Premio ABC Sabino Fernández Campo: Fuerza de Guerra Naval y Hugo O’Donnell
Publicado por Esteban Villarejo el mar 25, 2014
Capitanía General, es decir, la majestuosa Plaza de España en Sevilla donde tiene su sede el Cuartel General de la Fuerza Terrestre del Ejército del Tierra será este miércoles el marco incomparable donde esta Casa celebre el Premio Sabino Fernández Campo, que en su segunda edición premia a la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada Española y al Excmo. Sr. D. Hugo O’Donnell y Duque de Estrada, quien ostenta el Ducado de Tetuán desde 2005.
Con este premio ABC y BBVA rinden homenaje a las Fuerzas Armadas y reconocen actuaciones destacadas desempeñadas por personas o unidades militares en el ejercicio de su deber y también actuaciones del personal civil o entidades jurídicas con aportaciones manifiestas que ensalcen y contribuyan a poner en valor al colectivo militar. Al evento asistirá el ministro de Defensa, Pedro Morenés, entre otras autoridades políticas y militares.
En la primera edición fueron premiados el Centro Internacional de Desminado de la Academia de Ingenieros Hoyo de Manzanares (Madrid) y el embajador de España en Etiopía, Miguel Fernández Palacios.
1. FUERZA DE GUERRA NAVAL ESPECIAL (FGNE)
El jurado acordó en enero conceder el galardón a la Fuerza de Guerra Naval Especial «por su papel en las arriesgadas misiones llevadas a cabo desde su creación, especialmente en el océano Índico», en el marco de la Operación Atalanta de la UE contra la piratería. Entre sus misiones, aquella que salvó la vida a la rehén francesa Evelyne Colombo en septiembre de 2011 o despliegues militares realizados ante el secuestro de embarcaciones (Alakrana).
Uniforme de la Fuerza de Guerra Naval Especial / ARMADA ESPAÑOLA
La FGNE, fuerza de élite de la Armada, es una unidad relativamente nueva: constituida el 10 de junio de 2009, sobre las bases de la Unidad Especial de Buceadores de Combate -del centro de Buceo de la Armada- y la Unidad de Operaciones Especiales de la Brigada de Infantería de Marina del Tercio de la Armada, de las que asume su tradición y herencia de más de medio siglo con participación en misiones en el Sáhara, Bosnia y Herzegovina, Perejil, Haití y Líbano
Con sede en en la Estación Naval de la Algameca en Cartagena (Murcia), la FGNE está comandada por el coronel de Infantería de Marina Francisco Múgica Ruiz y, claro está, por el general de División Pablo Miguel Bermudo y de Espinosa, el líder de todos los infantes de Marina españoles.
«La Fuerza de Guerra Naval Especial aporta a las operaciones especiales en el ámbito conjunto unas capacidades especialmente adaptadas y preparadas al entorno marítimo que las hace la opción preferente para las operaciones realizadas en, bajo, hacia o desde la mar», explica la Armada en su página oficial. ¿Su lema? «Serenitas et Audacia».
Escudo de la Fuerza de Guerra Naval Especial
2. HUGO O’DONNELL Y DUQUE DE ESTRADA. DUQUE DE TETÚAN. CENSOR DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Hugo O’Donnell y Duque de Estrada, militar y miembro de la Real Academia de Historia y patrono del Museo Naval, es uno de los llamados héroes anónimos del «caso Odyssey», por el cual España recuperó el tesoro de la fragata «Nuestra Señora de las Mercedes», que en el mes de septiembre será expuesto al público en Madrid.
En su favor pesa no solo la publicación de obras como «La campaña de Trafalgar» o la dirección del tomo de «Historia militar de España» dedicado a la Edad Moderna. En su persona se reconoce asimismo el papel relevante que él mismo tuvo y el de los Archivos de la Armada y la Real Academia de la Historia desempeñaron en la resolución, favorable para España, del litigio contra Odyssey Marine Exploration tras el expolio de la fragata «Nuestra Señora de las Mercedes».
El historiador, el militar, Hugo O’Donnell y Duque de Estrada / JULIÁN DE DOMINGO
Con el «caso Odyssey» este comandante de Infantería de Marina (R), duque de Tetuán y conde de Lucena, recibió el encargo de la Real Academia de la Historia, a la que pertenece, para investigar el litigio y se sumergió en su archivo. «Todos sabíamos que tantas monedas en esa zona solo se hundieron con la Mercedes. Pero no teníamos pruebas. Y para el tribunal debíamos hallar entre los restos algo incontestable, algo como el DNI de la fragata. Otros buscaron historiales que demostraron más adelante que era un buque de Estado. Pero esas cosas no iban a demostrar que el Black Swan era la Mercedes», afirmó a ABC en un reportaje publicado en febrero de 2012 con el título «Los auténticos héroes del caso Oyssey», que aquí estamos reproduciendo parte en estos últimos párrafos.
Tras varios meses de trabajo, en mayo de 2008, O’Donnell, publica un artículo en prensa explicando que la fragata portaba dos piezas artilleras singulares, del siglo XVII, «culebrinas excluidas de bronce», que si fueran halladas identificarían el pecio. Ni Cultura ni Defensa le habían pedido nada, pero a los pocos días recibió una llamada de la subdirección general de Patrimonio. Una llamada tensa, displicente.
¿Por qué? «Porque mi artículo señalaba el poco cuidado por el patrimonio de las aletargadas autoridades españolas». Quien le llamó le dijo que «tenía orden de pedirle que atienda» al abogado Goold. A los pocos días, O’Donnell lo recibió en su casa y ocurrió lo que él ya denominará siempre con cierta guasa «la escena del sofá».
25-02-2012 Llegan a la base aérea de Torrejón las 17 toneladas de oro y plata del pecio de la fragata «Nuestra Señora de las Mercedes» / JAIME GARCÍA
Porque Jim Goold y José Arvelo, del despacho Covington & Burling, se sentaron en el sofá azul del imponente salón de Hugo O’Donnell y relataron que habían solicitado al juez una película del yacimiento tomada por Odyssey y en ella se veían piezas de artillería. «Leyeron mi artículo y vinieron rápidamente: me enseñaron las fotos y allí estaba, semienterrada, una de las culebrinas. No cabía duda».
El historiador les explicó que era lo más cercano al DNI de la fragata que podrían encontrar, porque nunca aparecería una campana con el nombre del barco, pero esto era casi irrefutable. «Entonces a Jim le dio como un ataque: se puso de rodillas y gritaba con las manos juntas: “¡Lo encontramos! ¡Lo encontramos!” Y esa fue la escena del sofá», remacha O’Donnell».