escenario y termino dándolo todo por España , como hizo en la realidad en Marruecos , magnifico relato .

bueno queda un poco menos para llegar a nuestra fortaleza de los pirineos , al menos vamos replegandonos con orden y a ellos les debería costar mucho mas mover su artillería y su intendencia sin ferrocarril , ni puentes , etc ( que iremos volando los puentes digo yo) Aquí ya no hay escusas con las bajas propias .


Un saludo .

[Luis M. García]

"Por el valle de la muerte cabalgaron los seiscientos..."

Loor y Gloria al Alcántara...(y Laureada colectiva, faltaría más!)

[andrestotal]

Hola:

Gran sacrificio el del Alcántara, esperemos que esta vez el reconociento no tarde tanto en llegar como en la LTR. y esperemos también que su sacrificio haya sido efectivamente útil para conseguir el repliegue ordenado de los nuestros. La situación no es la misma que en el Rif, no es una huída desesperada pero si el SH considera que la incursión de las tropas de la Entente podría haber supuesto un caos y una huída pues no hay nada más que decir. De todas formas, aún considerando cierta la premisa de que "el mejor plan aguanta hasta el primer disparo" también es verdad que en todo el tiempo que han tenido los nuestros para prepararse deberían haber hecho planes alternativos a los planes alternativos y tal y tal que nos ahorraran disgustos y sorpresas como estas.

"Por el valle de la muerte cabalgaron los seiscientos..."

Desde el día que conocí esta gesta me he asombrado por la "vergüenza española" a reconocer nuestro valor. Este hecho de armas no sólo es desconocido por el gran público sino que estoy seguro de que si se diera a conocer tendría una respuesta negativa, que si el colonialismo, que si racismo por luchar contra otras razas,... Pero me fastidia al compararlo con los anglosajones, que sí los valoran y convierten sus hechos similares en ejemplos del heroismo supremo dignos de poemas épicos, novelas famosas y superproducciones cinematográficas.

Un saludo

[urquhart]

MADRID, PALACIO DEL CONGRESO y SENADO, 8 DE ABRIL DE 1916.

La noticia del abandono de Burdeos cayó como una losa sobre los diputados. Todas las noticias que recibían los Diputados hablaban de una retirada general en el Frente de Francia.

Desconocedores de los planes del Estado Mayor, la mayoría de sus Señorías creía que el Frente había sido roto, y que más que una retirada se estaba produciendo una desbandada. Varios Diputados liberales y conservadores electos por circunscripciones fronterizas abogaban por solicitar un Armisticio con la Entente, antes que ver sus circunscripciones ocupadas por las fuerzas franco británicas.

Contando con que la noticia no era conocida del gran publico, muchos Diputados solicitaron a sus chóferes y cocheros que prepararan sus vehículos para abandonar Madrid.



Mientras tanto en el Senado se producían hechos similares, pero la presencia de varios Senadores Vitalicios, en su gran mayoría militares de prestigio, lograban atemperar los ánimos de Sus Señorías.

MADRID 9 DE ABRIL DE 1916

Las noticias corrían ya por Madrid como la pólvora. Se sumaba el saber que eran tropas del I Cuerpo de Ejército las que soportaban el envite enemigo, y empezaban a conocerse las numerosas bajas.

Al tener el I C.E. su base en Madrid, eran muchos los que tenían familiares y amigos en las unidades que soportaban la mayor presión enemiga. Poco a poco se iban formando corrillos de madrileños que buscaban intercambiar noticias, o compartir las escasas listas de bajas que se daban a conocer en los matutinos. A medida que pasaban las horas, los corrillos crecían, hasta convertirse en verdaderas concentraciones, y empezaban a bajarse persianas de comercios y cerrarse oficinas.

Algunos grupos de madrileños se dirigían hacia los edificios públicos en busca de noticias, la mayoría de las veces por conocer a alguien que trabajaba en la Administración. Al tiempo otros se dirigían a las sedes de los Partidos Polítiocs; y prionto se pordujeron los primeros brotes de violencia, consecuencia de la ignorancia del verdadero alcance de los acontecimientos.

A mediodía, Madrid, al igual que otras poblaciones, se encontraba paralizada. Los bulos corrían de manera frenética, y en algunos casos se llegaba a hablar de cientos de miles de caidos, y algunos palafraneros y ujieres del Congreso informaban de la marcha de varios Diputados el día anterior. Sin ninguna autoridad que pusiera freno a tales bulos, éstos crecían hasta convertirse por repetición en la única verdad.

Ni la Alcaldía ni el Gobierno Civil tomaban decisiones respecto al Orden Público, limitandose las Fuerzas Policiales a proteger algunos edificios, aunque prontamente superadas por el gentío. El Alcalde de Madrid, Joaquín Ruíz Jimenez, llamó en diversas ocasiones al Ministerio de Gobernación y a la Presidencia del Consejo, obteniendo como única respuesta el mantener la calma, y declarar ilegales las concentraciones de más de doce personas. Sin fuerzas sufcientes paar proteger los edificios públicos, y ante la pasividad gubernamental, Ruíz Jimenez se veía desbordado.

Con las autoridades civiles desapercidas, el Gobernador Militar de Madrid, se dirigió al Gobierno Civil, tomando en su persona las obligaciones de aquél.

