Estimado JRIVERA:
No soy en absoluto especialista en el tema que preguntas. Por eso, creo que es muy difícil de responder:
1. Cuantificar la deuda externa de un país es muy complicado. En el caso argentino (y en el español también), la deuda la asume el gobierno central, las administraciones periféricas estatales (autonómicas en España) y las locales. Sólo en el caso de mantener una buena información estadísitica sería posible aclarar este concepto. Probablemente en Perú sea más sencillo, al ser un estado más centralizado.
2. Existe una gran cantidad de productos financieros para endeudarse; desde la emisión de bonos, letras, deuda pública, obligaciones, suscripción de créditos... y cada una con sus parte de capital principal y sus intereses.
3. Cada país se puede endeudar en varias monedas diferentes; el dólar, el euro, libras... cuya conversión es variable (afortunadamente, España lo tiene más fácil en este caso).
4. Los países negocian su deuda conforme a parámetros que no siempre son los que se ofrecen en el mercado comercial.
De todas maneras, como medida para evitar catástrofes de impago, como la ecuatoriana o la que puede pasar en Argentina en 2009, creo que hay soluciones diferentes a las que sugieres. Inevitablemente hay que tener presente las condiciones y obligaciones que atan a los suscriptores de un contrato (como lo es tomar un crédito o emitir deuda pública). En eso se basa el sistema. Las violaciones de estas bases jurídicas sólo pueden tener como consecuencia la eliminación del infractor del mercado internacional de capitales.
Sin embargo; sugiero seguir el ejemplo español de la segunda mitad de la década de los años 90. A finales de 1996 estábamos endeudados hasta las orejas y teníamos una servidumbre de pago de intereses muy importante, porque las¡ deuda fue emitida en años donde teníamos que buscar el dinero pagando intereses muy altos. Tan mal estaba la situación que el Gobierno tuvo que pedir préstamos a la banca para poder pagar a los funcionarios. Sin embargo, Rodrigo Rato (que luego fue director del FMI) emprendió la política de negociar masivamente el cambio de la deuda a altos intereses por otra a intereses más bajos y a amortizar anticipadamente la deuda que no podía ser renegociada. Es decir, aprovechó los años de bonanza de crédito para aliviar el peso de la deuda. A finales de 2006, España tenía una deuda pública cercana al 30% del PIB (llegó a ser más del 70% en los años 90) y paga intereses semejantes a los de la deuda pública alemana, calificada como AAA. En conclusión: la receta para evitar tragedias es aprovechar las rachas de bonanza para pagar aceleradamente las deudas adquiridas en los malos años.
¡Qué difícil es ser previsor en los años de vacas gordas!
Saludos.
PD. Sé que ha sido por un error tipográfico, pero lo que has escrito:
JRIVERA escribió:... pues esta se apresta a enfrentar sus pagos a la Duda Externa en el 2009...
es brillante. La DUDA EXTERNA, eso es lo que está pasando en algunos países de Sudamérica y explica muy bien esta época tan cambiante. Me ha gustado mucho
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