Hola a todos:
reytuerto, AKA "el chiliucho", uno de los asociados de Grumo
se reporta! Hace unos añitos, previos a la existencia de este nuestro club, tuve una interesante conversación con un par de foristas peruanos, por lo que fue una discusión entre paisanos... pero extrapolable a lo que estamos hablando ahora, lo transcribo todo (gracias a Alberto Elgueta, que me obligó hasta cierto punto a una obligada "arqueología informatica forística"):
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"...Quiza mi única noción de patria
Sea esta urgencia de decir nosotros...
Estimados Foristas:
Estimados Sergio y Antarki:
Soy peruano y asumo mi nacionalidad con todas las responsabilidades que ello conlleva, independientemente del hecho de vivir en Venezuela (país al que le estoy agradecido, defiendo y quiero). Procuro ver la historia de manera crítica, entendiéndose como “crítica” examinar o explorar todos los enfoques,
especialmente los que me son desagradables o van en contra lo aprendido desde pequeño. He aprendido a querer al Perú incluso después de leer de la pluma de Basadre algún episodio oscuro de nuestra historia (y créanme que hay bastantes), o a Cotler, o a Macera (este último es especialmente deprimente). Siento que genuinamente quiero a mi patria, sin ser aspavientoso, chovinista o patriotero y es esta certeza, la que me permite dirigirme a Uds. con respeto y estima, también con convicción (aunque seguro de la inexistencia de verdades eternas), y plantear mis discrepancias:
1. El impacto de la cultura europea, española en este particular, sobre las culturas autóctonas del nuevo mundo (y me voy a centrar en el Perú), fue tan brutal como cualquier contacto de una cultura tecnológicamente superior con otra menos avanzada. La conquista fue una empresa militar y eclesiástica y hay que verla con la mentalidad del Renacimiento en el mejor de los casos (aunque personalmente me inclino a pensar que la masa poblacional de Castilla – tal vez, con excepción de Cantabria / Santander- y Extremadura y en menor medida Aragón / Cataluña, vivía mentalmente más en el medioevo que en la Edad Moderna) y no con la mentalidad crítica del primer lustro del S. XXI.
La conquista de América se llevó a cabo en el momento en que Europa pugnaba por resolver la crisis del sistema feudal a través de la expansión territorial. Una afortunada conjunción de factores (fin de la Reconquista, soberanos y consejeros muy hábiles, una infantería temible y una marina en auge) hizo que España pudiese gozar de la preeminencia en América.
En Perú, la conquista se llevó a cabo en un momento en que el Imperio Incaico estaba llegando a los límites de su expansión, estaba en pleno acomodo. La división del Imperio (y en este punto me permito contradecir a Sergio) entre un reino de Quito y otro del Cusco refleja la visión europeizante del problema que dio el Inca Gracilazo (recuerden que era un mestizo que vivía un triple conflicto: una pugna de su parte inca, entre la historia reciente y la lealtad a los Hurin Qosco; otra pugna en su parte hispana, entre la lealtad al rey y la beligerancia levantisca de su padre en filas de Gonzalo Pizarro; y la gran pugna entre los sentimientos y viviencias de sus mitades americana y europea); posiblemente y según M. Rostorowski, “historia del Tawantinsuyu”, un libro de veras interesante, era una pugna en el seno de las panakas imperiales y tanto para Huáscar (Hurin Qosco, por el lado de su madre, por lo que tenía el apoyo del clero cusqueño) como para Atahualpa (Hanan Qosco, independientemente del lugar de nacimiento y de su lugar en la línea sucesoria –hecho que no revestía mayor relevancia para los quechuas, porque incluso en mayor Inca, Pachacútec, no era ni el primogénito, ni el hijo de la coya, ni el primero en la línea sucesoria, pero indudablemente era el más apto-, con el apoyo muy determinante del ejército y la burocracia estatal) Cusco y por lo tanto la Mascaypacha, era el premio mayor).
