En fin, a la hoguera los progres y a tomar café todos.
Hablar de unidad política y religiosa en el reino visigodo de Toledo es tergiversar y hablar sobre lo puesto. Es evidente que hay una diferenciación entre las medidas que se toman, lo que se pretende, y lo que se alcanza con ellas. Es tan grande la unidad política visigoda que en diez años el Islam ha penetrado hasta los Pirineos con poco más de 30.000 hombres. Achacar esto a la traición de los partidarios de los hijos de Witiza y la muerte del rey Rodrigo es seguir a pie juntillas la tradición, que se fundamenta en gran parte a ello, a la leyenda más que a hechos históricos. El reino visigodo tenía los pies de barro, y la arraigada lucha intestina por el poder que se sucede durante las últimas décadas de la monarquía visigoda es uno de los más obvios problemas de Toledo, ni mucho menos el único. En su mayor parte el reino visigodo estuvo descentralizado, con escasa unidad política, dependiente de la lealtad de las clientelas, a excepción de algunos monarcas capaces de hacer todo aquello que has mencionado, amigo ElCiD.
Luego llegan los moros y desmontan todo el edificio, y los godos se disuelven en la nueva España que se ira formando al calor de la Reconquista. Y precisamente esa nueva España eligirá reconocerse en la España goda, porque goda era ya la idea de unidad.
Un texto muy bien construido digno de cualquier cómic de la postguerra. El edificio visigodo es un débil entramado de alianzas nobiliares que rinden cuentas en última instancia, al monarca. Existe un gran margen de liberalidad en cuanto a las regiones gobernadas por subordinados del rey, en muchos casos alejados de la monarquía que pretendía Leovigildo. La heterogeneidad fue un factor común en la Hispania visigoda durante toda su ocupación.
En el aspecto moral claro que se tomará el legado visigodo para legitimar un nuevo reino que surja a raíz de la ocupación musulmana de la península. Sin embargo, poca relación tendrán los condados "catalanes" con este movimiento, pues su asociación al Imperio Carolingio (uy perdón, Regnum Francorum) le librará de esta decisión. Los vascones por su parte, actuarán de forma independiente a estos dos, tomando su propio partido en una etapa posterior.
En ningún momento existió una unidad goda como nos la planteamos, ni tampoco de Reconquista cristiana (al menos hasta el siglo IX no se acuña este concepto), muy diferente por cierto a la idea de todos contra el moro y de unidad cristiana. Lo que los incipientes reinos cristianos necesitaban era la legitimación de su poder, y en este caso, el Reino Astur encontró su fundamento perfecto en el anterior ocupante de la península, el Reino Visigodo de Toledo.
Tú mismo lo has dicho, el término de Reconquista se crea en el siglo XIX bajo tintes nacionalistas, cuanto menos busca realzar el ideal patriótico en detrimento de la realidad histórica. Por otro lado, apelar a historiadores foráneos para tratar el tema de la Reconquista... vaya tela (aunque se trate de Derek Lomax). La verdad es que el párrafo que nos brindas de Lomax, no es muy acertado, aunque sí es muy tradicional. Volviendo al terreno español, que es el que trata mejor la Reconquista, veamos que nos cuenta Ladero Quesada sobre este tema:
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Es en torno al año 1050 y 1300 cuando se puede entender la importancia de los cambios ocurridos en el momento. [...] Hasta el siglo XII, los cristianos, sobre todo los pirenaicos, denominaban con frecuencia “Hispania” a las tierras de al-Andalus, y también lo hacían así los “goticistas” leoneses, puesto que lo consideraban territorio irredento. En torno al 1265, había concluido la reconquista y pocos años después, entre 1297 y 1304, ocurrían los últimos ajustes de fronteras entre los renos cristianos."
Extraído de
La formación medieval de España. Territorios. Regiones. Reinos, Alianza Editorial, Madrid, 2003.
Aunque se puede profundizar mucho más con Abilio Barbero y Marcelo Vigil, fundadores de la postura "progre", aunque más de vuestro agrado será don Claudio Sánchez Albornoz o Armando Besga. Aunque también hay otros como Ramón Menéndez Pidal, José Antonio Maravall, Ricardo García-Villoslada que son auténticos expertos en el tema. Por supuesto, siempre se puede recurrir a los excelentes Miguel Ángel García de Cortázar y Emilio Mitre; pero mi preferido es Miguel Ángel Ladero Quesada. Sobre el tema visigodo, Luis Ángel García Moreno probablemente sea el mayor experto.
Un saludo.