Comentarios Un soldado de cuatro siglos

[Domper]

No sé si los medios de transporte de la época daban para tanto. Hasta la aparición del ferrocarril intentar aprovisionar un ejército por medios «convencionales» resultaba problemático, y lo hacía depender de lentos y pesados convoyes. La gracia de la pasta o el penmican es que resultan excelentes como «comidas de ataque», es decir, la que puede llevar un soldado en la mochila (o unas cuantas recuas, o en carros ligeros) y permitir su manutención durante un tiempo no muy largo. Además de ser de conservación más sencilla que los salazones o la harina, que se estropean con el tiempo húmedo.

Hay que tener en cuenta que incluso las modernas raciones de combate son bastante pesadas: rondan los 700 g – 900 g diarios, y teniendo en cuenta que son raciones con envases muy ligeros y en las que no hay desperdicios. En una época en la que no se contaba con el apoyo de la industria moderna y en la que se perdería buena parte del producto (porque habría desperdicios como pieles o espinas, aparte del que se pudriría o enmohecería) yo me daría con un canto en los dientes si lograba que bastase con kilo o kilo y medio diario. Si se pretende que el ejército tenga cinco días de autonomía, significa llevar siete kilos de comida. Parece poco, pero hay que sumar el peso del arma (contando la munición y las armas blancas se acercaría a los diez kilos), las herramientas de atrincheramiento, las de acampada, los útiles para cocinar, la ropa de abrigo, y todo ello en una mochila de cuero y lona muy pesada.

En todo eso, meter recipientes de loza, de vidrio (carísimos) o latas (como si la siderurgia estuviese dando para alegrías) significa disparar el peso. De hecho, la manera más sencilla de aprovisionar con carne a un ejército es acompañándolo con rebaños, que se mueven por sí solos.

Eso no quiere decir que no se emplee comida en conserva. Puede resultar muy útil para complementar la dieta de las guarniciones (que pueden encontrarse sitiadas cualquier día), de la Armada, o del ejército cuando esté en campamentos o si se mueve cerca del mar o de canales. Permitirán variar la dieta del soldado y hacerlo depender menos de lo que se encuentre en el terreno. Pero plantearse hacerlo con un ejército en campaña, no. De hecho, durante la Guerra de Secesión, cuando el gasto de municiones era pequeño (es decir, que la inmensa mayoría de los suministros eran de alimentos) y ya se empleaban alimentos enlatados en bastante cantidad, se vio que un ejército que se alejase más de 100 km de las cabeceras de los ferrocarriles empezaba a pasar hambre. Antes de los ferrocarriles los ejércitos subsistían gracias a pesados convoyes terrestres, o mediante comunicaciones acuáticas internas (ríos y canales) lo que se traducía en que eran muy poco móviles: aunque una fuerza pudiese moverse treinta o cuarenta kilómetros en un día, luego tenía que esperar a los suministros (o morir de hambre, como Carlos XII o Napoleón en Rusia). Aparte que limitaba el tamaño de los ejércitos.

Para poder ir más lejos o más deprisa solo había dos maneras: a la británica, estableciendo mercados cada poco para atraer a los locales a que vendan sus alimentos. Eso solo funciona en territorios no excesivamente hostiles y que no estén esquilmados, y requiere muchísimo dinero. La otra forma es a la francesa, con partidas de «forrajeadores» alias saqueadores, merodeadores, violadores, bandoleros y demás. Esa manera de vivir sobre el terreno es barata pero garantiza el odio de los lugareños. De hecho, los saqueos franceses (y las contribuciones forzadas, etcétera) fueron uno de los motivos por los que se encontraron con tanta resistencia en España. Era un método que funcionaba más o menos bien para una campaña corta, pero si las operaciones se alargaban esquilmaba la zona y granjeaba odios duraderos.

La idea es poder mantener un ejército de campaña muy grande para la época (cuarenta mil o sesenta mil hombres) que no dependa tanto de las líneas de comunicaciones. Cuando no esté operando, no será excesivo problema: lo único que se requerirá será dinero para adquirir las provisiones. Claro que fondos no es lo que más sobrase en las guerras (aquello que para las guerras se necesitan tres cosas: oro, oro y más oro). En campaña, una manera sería actuar de forma similar a la francesa de Napoleón pero con matices: el ejército carga con raciones para diez días (parte por los soldados, parte en carromatos) pero mientras no se mueva deprisa, emplea el sistema británico de adquisiciones. Cuando toque operar deprisa, se consumen las raciones. Luego se establece una nueva base y allí se forman depósitos adquiriendo víveres (y ropas, etcétera) y se transportan los ligeros que requieren elaboración (pasta, penmican, algunas salazones, etcétera). Y vuelta.

En esa época un ejército con armamento ligero (los nuevos cañones, mosquetes, etcétera) y con raciones poco pesadas, si puede recorrer 30 o 40 km en un día durante cinco días y si emplea la caballería ligera para apantallarse, se plantará en la espalda del enemigo o incluso en los arrabales de París cuando el contrario aun esté intentando saber qué ocurre.