Militarmente y hasta la rebelión de Manco Inca, no se dieron grandes batallas: Cajamarca fue una masacre de indios desarmados (y no es una visión indigenista, sino es el testimonio de P. Cieza de León), pero definitivamente fue una obra (me atrevería a decir que maestra) de política, tanto en tierras americanas como en España (a Antarqui le recomiendo el libro del Prof. Del Busto “El Marqués Gobernador”, definitivamente si Pizarro fue un porquerizo en Extremadura, esto lejos de constituir un baldón, es un elogio para él). La marcha de Cajamarca al Cusco fue relativamente tranquila por la intrincada red de alianzas, pactos, garantías y salvaguardas que se dieron entre los hispanos y la multitud de etnias (algunas como los huancas y chancas, orgullosas de su pasado de poder soberano no tan lejano) entre ambas ciudades y especialmente entre los conquistadores y los recientemente derrotados Hurin Cusco.
Cuando estalló la rebelión, el curso de la historia ya estaba trazado y a los incas no les quedó otra alternativa más que retirarse a Vilcabamba hasta la captura y ejecución de Tupac Amaru I en época del Virrey Toledo (dicho de paso, la ejecución del ultimo inca, le costó el cargo al Virrey). Considero errado seguir considerando que fueron 180 españoles contra 12 millones de “incas” , fueron 180 epañoles (inicialmente, luego fueron aproximadamente 3000 muy bien armados) y multitud de pueblos prontamente dispuestos a la revuelta en contra de una debilitada élite militar cusqueña y sus allegados. Eso puede explicar la relativa rápida desintegración del estado incaico (para precisar un poco diría que fue más bien una asimilación, porque inteligentemente las autoridades españolas mantuvieron varias estructuras incaicas en su entramado administrativo, incluso hasta 1780 la lengua vehicular para la poblaciones indígenas de la sierra de las Audiencias de Quito, Lima, Cusco y Charcas fue el quechua).
2. La conquista fue brutal, indudablemente. ¿Qué conquista no lo es (especialmente para el conquistado)? La conquista inca de la isla de Puná (frente a Guayaquil) fue notoriamente sangrienta y con un carácter yo diría que de aniquilamiento (por favor recordar que la imagen del Inca Gracilazo de los incas como reyes-pastores paternalistas es bastante ficticia).
Los incas eran un pueblo conquistador y guerrero, al igual que los aztecas. Hábilmente llegaron a tener un sistema burocrático que garantizase alimentación y vestido para todos los habitantes del imperio... a costa de convertirlos en hombres desprovistos de iniciativas propias (comercio mínimo, cada ayllu / comunidad era virtualmente autosuficiente), intereses comunes más allá de los meramente comunales, habitantes pero no ciudadanos. El tributo que cada comunidad le pagaba al estado era en forma de trabajo o de especies (recuerden que no existía la economía monetaria). Aparentemente no había esclavitud, pero los yanaconas estaban a punto de convertirse en estos.
Fundamentalmente la diferencia con la conquista española fue la ruptura con la cosmovisión andina de las cosas, con la manera local de honrar a las fuerzas telúricas consideradas como dioses (al menos en apariencia). El trauma de dejar una economía natural, el hecho igualmente traumático de constituir un eslabón de una cadena extractiva que no se comprendía. Esta ruptura constituyó un choque del cual la conciencia colectiva de los Andes no se ha recuperado todavía, en otras palabras, el mundo andino todavía no se ha recompuesto.
3. ¿El Virreynato fue un sistema injusto? Sí, por supuesto. Fue injusto para el Perú, para los criollos, mestizos, indios y negros... Pero también fue injusto para España, en suma, no es de injusticia o justicia, sino de ineficacia y la España de los Austrias fue extraordinariamente ineficaz, al extremo de no quedar en España nada del oro y la plata de las Indias para funcionar como inyección a la industria y/o comercio. El tesoro fue a parar casi “in toto” a banqueros de Salzburgo, Milán o Ámsterdam. El costo de una flota en el Mediterráneo, dos en el Atlántico, otra en Indias y un escuadrón en Asia era imposible de mantener (y peor aún luego de la absorción de Portugal y sus dependencias, incluso luego de adueñarse de la flota lusitana). Reclutar, entrenar, apertrechar, pagar y tener a punto a tropas tan buenas como los Tercios era muy costoso (no digo caro, porque esos soldados valían su paga y más) , pero ciertamente era una fuerza que constituía una sangría permanente a la Hacienda real. Mantener una guerra en Flandes, otra en Francia y otra en Alemania iba mas allá de cualquier presupuesto, incluso después de los cuartos de oro y plata de Cajamarca, incluso con las minas de Taxco y Potosí, incluso con el oro colombiano y las perlas margariteñas. Eso fue lo que pasó con las riquezas de las indias.
