Revolucion Francesa y Guerras Napoleónicas 1792-1815

Los conflictos armados en la historia de la Humanidad. Los éjércitos del Mundo, sus jefes, estrategias y armamentos, desde la Antiguedad hasta 1939.
agualongo
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La Batalla


De creer a Thiers, durante la noche del 5 al 6, Beaulieu propuso salir de las trincheras y caer de improviso sobre los franceses para desconcertarlos con un ataque brusco y nocturno. Esta enérgica opinión no prosperó y el ejército austriaco permaneció tranquilo aquella noche mientras que el francés pasó la noche en la linde del bosque, dividido en columna, dispuesto para desplegarse por la mañana.

A las siete de la mañana del martes, 6 de noviembre de 1792, las baterías francesas abrieron fuego sobre el campo enemigo mientras formaba su infantería, que estaba en línea a las ocho. El bombardeo francés, contestado por los austriacos, fue demoledor y no cesó hasta las diez de la mañana. Iniciado por la derecha, se extendió gradualmente a todo el frente. Sólo en el centro, los franceses habían actuado con 12 cañones de 16 libras, 12 de 12 libras y 12 obuses pesados. Sirva de ejemplo de la intensidad del bombardeo que el regimiento de Bender, de la brigada Kaim, situada en la derecha austriaca, perdió a 14 oficiales y 400 hombres durante el mismo, y que el general Kaim sería, el día 19, condecorado con la Cruz de Caballero de la Orden de María Teresa, por el valor mostrado bajo las bombas enemigas.


agualongo
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Dumouriez ordenó a los generales Ferrand y Beurnonville que empezaran el ataque a izquierda y derecha respectivamente, mientras el centro debía esperar el momento de entrar en acción y D´Harville debía a toda costa intentar envolver a Beaulieu.
Ferrand atacó poco después de las diez de la mañana, ocupó Quaregnon, desde dónde se cubría Jemappes y que se encontraba defendida por siete compañías de Freikorps, que se replegaron ante la embestida. Ferrand atravesó en seguida el pueblo que había ocupado, con la intención de atacar de frente a Jemappes mientras el general Rozière con cuatro batallones la envolvería por el flanco, pero apenas salió de Quaregnon, cuando se introdujo en un terreno pantanoso, lleno de cunetas acuosas, que obstaculizaba el que su artillería pudiera seguirle. No obstante, atacó con 12 batallones, de los regimientos de Navarra, Auvernia y 5º y 17º de línea, a la bayoneta, a eso de las once, pero fue rechazado. Entonces Dumouriez envió a su ayuda de campo, el fiel general Thouvenot al ala izquierda, con 18 batallones, para que con la cabeza gacha y a la bayoneta se aproximara de flanco a los austriacos, misión que realizó brillantemente, aunque resultara contusionado en una pierna y su caballo muerto.

Saludos


agualongo
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En la derecha, el ataque de Beurnonville había fracasado. Avanzando imprudentemente se topó con las defensas enemigas, 3 batallones austriacos situados en las alturas de Bartaimont, frente a Cuesmes, apoyados en cinco reductos artillados más 4 piezas de 12 libras y 2 obuses, mientras más allá, en el extremo de la línea, en Ciply se encontraban 5 compañías serbias del Freikorps, apoyadas por 3 escuadrones de caballería. La timidez del movimiento francés, fácilmente contenido, permitió a Beaulieu un contraataque, con los tres batallones, apoyado por dos escuadrones de caballería. Los franceses, sorprendidos de este movimiento ofensivo que no esperaban, tuvieron un conato de pánico, sin embargo, el apoyo inmediato que recibieron por parte del bravo Dampierre, restableció la situación y rechazó a Beaulieu hacia Bartaimont. En efecto, a la cabeza del regimiento de Flandes (1 batallón y 4 compañías), seguido a cien pasos (unos 30 metros) por dos batallones y una compañía de la Guardia Nacional de París, se lanzó sobre los tres batallones enemigos, los obligó a retroceder, se apoderó de los dos primeros reductos y giró sus cañones para atacar con ellos a los austriacos, devolvió a Beurnonville la libertad de acción e hizo casi un centenar de prisioneros (hasta 600 se atribuyó, exageradamente él mismo). :roll:
Por su parte, en la extrema derecha francesa, D´Harville inició el ataque sobre Clipy, a las once de la mañana, con 6.000 hombres, pero también fue detenido por las cinco compañías del Freikorps; fue entonces cuando decidió enviar algunos batallones, apoyado por varios escuadrones de caballería, entre Frameries y Ciply, y avanzó hasta coronar las alturas, donde estableció una batería para batir los reductos de Cuesmes, poco después de mediodía.

