No, para nada compro esa teoría tan repetida por algunos de que "a Occidente no le interesaba detener la guerra". De hecho, en mi post digo lo contrario, subrayando lo que señala Chepicoro: que muchos gobiernos occidentales, por no decir todos, estarían más cómodos ahora mismo si Ucrania hubiera caído en 2022, una vez digerido el mal trago.Severino16 escribió: ↑18 Oct 2024, 16:25Es que está guerra se puso evitar desde el día 1 lo que pasa es que no interesaba.
Cuando digo que "la ruina de Ucrania fue no poder entrar en la UE y/o en la OTAN antes de 2014" estoy exponiendo un hecho, no diciendo que fuera posible. Ucrania era (y es, no nos engañemos) un país con gravísimos problemas internos de todo tipo que no estaba en condiciones de acceder a la UE, y cuya entrada en la OTAN también hubiera sido muy discutida por muchos socios, por no decir que durante años tuvo varios gobiernos prorrusos, incluso en el mismo 2014. Otro gallo les hubiera cantado si hubieran estado en la posición de los países bálticos a comienzos de siglo, pero ni de lejos era así.
Una vez se produjo la invasión rusa de 2014, la entrada en la OTAN quedaba también descartada, y Ucrania cayó en una especie de "limbo" hasta 2022, no porque a Occidente "no le interesara" que acabara el conflicto ni que escalara, sino por todo lo contrario: no querían, bajo ningún concepto, provocar a Rusia. Lo estamos viendo desde que empezó la guerra: muchos consideran que "la OTAN alarga el conflicto intencionadamente para desgastar a Rusia", pero no son más que tonterías. Si a la OTAN le interesara desgastar a Rusia, hubieran apoyado todavía más a Ucrania, enviando más y mejor material y eliminando las restricciones, y las bajas rusas hubieran aumentado exponencialmente. Pero eso hubiera "provocado" a Rusia, y además la movilización necesaria de la economía hubiera sido muy costosa.
Los gobiernos occidentales, en realidad, están enredados en su propia tela de araña: por una parte les gustaría que el conflicto acabara mañana, si no puede ser hoy, para librarse de todos los problemas derivados del mismo, por otra, no quieren dejar caer a Ucrania, porque saben que tendría consecuencias, aparte de que después de toda la palabrería que han lanzado al aire desde 2022 los haría quedar en muy mal lugar... Pero al mismo tiempo no quieren "provocar a Rusia" (ese simpático país que invadió Ucrania y nos amenaza casi cada día con armas nucleares) y no quieren que la guerra les salga demasiado cara. Todo eso lleva a lo que estamos viendo: una ayuda insuficiente que mantiene vivos a los ucranianos, más por la incompetencia rusa que por otra cosa, la verdad sea dicha, pero no basta para que la guerra sea contraproducente para Putin, un carnicero dispuesto a sacrificar a cientos de miles de sus ciudadanos en una estúpida guerra de conquista que su aborregada sociedad no le echa en cara.
¿Cómo podría haberse evitado la guerra una vez llegados a la situación de febrero de 2022? Desplegando la NRF en Ucrania antes del ataque ruso. Pero solo el pensar en fuerzas aerotransportadas de la OTAN aterrizando en Hostomel hubiera provocado un infarto colectivo a la mayoría (por no decir todos) de los dirigentes occidentales: no les interesaba la guerra, y mucho menos les interesaba ponerse en una posición que podría desencadenar una guerra que enfrentase directamente a la OTAN contra Rusia. Eso por no decir que había países que hubieran vetado semejante acción, y no hablo solo de Hungría, lo cual hubiera provocado un cisma en la Alianza. Y no olvidemos que los países occidentales son democráticos y la opinión pública también pesa, y mucho, en las decisiones de sus gobernantes... y en Europa y EE.UU. hay muy pocas ganas de una guerra contra Rusia hoy en día (por eso Putin juega tan fuerte con sus amenazas, porque sabe que son su mejor baza), y por aquel entonces todavía menos.
Aparte de eso, en febrero de 2022 la única forma de evitar la guerra era que Ucrania accediese a todas las reivindicaciones rusas, y no hace falta ser un genio para deducir que dichas reivindicaciones eran tan exageradas precisamente para que fuera imposible que Ucrania las aceptase, porque Putin iba a por el premio gordo: hacerse con toda la costa del mar Negro y el territorio al E. del Dnieper y dejar Ucrania reducida, a lo sumo, a un país sin salida al mar con capital en Leópolis y un gobierno títere. Una suerte de Bielorrusia II.