Además al inscribir a América en una economía mercantilista, todo el comercio exterior de y hacia España era centralizado por la Casa de contratación de Sevilla, en la que un grupo muy reducido de comerciantes peninsulares (a veces testaferros de acreedores italianos o flamencos) habían obtenido la concesión exclusiva del comercio americano. Malo para América, pero peor para España: España estaba en proceso de expulsar a los judíos, convertirlos en marranos o prenderles fuego y algo semejante pasaba con los mozárabes y moriscos. Eso significó que sus comerciantes se fueron para Lisboa, Amsterdam o Londres y que sus manfacturas de exportación (especialmente las suntuarias) desaparecieron, dejando que las factorías (y consecuentemente la mano de obra y los dueños de fábricas) de Inglaterra, Francia, Italia y Holanda se favoreciesen, siendo la casa de Contratación tan solo una intermediaria.
En tanto en América, la corona española buscó permanentemente centralizar un conjunto social que en lo esencial funcionaba como un sistema de castas. Desde el inicio, la Corona intentó recortar y controlar las atribuciones de los conquistadores para impedir que se constituyese un entramado político feudal sobre la que la lejana monarquía europea no tuviese control. De hecho, el primer virrey del Perú, murió víctima de la rebelión comandada por Gonzalo Pizarro, inscrita justamente en el contexto anteriormente descrito. Por eso, una de las características de la vida política de la colonia fue una permanente tensión entre la Corona y los funcionarios Coloniales y entre estos mismos funcionarios coloniales y las corporaciones que buscaban liberarse tanto de la férula real y burocrática... y por esto, una de las secuelas más nefastas del sistema colonial fue el doble discursos y la existencia divorciada entre el mundo de las leyes (país virtual) y el mundo cotidiano (país real) palmariamente expresado con la sentencia de los encomenderos al escuchar una ordenanza real adversa “la ley se acata, pero no se cumple” ( si no se quieren quemar las pestañas leyendo historia colonial peruana, es totalmente válido leer a Ricardo Palma, pues pinta de manera gráfica y desde la mentalidad de S. XIX entretenida, la sociedad peruana en los años de la conquista, colonia y república temprana).
4. Otra mala herencia dejada por ser el Perú la cabeza del virreynato (supongo que otro tanto habrá sucedido en Méjico, por lo que solicito al amigo mejicano, Sr. Javier Badillo, ampliar o corregir en caso necesario... y por favor, disculpar mi involuntario error: el cacao fue domesticado por mejicanos, no por peruanos; la omisión del maíz también fue involuntaria) fue la jerarquización muy estratificada y casi carente de movilidad vertical de la sociedad colonial (en parte debido a la influencia de la iglesia católica romana, a su vez depositaria de Aristóteles vía San Agustín; y de Santo Tomás).
Esta jerarquización (yo diría “compartimentación” de acorazado, porque eran tabiques estancos casi: porque la reglamentación era agobiante para todos, pero especialmente para los indios: donde podían vivir, en que podían trabajar, que tributos debían pagar, que ropa debían vestir, que accesorios podían usar, que peso legal podían tener-el testimonio de un español equivalía al de 2 indios o 3 indias) ocasionó (cita textual de McAllister, defectos más, defectos menos de traducción) que “... jurídicamente cada estamento de la sociedad constituyese una entidad aparte. Cada estamento se encontraba embebido en sus propios asuntos e interesado solamente en su propio bienestar, privilegios o inmunidades, los que debían ser defendidos celosamente contra objetivos semejantes de otros segmentos de la población. No existían valores, intereses u objetivos comunes. Había indios, esclavos, castas (mestizos), nobles, soldados, mercaderes, sacerdotes, juristas o artesanos, pero no habían ciudadanos... En términos de Ortega y Gasset, era una sociedad invertebrada” . Sin embargo, quitando a indios, mestizos y esclavos, la sociedad peninsular estuvo tan compartimentalizada como la americana y ni las reformas borbónicas, ni (mucho menos) las napoleónicas quitaron ese matiz de corporación medioeval a la sociedad española, recién (creo yo, pero por favor corríjanme los foristas ultramarinos) con las reformas liberales de Isabel II, se consigue un matiz de modernidad en dicha sociedad.