Hacia las doce, pues, los franceses progresaban por los flancos, sobre todo por la izquierda, donde los cazadores austriacos, a pesar de su bravura, tuvieron que retirarse en perfecto orden, del bosquecillo de Flénu, y también por la derecha, donde Beurnonville, liberado por Dampierre, avanzaba sobre Cuesmes en dos líneas, seguido por la caballería, que formaba una tercera. La enorme superioridad numérica de los franceses se hizo determinante, junto al devastador bombardeo que la artillería tenía sometida a las líneas austriacas. Por su parte, el duque de Sajonia – Teschen, para proteger su retaguardia, situó a la guarnición de Mons en la altura de St. Lazare con dos cañones, que podían apoyar a los flancos amenazados y envió a los tres escuadrones de los húsares de Blankenstein, dirigidos por el conde Karl Hadík von Futak, sobre la artillería francesa para apagar sus fuegos: los húsares austriacos cargaron varias veces en un terreno desfavorable sobre el flanco de la artillería enemiga, pero siempre fueron rechazados con graves pérdidas entre ellas los capitanes Kastl (muerto en la acción) y Kaan (gravemente herido, sucumbiría pocos días después). Mientras Futak fracasaba en su carga, dos columnas francesas lograban, a costa de pérdidas elevadas, apoderarse de las alturas de Flénu. Éste éxito también favoreció a Beurnonville, que presionaba, como ya vimos, la línea de reductos, en la que ya el enemigo oponía escasa resistencia, pues habían sacado sus cañones de los reductos que todavía conservaban y se afanaba en retirarlos en perfecto orden. La caballería de Beurnonville se lanzó sobre los imperiales para apoderarse de dichos cañones, y lograron capturar algunos, cuando dos escuadrones de dragones de Coburgo, acudieron rápidamente, rechazaron a la caballería francesa y retomaron los cañones. Simultáneamente un escuadrón de chevauxlegers de Latour, dirigido por el teniente coronel Carl Fhr. Von Pforzheim, cayó sobre los jinetes derrotados, dispersándolos, y abandonando a los infantes, que atacados por la caballería austriaca, abandonaron momentáneamente los reductos conquistados y refluían hacia sus líneas.

Sí, la batalla de Jemappes sigue en tablas, con cierta ventaja gala en los flancos... observemos, observemos al joven Latour, emigrado realista al servicio del Austria y que tan destacado papel jugaría años después en la Caballería Imperial Napoleónica..

saludos


agualongo
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Fue entonces, en lo más crudo del combate, cuando Dumouriez dio al centro la orden de ataque: “Ahí tenéis las alturas de Jemappes y ahí encontraréis al enemigo: será el arma blanca, la terrible bayoneta la táctica que emplearemos para vencer” les espetó a los soldados antes de ponerse él mismo a paso de carga, al frente de las tropas, que marchaban entonando los cantos revolucionarios. Consideró que era el momento crítico de la batalla; había reunido a todos los soldados que formaban el centro en una sola unidad, a la que nombró in situ “el batallón de Mons” (según los austriacos) (los franceses lo denominan “el batallón de Jemappes”), dirigido por el duque de Chartres, asistido por los dos hermanos Frégéville, ambos generales, y los coroneles Nordmann y Fournier; los soldados franceses cargaban al grito de Vive la Nation!, bajo el fuego de los cañones imperiales situados en la cima de los acantilados de Jemappes. Sin embargo, al atravesar la llanura que los separaba de los austriacos, varios batallones, debido a su ardor y a su falta de instrucción, perdieron su alineamiento en el orden de avance, desordenándose al tiempo que los escuadrones victoriosos de Chevauxleger y dragones, aparecían súbitamente en el centro de la formación francesa, en el lugar donde el camino que conduce a Jemappes forma una abertura en medio del bosque; tres batallones revolucionarios que subían por el camino, fueron despedazados allí por los jinetes imperiales, mientras que 18 batallones, expuestos al fuego de la artillería y de la infantería, se desorganizaron. :axe: Varias columnas de ataque dudaron y el pánico se apoderó de ellas; una brigada al completo rompió la línea y se retiraba en desbandada. El desorden y la confusión reinaba en el centro francés cuando un joven criado, Baptiste Renard, “inspirado por un acto heroico” según testificó Dumouriez, marchó al lugar del desorden con un grupo de soldados, concentró a los huidos en torno suyo e hizo avanzar a siete escuadrones de caballería, restableciendo el combate. Los franceses volvían a atacar los reductos, soportando cargas mortíferas de metralla a bocajarro, se aproximaban poco a poco hasta que los asaltaban a la bayoneta.

Nada más heroico, más peligroso, más temible que jugártela, con soldados improvisados, atacando de frente una posición fortificada del enemigo... ¡QUE EMOCIONANTE!

Saludos


agualongo
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Mientras tanto, el duque Alberto ordenó a su caballería que se concentrase en su izquierda, pero la operación se retrasó debido a lo desfavorable del terreno en la zona de Cuesmes, llena de trincheras y de cráteres producidos por los violentos impactos de la artillería, que se cubrían en seguida con las aguas subterráneas del terreno. Ello obligó a que la caballería imperial se desplazase lentamente, enfilada por la artillería francesa, que le provocó cuantiosas bajas. Aún así, recibió nuevas órdenes y lanzó una nueva carga para desbordar a las columnas enemigas en la llanura. Dumouriez, que se dirigía a la derecha, percibió el peligro y ordenó al duque de Chartres que rechazara el ataque, sin ceder en la presión a los reductos; el 3º de cazadores a caballo y el 6º de húsares, lograron oponerse con éxito a la caballería imperial e impidieron que pudiera ejecutar su movimiento, mientras el “Batallón de Jemappes” se apoderaba uno a uno de los reductos, venciendo la dura resistencia de los defensores.

saludos


agualongo
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Bueno, sigamos con el desarrollo de Jemappes:

