Interesante tema:
A 100 años de la Batalla de Tsushima:
El buque chileno que peleó por Japón contra el poder naval ruso
ALBERTO ROJAS MOSCOSO
De un extremo a otro del Pacífico, la historia del "Idzumi" demostró la importancia estratégica del dominio del mar.
Hace 100 años no había misiles crucero, ni aviones invisibles al radar, ni submarinos nucleares. Tampoco bombarderos de largo alcance o sistemas de visión nocturna. A comienzos del siglo XX el poder de un país estaba basado estrictamente en el número de tropas con que contara y sobre todo en su poderío naval.
Eso quedó demostrado el 27 de mayo de 1905 en la Batalla de Tsushima, cuando la armada japonesa destruyó la Flota Báltica rusa, poniendo fin a la pugna por ser la potencia militar en el este de Asia.
En esa batalla, un buque llamado "Idzumi" jugó un papel clave. Un crucero que años antes había servido en la armada chilena bajo el nombre de "Esmeralda", el tercero en llevar ese nombre.
Su construcción se inició en los astilleros W.G. Armstrong, Mitchell and Co., de Law Walker (Inglaterra), en 1881. Y fue entregado a Chile tres años después.
Este fue el buque más rápido de su época y su diseño, a cargo del ingeniero y constructor naval George Rendel, redefinió las características de los navíos de guerra. Tenía un casco de acero con un espolón en la proa, dos chimeneas y dos mástiles.
También contaba con un sistema destilador para entregar agua dulce. Y su cubierta tenía una pulgada de espesor sobre las santabárbaras, los cuartos de máquinas y sus cuatro calderas, las que eran alimentadas gracias a una carbonera con capacidad para 600 toneladas.
En 1885, debido a una revolución que amenazaba al Estado Federativo de Panamá, Chile envió al crucero "Esmeralda" -a petición del gobierno panameño- como parte de una fuerza de estabilización.
Y a nivel local, en 1888 este mismo buque tuvo la responsabilidad de transportar los restos del capitán Arturo Prat Chacón, el teniente Ignacio Serrano y el sargento Juan de Dios Aldea -nueve años después de haber sido sepultados en Iquique- hasta Valparaíso, donde fueron enterrados definitivamente.
A las antípodas
Al otro extremo del Océano Pacífico comenzaban a soplar vientos de guerra, producto del choque de intereses entre las diferentes potencias europeas y el ascenso del Imperio Japonés, en proceso de expansión territorial.
"A partir de la década de 1860, Japón había iniciado un acelarado proceso de industrialización, que incluía a sus fuerzas armadas. Comenzaron comprando buques de origen británico, pero después enviaron a sus propios ingenieros a Europa, para aprender las técnicas de construcción naval", explica Cameron Hurst, profesor del Centro de Estudios del Este de Asia, de la Universidad de Pennsylvania.
El interés japonés por adquirir buques de guerra coincidió con la decisión chilena de vender el crucero "Esmeralda", ya que "había sido sobrepasado en su clase por los cruceros protegidos más nuevos de la flota argentina", según explica Robert L. Scheina, autor de "Latin America, A Naval History: 1810-1987".
Así, el crucero "Esmeralda" fue vendido a Japón durante la primera guerra chino-japonesa (1894-1895), por lo cual fue trasladado a las Islas Galápagos para que Ecuador hiciera de intermediario de la venta, en noviembre de 1894. Según Scheina, con el pago Chile ordenó una nueva "Esmeralda" y cuatro lanchas torpederas en mayo de 1895.
El buque, ahora bajo bandera japonesa, arribó a Yokosuka el 5 de febrero de 1895, donde fue rebautizado como "Idzumi".
Diez años después, el Imperio Japonés y la Rusia del zar Nicolás II entraron en conflicto por sus ambiciones territoriales sobre Manchuria y la península de Corea (ver recuadro). Y si bien el conflicto tuvo importantes campañas en tierra, sus principales episodios se dieron en el mar, al igual que su desenlace.
En mayo de 1905, al mando del capitán de navío Ichiro Ishida, el "Idzumi" formó parte de la Tercera Escuadra del vicealmirante Shichiro Kataoka. Y a las 06:55 del 27 de ese mes, desde su puente divisó a la Flota Báltica rusa.
A partir de ese momento y durante toda la batalla naval de Tsushima, el "Idzumi" informó de los movimientos del enemigo al almirante Togo, quien a bordo del buque insignia "Mikasa" dirigió las operaciones que finalmente le dieron a Japón una victoria aplastante. La flota japonesa, númericamente inferior, se había impuesto con sus buques más modernos, más veloces y con un mayor alcance de fuego.
"La guerra ruso-japonesa fue un momento crucial en la historia de ambos países, porque a partir de la derrota de la flota del zar comienza el declive de Rusia, hasta la revolución de 1917. Del mismo modo, el triunfo japonés marca el inicio de su expansión militar por Asia", explica a "El Mercurio" Balbina Hwang, analista en temas asiáticos de la Fundación Heritage, en Washington.
¿Cómo habría cambiado la historia sin la presencia del "Idzumi"? Probablemente eso nunca se sabrá.
Choque de gigantes
Tras la guerra chino-japonesa, Rusia -apoyada por Alemania y Francia- había intervenido obligando a Japón a devolver Manchuria y Lüshunkou (posteriormente Port Arthur) al régimen chino. Aprovechando el retiro japonés, Rusia ocupó Manchuria y logra un "arriendo" por 25 años de la base naval en Port Arthur como puerto libre de hielos para el uso de su flota.
Japón, al ver que Rusia se había aprovechado de la situación, exigió a Moscú el repliegue de sus fuerzas. Pero Rusia "tramitó" una solución al conflicto durante años. Entonces, el 4 de febrero de 1904 Japón rompió relaciones con Rusia, pero no declaró la guerra hasta la noche entre el 7 y el 8 de febrero, cuando sus buques entraron a la rada de Port Arthur y atacaron la flota rusa con torpedos. La mitad de los grandes buques fueron hundidos o averiados y se salvaron sólo cuatro acorazados.
A partir de ese instante la guerra se desató también en tierra firme, con despliegue de tropas en Corea y Manchuria, pero siempre teniendo como objetivo apoderarse de Port Arthur, sobre el que se inició un asedio que impedía a los buques rusos maniobrar en mar abierto.
En los meses posteriores, el resto de la flota rusa del Pacífico fue destruida en diferentes batallas, tanto en Port Arthur como en Vladivostock. Port Arthur, tras sangrientas batallas, se rindió el 2 de enero de 1905. Casi un preludio de lo que sería la destrucción de la Flota Báltica, al mando del almirante Zinovi Petrovich Rozhdestvenski, en Tsushima.
http://diario.elmercurio.com/2005/06/06/internacional/_portada/noticias/507F0037-9391-4586-869B-C6127ED90484.htm
Saludos
Gonzalo