Lo que pretendo decir es que para el Perú, el virreynato fue una etapa injusta e inequitativa, y para un indio (o indígena, porque para mi es un término sinónimo... el que algunos alienados utilicen el término “indio” como insulto es problema de su propia limitación) o negro más todavía. Pero esta etapa se vivió dentro de un contexto determinado, y en ese contexto la condiciones de un comunero castellano o de un labrador gallego (recuerdo unos versos de Rosalía de Castro, que aunque de una época muy posterior, indudablemente reflejaban tambien una situación plurisecular: “castelano de Castela / de corazón de ferro / tratad bem al galego / que cuando van, van como flores / cuando venem, venem como negros”) eran también malas, pero reconozco que condiciones de vida de un mitayo en los socavones o un negro en una hacienda azucarera del caribe eran bastante peores.
5. Demográficamente, la conquista fue una catástrofe, de 10 a 12 milones en 1530 a 1,500,000 en 1828. Pero incluso si todos los conquistadores se hubiesen comportado como Fray Bartolomé de las Casas, la conquista hubiese seguido siendo demográficamente una catástrofe. Responsables: La viruela, la peste, el cólera (enfermedades nuevas, para las cuales no habían anticuerpos y que crearon una mortandad espantosa) y algunas teorías incluso señalan que la sífilis.
También es responsable de esta dramática disminución poblacional las migraciones forzosas, las reducciones, que fueron reubicaciones de los pobladores de los altos andinos en los valles, algunos de ellos en la vertiente oriental de la cordillera bastante malsanos, y expuestos a enfermedades autóctonas (p. Ej. Bartonelosis y Paracocidiomicosis/Blassstomicosis) a la que previamente no tenían exposición.
Otras responsables de la baja demográfica: las mitas mineras, las hambrunas consecuentes a la disrupción de la organización burocrática del estado incaico y la baja de la fertilidad (cronistas refieren que los indígenas en la región de Huarochiría, a 1 siglo de la conquista, habían perdido el deseo de tener hijos, así de grande era la confusión en esa época).
6. La culpa. En su intervención Javier (Antarki) me sindica como “poético y concesivo” , agradezco lo primero y niego lo segundo, equivocado en los dos.
Leo poesía como un placer y un deber (porque para entender a la gente, es decir a los pacientes, a veces es necesario ser permeable a la intuición y en una epoca tecnológicamente agobiante e incluso tecnolátrica, la poesía permite que unos poros intuitivos permanezcan abiertos) pero ciertamente no estoy tocado por las musas, no tengo la intuición propia, ni la inspiración y fundamentalmente escribo en prosa (e incluso mi estilo, si es que lo tengo, es bastante prosaico). Y créeme, no soy concesivo, ni indulgente, ni autocomplaciente.
De hecho, considero que es mucho más nocivo buscar siempre al culpable de nuestros errores, que reconocer que nos hemos equivocado. Es bastante más condescendiente la visión de los pobres ibero / latino / indoamericanos signados por la “desgracia” de ser colonizados por la potencia europea más apegada a la tradición medioeval, que encarar los hechos y ver como los peruanos malgastamos neciamente la bonanza del guano y del salitre de 1840 a 1872, y ver como los argentinos malgastaron neciamente la bonanza del grano y de la carne de los años 40, y ver como los venezolanos malgastan/mos neciamente la bonanza del petróleo 2 veces: en los años 70 y ahora. Los hacedores de miseria en esta parte del mundo son desafortunadamente autóctonos, muchas veces genuflexos a alguna potencia extranjera sí, pero esencialmente autóctonos y lo peor es que muchos han llegado al poder mediante el sufragio (el forista, Sr. J.A. Rodríguez / Baler tiene una lista de los ejemplares más notables de la fauna política de esta parte del mundo, aunque con 2 omisiones notables: Alan Gracía y Hugo Chávez).