Tras ser rechazada en su última carga, la caballería austriaca llegó a su ala izquierda al mismo tiempo que los franceses, quienes advirtieron del desorden de la infantería imperial, desplegada en dos líneas, con una tercera que se estaba formando mediante la concentración de la caballería recién llegada. Recordemos que Beurnonville, que había recuperado su libertad de acción, gracias a la intrepidez de Dampierre, se lanzó sobre los reductos y atrincheramientos austriacos, y aunque tuvo unos éxitos iniciales, tras la intervención de la caballería imperial, sus fuerzas habían retrocedido, renunciando a sus ataques tras sufrir duras pérdidas. Dumouriez, que se desplazó a la derecha, e ignoraba el éxito del centro, pensó por un instante renunciar al ataque, pero al tener noticias del éxito del duque de Chartres, reunió a un batallón de la Guardia Nacional de París y varios escuadrones de caballerías y los concentró para iniciar el ataque, cuando una columna de caballería imperial se puso en movimiento y cargó sobre la infantería francesa, que permaneció de pie, en columna cerrada y la rechazó mediante una descarga cerrada que provocó varios muertos de jinetes y caballos. Entusiasmados por esta ventaja, los escuadrones franceses (húsares de Berchini) se lanzaron sobre los austriacos, sable en mano, secundados por la infantería de Beurnonville, que se arrojó sobre los reductos y las trincheras de las alturas de Jemappes en un ataque vigoroso. Esa posición estaba defendida por los granaderos húngaros, que ofrecieron una dura resistencia. Los franceses avanzaban en medio de una lluvia de balas, obuses y granadas, para desalojar al enemigo de sus líneas. Los húngaros se batieron con su acostumbrada intrepidez y una horrible carnicería tuvo lugar en aquella colina, cubriéndose los reductos y las trincheras con muertos y heridos de ambos bandos. En aquel combate se destacaría el joven (21 años) duque Carlos, hijo adoptivo del duque de Sajonia Teschen. Mientras los húngaros eran rechazados poco a poco ante la enorme superioridad numérica del enemigo, tuvo lugar el ataque de la columna de Dumouriez, que continuó hasta el pueblo de Jemappes en la orilla derecha del Haine, amenazando a los defensores con cortarles la retirada. La aparición de esta columna, en la retaguardia austriaca sorprendió totalmente a los imperiales, que habían seleccionado el mencionado lugar como base para asentar su derecha. Era imposible que los franceses pudieran cruzar a la orilla izquierda, puesto que los austriacos habían destruido todos los puentes y recogido sobre ese orilla todas las embarcaciones que pudieran servir para cruzar el río…o al menos eso creían los imperiales, porque lo cierto y verdad es que tres batallones franceses aparecieron repentinamente, por el lado de Rosières en las calles de Jemappes, donde no se les esperaba. Dos compañías de granaderos (GrenadierKompanien) se arrojaron sobre ellos y contuvieron el avance de los franceses durante un tiempo precioso en que se pudo organizar la retirada hacia Mons, pues el duque de Sajonia Teschen daba ya la batalla por perdida: una columna del ala derecha, incluyendo la artillería que pudo salvar, se replegó por la calle principal de Jemappes en dirección al Trouille, cruzándose con otra que se dirigía de Bertaimont a Mons, produciéndose cierta confusión en el pueblo. Mientras esto ocurría en Jemappes, en el otro extremo de la línea, en el ala izquierda, los franceses cesaban en sus ataques. D´Harville había fracasado en sus intentos de apoderarse del “Monte Panisel” (el Palizel de los austriacos) y de las alturas de Nimy, desde donde hubiera podido amenazar la retirada de los imperiales. El mariscal Beaulieu, tras rechazar a D´Harville, permaneció en esas posiciones hasta que el ala derecha y el centro se replegaron, entonces recogió todos sus puestos y destacamentos avanzados ante Ciply y en el monte Panisel e inició su retirada sin ser molestado por los franceses. Los imperiales cruzaron el Haine por un puente de pontones que establecieron los ingenieros austriacos y vivaquearon entre Nimy y Maisières. Las tropas ligeras se situaron entre Ghlin, Obourg y St-Denis. El destacamento que hasta entonces estaba en Binche, se situó parte en Haine-St-Pierre y parte en Charleroi sobre el Nivelles, para cubrir las avenidas de Bruselas, extendiéndose sobre una línea de 30 kilómetros.

La batalla había llegado a su fin.

Saludos


agualongo
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Eran las dos de la tarde cuando la acción tocaba a su fin. Gracias a que Beaulieu se había sostenido en Berthaimont, Clerfayt pudo retirarse bajo su protección y unidos ambos, emprender al día siguiente la retirada hacia Bruselas.
Según Thiers , las bajas imperiales ascendieron a 4.500 muertos y heridos y 1.500 prisioneros, cifras a todas luces exageradas, pues si añadiéramos los extraviados, desaparecidos y enfermos, las bajas del ejército Imperial serían muy próximas a los 8.000, :crazy: increíble si se tiene en cuenta que adoptó una fuerte posición defensiva y que apenas si fue molestado en la retirada, y que contradicen los estudios de Digby Smith y J.B. Schels, basados en los partes de cada regimiento dan unas cifras muy inferiores y también mucho más próximas a la realidad:
El ejército austriaco tuvo 305 muertos, entre los que destacaron el conde de Haddick y el barón de Kenne, coronel del regimiento de Bender, 513 heridos y 423 prisioneros así como 5 cañones perdidos. Las bajas francesas se elevaron a 650 muertos, entre ellos el general Drouet (no confundir con el futuro Drouet d´Erlon) y 1.300 heridos, entre ellos los generales Duhoux y Ferrand, el coronel Chaumont y el ayudante general Monjoy, todos graves.

Así concluyó la batalla que daría el dominio de Bélgica a los franceses. Aún hoy en día no se entiende porqué el duque de Sajonia Teschen emprendió una acción general contra fuerzas tan superiores en hombres y artillería, con un río a su retaguardia y un solo puente de pontones para cruzarlo en caso de retirada como de hecho ocurrió; tal vez el duque Alberto pecó por una vez de soberbio o quizás no llegó a calibrar todavía el carácter de guerra que se estaba librando y de la que Valmy había sido buen ejemplo. Tal vez pensó que sus 14.000 soldados profesionales eran más que de sobra para vencer a unas desorganizadas masas de “chusma parisina”, si tal fue su pensamiento, no cabe duda de que se equivocó de modo lamentable.

