Drogas, La lucha estéril de una década
Alianza. Las redes de narcotráfico de América del Sur colaboran entre sí en el marco de operaciones conjuntas temporales para cada caso y emplean personal especializado.
Redacción Guayaquil
Mil toneladas de heroína y una cantidad similar de cocaína llegan al mercado cada año. La adicción mundial a las drogas ilícitas disminuye en algunas partes del planeta, mientras que aumenta en otras.
A nivel global, 26 millones de personas son adictas a los estupefacientes, 200 mil de ellas mueren anualmente por su consumo. Este número es muy inferior al de los fallecidos cada año por el consumo de tabaco y alcohol.
Con la divulgación de estas cifras, el director ejecutivo de la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), Antonio María Costa, pidió hace cinco días en Viena, Austria, que los países revisen sus enfoques para avanzar en el combate contra el tráfico de estupefacientes.
Les instó a promover la lucha contra la pobreza y la reintegración a la sociedad de las masas marginadas propensas a vincularse a la producción y el tráfico.
Un planteamiento similar hizo Hamid Ghodse, presidente de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que en el último informe anual de la entidad, alentó a los gobiernos a que inviertan más en programas de prevención del abuso de drogas, especialmente para los jóvenes y los grupos vulnerables, y a que utilicen las experiencias y las mejores prácticas puestas a prueba en una variedad de situaciones.
Y es que las últimas estadísticas divulgadas por la JIFE son desalentadoras. La demanda de estupefacientes y sustancias psicotrópicas ha aumentado notablemente a nivel mundial. Por ejemplo, el consumo de morfina creció de menos de 5 toneladas en 1987 a 39,2 en 2007.
En el decenio 1998-2007, el continente americano registró el nivel más alto de consumo calculado de estimulantes de la Lista IV del Convenio de 1971.
Argentina, Brasil y Estados Unidos suman el 78% del uso mundial, según revela el documento del organismo.
La JIFE es un órgano de fiscalización independiente y cuasi judicial, encargado de vigilar la aplicación de los tratados de fiscalización internacional de drogas. La Junta se estableció en el año 1968 mediante la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes.
Recursos y resultados
Página tras página del informe, los resultados desalientan el esfuerzo realizado por las Naciones Unidas y países voluntarios, cuyas contribuciones económicas para lucha contra las drogas sumaron casi 880 millones de dólares desde el año 2004 hasta el 2008.
De año en año, los recursos movilizados se han incrementado, entre 2007 y 2008 subieron algo más del 40%, de 197,6 a 277,9 millones de dólares.
Colombia sigue siendo el mayor país productor de hoja de coca, señala las Naciones Unidas, organismo que en 1998 se propuso eliminar los cultivos de drogas para el año 2008. No obstante, al cabo de una década el escenario internacional es aún peor.
Según la Unodc, pese a que continuaron las actividades de control, el cultivo ilícito de coca aumentó el 27% en el vecino país en el periodo 2006-2007 (de 78.000 a 99.000 hectáreas).
La tarea de erradicación manual forzosa fue entorpecida por violentos ataques perpetrados por grupos delictivos que utilizaron armas de fuego y minas antipersonales para proteger los cultivos ilícitos.
En el marco regional andino los indicadores no mejoran, en el año 2007, la superficie total de cultivo de coca aumentó en el 16% en los tres principales países aportantes (Bolivia, Colombia y Perú) al pasar de 156.900 a 181.600 hectáreas en el periodo 2006-2007.
La producción potencial de cocaína en el mismo grupo de países creció de 984 a 994 toneladas métricas de 2006 a 2007. En 1998 fue de 825.
Según la Europol (Oficina Europea de Policía), las redes de narcotráfico de América del Sur colaboran entre sí en el marco de operaciones conjuntas temporales establecidas para cada caso. Emplean especialistas de todos los sectores de sus actividades delictivas: químicos, capitanes de buques, pilotos, correos adiestrados y expertos financieros.
Esas organizaciones también aprovechan la situación social y económica inestable y los mecanismos débiles de fiscalización de algunos países de África.
Consumo y dependencia
La droga que más se consume ilícitamente en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay es el cannabis (marihuana). Según el primer estudio comparativo sobre el uso indebido de drogas en la población en general en seis países de América del Sur, presentado por la Unodc en 2008, la mayor prevalencia de abuso de marihuana en algún momento de la vida (el 27,1%) se registró en Chile y la menor (el 4,0%) en el Perú.
Entre los países encuestados, Ecuador tiene el porcentaje más alto (51,2%) de personas con signos de dependencia de marihuana, seguido de Perú (35,7%) y Argentina (27,5%). En otras palabras, en nuestro país, uno de cada dos consumidores recientes de esa droga puede ser considerado con signos de dependencia. Mientras que en Chile y Uruguay, la relación es 1 de cada 5.
Una tendencia similar arrojó el estudio sobre la dependencia en el consumo de cocaína. Ecuador tuvo el 46,1%, seguido de Argentina (45,2%) y Perú (41,6%).
La JIFE alerta que la marihuana ha pasado a ser la droga ilícita que más se consume en el mundo, y en los dos últimos decenios han surgido nuevas formas más potentes, con un contenido de tetrahidrocannabinol (principio activo) muy superior al del que se producía comúnmente durante el decenio de 1980.
Según la JIFE, las reglamentaciones no son una panacea, por sí solas no pueden eliminar el tráfico ilícito, ni el uso indebido de drogas. Sin embargo, el organismo sostiene que la fiscalización puede ser eficaz y que es la opción que debe elegirse antes que abogar por la despenalización del consumo.
En la otra orilla, la Fundación Seguridad y Democracia de Colombia insta a abordar el debate de la legalización sin falsas y fáciles estigmatizaciones y, de cara a la comunidad internacional.
EXPRESO inicia la primera de seis entregas sobre los resultados de la lucha antidrogas y las tareas de fiscalización emprendidas en Colombia, México, Bolivia y en países de los continentes africano y europeo, cuya situación analizan la JIFE y la Unodc en sus últimos informes anuales. (MAR)
Datos
La de mayor demanda en el mundo
La marihuana ha pasado a ser la droga ilícita que más se consume en el mundo entero y en los dos últimos decenios han surgido nuevas formas más potentes.