En la creencia de haber dado una visión aproximada de lo que era la culinaria chilena en la época de la Independencia, terminaremos el capítulo con algunos datos sobre una de las más típicas adquisiciones de la Patria Nueva, los picarones. monta a los años de la Expedición Libertadora del Perú. Las tropas chilenas que habían participado en las campañas de San Martín, tomaron en Lima, como centro de recreación popular, el paseo del Barrio del Malambo. Allí, arrimada a una vieja iglesia, junto al Rimac, pregonaba su sabrosa mercancía una simpática negra, la negra Rosalía. Los soldados gustaban de acercarse a sus plenos canastos, a preguntar por los dulces manjares que allí se escondían. Nada de briñuelos, ni de buñuelos, replicaba la pícara negra a los soldados. Estos pajaritos son picarones, porque los muy bellacos, cuando están reenojados o calientes,pican fuerte hasta quemar traidoramente, como grandísimos pícaros, pero cuando se les ha pasado el enojo y quedan tibiecitos, entonces no hay en el mundo nada más agradable, nada más sabroso que ellos La negra Rosalía casó luego con un chileno, Pedro Olivos, y en I 825 se establecía en Santiago. Regentó en la calle de San Pablo, en la esquina del Correo Viejo, un negocio de su especialidad, picaronería, que fue el centro de atracción de todo el barrio. Para apagar el dulce de los picarones, la voluminosa ventera ofrecía un grunudero o un cazador, vasos de pisco de capacidad diferente o bien una mistela especial, dedicada al bello sexo, llamada la Señorita".
Las fronteras no sirven para separar a los pueblos sino para unirlos mas
Saludos
El "picarón"
Grumo