Sí, el duque no debió creerse mucho (a pesar de los relatos de Clerfayt) que Brunswick había sido derrotado en Valmy, sino que más bien había decidido retirarse por "otras circunstancias".. sólo así entendería como se arriesgó a una acción general, en una desproporción de 1 a 4 en hombres y 1 a 2 en artillería, con un rio a retaguardia... estoy seguro, que a pesar de Valmy, no creyó que "el populacho" pudiera vencer una batalla a un genera profesional con tropas profesionales... ¡Se equivocó!
Cierto que el ejército francés todavía adolecía de la sangre fría, la disciplina y la habilidad táctica que pronto tendrá... recuérdese que sigue siendo una fuerza miliciana, que en Jemappes por un momento pasó la sombre de Quievrain, por un momento los soldados franceses dudaron y se desmoralizaron, pero se recuperaron pronto..como toda fuerza miliciana era capaz de lo mejor y lo peor, valiente hasta la temeridad, pero pronto a caer en la desmoralización y el pánico... su falta de habilidad sigue siendo grave, nada lo demuestra mejor que Beaulieu rechaze todos los ataques franceses, logrando servir de gozne para replegar al ejército en tan difícil situación, y él mismo retirarse intacto frente a todo el ejército de Dumouriez, y ello a pear de que el flanco derecho austriaco había sido rebasado hacía tiempo...

La extraña conducta de Brunswick en Valmy, unida a la soberbia de Alberto en Jemappes, salvaron a la Revolución en 1792, no tengo dudas sobre ello.

Saludos


agualongo
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EXPLOTACIÓN DEL ÉXITO

Tomas de Mons y Tournay

La victoria de Jemappes abrió las puertas de Bélgica a los franceses. El mismo día en que tuvo lugar el combate, al atardecer, Dumouriez intimó al comandante de Mons a la entrega de la ciudad. Tras consultar con el duque Alberto, la guarnición imperial se replegó durante la noche, sin ser perseguida, enlazando con el resto del ejército en retirada en Soignies, a 20 kilómetros de Mons, donde entró Dumouriez el miércoles 7 de noviembre por la mañana. En ella halló 130 piezas de artillería, 107 cañones de hierro, 3.000 bombas, 300.000 balas de todos los calibres, 2.365 cajas de munición y 1.437 fusiles. :shock:
A la mañana siguiente, día 8, el cuarto cuerpo francés (Labourdonnaie) ocupó Tournay, igualmente abandonada por los austriacos, a unos 50 kilómetros al noroeste de Mons, sobre el flanco izquierdo de Dumouriez.

Noviembre de 1792: la Revolución no sólo no está acabada, sino que orgullosa, se dispone a lanzarse sobre Bélgica


agualongo
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Situación Política de Bélgica

La batalla de Jemappes creaba a Dumouriez un doble problema, por un lado el impacto de la revolución francesa en un país limítrofe, como Bélgica, y por otro, la funesta intervención de los revolucionarios en la administración militar, sobre todo en la logística.

En 1792, había en Bélgica dos grandes partidos: el Imperial, partidario del absolutismo y de la dominación austriaca, que tras lo acaecido en Jemappes, se encontraba en franca retirada, y el Nacional, partidario de una Bélgica independiente, y que a su vez se dividía en dos, una fracción absolutista, integrada por la nobleza y el clero, y que contaba con las simpatías del campesinado y la mayoría de la población, y otra jacobina y demagógica, partidaria de la Soberanía Popular, la Constitución y la Abolición de los privilegios feudales. Cada una de estas facciones aceptaba de Francia lo que le convenía: el Partido Absolutista la expulsión de los austriacos, el Jacobino la llegada de la Revolución. Dumouriez, por su parte, mantuvo un difícil equilibrio, pues, si condenaba las pretensiones de mantener los privilegios de unos, no quería trasladar a Bruselas los jacobinos de París, y que allí aparecieran nuevos Marat, Chabot o Danton. Así pues, optó por mantener la vieja y tradicional organización del país, reformando sólo aquellos derechos que se tuvieran por muy feudal. Su último objetivo era anexionar Bélgica al territorio francés o convertirla, al menos, en protectorado. :wink:

Problemas logísticos

Al entrar en Bélgica, Dumouriez prometió, en una proclama, que respetaría las propiedades, las personas y la independencia del país. Ordenó que las autoridades siguieran en sus puestos y que se convocaran asambleas primarias para formar una Convención que decidiera la suerte de Bélgica.

Como hemos dicho, el 7 de noviembre Dumouriez entró en Mons, mientras sus comisarios se encontraban en Valenciennes, sin que los suministros prometidos le hubieran llegado. Necesitaba uniformes para sus soldados, que marchaban medio desnudos, víveres, caballos para la artillería, forrajes para las bestias, medios de transportes, en un país donde los acarreos resultaban extraordinariamente difíciles, y dinero para pagar a las tropas, porque en Bélgica no se aceptaban de buen grado los asignados.
En parte, estos problemas logísticos, contribuyeron, y no poco, a detenerse en Mons entre el 7 y el 11 de noviembre, permitiendo al duque de Sajonia Teschen que se retirara tranquilamente. Dumouriez concibió un plan audaz para solucionar los problemas de suministros y consistía en entrar directamente en trato con los belgas para los víveres, forrajes y aprovisionamientos. Con esto se lograban varias ventajas: por un lado aceleraba el recibo de las provisiones, ya que éstas se encontraban en los mismo sitios en que se hallaban las tropas, por otro lado, este negocio atraería a los belgas hacia la causa francesa, pues establecería vínculos económicos entre la población y el ejército; además, al pagar con asignados, los vendedores se verían obligados a facilitar su circulación y de esta manera se ahorraba el hacerlos obligatorios.
Dumouriez utilizó para sus compras los servicios de Malus, un comisario de guerra tan hábil como usurero y d´Espagnac, un ex cura, libertino, simpático y corrompido. Ambos no ayudarían a solventar sus próximos problemas con la Convención.

