Como se mueven las furgonetas es lo de menos. Que Carrefour compre las gambas en huelva y luego las traslade a centros de logística donde son envasados y enviados a cada centro o como digo yo, que cada super compre lo que necesiita.
Da igual.
El hecho es que sea como sea, Carrefour vende al detalle al cliente final mientras que los mayoristas venden a mayor por palets.
Si no entendemos esto ...
La PAC: así ha declarado la oligarquía la guerra a los trabajadores del campo
La manzana de la discordia es, siempre, la ingeniería social. Y la ingeniería social viene, siempre, de una mente febril que cree que puede diseñar el mundo según su propio y superior entender. La manzana de la discordia es, siempre, la fatal arrogancia.
La tragedia del campo europeo se basa en una pinza letal: una carga fiscal propia del impune Estado de Bienestar y una carga regulatoria demente y contradictoria que además compila como en una mamushka, capas y capas de restricciones a la producción. Ser granjero requiere, además del sacrificio de la profesión, del trabajo de sol a sol y de la entereza ante la sequía o la plaga, tener conocimientos sobre leyes, sistemas tributarios combinados, regulaciones tecnológicas intra y extra UE, logística, computación y un ejército de asesores para poder llevar adelante el negocio. Todos palos en la rueda impuestos por gente que cree que los tomates le crecen a la ensaladera.
Existe una larga lista de quejas que van contra la regulación impuesta por el dogma calentológico, el exceso de burocracia, el costo del combustible y de la energía, el impedimento de usar fitosanitarios sumados a los reclamos propios de cada país. En Alemania fueron los impuestos al diésel para los tractores. En Países Bajos la tributación del nitrógeno. En Polonia los agricultores polacos bloquearon la frontera para asegurarse de que el grano ucraniano no ingresara. En Francia el plan para eliminar la exención fiscal sobre el combustible para la «transición energética» y el rechazo al acuerdo con el Mercosur porque consideran «competencia desleal» que los productores agrícolas sudamericanos no estén sometidos a las mismas exigencias.
Pero todo este gran guiso de reivindicación y demanda tiene un origen en aquella manzana de la discordia que viene de lejos y se llama Política Agrícola Común (PAC), una de las más antiguas políticas comunitarias europeas. La PAC es un excelente ejemplo de cómo funciona la «Ley de hierro de la oligarquía». En 1911, Robert Michels escribía su célebre Los partidos políticos, donde sostenía que toda organización política termina necesariamente convirtiéndose en una oligarquía cuando crece y se hace más compleja. Al crecer, demanda mayor burocracia y más especialistas para atender a la nueva estructura de la organización que pasan a aglutinar todo el poder y que priorizan la creación de políticas que aseguren la permanencia por sobre los objetivos de los inicios.
Creada en 1962, la PAC siempre tuvo un carácter constructivista e intervencionista, que fue adecuándose a la narrativa de los tiempos. Originalmente y a través de un paquete de subsidios a la agricultura y a la ganadería, respondía a los objetivos de la autosuficiencia alimentaria de los países países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE, antecesora de la UE) y además pretendía atacar la escasez. Pero los aprendices de brujos generaron su propio problema y unos años más tarde el bloque producía muchos más alimentos de los que podía consumir pero a un coste mucho más caro en comparación con el resto del mundo. Entonces la PAC pasó a tener como objetivo sostener el precio artificial de los productos con nuevos subsidios y un proteccionismo pernicioso.
Para sorpresa de nadie, en 2019 The New York Times reveló lo evidente, que los fondos de la PAC terminaban en gran medida en los bolsillos de los empresarios y de los burócratas.
Década tras década, las diferentes versiones de la PAC siempre rompieron lo sano para supuestamente arreglar lo roto, sin haber jamás conseguido más que enojar a todas las partes. Sin embargo siguió creciendo en burocracia, con un presupuesto cercano a un tercio del total de la UE. Es la política más cara, más antigua y más dañina. Por supuesto que cuando se desarrolló la narrativa del alarmismo climático la PAC se adecuó rápidamente, se trataba de un maridaje perfecto. Justamente la actual protesta del sector agrícola tiene directa relación con las delirantes imposiciones que no han parado de crecer como el Pacto Verde y los objetivos climáticos. Actualmente sus metas se casan amorosamente con la omnipresente Agenda 2030 y el NetZero.
Muchos medios y políticos tildan a los votantes de extremos, ignorantes, populistas, ricos egoístas o xenófobos cuando se apartan de las preferencias hegemónicas, pero esto demuestra su incapacidad de entender el punto de inflexión de su narrativa de decrecimiento verde y sustentable. De nuevo, es una cuestión de supervivencia, no pueden permitir que la voluntad popular termine con los privilegios oligárquicos sembrados hace más de medio siglo. Las elecciones europeas son un campo de batalla cultural clave entre las élites de la UE y sus gobernados.
Si se dejan engañar de nuevo por los políticos y las corporaciones, pidiendo regulaciones a terceros países en lugar de exigir el fin de las propias, habrán perdido la batalla. Pelear contra productos baratos importados de Ucrania o Marruecos es concederle el triunfo a Von der leyen y a su troupe, porque es pedir más regulación y burocracia, y Michels ya explicó cómo termina eso. Mal, por supuesto.
Las políticas intervencionistas terminan en crisis humanitaria, no hay otro camino. El insostenible plan De la granja a la mesa, tiene una serie de objetivos que son casi un crimen contra la humanidad. Para 2030 (¡ay, ese numerito!), prevé la reducción de la mitad de los fitosanitarios (¡imaginemos si para el 2030 debiéramos reducir el 50% de la medicina que garantiza nuestra salud!), además de reducir el 20% de los fertilizantes químicos y del 50% de la venta de antibióticos para los animales de criadero (sí, quieren que los animales no se curen). Un estudio del Departamento de la Agricultura de Estados Unidos (USDA) considera que los planes De la granja a la mesa y Biodiversidad provocarían una reducción brutal de la producción agrícola europea.
Casualmente en el momento en el que la humanidad produce tanta comida como para alimentar a todos los que existimos, la oligarquía le declara la guerra a los que nos alimentan.
https://gaceta.es/europa/la-pac-asi-le- ... 0212-0430/
Baneado y post borrado en LA RAZON por relatar la marcha de socorro a Melilla en 1921