A media tarde, tropas de la I Región Militar se hacían cargo del Orden Público en Madrid, protegiendo edificios públicos y de servicios, bancos y oficinas, y establecimientos de productos de primera necesidad. Al mismo tiempo, protegían los accesos al Congreso de Diputados y el Senado, a petición del Presidente del Senado, Don Manuel García Prieto.

Las tropas, en lugar de disolver las declaradas ilegales concentraciones, las escoltaban, y sin darse cuenta el gentío, las alejaban de las zonas sensibles de la capital.



MADRID y OTRAS CAPITALES, 10 DE ABRIL DE 1916

Sin uso de la fuerza, la calma había regresado a Madrid. No había duda, el gentío no mostraba enemistad hacia un Ejército supuestamente derrotado. Su enemistad por los sucesos del Sur de Francia se giraban contra un Gobierno Romanones,del que en su época de oposición, todos recuerdaban como obstaculizador del esfuerzo de Guerra, elevando el sentimiento popular favorable a los Ejércitos.

En otras ciudades, fuerzas de las milicias provinciales y de Orden Público, a las ordenes de los respectivos Gobernadores Militares, protegían edificios de al administración y servicios públicos. El pueblo les lleva bebidas y alimentos. La Guardia Civil, de acuerdo con el Decreto del Gobierno contra las concentraciones, disuelve en Barcelona, Alicante y Sevilla a anarquistas, derrotistas y otras fuerzas consideradas antipatrióticas, sociedades masónicas, organizaciones separatistas, ateneos ácratas y republicanos, a excepción de los seguidores de Peiró y Segui; y clubs liberales de conocida aliadofilia; pero incumpliendo las ordenes de disolver todas las concentraciones, al no hacerlo con la de los considerados patriotas.



Con la situación calma en Madrid, el Gobierno a última hora de la tarde, y reunido en Consejo de Ministros de Urgencia, ordena a los diversos Gobernadores Militares que devuelvan a las tropas a los cuarteles, y que entreguen el mando de la Guardia Civil a los reespectivos Gobernadores Civiles.

En Santander, el Gobernador Militar, responde que dado el Estado de Guerra solo cumplirá las ordenes del Capitán General de los Ejércitos, Su Majestad Alfonso XIII.


MADRID y OTRAS LOCALIDADES, 11 DE ABRIL DE 1916

La iniciativa del Gobernador Militar de Santander es seguida por otros Gobernadores Militares, incluido los de Valencia y Málaga. El Alcalde de La Coruña, del Partido Conservador solicita al Gobernador Militar que sean las tropas quienes ejerzan las funciones de Orden Público, ante la imposibilidad de las policiales de hacerse cargo del Orden Público ante las ingentes concentraciones populares. En el Ferrol, la marinería patrulla de forma conjunta con la Guardia Civil la ciudad e instalaciones industriales. En varias localidades se produce similar petición, llegando en Pamplona a solicitarse al Requeté que colabore con la Guardia Civil; y en Vitoria los Miñones se ponen a las ordenes del Gobernador Militar.



MADRID, 12 DE ABRIL DE 1916

En un nuevo Consejo de Ministros de Urgencia, el Conde de Romanones ordena al Minsitro de Guerra, Agustín de Luque y Coca, que las fuerzas del Ejército de Reserva se dirijan a Madrid y otras localidades para devolver a las milicias y otras fuerzas a los cuarteles, contando con la lealtad del Ejército de Campaña frente a los Voluntarios y Fuerzas de Reserva. Luque y Coca se niega a dar dicha orden, poniendo su cargo a disposición del Presidente del Consejo.

En Madrid, y otras localidades, se va conociendo de forma oficiosa, gracias a oficiales y jefes, que la retirada se debe a un plan elaborado por anterioridad, sin intervención del Gobierno, y que la situación podrá reconducirse en un futuro próximo.

Por la tarde, el Rey Alfonso XIII, ordena que todas las fuerzas desplegadas en las ciudades que no tengan un cometido estrictamente militar vuelvan a sus acuartelamientos, en la confianza que la ciudadanía sabrá estar a la altura de las circustancias, oficializando los rumores existentes acerca de un Plan preestablecido en Francia, y asumiendo Él toda la responsabiliadad de los sucesos militares, y solicitando a los ciudadanos que vuelvan a sus quehaceres.

Todos los Gobernadores Militares cumplen de inmediato la orden, y la ciudadanía, confiando en la palabra del Rey, vuelve a sus trabajos.

Esa misma tarde el Conde de Romanones se reune con el General Díaz, afeandole que exista una conjura para derribar el Gobierno, con la participación del Rey. El General Díaz le niega cualquier conjura, aunque evidencia que las noticias del Sur de Francia y el saberse que muchos Diputados preparaban su salida de Madrid, no beneficiaban en nada a un Gobierno que no supo tomar las riendas de la situación desde el primer momento.

CONTINUARÁ

[brenan]

Sobre Romanones:

"Que parezca un accidente"

[brenan]

Anda lo que hay que leer

Aquí mi fusil, aquí mi pistola...!! Juaaaaaasssssss!

D. Lorenzo está hecho un iconoclasta

Ya pongo yo la clasi, que el Sumo Hacedor anda muy atareado...

¿ Que pasa primo ?, ? te has hecho colaboracionista con el Sádico Histérico ?, ¿ te ha ofrecido algún ministerio o te ha hecho director general de Ferrocariles ?