No ayudarían, no, pero sí aligerarían los trámites para dotar de lo indispensable a los ejércitos de la Revolución en esta campaña de Bélgica..

saludos


agualongo
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Combate de Anderlecht: Toma de Bruselas

Después de haber solucionado, si quiera por el momento, los problemas de mantenimiento de sus tropas, Dumouriez ordenó al 4º C.E, que acelerara su marcha. Su jefe, el general Labourdonnaie, había provocado ciertos problemas en Tournay, debido a su jacobinismo exaltado, que le llevó a imponer grandes contribuciones a la población. :oops: Dumouriez le ordenó que marchara rápidamente hacia Gante y Escaut para dirigirse a Amberes y terminar en seguida el circuito del país hasta el Mosa. Valence, con el 1º C.E, que había logrado entrar en línea, tras un retraso sufrido por los problemas de suministro, recibió la orden de estar el 13 o como máximo el 14, en Nivelles. Dumouriez pensaba que el duque de Sajonia Teschen se retiraría detrás del canal de Vilvoorde, por lo que ordenó a Valence que bordeara el bosque de Soignies, siguiera por la orilla derecha de dicho canal y esperara al duque en el Dyle.
El 11 partió el comandante en jefe de Mons en dirección a Bruselas. Sus escasos medios de transporte le impedían avanzar rápidamente, pero el 13, al frente de la vanguardia, Dumouriez llegó ante las puertas de Bruselas. Formaba su vanguardia el 2º C.E. del general D´Harville (11.400 hombres), la división Stengel (1.500 hombres), la de Thouvenot (2.000 hombres) y el batallón de Rosière (400 hombres).

Entretanto, las fuerzas austriacas continuaban su repliegue tras la acción de Jemappes, del siguiente modo: las unidades de Latour abandonaron Tournai el 7 de noviembre, por la noche tras conocer la derrota del duque de Sajonia, y unidos de madrugada a la división imperial de Cordes, no descansaron hasta llegar a Ronse, donde permanecieron tres horas, y continuaron hacia Gante, donde entraron a las dos de la mañana del día 9. Las formadas por las guarniciones de Tourcoing, Roubaix y Lannoy evacuaron sus puestos entre el 7 y el 8 de noviembre y, unidas al destacamento de Warneton, se dirigieron, por Courtrai y Harelbeke a Gantes, en la que penetraron el 9 por la noche. El destacamento situado en Bury llegó a Soignies a las tres de la tarde del 7 de noviembre, formando la retaguardia del duque de Sajonia Teschen. En Bruselas, la noticia de la derrota de Jemappes provocó onda impresión en el gobierno imperial; la regente de los Países Bajos, María Cristina, archiduquesa de Austria y esposa del duque Alberto de Sajonia, abandonó la capital el 8 de noviembre y se retiró a Maastricht tras cruzar la frontera holandesa.
El duque de Sajonia Teschen se replegó de Mons por Soignies, a Bruselas, donde llegó a las diez de la noche del 7 de noviembre; allí dio un pequeño descanso a sus agotadas tropas y el 13 se situó en Lovaina, donde se unió a la fuerza procedente de Gante, dirigida por el mariscal de campo, el conde Baille de Latour. Juntos, las débiles fuerzas austriacas se replegaron a Roermond, en Holanda, a donde llegaron, tras cruzar la frontera, el día 15 de noviembre. El ejército, reducido a 18.000 hombres, se encontraba atacado por unas fiebres malignas, posiblemente tifus, que afectaron al duque, quien tuvo que resignar el mando ese mismo día en el conde de Clerfayt.

Como hemos dicho, el 13 de noviembre, se presentó la vanguardia de Dumouriez, fuerte, de 15.300 hombres, ante Bruselas, cubierta por una fuerza austriaca de cobertura, dejada por el duque de Sajonia, para proteger su movimiento hacia Lovaina. Las fuerzas imperiales, que los franceses estimaban en 20.000 hombres, no superaban en realidad los 8.000 hombres, situados en las alturas de Anderlecht. No las dirigía, como dicen los informes franceses, el príncipe de Würtemberg, que en aquel entonces se encontraba en Viena, sino el mariscal Lilien, que recientemente se había batido en Jemappes.
Dumouriez inició su ataque sobre Anderlecht a las ocho de la mañana, pero se adelantó al avance de sus fuerzas, que se reagrupaban para la ofensiva, y quedó envuelto por los austriacos, con una pequeña fuerza de 3.000 hombres. Con su energía y habilidad habitual, desplegó sus escasas tropas e hizo emplear sus cañones de tal modo, que los austriacos creyeron habérselas con un enemigo muy superior. De este modo logró contenerlos y tuvo tiempo de que el resto de su vanguardia acudiese a toda prisa en su auxilio para liberarle de tan apurada situación. La acción se prolongó unas horas más, hasta las dos de la tarde, en que ordenadamente los imperiales se retiraron hacia Lovaina; según Dumouriez, exagerado como siempre, los austriacos tuvieron 400 muertos, 700 heridos, 6 piezas de artillería perdida y varios centenares de prisioneros :roll: … las bajas que consignan los informes imperiales parasen más ajustadas a la realidad del combate: 184 muertos, 449 heridos y 223 prisioneros, sin dejar una sola pieza en poder del enemigo. Aunque Dumouriez cifra sus propias pérdidas en “medio millar”, los partes de las unidades que actuaron en la acción, como el 11º de cazadores a caballo, hace que podamos cifras sus bajas aproximadamente en unos 350 muertos y 600 heridos, entre ellos el jefe de compañía Jean Henri Simon, hablamos, por tanto, más del millar que del “medio” millar. :roll:

