sebastian gonzalez escribió:...
"Nosotros tenemos tolerancia cero respecto a la presencia de grupos irregulares, y ninguna tolerancia sobre la injerencia o la penetración o la infiltración de grupos oficiales del Estado colombiano", comentó Carvajal.
...
Estimados foristas:
Aunque no lo creáis, esta declaración me parece como la escena de "Casablanca"; el inicio de una buena amistad. La aceptación de la intolerancia con el terrorismo es la primera fase de una buena colaboración entre países vecinos. Os pongo un ejemplo.
Hasta hace poco más de 20 años, los terroristas de ETA encontraban en el sur de Francia un lugar de descanso y protección. La sacrosanta política del derecho del refugiado político en Francia les permitía ser considerados "refugiados", por lo que la presión española contraterrorista se veía frenada al otro lado de la frontera.
Mitterrand puso fin a esta política e inició la fase de "intolerancia" (como ahora pasa en Ecuador). Obligó al alejamiento de los etarras de la frontera con España y les denegó la posibilidad de asilo. Desde entonces, la cosa no ha hecho más que mejorar. Por motivos de los acuerdos europeos de Schengen, las fronteras interiores desaparecieron, pero a cambio, aumentó la cooperación policial y judicial en asuntos candentes, como el terrorismo y el narcotráfico.
En relación al terrorismo, es relevante que el Título III de Schengen, "Policía y Seguridad” recoge distintas posibilidades de cooperación policial: desde la asistencia mutua, la vigilancia transfronteriza, la persecución transfronteriza o “en caliente”, la comunicación incondicionada de información y los funcionarios de enlace.
Más allá de los acuerdos europeos comunes, ahora España y Francia mantienen las llamadas Unidades Conjuntas de Investigación, donde policías españoles y franceses trabajan juntos en comisarías francesas y españolas y se permite que la policía española ingrese de forma estable en Francia (ahora pueden ir armados) para localizar, seguir y analizar información de ETA. Todo esto supera con mucho el concepto tradicional de copperación e, incluso, de "persecución en caliente". Un etarra ya no puede saber si la pareja de personas que le sigue los pasos son de la Gendarmería o de la Guardia Civil.
El resultado es totalmente feliz para todos, menos para ETA (afortunadamente). Negar la asistencia y ayuda antiterrorista en Francia ahora sería "incroyable", como dirían los franceses. Y hace sólo 20 años pensaban que el derecho de asilo -sin mirar a quién y por qué- era un pilar de la República y de la Libertad...
Ojalá que algo así suceda entre vuestros países.
Saludos.