España extrajo riquezas de sus colonias ultramarinas durante 300 años para su supuesto beneficio y no le quedó gran cosa de esa riqueza. Durante años vivió en atraso económico y social. Tuvo políticos descarados, monarcas incompententes, corrupción generalizada y una pobreza no muy diferente a la de sus ex-colonias (de hecho, la prensa francesa después de los reveses españoles en Marruecos, llamaba a España “la vergüenza de Europa”). Sin embargo, luego de una desgarradora guerra y una larga dictadura, se sentaron las bases de una democracia, con leyes estables, con participación plena y han conseguido una prosperidad que no gozaron ni con el oro del Coricancha, ni con la plata de Potosí.
Si en el Perú, no reconocemos que muchas veces hemos hecho las cosas mal, no tendremos la entereza para enmendar y seguiremos echándole la culpa a los españoles, como luego se la echamos a los ingleses, como ahora se la encajamos a los estadounidenses y como más adelante se la endosaremos a los chinos-japoneses o cualquiera sea la potencia hegemónica futura. El estado no puede ser una “papá bonachón”, no debe ser un estado interventor, macrocefálico, paternalista y populista. La iniciativa debe ser del ciudadano. El estado debe de garantizar la seguridad, salud, educación, leyes claras para que aflore el trabajo, estabilidad legal y transparencia, mucha transparencia. Eso solo se puede conseguir en democracia y libertad. Y esto es supranacional (completamente de acuerdo con la intervención del forista Enrique / Ecuatoriano): porque el bienestar y la felicidad no es inherente de un país o una nacionalidad, es prerrogativa del ser humano.
Finalmente, me gustaría terminar como comencé y citar a un hombre nacido en Chile, pero al que la Humanidad le quitó el pasaporte chileno (y también la filiación política, no vaya a ser que algún comunista quiera dársela de listo) para hacerlo universal:
“No culpes a nadie, nunca te quejes de nadie ni de nada
porque fundamentalmente tu has hecho
lo que querías con tu vida.
Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo
y el valor de empezar corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre
surge de las cenizas de su error...
...no te amargues de tu propio fracaso,
ni se lo cargues a otro, aceptate ahora
o seguirás justificándote como un niño...
...No olvides que la causa de tu presente es tu pasado
así como la causa de tu futuro será tu presente.
Aprende de los audaces de los fuertes
De quien no acepta situaciones,
de quien vivirá a pesar de todo
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo
Y tus problemas sin eliminarlos morirán.
Aprende a nacer desde el dolor
y a ser más grande que el más grande de los obstáculos
Mírate en el espejo de ti mismo
Y serás libre y fuerte
Y dejarás de ser un títere de las circunstancias
Porque tu mismo eres tu destino...”
¿Si funciona bien para una persona, no creen que podría funcionar bien para nuestro país y nuestra América?
Y nuevamente, con todas mis sangres y todos mis genes (excepto uno heredado de mi madre, que me impide sintetizar suficiente alcohol-deshidrogenasa y por los tanto no metabolizar los dones de Baco tanto como a mi me gustaría
1) un abrazo para todos. Saludos".
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Por supuesto, he ido en estos 5 años modificando algunos puntos de vista, en especial en relación al impacto de las enfermedades del Viejo Mundo en la demografía de toda América, excepto tal vez en las áreas periféricas. Lo único que no es estático, es el entendimiento o puesto en en términos coloquiales, "los únicos que nunca cambian son Dios y los imbéciles". Saludos cordiales.
(1) Eso, evidentemente no los disculpa de las cañas y tapas/ chelas/ birras / chuicos / que podamos empinarnos juntos, y si vienen con "salchipapas con culpa" mejor. Un abrazo.