Dumouriez no persiguió a los imperiales, sino que vivaqueó sobre el campo de batalla mientras el enemigo atravesaba las calles de Bruselas. Al día siguiente, 14 de noviembre, los habitantes de la ciudad enviaron una diputación a Dumouriez para informarle de que los austriacos habían evacuado la ciudad durante la noche y que la capital de los Países Bajos era una ciudad abierta que se entregaba sin lucha a los ejércitos de la Revolución.

Saludos, la Revolución, triunfante, se adueña de Bélgica...


agualongo
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Combate de Bois d´Asche

Tras la batalla de Jemappes, y por orden de Dumouriez, el general Valence puso en marcha su primer cuerpo de ejército, extendido entre Charleroi y Givet, en dirección a Namur, y el 17 de noviembre, su izquierda, procedente de Charleroi, se apodera de Mazy, abandonada por el enemigo, mientras su derecha, avanzó por Dinant y ocupó Ciney, el mismo día.
Beaulieu, al frente de su división (2.200 hombres) se había desplazado del eje de marcha del ejército del duque de Sajonia, el 7 de noviembre, y había girado hacia Nivelles y Namur en cuyos alrededores situó su división. El 17, al conocer el avance del cuerpo Valence, atrincheró su división en el bosque de Asche, a 30 kilómetros al sudeste de Namur, siendo reforzado por la división del general Schroeder (2.000 hombres), que se situó en los alrededores de Saint Marc, al otro lado del Mosa, para cubrir a Namur por el norte.

Valence decidió lanzarse sobre Schroeder y el 18, a las siete de la mañana, avanzó con el grueso de sus tropas sobre los atrincheramientos austriacos de Sant Marc, mientras que ordenaba una demostración de su derecha sobre Beaulieu, en el otro extremo del área boscosa de Asche. Protegido por su artillería, 14 piezas, el ejército imperial opuso una dura resistencia. Dos veces los asaltos franceses fueron rechazados con grandes pérdidas y dos veces regresaron a la carga con renovado ardor. :gun2: Al fin, tras un combate mortal que duró hasta la noche, los austriacos, con poca munición y temiendo ser rotos al día siguiente, decidieron evacuar sus trincheras y replegarse sobre Huy durante la madrugada. Si bien, el combate había demostrado las limitaciones del ejército revolucionario, al sostener 4.000 soldados imperiales, el ataque de 14.000 franceses, lo cierto es que, a costa de graves pérdidas, éstos habían logrado dispersar dos poderosas divisiones austriacas destinadas a cubrir la ciudad de Namur. De este modo, Schroeder y Beaulieu fueron expulsados de los alrededores de aquélla, dejando a Valence el terreno libre para formalizar el sitio.

El combate de la Bois d´Asche, en realidad dos combates distintos, separados por el río Mosa y extendido sobre una línea inconexa de 35 kilómetros, había costado a los austriacos 65 muertos, 147 heridos y 44 prisioneros y a los franceses (cifras aproximadas) unos 140 muertos, 300 heridos y 100 prisioneros (un centenar de prisioneros según el informe de Schroeder). No obstante, los soldados "aficionados" de la Revolución habían vuelto a vencer a los más "profesionalizados" rivales... de este modo, aprendiendo poco a poco y con mucha fatiga, habría un día de surgir un ejército que entraría de lleno en la historia.

Saludos


agualongo
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Nuevos Problemas para Dumouriez

En Bruselas, donde los franceses entraron el 14, Dumouriez se encontró con los mismos problemas que había tenido en Mons. Sus problemas administrativos, sobre todo la escasez de dinero y de recursos, le agobiaban. Allí supo que el ministro de la guerra se había negado a aceptar sus últimas compras y que se había renovado toda la administración militar, que había sido sustituida por un Comité de Compras. Este Comité era el único que tenía competencias para adquirir suministros para los ejércitos, sin que los generales pudieran intervenir en la adquisición de los mismos.
Con esta reforma, la Convención pretendía acabar con las estafas de los abastecedores de las fuerzas armadas, que elevaban artificialmente los precios y disminuían la calidad de los productos adquiridos. :oops: Por ello se ideó constituir un Comité, único y responsable, que se encargase de todas las compras y suministros del ejército, centralizando dicha actividad. Se ordenó, pues, a Dumouriez que no podía efectuar ninguna nueva compra, y que debía anular las ya efectuadas y que le habían permitido marchar de Mons a Bruselas. :shock: Al mismo tiempo se suprimió las cajas de los administradores y hasta se puso dificultades para cargar a los presupuestos nacionales un préstamo que un hombre de negocios belga había hecho al ejército de Dumouriez.