Saludos

[APVid]

En campaña, una manera sería actuar de forma similar a la francesa de Napoleón pero con matices: el ejército carga con raciones para diez días (parte por los soldados, parte en carromatos) pero mientras no se mueva deprisa, emplea el sistema británico de adquisiciones. Cuando toque operar deprisa, se consumen las raciones. Luego se establece una nueva base y allí se forman depósitos adquiriendo víveres (y ropas, etcétera) y se transportan los ligeros que requieren elaboración (pasta, penmican, algunas salazones, etcétera). Y vuelta.

No es mala idea.

Se podría complementar con algunas medidas como el pago en billetes con cargo a la Tesorería del Ejército, eso parece saqueo pero supone una compensación a la población si luego puede hacerlos efectivos (siempre es mejor que el saqueo puro) y en cambio aplaza el gasto al gobierno. Además vincula a la población con el resultado, si ganamos les podremos pagar.

¿se tomará las ideas del chantaje usado en Alemania durante esa guerra?: nos tenemos que instalar en una población a su cargo, pero a cambio de no instalarnos ahí nos deben pagar dinero y nos vamos a otro lado.
De todas formas los ejércitos en la guerra de los 30 años usaron diversas formas de extorsión y saqueo lo que no los hizo populares, y más de una vez los campesinos se tomaron la revancha sobre las retaguardias o los dispersos.

[Domper]

La gracia de emplear los mercados es que los lugareños llevarán voluntariamente sus productos. Pero no podemos esperar que en el siglo XVII un campesino acepte un bono, menos aun si su pago solo está garantizado por la victoria. Incluso en el siglo siguiente los bonos de guerra tuvieron muy mala prensa y la gente se resistía a aceptarlos. En el siglo XVIII pensarán que se trata de una estafa y que en lugar de oro se les da papeles sin valor. Solo los aceptarán a la fuerza, y como no llevarán provisiones, habrá que exigirlas, incluso torturar a los campesinos. Es decir, volver al régimen de saqueos que se intenta evitar.

Por otra parte, si el ejército español emite esos bonos se convertirán en la moneda circulante sobre la marcha y como la gente la despreciará su valor se deteriorará, y realmente se estaría pagando con papel. Aunque al final se canjeasen por metales preciosos, sol los recibirían los especuladores que los atesorasen, pero los campesinos, con necesidades acuciantes, se habrían visto obligados a malvenderlos. Lo dicho, pagar con bonos de guerra puede ser incluso peor que el saqueo puro y duro.

Esa táctica solo sería aceptable durante periodos limitados y en regiones hostiles. Por ejemplo, si Llopis quiere castigar a una provincia holandesa o francesa que no piensa integrar en las posesiones españolas. Pero por lo general es mejor emplear el otro sistema incluso en territorio enemigo pues es el único que garantiza que salgan a la luz las provisiones.

Saludos

[reytuerto]

Hola Gaspacher:

Es la campana en la que VM consiguio una herida en las posaderas!

[Gaspacher]

¿Posaderas? ¿No fue en la mano?

[APVid]

Otra forma es acuñar para pagos Luises de oro, Écu de plata y libras tornesas, monedas de Francia, las dos primeras con poca antigüedad (1641); pero con menos metal que el oficial.
Y luego hacer correr el rumor de que están faltas de metal y que Mazzarino las acuña así.

Eso disminuirá el crédito en la moneda francesa, en la monarquia del nuevo rey y en su gobierno, porque la gente sabe que Mazzarino necesita fondos por lo que pensarán que haría una acuñacion con baja ley (es lo que realmente hizo España en la LTR). Por supuesto al Parlamento de Paris le sentará mal porque quiere controlar las acuñaciones y no que se haga eso que perjudica a la moneda.

Una inundación de moneda falsa francesa provocaría hiperinflación en Francia. Lo que unido a la crisis en Alemania e Inglaterra haría la moneda española (que Felipe IV no ha necesitado devaluar) la única válida para el comercio internacional.

[reytuerto]

La herida de la mano VM se la pudo tratar, hay que buscar un lugar mas inaccesible en vuestra anatomia para que pueda practicar mis artes.

[Gaspacher]

En un ejército de miles de hombres digo yo que habrá otros heridos!!!

[Gaspacher]

Por cierto, el parón se debe a que tercio estará ocupado un tiempo y no quiero desajustar la historia de su parte, así que a esperar tocan

Además así aprovechamos para que reytuerto vaya poniéndose al día

[Domper]

Vaya por Dios. Si hiciésemos todos lo mismo...

[tercioidiaquez]

Hasta enero...

[Domper]

Vaya por Dios, insisto.

[kaiser-1]

Todo sea por el bien del relato. Esperaremos al buen cirujano. Cuatro meses y yo sin uñas...

[Domper]

Mucho Trivial y poco Soldado. Vaya por Dios.

Saludos (mientras no los retire).

P.D.: existe el riesgo de que el combate de Anaga no vea la luz hasta febrero por lo menos. A ver si con amenazas...

[KL Albrecht Achilles]

Hasta enero...

Saludos