Los cambios en la administración militar había añadido más dificultades a los graves problemas logísticos que habían tenido los ejércitos de la Revolución desde el inicio de la campaña: Servan logró reunir los suministros indispensables para las tropas concentradas en Champaña, pero la campaña del Argonne las había agotado; los voluntarios que habían salido de su casa con un solo traje, iban casi desnudos, de modo que había que proporcionar un equipo completo a cada cuerpo de ejército y renovar todo el material en pleno invierno, y a pesar de la campaña de Bélgica. Servan dimitió el martes, 25 de septiembre y fue sustituido por Pache el 3 de octubre. Éste, abrumado por la responsabilidad y con un carácter débil que tendía a contentar a todo el mundo, especialmente a los jacobinos, a los que temía en el fondo, no era capaz de imprimir a la administración la energía que las circunstancias requerían.
Dumouriez se encolerizó con estos cambios, pues veía que, en tanto comenzaba a consolidarse la nueva organización, su ejército podría diluirse en busca de vituallas y los movimientos propuestos detenidos o suspendidos de modo indefinido. Ante ese peligro, decidió no cumplir las leyes aprobadas y tomar la responsabilidad de mantener los suministros del ejército, para lo que ordenó a sus agentes Malus, d´Espagnac y Petit Jean, que continuaran las operaciones de compra como se habían realizado hasta entonces. Al mismo tiempo escribió al ministro de la guerra una carta poco conveniente, en que, de forma altanera, exigía que se le respetasen sus competencias para abastecer al ejército, manifestó que el Comité de Compras era un absurdo y una inutilidad, que lo único que conseguiría sería entorpecer la logística de los ejércitos en campaña y en retrasar la llegada de los vitales suministros, que los transportes necesarios para concentrarlos y distribuirlos a los ejércitos supondrían un aumento del gasto en transporte, una pérdida inútil de tiempo y de recursos que afectarían a las operaciones militares y una disminución del volumen de vituallas que llegarían lo que conduciría al ejército a una grave crisis provocada por el hambre, la miseria y el frío que azotaba ya en Flandes, y, por último, no disminuiría la tradicional corrupción en las compras de suministros para el Estado. El ministro de la Guerra, indignado, comunicó el contenido de la carta tanto al Consejo como a la Convención, lo que provocó la animadversión de girondinos y jacobinos contra el general. Éste, para mejorar su reputación, cesó a sus agentes y aún los detuvo, acusados de malversación. :roll:

Saludos


agualongo
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Toma de Malinas


Mientras Dumouriez se hallaba detenido por sus problemas logísticos en Bruselas, la división Stengel (3.500 hombres) se apoderó de Malinas el 17 de noviembre, tras expulsar de ella a un pequeño destacamento austriaco que se replegó hacia Amberes. Aunque en el combate no hubo más que unos cuantos heridos por ambas partes, la toma de Malinas representó una importante presa, a causa de las municiones de guerra allí depositadas, ya que se la consideraba el polvorín de Bélgica.

Toma de Tirlemont

El 19, finalmente, partió Dumouriez de Bruselas a la cabeza de su vanguardia, compuesta por 5.000 hombres; el 20, atravesó Lovaina, el 21 encontró a una retaguardia austriaca acampada en los alrededores de Tirlemont, formada por unos 3.000 hombres, que a la vista de los franceses, retrocedió hasta las alturas de Kumtich, frente a la aldea de Boutersem. Esta retaguardia imperial pertenecía a las fuerzas del Duque de Sajonia, dejadas en observación del ejército francés.

Dumouriez inició el ataque a las dos de la tarde, apoyado por el fuego de 10 piezas de artillería, pero fue rechazado por los defensores. Reforzado por otros 5.000 hombres, que en escalón, le seguían, Dumouriez montó un segundo ataque que también fracasó. Convencido de la fortaleza de la posición enemiga, suspendió la acción y vivaqueó sobre el terreno. Los austriacos, que eran superados en una proporción de 3’3 a 1, y que habían consumido la mayor parte de sus municiones, aprovecharon la noche para replegarse en dirección a Lieja.
Aunque Thiers , señala que los austriacos tuvieron entre 300 y 400 muertos, la cifra es muy exagerada. :crazy: Según el informe que del parte de la acción dio el coronel von Steuben, las bajas del ejército Imperial fueron de 40 muertos y 135 heridos, lo que puede ser una cifra más próxima a la realidad. Las bajas francesas, que Dumouriez no las señala, por lo que hay que acudir a los partes parciales de las unidades, se estiman en un centenar de muertos y unos 180 heridos así como una treintena de prisioneros dejados en manos del enemigo. :roll:

Consecuencia del combate, Dumouriez penetró en Tirlemont a las nueve de la mañana del 22 de noviembre, sin encontrar al enemigo por ninguna parte. Debido a sus graves problemas de avituallamiento, el comandante en jefe francés volvió a detenerse, esta vez en Tirlemont, por unos días.

La logística, la logística...

Saludos


agualongo
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Toma de Lieja

Las fuerzas batidas en Tirlemont, formaban parte de la retaguardia del ejército austriaco, que desde Roermond había bajado a Lieja por orden de Clerfayt, al mando del general húngaro Sztaray, compuesta por 10.000 hombres y 24 cañones. Éste había cubierto el camino de Bruselas con una punta en Tirlemont, que había sido, como hemos visto, rechazada por Dumouriez y fortificado sus tropas en una línea que atravesaba seis poblaciones y cubría la ciudad de Lieja por el oeste: Flémallé – Mons / Fontaine – Bierset – Loncin – Lantin – Liers, así como protegido por dos líneas de trincheras.

Dumouriez partió de Tirlemont el 26 de noviembre con el grueso de su ejército: unos 30.000 hombres y 50 cañones. El 27, llegó ante Lieja y atacó en Varoux el dispositivo defensivo del enemigo. El ataque fue muy vivo y la defensa vigorosa. La acción duró diez horas, desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde; una vez más los franceses fueron rechazados y una vez más, los austriacos retrocedieron. El general Sztaray no resultó muerto, como afirma Thiers, pero sí gravemente herido por una bala en un costado, al atardecer. Durante la noche, las fuerzas imperiales evacuaron la ciudad y se dirigieron hacia el Rin y el 28 de noviembre, a las nueve de la mañana, Dumouriez hizo su entrada triunfal en Lieja, donde fue aclamado por la población.
Las bajas del ejército austriaco fueron de unos 70 muertos, 200 heridos y 34 prisioneros. Las francesas fueron muy similares: unos 100 muertos y 200 heridos.

Es curioso, en la campaña de Bélgica del 92, los combates son muy parecidos: los franceses atacan en superioridad numérica, son rechazados y acto seguido los austriacos se retiran... :shock:

Saludos


agualongo
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Sitio de Amberes

Mientras Dumouriez avanzaba hacia el este de Bélgica, el 4º C.E. (Labourdonnaie) recibió la orden de atravesar la parte occidental, dirigirse a Gante y Escault, formalizar el sitio de Amberes y alcanzar el Mosa. Labourdonnaie partió el 12 de noviembre de Tournai, pasó la noche en Harelbeke, el 13 se situó en Gante, desde donde el 16, envió de avanzada las divisiones de los generales Lamarlière (3.000 hombres) y Champmorin (2.600 hombres), reforzadas con 3.000 gendarmes. Ambas divisiones llegaron a los alrededores de Amberes el lunes 19 de noviembre, tras atravesar Gante. La división Lamarlière marchó por la orilla derecha del Escalda y la de Champmorin por la izquierda. Aquélla fue la primera en llegar a Amberes y de informar a los magistrados de la ciudad de la inminente entrada de las tropas francesas. La población, cansada de la guerra y temerosa de un hipotético combate en sus calles, no sólo no opuso ninguna resistencia, sino que trató a los franceses y al general Lamarlière como liberadores. Entretanto, la guarnición austriaca, compuesta por 1.100 hombres, se encerró en la ciudadela, dispuesta a oponer una feroz resistencia. Por su parte, Labourdonnaie se presentó con el resto de su ejército (12.000 hombres) en Amberes al día siguiente (el 20). Nada más llegar, comenzó a organizar clubs revolucionarios, indispuso a los belgas, excitando a los agitadores populares y, sin embargo, no prestó ningún interés en dominar a la guarnición enemiga que se encontraba encerrada en la ciudadela. :oops: Dumouriez, harto de este general, más preocupado en hacer la Revolución que la Guerra, lo cesó, finalmente el 23 de noviembre, y lo sustituyó por el general Miranda, un español del Perú :D que activó las obras de sitio: las obras del asedio las dirigían los oficiales de ingenieros Dejean y Marescot, mientras de la artillería se encargaba el capitán Sénarmont, bajo las órdenes del general Guiscard. Desde el 23 de noviembre, en el Escalda había una pequeña flotilla de pequeñas embarcaciones armadas con cañones, para apoyar con sus fuegos las operaciones que se realizaran sobre la ciudadela. El 24, se celebró un consejo de guerra que acordó intimar al general austriaco a la capitulación, pero éste se negó, por lo que comenzaron esa misma noche, los trabajos para construir las paralelas, que fueron trazadas desde el bastión de Paniotte hasta la puerta de Saint – Georges. Los trabajos de sitio ofrecían grandes dificultades: el ejército no estaba preparado para ese género de guerra; se carecía de las herramientas necesarias y el número de ingenieros era tan corto, que fue necesario emplear oficiales de infantería para dirigir los trabajos. Por otra parte, el suelo no era apto para construir trincheras, era casi imposible cavar más de 60 centímetros de profundidad sin hallar agua y había que repasar constantemente los sacos terreros que formaban los parapetos. Sorteando estos obstáculos, las obras se terminaron el miércoles 28 de noviembre. Y ese mismo día, la artillería francesa (40 piezas) comenzó a bombardear la ciudadela, con la suerte de que el primer obús que disparó, cayó sobre la sala en la que el gobernador austriaco, Christian Lemée, se disponía a cenar y que milagrosamente resultó ileso. El bombardeo artillero estaba tan bien dirigido, que en unas cuántas horas la ciudadela estaba iluminada por un violento incendio que destruyó dos cuarteles y la mitad del arsenal. El gobernador de la plaza, que observó los estragos del fuego, envió al capitán Devaux para pedir una capitulación. Ésta se concluyó en la mañana del 29 y el mismo día, la guarnición, compuesta por los 1.100 hombres, salió de la ciudadela con todos los honores de la guerra y el permiso de retirarse al Cuartel General del duque de Sajonia Teschen.
Dentro de la ciudadela, los franceses se apoderaron de 102 cañones, 67 obuses, 1.300 fusiles y abundante munición de guerra de todo género. La mayoría de los soldados que componían la guarnición austriaca eran de origen belga, por lo que, al salir, muchos de ellos pidieron quedarse en Amberes y otros se alistaron en el ejército francés que organizaba los nuevos batallones nacionales belgas. En total, no más de 600 hombres, se incorporaron a las fuerzas de Clerfayt. En cuanto a la bajas del bombardeo, la guarnición imperial sólo tuvo 2 heridos leves y los franceses 1 muerto y 17 heridos, todos ellos por accidentes.


La toma de Amberes fue uno de los más brillantes hechos del joven ejército revolucionario, y se logró a un precio en sangre casi insignificante.

Saludos


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